Mientras amanece - Juventud Rebelde

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OPINIÓN
SÁBADO
21 DE JULIO DE 2012
juventud rebelde
LA CRÓNICA
MELISSA CORDERO NOVO
[email protected]
Vi que el mar verdadero era
un muchacho que saltaba
desnudo…
Rafael Alberti
EL reflejo de la ciudad no es el mismo cuando oscurece. Se aleja la sombra de la figura original y aparecen nuevos personajes,
que en la luz se confunden con nosotros
mismos. En las mañanas ellos pueden
transfigurar el paisaje, pensarse en medio
de un quirófano, o en un departamento de
economía o en una sala de diseño o cámara en mano deteniendo el tiempo; hasta
que la noche los golpea y los devuelve del
sueño.
Dejan en casa las metas que una vez
tuvieron, las incumplidas, y salen al muro, al
límite, pensando siempre que hoy será un
buen día. Y mientras yo estoy sentada, con
lo pies al aire, los veo pasar, una y otra vez,
demasiadas veces para una sola noche;
como si la vida se redujera al momento en
Mientras amanece
que alguien decide cambiar centavos por
melodías.
Van con las cuerdas pegadas a las
yemas de los dedos, cuerdas salobres, guitarras salobres, y caminan a la par de la
oscuridad. En silencio. Los pasos se pierden entre la gente y los pedazos de olas
que saltan sobre el muro. Despacio. Aprendieron, antes, a cobrar por el talento que
sueltan a la brisa. Venden la voz sin precauciones, y graban sus formas a lo largo
del camino, como si el malecón de La
Habana no supiera de memoria sus pasos.
Son juglares modernos, derivaciones
del griot, una especie de rapsoda o un
aeda con rumbo fijo, y que sabe de memoria historias que entretienen a los hombres. Llevan sobre la espalda la herencia
de aquellos antepasados que alrededor
del fuego narraban la caza del gran mamut, o el peregrinar de Homero, siglos después, contando épicas leyendas de los héroes y los dioses.
Me es fácil grabarme su imagen en las
pupilas —sucede involuntariamente—, y
después los recuerdo antes de acostarme
o cuando corro para montarme en una guagua o cuando me leo un libro o a la hora de
escribir. Es muy raro.
Y mientras estoy frente a ellos bajo la
cabeza si se aproximan,y me pregunto ¡tantas
cosas!: ¿por qué no tienen un trabajo común?,
por ejemplo, o ¿cuánto ganan en una noche?,
o si ¿le duelen mucho los pies y las manos
cuando llega el amanecer?, o si ¿se sienten
cómodos complaciendo los caprichos de los
demás?, o si ¿en verdad no les quedó otro
remedio para sobrevivir que no fuera ofreciendo buena música?
El mar los conoce, y esas lucecitas que
los escuchan en medio de las olas, y que
no saben si, al lanzar el anzuelo, están capturando peces o ilusiones. Y luego ellos se
truecan, o se pierden, con otras señoritas
que interrumpen a las parejas a mitad de
un beso para venderles flores de cristal, o
peluches comprimidos dentro de una copa,
o maní y vino frío y rositas de maíz. Todos
los ven pasar, aunque pocos los advierten
dentro de la fauna inmensa que se apodera del malecón en las noches.
Las cuerdas de una guitarra son las más
débiles amigas de esos hombres. Esclavos
de la realidad crean el ritual todas las noches, rezando siempre porque no llueva y
porque algún extranjero, o nacional, sienta
una nostalgia indescriptible por la música.
Y tienen hasta que resignarse cuando
un grupo de muchachos, locos muchachos
fuera de esta época de reguetones, les
piden canciones de Silvio y de Pablo y del
Benny, y ellos responden: «no compadre, no
tengo montado nada de eso». Y después
conformarse con los únicos diez pesos que
teníamos en el bolsillo; y luego volver a perderse entre la gente y los besos de los
amantes y los otros vendedores. Quizá con
la cabeza baja y deseando, de una vez, que
por fin amanezca.
FRENTE
AL ESPEJO
Todos seremos mejores
JAVIER DUEÑAS OQUENDO
[email protected]
«COMPAÑERO José Alejandro Rodríguez: Quiero comentar dos
escritos suyos del domingo 15 de julio. Uno de ellos apareció
en Acuse de Recibo bajo el título En defensa propia, y el otro,
nombrado La usura del saber, en la página de Opinión.
«En el primero usted pone al descubierto cómo actúan personas sin escrúpulos, que tratan de ampararse en el prestigio
y autoridad ganada en muchos años por usted y su columna
para, en ciertos casos, denunciar una situación, y en otras para
presionar a determinados funcionarios con vistas a que tomen
medidas… Otra manifestación de este modo de actuar, más
degradante y bochornosa, es cuando se utilizan estos métodos
para obtener beneficios personales. Considero muy oportuna
esta denuncia, que alerta para que funcionarios no sean embaucados por quienes emplean este deshonesto accionar.
