Pasin, caos y bastantes cosas mas

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En relación al carácter caótico del Derecho Colectivo del Trabajo
Por Mariano H. Mark
Al leer el dictamen del doctor Eduardo Alvárez, que antecede a la
sentencia aquí publicada, no pude dejar de reflexionar acerca del
carácter apasionado y caótico que se le atribuye al Derecho
Colectivo del Trabajo, calificación con la que no se puede sino
coincidir.
Sin embargo, que una autoridad en la materia no dude en calificar
de caótica a la misma, debería activar los mecanismos del Estado
para poner orden allí donde no lo hay ya que, si alguna razón de
ser tienen los Estados es justamente la de ordenar la convivencia
de sus ciudadanos, para evitar que la anomia finalice en una
sociedad en la que los conflictos se dirimen a través de la
violencia.
En el derecho colectivo del trabajo no existen muchas certezas y
los mecanismos para obtenerlas son complejos e ineficientes.
Partamos de la simple constatación de que, quien decide iniciar
cualquier tipo de actividad empresarial no tiene un modo certero
de determinar cuál es el convenio colectivo de trabajo que debe
aplicar a sus trabajadores – si es que existe- ni tampoco podrá
estar seguro de cual es la asociación sindical con la que debería
negociar, en caso de ser esa su voluntad 1 .
Pero además, la representación empresarial en la negociación
colectiva resulta más que cuestionable, pues los intereses de los
empresarios de una misma rama o actividad no siempre están
adecuadamente representados por las entidades que algunos de ellos
conforman. Si una empresa del sector no está afiliada a la entidad
existe, a mi entender, un claro vacío legal para imponerle la
aplicación de un convenio en el que no se puede sostener que haya
estado representada.
Por otra parte,
el encuadre convencional sólo se obtiene por un
pronunciamiento
judicial
que
puede
estar
motivado
en
un
cuestionamiento individual o pluriindividual; y lo cierto es que
el decreto 105/2000 -que había establecido que mientras se
dilucidaban dichas cuestiones correspondía
a la Autoridad de
Aplicación definir cuál era el convenio colectivo de trabajo
aplicable 2 sin perjuicio de la instancia judicial pertinente-, fue
derogado por la ley 25877 que no estableció ningún método que
supliera al derogado.
Las cuestiones de encuadramiento sindical exigen el agotamiento de
la vía asociacional, que es suplida por el pronunciamiento del
Ministerio de Trabajo en caso de mora, y en ambos supuestos la
resolución resulta apelable ante la C.N.A.T.; si bien el
procedimiento parece sencillo, la práctica ha demostrado que
dichos conflictos no se dirimen rápidamente.
Capítulo aparte, que excede el objeto del
anomia en materia de conflictos colectivos.
presente,
merece
la
Si bien este caos resulta muy atractivo desde un punto de vista
académico, no parece que el actual estado de cosas fomente el
1
Y eso, sin entrar en el detalle previo, de que obtener los textos
actualizados de las convenciones colectivas de trabajo no es
siempre una tarea sencilla.
2
Para alcanzar una conclusión sobre la materia, la norma tenía en
cuenta: a) el colectivo de empleadores que intervino en la
negociación y b) el ámbito de representación de la entidad
sindical que lo concertó.
bienestar común porque, además, como también señala acertadamente
el doctor Alvarez, los intervinientes en este tipo de conflictos
no son sólo apasionados, sino que también actúan con un fervor
“visceral” y, me permito acotar, ese fervor suele derivar en
violencia lisa y llana que, a veces, ni siquiera parece tener
sustento en cuestiones objetivas relacionadas con la defensa de
los derechos de los trabajadores, como lo demuestran los
lamentables sucesos ocurridos con motivo del traslado de los
restos del ex presidente Perón a la quinta de San Vicente.
No creo en modo alguno que este estado de cosas pueda ser ignorado
y la falta de iniciativas para regular de mejor modo alguno o
algunos de estos aspectos caóticos del derecho colectivo, a veces,
da la impresión de ser, en si, una política de Estado con
finalidades inciertas.
Las noticias se suceden en los medios de comunicación de un modo
tan vertiginoso, que rápidamente olvidamos la tapa del diario de
ayer.
Por otra parte, los medios de comunicación rara vez se toman el
trabajo de seguir las noticias que están de algún modo
relacionadas con el accionar de la justicia, durante todo el
tiempo que dura el proceso judicial en cuestión.
La consecuencia es que, cada vez mas, ese ente amorfo e
indefinible que es la “opinión pública” “juzga” los casos con las
tapas de los diarios o la verdad revelada por los “opinólogos”
varios de la T.V. y, cuando finalmente llega la sentencia en sede
judicial,
rara vez se vuelve a analizar
si, lo que antes se
informó
se compadecía con lo sentenciado o al menos con los
hechos probados en las respectivas causas.
Derivado de lo expuesto, los involucrados en los hechos judiciales
que tratan los medios saben que, en términos políticos, es quizás
la tapa del diario de hoy la que defina al ganador y al perdedor,
ya que la sentencia que se dicte en el futuro probablemente pase
inadvertida.
El Derecho Colectivo del Trabajo está íntimamente vinculado con la
política y el poder y la sentencia aquí publicada es un pequeño
ejemplo de la indiferencia de los medios frente al resultado
judicial de las contiendas.
Entre fines del año 2003 y principios del 2004, los hechos que
dieron origen a la causa en cuestión fueron tratados en todos los
medios de comunicación del país y llegaron incluso a ser tapa de
los diarios; sin embargo, no he visto que la cuestión haya sido
siquiera vuelta a mencionar en esos mismos medios a raíz del
dictado de la sentencia, pese a que
contiene una descripción de
las conductas asumidas por la Administración Pública, la empresa y
la representación sindical que se prestaría para amplios debates
acerca de sus implicancias, incluso de mayor repercusión que el
conflicto original.
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