Fisiología de la Leptina en el Control de la Ingesta y Homeostasis

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m e d i c r i t r e v i s t a de m e d i c i n a i n t e r n a y c r í t i c a
artículo de revisión
Fisiología de la Leptina en el Control de la
Ingesta y Homeostasis Energética como Enfoque Hacia la Prevención de la Obesidad
Mireya Helena Zavala Laya, M.D.
L
a leptina es una hormona liberada por los adipocitos , pasa la
barrera hematoencefálica y actúa en el hipotálamo modificando la expresión
de varios neuropéptidos que regulan la función neuroendocrina, la ingesta
y el gasto energético, por unión a receptores específicos. Esta proteína puede
controlar el peso a través de un sistema de retroalimentación que informa cuanta
grasa tiene almacenada.1 El gen ob, es expresado en el tejido adiposo blanco, el
estómago, placenta y posiblemente la glándula mamaria. El RNA mensajero ob,
ahora llamado leptina, de la palabra griega “leptos” que significa “delgado”, codifica una proteína ácida de 167 aminoácidos cuya estructura cristalina sugiere que
pertenece a la familia de las citoquinas.1 La leptina se produce exclusivamente
en las células del tejido adiposo en una gran variedad de especies, incluidos los
humanos, y su concentración es mayor en individuos con sobrepeso que en los
delgados.2 Sus niveles son mayores en mujeres que en hombres después de ajustar el IMC y existe un ritmo diurno en ambos sexos. El acmé de la leptina ocurre
en la mañana y el nadir por la tarde. El ritmo de leptina es similar al de la prolactina, TSH, ácidos grasos libres y melatonina, e inversamente relacionado con los
pulsos de ACTH y cortisol. De la misma forma se ha demostrado que los pulsos
de leptina son síncronos con los de LH y estradiol en mujeres normales y que la
obesidad puede evitar estos pulsos.2 En cuanto a su farmacocinética existen dos
pool de leptina: un pool rápido, con una vida media de 3,4 minutos en plasma
y un pool más lento, con vida media de 71 min. La leptina se une a múltiples
proteínas plasmáticas, incluyendo una forma soluble del receptor de la leptina
(Re) y la alfa-2-macroglobulina, y su distribución tisular muestra a los 60 y 180
minutos que el intestino es el que contiene la mayor concentración de leptina,
mientras que el hígado, riñón, estómago y pulmón tienen cuatro veces menos.
Poco abundante es la concentración en la piel, músculo, corazón y cerebro.2 Los
niveles séricos de leptina reflejan la cantidad de energía almacenada en el tejido
adiposo. El desbalance energético a corto plazo, así como los niveles séricos de
varias citoquinas y hormonas, influencian los niveles circulantes de leptina. La
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Medicrit © 2008. Derechos Reservados.
Especialista en Medicina Crítica, Emergencia y Nutrición Clínica. Profesora Instructora-Nutrición Comunitaria. Departamento
de Salud Pública. Escuela de Salud Pública y Desarrollo Social. Universidad de Carabobo-Valencia, Estado Carabobo.
Venezuela. Correspondencia: Yuma 26. Edificio 10. Piso 2. Apto. 10A2. San Diego, Estado Carabobo, Venezuela. Correo
electrónico: [email protected]. Teléfono: +58 416 4028847.
Como citar este artículo: Zavala MH. Fisiología de la Leptina en el Control de la Ingesta y Homeostasis Energética como
Enfoque Hacia la Prevención de la Obesidad. Medicrit 2008; 5(2):74-81.