«En cuanto al comentario La usura del saber, creo que usted
expone, de forma clara y aleccionadora, un problema real y
actual, contrario a los valores que han sido, son y serán uno de
los baluartes de la Revolución. ¡Ojalá que todas las familias
cubanas interioricen lo analizado por usted! Así todos seremos
mejores. Lo felicito sinceramente: lo expresado por usted debe
contribuir a razonar y lograr que por encima del individualismo
y el egoísmo, primen la iniciativa, el esfuerzo y el talento». (José
Pablo Lleonart Machado)
«Yoelvis: Así somos, y a veces queremos justificar nuestras
incorrectas actitudes con aquello de que el cubano, si no llega
se pasa. Hace falta llegar, con júbilo y satisfacción por el cumplimiento de nuestros propósitos; y también, si queremos pasarnos, que sea en desborde de cordura, de amor, de buenos
sentimientos y buenas acciones para con nuestros semejantes». (José Antonio)
ACUSE
DE RECIBO
JOSÉ ALEJANDRO RODRÍGUEZ
[email protected]
EL doctor Carlos Villegas Valverde (Calle 13
No. 251, entre A y B, Lawton, La Habana)
sigue esperando por su ansiada casa, que
se le otorgó en 2004 por el municipio capitalino de Diez de Octubre, como parte del
programa de construcción de viviendas para médicos internacionalistas.
Todo se desencadenó a partir de una
aparente simpleza: en 2005, Carlos solicitó
traslado como beneficiario para el municipio de Playa, por cercanía a su trabajo. Y el
cambio se aprobó: él pasó a ser de los primeros en una lista para un edificio próximo
a construir.
En 2007, se entregan cinco viviendas
construidas de ese programa en Playa.
Intentan localizar a Carlos por parte de la
Dirección de Colaboración en el municipio,
pero él se encontraba de misión en Venezuela.
Contactaron a su familia, pero esta no
pudo dar respuesta con la premura que se exigía y no hablaron con quien él dejó como responsable de tomar decisiones en lugar suyo.
En fin, entregaron la casa a otro médico.
Esperando por su casa…
Carlos quedó de nuevo en los primeros
lugares para un próximo edificio. Pero desde 2007, él pregunta y pregunta cuándo
será su ejecución, y le responden que «no
hay aprobación para el año». Así desde
2007.
El doctor Carlos considera que ante un
asunto tan serio como la vivienda no valen
las urgencias y los corre-corre.
«¿Por qué no me escribieron un correo
—poseían mi dirección electrónica— para
conocer mi decisión con las viviendas que
se estaban reasignando? ¿Por qué no se
me explicaban los motivos de la demora,
año tras año, de la construcción de un próximo edificio?», cuestiona.
En 2011, lo citaron a la Dirección Provincial de Salud para explicarle los motivos del
atraso en la construcción de los edificios en
Playa: se trataba, en concreto, de la no disponibilidad de espacio para su construcción; algo que el galeno no entiende, pues
ve espacios vacíos por doquier en ese
municipio.
Y en la capital se están otorgando viviendas
DIRECTOR:
Pelayo Terry Cuervo
SUBDIRECTORES EDITORIALES:
DIARIO DE LA JUVENTUD CUBANA
Fundado por Fidel el 21 de octubre de 1965
Herminio Camacho Eiranova, Ricardo
Ronquillo Bello y Marina Menéndez
en otros municipios a médicos que, como
él, llegaron a Venezuela en el 2003, pero
que no se les había construido por atrasos
en sus territorios de residencia.
Urgido por su vivienda, Carlos le sugirió a
la funcionaria del Departamento de Inversiones de la Dirección Provincial de Salud
que se le asignara la casa en otro municipio, puesto que él cumple con creces el
requisito de tiempo de llegada de la misión
y de espera. Y ella le respondió que, como
él aguarda por Playa, no se le puede trasladar, pues a ese municipio se le han construido varios edificios.
Carlos le insistió en que es un caso pendiente, de bastante atraso. Médicos que
regresaron después que él ya disfrutan su
vivienda….
«En conclusión —advierte—, como
estoy en Playa no tengo prioridad. Pregunto entonces: si yo tengo la misma condición que un médico de Diez de Octubre, de
La Habana Vieja o del Cerro, ¿por qué no
se puede analizar mi caso? ¿Por qué si en
la capital hay tantos problemas y gran
SUBDIRECTOR ADMINISTRATIVO:
Enrique Saínz Alonso
REDACCIÓN: Territorial y General Suárez, Plaza
de la Revolución, La Habana, Cuba.
APARTADO: 6344
atraso en la construcción de estas viviendas, no se analizan los colaboradores que
más tiempo llevan esperando, vivan en el
municipio que vivan?
«En el mismo 2011 y por la respuesta
que me dio la funcionaria de la Dirección
Provincial de Salud, le escribí al Director
Provincial de Salud y no he recibido respuesta. Estas viviendas son el estímulo a
los resultados obtenidos en el cumplimiento de una honrosa e importante misión,
decisión tomada por la máxima dirección
del país con toda la justeza, racionalidad y
equidad que la magnitud de la tarea cumplida amerita».
Sería saludable que se le diera respuesta efectiva a la inquietud del doctor Carlos,
en cuanto a que su prioridad en el tiempo
no puede ser tenida en cuenta. Y, que a su
vez, Salud Pública explicara las razones que
están incidiendo en la larga espera sobre la
marcha de un programa tan priorizado por
la dirección del país, como lo es la construcción de casas para nuestros médicos
internacionalistas.
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