VISIÓN DE CARTERAS Y NO DE ACTIVOS GUILLEM BIENERT Responsable de Gestión de Carteras Fimarge SFI, SA Abril del 2016 En los últimos artículos publicados hemos estado insistiendo en que el mercado se estaba dando la vuelta y que era prudente adoptar una posición más defensiva en las diferentes carteras de nuestros clientes. No voy a incidir en los motivos otra vez. Lo que me gustaría es transmitir la idea de que NO somos puros market timers y que NO tenemos esa ventaja competitiva respecto a la mayoría de inversores. Nada más lejos de la realidad. Predecir en el corto plazo la evolución de los mercados es más arriesgado que identificar buenas inversiones para el medio y largo plazo (3-5 años). En nuestro proceso de inversión el análisis financiero y cualitativo para identificar activos de calidad es prioritario frente a la visión de mercados. Calidad, ante todo, a un precio razonable. Nos gusta invertir en acciones de compañías que presentan modelos de negocio sostenibles a lo largo de un ciclo económico, con barreras de entrada y buenas ratios financieras con potencial de revalorización. En el caso de los bonos incorporados a las carteras, buscamos aquellos emisores que ofrecen una buena rentabilidad y un potencial de mejora financiera que debería traducirse en un aumento del precio de sus bonos. Ahora bien, la incorporación de aspectos macroeconómicos y geopolíticos a este proceso nos permite entender qué está pasando y así ayudar a nuestros clientes a navegar a lo largo de un ciclo completo de mercado. Son dos las razones para acompañarles en su periplo inversor con una auténtica visión de gestión de cartera y no de activos. La primera es evitar variaciones bruscas del valor de su cartera. La experiencia nos ha demostrado que la volatilidad de los mercados es a veces menospreciada por los inversores. Su mayoría no ve en la volatilidad una oportunidad de compra sino una preocupación. Ante una variación adversa de los precios de los activos financieros confunden precio con valor y ven en esa caída en el precio el riesgo de una pérdida real o riesgo permanente. Nuestro objetivo es reducir su ansiedad no estando completamente invertidos cuando no lo creemos conveniente y aprovechar el incremento de volatilidad –las caídas de precios– para comprar aquellos activos de calidad que tenemos identificados en nuestra lista de la compra cuando su precio es inferior a nuestra valoración. La segunda es que la mayoría de inversores, aunque tienen un horizonte temporal de inversión a largo plazo, consideran el cierre de año como una fecha clave para juzgar la idoneidad de su cartera. Desgraciadamente, su horizonte temporal de inversión y el que aplican para juzgar la evolución de su cartera financiera no coinciden. Mediante la gestión activa de las carteras minimizamos las pérdidas anuales en momentos de ciclo bajistas sin renunciar a buenas rentabilidades futuras. La combinación de un estricto proceso de análisis de las inversiones y de la consideración de aspectos macroeconómicos y geopolíticos que impregna nuestra filosofía de inversión nos permite reducir el impacto negativo de un mercado adverso a sabiendas de que ni compraremos en el momento más bajo ni venderemos en el más alto. Las carteras no van a ser las más rentables en términos absolutos en el corto plazo pero, si conseguimos reducir las pérdidas, sí lo serán en el medio y largo. 2