NLMID: 101253595 Incluida en el Catálogo de National Library of Medicine, USA. Indexada en la Red de Revistas Científicas
de América Latina y el Caribe, España y Portugal REDALYC, IMBIOMED y en PERIÓDICA, Base de datos de la Universidad
Nacional Autónoma de México. Para comentarios sobre este artículo, favor dirigirse a: [email protected]
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evidencia acumulada sugiere que el papel de
la leptina es mucho más amplio que el de las
hormonas antiobesidad. Regula múltiples ejes
hipófisis-hipotalámicos.1 Los niveles séricos de
la leptina, aumentan exponencialmente con el
aumento de la masa grasa y la producción es
mayor en los depósitos subcutáneos de grasa
que en los viscerales. Los niveles de leptina reflejan no solamente la cantidad de grasa almacenada, sino también el balance de la energía;
el ayuno prolongado disminuye sustancialmente
los niveles de leptina, mientras que la sobrealimentación los aumenta notablemente. La composición de la dieta, específicamente la ingesta
de macronutrientes, tales como el zinc y algunos
factores hormonales, también regulan los niveles de leptina. Las infusiones prolongas de insulina o los niveles suprafisiológicos de insulina,
aumentan marcadamente los niveles circulantes
de leptina. El isoproterenol y los agonistas del
receptor adrenérgico beta 3 reducen la expresión
del RNAm de leptina y los niveles circulantes de
la hormona. Los glucocorticoides administrados
exógenamente producen un aumento sostenido
en los niveles circulantes de leptina en humanos.
Datos experimentales sugieren la existencia
de un asa de retroalimentación entre la leptina y las suprarrenales que necesitan ser confirmados. Varias citoquinas tales como el factor
alfa de necrosis tumoral, la interleukina 1 y la
interleukina 6, también alteran la expresión de
RNAm de la leptina y de sus niveles circulantes. Las mujeres parecen tener niveles más altos
de leptina en comparación con los hombres a
causa de su diferente distribución de grasa o a
los efectos inductores de la combinación estrógeno-prostágeno con los efectos supresores de
los andrógenos sobre la leptina.1 Los receptores
de la leptina están expresados también en los
tejidos periféricos, pulmones, riñones, hígado,
páncreas, glándulas suprarrenales, ovarios, células madres del tejido hematopoyético y el músculo esquelético. Los renales pueden mediar la
aclaración plasmática, los endoteliales y plexo
coroideo intervienen en el transporte al líquido
cefalorraquídeo (LCR), por medio de un sistema
saturable. Hay un nivel umbral de la leptina sérica, aproximadamente 25 a 30 ng/ml, por encima
del cual los aumentos de los niveles no se trasladan en forma proporcional en aumentos a nivel
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de LCR ni del cerebro, como consecuencia puede producir una aparente resistencia a la leptina
y obesidad.1 La pulsatilidad de la leptina depende de la hormona luteinizante circulante y del
estradiol y es inversamente proporcional a los
niveles de corticotropina y cortisol.
La regulación de la leptina, la delineación
de los blancos moleculares y la compleja red
de interacciones en el hipotálamo, así como los
mecanismos subyacentes por neuropéptidos hipotalámicos, pueden tener implicaciones importantes en la fisiología. El mapeo de estas vías se
espera que demuestre completamente la redundancia del sistema que controla la homeostasis
energética.1 El nivel de la leptina en la sangre
del cordón umbilical derivada de la placenta y
los tejidos fetales, están positivamente asociados
con el peso corporal y la masa grasa del neonato. Aparte de enviar señales de la reserva de
energía al cerebro, puede regular el crecimiento
y promover la hematopoyesis y la linfopoyesis en
los recién nacidos. También es secretada en la
leche materna, pudiendo pasar del tracto gastrointestinal a la sangre, sugiriendo que en adición
a la leptina neonatal, la materna podría jugar un
gran papel en la regulación de la ingesta neonatal del alimento y por ende en el crecimiento.1
La leptina puede señalar al cerebro la cantidad crítica de depósitos de grasa necesarios para
iniciar la pubertad y mantener los ciclos menstruales y la capacidad reproductiva. Aunque el
mecanismo exacto por el cual la leptina regula
la secreción de hormona liberadora de la luteinizante permanece desconocido. En infantes
normales, los niveles de leptina aumentan antes
de la pubertad a medida que aumenta la masa
corporal de grasa y llega a su pico al comienzo
de la misma, sugiriendo que la leptina puede
inducirla en humanos.1
Las señales periféricas, tales como la de los
glucocorticoides, pueden interferir la interacción de la leptina con su receptor y producir su
resistencia. Otro sitio potencial de resistencia es
el transporte de la misma a través de la barrera hematoencefálica hacia el cerebro, lo cual se
convierte en un transporte saturable y esto limita
la acción de la misma. La dosis de leptina que
no tiene efecto cuando es administrada periféricamente, reduce la ingesta de alimento cuando
es administrada centralmente. La vida media estimada así como la actividad biológica de la lep-
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tina circulante es similar en los sujetos delgados y obesos. Los anticuerpos antileptina y las
proteínas ligadoras de leptina no la inactivan en
personas obesas.
