PARA DIALOGAR Recordando con alegría y orgullo En un momento en el que nuestra sociedad evidencia una carencia de valores humanos, y la situación económica y social no son las más felices, podemos retomar el espíritu de la fundación de la Soka Gakkai y recordar con alegría y orgullo la vida y las actividades de los pioneros de nuestro movimiento. Llevando a la práctica la enseñanza del budismo Nichiren, Daisaku Ikeda ha dedicado su vida a enseñar cómo lograr la felicidad mostrando una fe basada en la inseparabilidad de mentor y discípulo, con una postura y comportamiento ejemplares en los momentos de mayor adversidad. Sigamos sorprendiéndonos con los avances diarios de cada uno de nosotros, y esforzándonos para ser una fuente de inspiración para el resto de los miembros de nuestra sociedad. “ Le enseñaré cómo llegar a ser un buda con facilidad. Enseñar algo a una persona es como lubricar las ruedas de un carro para que giren aunque este sea pesado, o como botar un navío al agua para que navegue sin tropiezos. La forma de llegar a ser un buda fácilmente no tiene nada de especial. Es como dar agua a un sediento en época de sequía, o como encender fuego para alguien aterido de frío. Es, también, como dar algo único e irrepetible a otra persona, o entregar algo en calidad de ofrenda aunque a uno le cueste la vida.1 En el momento de escribir esta carta, los seguidores del Daishonin en la provincia de Suruga sufrían el ataque de los tres obstáculos y los cuatro demonios,2 y de los tres enemigos poderosos3 del budismo. Sin duda, el Daishonin esperaba que Tokimitsu, a quien iba dirigida esta carta, en tanto residente de esa zona y creyente, estableciera una fe inamovible y se mantuviera firme en su práctica budista para triunfar sobre la adversidad. En una carta anterior lo había alentado diciéndole: “Mi deseo es que todos mis discípulos puedan hacer un gran juramento”. En respuesta a ese aliento del Daishonin, Tokimitsu había estado esforzándose con seriedad como discípulo. Desde un punto de vista objetivo, ya estaba en el camino seguro hacia el logro de la Budeidad. Pero todos los jóvenes sienten incertidumbre ante el camino de la vida y del porvenir. Se preocupan precisamente porque quieren mejorar, crecer y avanzar aunque sea un poco más. Conscientes de esto, la clave para forjar a los jóvenes es confirmar ese deseo puro y sincero de crecer, ayudarlos a extraer todo su potencial, respetar su deseo de desarrollo personal, elogiarlos y apoyarlos afectuosamente con miras a ese propósito. Cuando uno aceita las ruedas, el carro avanza aunque lleve una carga muy pesada. Cuando uno hace flotar un barco en el agua, puede navegar con facilidad. Estos dos son ejemplos que ilustran la tarea de ayudar o de facilitar el avance. Lo importante es crear condiciones para que a la gente le sea fácil progresar, reconociendo que está en manos de cada individuo hacer ese avance concreto. Del mismo modo, el propósito de la educación –o como dice el Daishonin, “enseñar algo a otro”– es forjar personas que tengan la fortaleza y la integridad de afrontar las contiendas de la vida. Todos poseen el estado sublime de la Budeidad. Todos pueden avanzar triunfalmente por el supremo camino de la felicidad. Cuando tomamos conciencia de que poseemos dentro de nosotros el estado de vida de la Budeidad, vasto como el universo, no hay dificultad que no podamos superar. Esto mismo se aplica al principio de transformar el karma. Cada uno de nosotros tiene que confrontar y resolver por sí mismo su karma o destino. Una vez que entendemos que el poder de cambiar el karma existe dentro de nosotros, la adversidad cambia de signo y todo lo que nos toca vivir adquiere sentido. Es decir, convertimos el karma en misión.4 1) Los escritos de Nichiren Daishonin, Tokio: Soka Gakkai, 2008, págs. 1132-1133. 2) Tres obstáculos y cuatro demonios: Diversas obstrucciones e impedimentos que se interponen en la práctica budista de los creyentes. Los tres obstáculos son: I) el obstáculo de los deseos mundanos; II) el obstáculo del karma; III) el obstáculo de la retribución. Los cuatro demonios son: I) el impedimento de los cinco componentes; II) el de los deseos mundanos; III) el de la muerte; IV) el Rey Demonio. 3) Tres enemigos poderosos: Tres clases de personas arrogantes que persiguen a los que propagan el Sutra del loto en la época malvada posterior a la muerte del Buda. Se los describe en la estrofa de veinte versos del capítulo “Aliento a la devoción” (13.o) del Sutra del loto. El gran maestro Miao-lo de la China los tipificó en tres categorías: I) laicos arrogantes; II) sacerdotes arrogantes; III) falsos venerables arrogantes. 4) IKEDA, Daisaku: Disertación sobre “El próspero Sudatta”, de la serie Aprendamos de los escritos de Nichiren Daishonin: Las enseñanzas para lograr la victoria. 14 Civilización global n.º 115 · noviembre 2014 ”