Hoja V Cuaresma 2014 Delegación diocesana Pastoral Social Sevilla

Anuncio
HOJA V – AÑO 2014
Delegación Diocesana de Pastoral Social
Comisión Justicia y Paz
Un año más, nuestra Delegación de Pastoral Social –Justicia y Paz- ofrece unas
sugerencias de contenido social para este tiempo litúrgico.
ENTRA DENTRO DE TI Y MIRA A TU ALREDEDOR
Cuando, en el quinto domingo, se proclama la
resurrección de Lázaro, nos encontramos frente al
misterio último de nuestra existencia: «Yo soy la
resurrección y la vida… ¿Crees esto?»
La comunión con Cristo en esta vida nos
prepara a cruzar la frontera de la muerte, para vivir sin
fin en Él.
La fe en la resurrección de los muertos y en la
esperanza en la vida eterna abren nuestra mirada al
sentido último de nuestra existencia: Dios ha creado
al hombre para la resurrección y para la vida, y
esta verdad da la dimensión auténtica y definitiva a la
historia de los hombres, a su existencia personal y a su
vida social, a la cultura, a la política, a la economía.
Privado de la fe todo el universo acaba encerrado dentro de un sepulcro sin futuro, sin
esperanza. (Mensaje del Papa Benedicto XVI para la Cuaresma de 2011)
“La misericordia es una disposición de espíritu que por amor nos une con los que sufren
cualesquiera dolor o molestias… querer participar en los dolores, propio es únicamente de los que
están fortalecidos en la caridad” (San Gregorio Niseno. S. IV)
"El imperativo de escuchar el clamor de los pobres se hace carne en nosotros cuando se nos
estremecen las entrañas ante el dolor ajeno" Al igual que Jesús con Marta con la que mantiene un
diálogo abriéndole una esperanza, y con Lázaro, por quien lloró al decirle que había muerto.
"Felices los misericordiosos, porque ellos obtendrán misericordia".
El Apóstol Santiago enseña que la misericordia con los demás nos permite salir triunfantes
en el juicio divino: "Hablad y obrad como corresponde a quienes serán juzgados por una ley de
libertad. Porque tendrá un juicio sin misericordia el que no tuvo misericordia; pero la misericordia
triunfa en el juicio"
"Así como, en peligro de incendio, correríamos a buscar agua para apagarlo… del mismo
modo, si de nuestra paja surgiera la llama del pecado, y por eso nos turbamos, una vez que se nos
ofrezca la ocasión de una obra llena de misericordia, alegrémonos de ella como si fuera una fuente
que se nos ofrezca con la que podamos sofocar el incendio”.
NUEVA EVANGELIZACIÓN: LA CIUDAD
“La Iglesia está llamada a ser servidora de un
difícil diálogo…, aunque hay ciudadanos que
consiguen los medios adecuados para el desarrollo de la
vida personal y familiar, son muchísimos los «no
ciudadanos», los «ciudadanos a medias» los «sobrantes
urbanos». La ciudad produce una suerte de permanente
ambivalencia, porque, al mismo tiempo que ofrece a
sus ciudadanos infinitas posibilidades, también
aparecen numerosas dificultades para el pleno
desarrollo de la vida de muchos. Esta contradicción
provoca sufrimientos lacerantes.
En muchos lugares del mundo, las ciudades son escenarios de protestas masivas donde miles
de habitantes reclaman libertad, participación, justicia y diversas reivindicaciones que, si no son
adecuadamente interpretadas, no podrán acallarse por la fuerza.
La proclamación del Evangelio será una base para
restaurar la dignidad de la vida humana en esos
contextos, porque Jesús quiere derramar en las ciudades
vida en abundancia (cf Jn 10,10). El sentido unitario y
completo de la vida humana que propone el Evangelio es
el mejor remedio para los males urbanos,... Pero vivir a
fondo lo humano e introducirse en el corazón de los
desafíos como fermento testimonial, en cualquier cultura,
en cualquier ciudad, mejora al cristiano y fecunda la
ciudad”.
(Evangelii gaudium 74-75)
Dígnate, Señor, venir a mi tumba y lavarme con tus lágrimas: en mis ojos áridos no tengo
tantas para lavar mis culpas. Si lloras por mí, me salvaré.
Si soy digno de tus lágrimas, desaparecerá el hedor de mis pecados. Si merezco que llores
un momento por mí, me llamarás de la tumba de mis pecados y dirás “Ven fuera”, para que mis
pensamientos no queden encerrados en el estrecho espacio de esta carne, sino que salgan al
encuentro de Cristo para vivir en la luz; para que no piense en las obras de las tinieblas, sino en las
del día: el que piensa en el pecado trata de encerrarse en sí mismo. Señor, llama a tu siervo que
salga afuera: a pesar de las ataduras de mis pecados que me oprimen, con los pies vendados y las
manos atadas, y aunque esté sepultado en mis pensamientos y obras muertas, a tu grito saldré libre y
me convertiré en un comensal de tu banquete. Tu casa se inundará de perfume si conservas lo que te
has dignado redimir. Amén.
(San Ambrosio)
ORACIÓN
Virgen y Madre María
Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados
para llevar a todos el Evangelio de la vida
que vence a la muerte.
Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos
para que llegue a todos
el don de la belleza que no se apaga.
(Evangelii gaudium)
Descargar