Aunque la mayoría de los investigadores clínicos ven a la leptina como una hormona contra
la obesidad, recientemente fue propuesto que el
sistema de la leptina puede funcionar como un
mecanismo adaptativo al ambiente donde la disponibilidad de alimento está limitada. En este
contexto, una de las principales funciones de la
leptina podría ser la conservación de la energía
por disminución de la termogénesis inducida
por la hormona tiroidea y movilizar los depósitos de energía por aumento de la secreción de
glucocorticoides y suprimir la función gonadal,
evitando la demanda de energía por el embarazo
y la lactancia. Las variaciones de los niveles séricos de leptina están relacionados con cambios
minuto a minuto en los niveles de hormona adrenocorticotropa y de cortisol en hombres normales, niveles de hormona luteinizante y estradiol
en mujeres normales. Los niveles disminuidos
de leptina pueden acompañar los cambios metabólicos y neuroendocrinos que acompañan a las
dietas para la obesidad, lo que puede explicar la
alta tasa de recidiva que se observa en quienes
hacen la dieta. La pérdida de peso inducida por
la leptina es completamente específica para la
pérdida del tejido adiposo. Las dosis subcutáneas en el rango de 0.01 a 0.31 mg/Kg. son seguras. El único efecto colateral observado fue el
eritema local. Los estudios sobre la leptina están
contribuyendo favorablemente al conocimiento
de la Fisiología de la homeostasis energética.
Se espera que futuras investigaciones descubran
nuevas moléculas en las vías de la leptina o en
paralelo con ella que regulen el apetito y el gasto
de energía.1
o bje t i vo
Conocer los efectos de la leptina en la regulación
del apetito y homeostasis energética en sujetos
normales y plantear su utilidad en la prevención
de la obesidad. Efectos fisiológicos de la administración exógena de leptina.
hipótesis
La leptina está involucrada en la regulación de
la ingesta y homeostasis energética, por lo que
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es factible que intervenga en la prevención de la
obesidad y su administración exógena no produce efectos adversos significativos.
M É TO D O
Diseño documental bibliográfico con análisis de
fuentes secundarias relacionadas a los objetivos
de la investigación. La localización de la información se realizó en centros de documentación
(Bibliotecas de Universidad Públicas, Institutos
Públicos de Investigaciones Científicas y Centros Privados de Investigación). La técnica de
recolección de información se realizó a través de
arqueo bibliográfico y los instrumentos utilizados para la localización de la información fueron artículos originales. Estos se organizaron de
manera que permitieran realizar una argumentación sustentada con evidencias para aceptar o
rechazar la hipótesis planteada. El análisis de la
información se realizó a través de presentación
resumida de texto.
clasificación en
b ase a l a ev i d en c i a
evidencia a favor de la hipótesis planteada
Estudios donde se evidencian los efectos de la leptina en la regulación del apetito y homeostasis energética
En estudios randomizados sobre la composición
de la dieta y adaptaciones fisiológicas a la restricción de energía, comparando el efecto del índice
glicémico alto y bajo así como de la escogencia
voluntaria de alimentos, en individuos sanos con
sobrepeso, se midieron las concentraciones de
leptina sérica. Como resultado, esta descendió
más rápidamente y en mayor proporción en dietas con un índice glicémico bajo, en comparación con la dieta con índice glicémico alto. Esto
sugiere que no solo la restricción energética sino
también la composición de la dieta puede modificar las adaptaciones fisiológicas para producir
una pérdida de peso. Esto puede ser explicado
por la más baja concentración de insulina asociada con esta dieta, siendo un secretagogo de la
leptina o por disminución del metabolismo de la
glucosa en el adipocito.4-6 También se establece
una asociación positiva entre el consumo de car-
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bohidratos y concentraciones de leptina.7 La
más baja concentración de leptina con dietas de
índice glicémico bajo ocurrió sin evidencia de
incremento del apetito, sugiriendo una mejoría
funcional en la resistencia a la leptina asociado
con obesidad.8,9 El balance nitrogenado fue más
negativo en dietas con una proporción mayor
carbohidrato/proteína que con una proporción
menor.3 En conclusión, dietas con contenido
energético idéntico, pueden tener diferentes
efectos sobre la concentración de leptina, gasto
energético, consumo voluntario de alimentos y
balance nitrogenado, sugiriendo que las adaptaciones fisiológicas pueden ser modificadas por
la composición de la dieta.3 Hay resultados similares en otro estudio intervencionista con moderada y severa restricción energética en la concentración de leptina en mujeres obesas, donde
el modulador primario de sus concentraciones
en plasma se relacionó con cambios en la glicemia y esta puede ser por encima de la influencia
de la masa grasa.10
En un estudio randomizado sobre las concentraciones de leptina plasmática en niños obesos
y cambios durante 4 meses con y sin actividad
física, se exploraron los determinantes de los valores basales de leptina y de la actividad física.
Participaron 34 niños obesos entre 7 y 11 años
ajustándose la actividad física en los primeros o
segundos 4 meses de un estudio con duración
de 8 meses.11 Las justificaciones del estudio en
base a consideraciones fisiológicas se basaron
que en adultos y niños las concentraciones del
leptina son positivamente correlacionadas con la
adiposidad corporal total y que la restricción de
energía lleva a disminución de la concentración
de leptina presumiblemente estimulando el apetito.12-14 Niños obesos tienen concentraciones de
leptina más alta que niños magros. Se debería
esperar que estas altas concentraciones de leptina disminuyeran el consumo energético en estos niños, sin embargo, los niños obesos tenían
más altos consumos energéticos que los niños
magros sugiriendo que deberían tener alguna
forma de resistencia.11 Con respecto al depósito
regional de grasa, un estudio de niños y adultos
jóvenes encontró que las concentraciones de leptina fueron cerradamente correlacionadas con el
tejido adiposo subcutáneo abdominal más que
con el tejido adiposo visceral.8 Estos resultados
sugieren que en niños, la leptina es un marcador
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de adiposidad pero no suprime el consumo
energético ni detiene la deposición de grasa.
Esto es sugestivo de algunos tipos de resistencia
a la leptina. Esta resistencia a la leptina puede ser fisiológica en forma natural o puede ser
el resultado de factores ambientales tales como
elementos aprovechables de alimentos de alta
energía.11
Estudios de los efectos del ejercicio regular en
adultos resultó en disminución en la concentración de leptina en hombres pero no en mujeres
y en otro estudio en mujeres pero no en hombres.16-18 Otro estudio incluyó variables de adiposidad y su objetivo era determinar qué factores
estaban asociados con diferencias individuales
en respuesta a las concentraciones de leptina.14
Está emergiendo la evidencia que la insulina y
la glucosa juegan roles en la regulación de las
concentraciones de leptina encontrando que infusiones de insulina resultan en incrementos de
las concentraciones de la misma.19 La actividad
física puede influenciar las concentraciones de
leptina en ayuno por incremento de la sensibilidad de la insulina y disminución de las concentraciones de insulina en plasma resultando en
disminución del transporte de glucosa y el metabolismo del tejido adiposo.20 Incrementos de las
concentraciones de leptina no necesariamente se
acompaña de incrementos de su acción.4 En resumen este estudio presentó disminución de las
concentraciones de leptina durante 4 meses de
actividad física e incremento durante los 4 meses
subsecuentes sin actividad física; la masa grasa
fue altamente correlacionada con las concentraciones basales de leptina, la mayor reducción de
leptina durante 4 meses de actividad física se
observó en aquellos niños que tenían altas concentraciones de leptina antes del ejercicio y en
quienes incrementó la masa magra.4 En un estudio intervencional se evaluó como los factores
endocrinos y de la composición corporal están
relacionados con la concentración de leptina,21
evidenciándose que en mujeres obesas postmenopáusicas con más bajos niveles de globulina
transportadora de hormonas sexuales y mayor
obesidad visceral tienen mayor disminución de
la leptina con pérdida de peso, independientemente de la cantidad de peso perdido.21 Un importante componente del gasto energético es la
termogénesis. En los mamíferos pequeños y en
los jóvenes mamíferos grandes, esta actividad se
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fisiología de la leptina
realiza por la grasa parda. En la membrana interna de las mitocondrias de la misma se han
identificado unas proteínas de membrana, denominadas UCP (uncoupling proteins) cuya
función consiste en transportar protones para
equilibrar los mismos a ambos lados, impidiendo parte de la fosforilación oxidativa y convertir así energía en calor. Hasta la fecha se han
descrito tres UCPs: La UCP1, codificada por un
gen nuclear se expresa sólo en la grasa parda; la
UCP2 que está presente en muchos tejidos y la
UCP3 que existe tanto en grasa parda como en
músculo y en mucha menos cuantía en corazón
y grasa blanca. Tanto las hormonas tiroideas
como los estímulos β-adrenérgicos son capaces de aumentar la actividad de estas proteínas.
Más aún, se ha demostrado que la leptina es
capaz también de producir esta activación. En
todo caso, parece que la activación de las UCPs,
tanto por parte de la T3 como de la leptina, se
realiza a través del aumento de la actividad simpática. Se ha descrito que los niveles de zinc son
necesarios para mantener los niveles séricos de
leptina. El zinc parece que produce un aumento
de la producción de IL-2 y TNF-α, lo cual parece
que aumenta los niveles de leptina. De hecho, el
TNF-α se expresa de forma constitutiva por los
adipocitos y tanto los ratones ob/ob como las ratas fa/fa tienen aumento del TNF-α. Los niveles
del mismo se han demostrado elevados en obesos con respecto a individuos normales, y se ha
implicado en la resistencia insulínica. También
la IL-1 se ha implicado en la inducción de leptina, bien directamente o indirectamente a través
del eje hipotálamo-hipófiso-adrenal. Asimismo
se ha demostrado recientemente que tanto la
placenta como el epitelio gástrico son tejidos en
donde se produce leptina. El significado en el
primero podría ser el del desarrollo intrauterino
y neonatal y en el segundo podría jugar un papel
en los efectos precoces mediados por la CCK,
que son inducidos por la ingesta, tales como la
saciedad.2
Estudios donde se plantea su utilidad en la prevención de la obesidad
En un estudio observacional sobre las influencias de la leptina en la ganancia del peso gestacional y retención de peso postparto, en mujeres
sanas embarazadas con seguimiento hasta los 6
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meses postparto y con un IMC normal previo
al embarazo, se evidenció que las concentraciones de leptina se incrementan con el progreso
del embarazo, con disminución por debajo de
los valores basales en el postparto inmediato. El
IMC no se correlaciono con la tasa de ganancia
de peso durante el embarazo. Hubo una relación positiva entre los valores basales de leptina y la retención de peso en el periodo post
parto, con mayor retención de peso en mujeres
con concentraciones de leptina en el percentil 90
y menor retención cuando las concentraciones
se ubicaban en el percentil 10. Estos resultados
sugieren que altas concentraciones de leptina al
inicio del control prenatal pueden predecir un
incremento de riesgo de sobrepeso y obesidad
en mujeres vulnerables.22
Hay un estudio en el que parece que los niveles elevados de leptina en mujeres obesas se asocian con disminución de la ingesta total de calorías y una disminución de la preferencia por las
grasas. Esto sin embargo requiere confirmación
en otros estudios.2 Al clasificar los adolescentes
de acuerdo a los cuartiles de IMC, se observó
que tanto en los varones, como en las hembras,
los niveles de leptina se hacen significativamente (P<0,05) superiores cuando el IMC >24,78 kg/
m2, comparado con los adolescentes con IMC
<19 kg/m2. Del mismo modo, a medida que el
índice de obesidad se incrementó, se produjo un
aumento significativo (P <0,05) de los niveles de
leptina tanto en varones como en las hembras.
La concentración de leptina siempre fue superior
en las hembras que en los varones en cualquier
nivel de IMC o de índice de obesidad.23
Estudios donde se evidencian los efectos fisiológicos
de la administraron exógena de leptina
En un estudio randomizado, controlado, doble
ciego controlado y con placebo, multicéntrico
con dosis escaladas de leptina recombinante
para pérdida de peso en obesos y adultos magros, la pérdida de peso incrementó con elevación de la dosis subcutánea de leptina, así como
de masa grasa en todos los sujetos, requiriéndose altas dosis exógenas de leptina en individuos
con gran adiposidad, presumiéndose que la pérdida de peso está relacionada al incremento de
la exposición del sistema nervioso central a la
leptina exógena.
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No se evidenciaron clínicamente efectos adversos o en órganos y sistemas mayores. Reacciones leves a moderadas en el sitio de la inyección: eritema, prurito o inflamación (que son
comunes a administraciones subcutáneas de
proteínas) fue el efecto adverso más común reportado. En un estudio en niños con deficiencia
genética de leptina hubo respuesta a la administración exógena mientras que en alteraciones
del receptor puede no haber respuesta.24-26 Se
concluyó que hay una relación dosis respuesta
con pérdida de peso y grasa con la inyección
subcutánea de leptina recombinante tanto en
sujetos magros como obesos, basado en este estudio, la administración de leptina exógena parece inducir pérdida de peso en algunos sujetos
obesos con elevadas concentraciones de leptina
sérica endógena. Un gran número de pacientes
con un amplio rango de peso corporal responde
a la administración exógena de leptina.24
evidencia en contra de la hipótesis planteada
La mayoría de los estudios sugieren investigaciones adicionales para confirmar sus resultados
en otras poblaciones y por mayores periodos de
tiempo para determinar con mayor especificidad
factores dietéticos mediadores de estos eventos
fisiológicos, en la regulación del peso corporal
y además están enfocados básicamente hacia el
tratamiento y no a la prevención de la obesidad.1,24 Es posible que, con los conocimientos
actuales sobre la leptina, ésta sea esa señal de
suficiencia o insuficiencia de reservas energéticas y que más que una hormona anti-obesidad,
haya jugado un papel importante en la evolución del hombre como hormona indicadora de
las reservas energéticas.2 El descubrimiento de
la leptina y el hecho de que su administración a
ratones ob/ob evitara la obesidad, sentó la esperanza de la posible solución de la obesidad humana si es que ésta era por un déficit de leptina.
Sin embargo, es excepcional este hecho en la
obesidad humana, habiéndose comunicado muy
pocos casos de déficit congénito de leptina. Por
el contrario, la obesidad humana parece un estado de resistencia a la leptina.2 En todo caso, se
ha descubierto que la capacidad de transporte de
la leptina a través de la barrera hematoencefálica
(BHE) está disminuida a partir de un cierto nivel
umbral de concentración plasmática. Por ello,
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incluso en el caso en que la obesidad resistente
a leptina se pudiera tratar con dosis altas de la
misma, se debería solucionar este problema del
transporte a través de la BHE.2 Recientemente se
ha descrito que la LPL por medio de la leptina es
independiente de la actividad adrenérgica, cosa
que no ocurre con la activación de las UCPs.
Sin embargo la administración aguda de leptina
produce hipertrigliceridemia porque interfiere
con la captación de triglicéridos por el músculo
y el adipocito. Los niveles de leptina no cambian
con una sobrecarga de glucosa ni con comidas
mixtas. Es tan sólo a partir de 6 horas y más
claramente tras 12 horas de ayuno o sobrealimentación cuando se ven cambios. Parece ser,
por tanto, que los niveles de leptina se relacionan más con los cambios a largo plazo. Tanto el
exceso de ingesta a largo plazo, como el ayuno
prolongado, son capaces de variar los niveles de
leptina más allá de lo esperado desde el punto
de vista del IMC.2 El aumento de la leptina en el
obeso puede indicar que existe una resistencia a
la leptina, posiblemente como resultado de una
reducción en el transporte de leptina hacia el cerebro. Se ha descubierto un ritmo circadiano en
relación con la ingesta de comida, observándose
los niveles más bajos durante los períodos de
inactividad, y los niveles más altos 8 horas después de la alimentación. Este ritmo, junto con
el hecho de cambios importantes en los niveles
de leptina en situaciones en las que no existen
cambios notables en el peso corporal sugieren
que este péptido puede estar relacionado con
otros factores además del tamaño de la masa
adiposa.27
c o n c l usi o n es
Hay evidencias para involucrar a la leptina en la
regulación de la ingesta y homeostasis energética ya que está relacionada en la modificación
de procesos fisiológicos que regulan la saciedad
y el gasto energético, siendo una hormona liberada por los adipocitos, cuyos niveles pueden
ser cuantificados. En cuanto a su utilidad en la
prevención de la obesidad, actualmente la combinación de dieta, ejercicio y cambios de hábitos
constituye la estrategia aceptada para la reducción y el mantenimiento del peso perdido.2 El
mejor entendimiento de los determinantes de la
obesidad humana será de utilidad en la preven-
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zavala m.
fisiología de la leptina
ción de la obesidad; significa una ardua tarea ya
que el periodo de vulnerabilidad no solo se restringe a la infancia y, por tanto, requiere un esfuerzo constante a lo lago de la vida de los individuos con tendencia a la obesidad.2 El incremento
de la actividad física resulta de suma utilidad en
el control de la obesidad humana y en la prevención de la obesidad de etiología genética. La
demostración de los determinantes genéticos de
la obesidad humana proporcionara bases racionales para desarrollar programas de prevención
que conduzcan al control de esta entidad, con
el consiguiente abatimiento de la morbimortalidad causada por complicaciones de un síndrome
complejo, en que los efectos genéticos no signifiquen predeterminación, solo predisposición.2
En el estudio observacional antes mencionado,22
se hizo referencia a que altas concentraciones
de leptina al inicio del control prenatal puede
predecir un incremento de riesgo de sobrepeso
y obesidad en mujeres vulnerables. En cuanto a
los efectos fisiológicos de la administración exógeno de leptina, no se evidenciaron efectos colaterales importantes, sino a nivel de la inyección
local, sin embargo la mayor parte de los estudios que utilizan fármacos lo han hecho a corto
plazo, de modo que resulta necesario efectuar
estudios a largo plazo con el propósito de corroborar la seguridad de estos medicamentos.2
r ec o m en d ac i o n es
Actualmente los estudios sobre la fisiología de
la leptina no son suficientes y su enfoque es básicamente como “fármaco antiobesidad”, presentándose en muchos casos de adiposidad extrema, resistencia al mismo y respuesta en casos
de obesidad genética. Debería enfocarse como
factor de prevención en personas susceptibles a
la ganancia de peso o riesgo de obesidad para
evitar la incidencia de todos los factores de riesgo que la acompañan.
La obesidad tiene una base biológica que
gracias al descubrimiento y caracterización de la
leptina, podrá seguirse investigando y con seguridad revelará muchas sorpresas mientras tienen
lugar más avances en la biología molecular que
conduzcan esclarecer por completo todos los
mecanismos implicados en la regulación de la
ingestión, el equilibrio energético y la conducta ingestiva; así será factible la prevención de
la obesidad y por tanto la reducción de los padecimientos relacionados con ella. Es necesario
realizar estudios a más largo plazo.
Agradecimientos: La autora agradece a la Universidad de
Carabobo, por el impulso hacia la formación de nuevos
líderes en la Investigación y la Docencia. Así mismo, dedico este trabajo a mis hijos, Luis José y Jesús Alejandro.
apéndice: fuente de financiamiento y soporte de la investigación
Trabajo autofinanciado, realizado por Profesor Instructor en la línea de Investigación sobre Calidad de Vida-Nutrición Comunitaria del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Carabobo (Trabajo previo de publicación en esta revista: Olivia
M Chávez Grimaldi, Mary Mendoza, Romina Güedez, Mireya Zavala, Carmen Lazorza. Sedación de pacientes en Ventilación
Mecánica. Parte I. MEDICRIT 2005; 2(4):49-54.
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