02 OPINIÓN SÁBADO 10 DE MAYO DE 2014 juventud rebelde Soliloquio de un personaje ficticio LA CRÓNICA SUSANA GOMES BUGALLO estudiante de Periodismo [email protected] SIEMPRE he sido grande. Y no por el tamaño (quien me ha visto, lo sabe), sino porque me gusta asumir que no debo darles problemas a quienes conviven conmigo y que tengo el sagrado deber de resolverlo todo sola. Casi nunca lo logro, por supuesto. Pero me demoro bastante antes de gritar. Mi mamá se lo ha creído. Trata de respetar mi personaje. Solo a veces, como niña que le da vueltas a un cake de chocolate, me mira con el ánimo de que «me afloje» y suelta: «Sé que tienes algo, pero como te gusta encargarte de eso, ni te presiono». Y yo continúo con el disfraz de «fortachona». Ella trata de averiguar mediante mil marañas hasta que… me desplomo (caso raro) o le doy la buena noticia de que ya estoy bien, aunque no sea tan cierto. Siempre he sido grande. No me gusta llorar delante de ella con tal de no generarle un problema (¡y eso que puedo ser ñoña!). Prefiero aguantar «como una mujercita». Me hago la de los consejos, la de la terapia en sentido inverso (de hija a madre), y ya me he ganado ante ella el cartelito de madura. Puedo tener el corazón estrujado y decirle con una sonrisa: «¡No te pongas así, todo va a mejorar!» Y ella me cree más que yo a mí misma. Así han pasado estos años. Incluso he debido hacer oídos sordos a su constante anhelo de que le escriba algo. Porque sé que si lo hago no podré evitar la confesión. Hace unos meses hasta le dediqué la crónica que un periodista camagüeyano de infinita sensibilidad escribió para su mamá (Mi madre al teléfono, Enrique Milanés León). Ofendida, me dijo que no había visto mi nombre en ninguna página del periódico, y que si ella no era capaz de inspirarme nada, pues que no le regalara lo de otros. No pude responderle. Era tan larga la explicación. Y yo no iba a «entregarme» tan fácil después de siglos de enmascaramiento. Siempre he sido grande (ya he dicho que aparentemente). Pero hace unos días se me está desdibujando más de lo normal el fantasmal maquillaje. Porque el tiempo y la distancia terminan «pasándonos la cuenta». Sigo esforzándome. Pero ya no es lo mismo. Casi se me han escapado los «te extraño» y los «te necesito». Si bien logro controlarme, cada vez se me dificulta más mantener el personaje invulnerable dentro de esta vida de «adulta». Aunque es sabido que la famosa «ley de la vida» dicta que con el tiempo cada cual tome su camino y comience otra etapa, no siempre se acatan las consecuencias de estas normas a las que ya deberíamos estar adaptados desde el momento mismo en que nacemos. Incluso me atrevería a afirmar que, ante la verdadera independencia, ante el monólogo irremediable que no da cabida a la presencia de nuestros progenitores, es cuando más se nos «suben a la cabeza» las debilidades,los llantos,las necesidades. Por suerte están los amigos. Por suerte también se puede «aguantar en solitario». Lo admito. He llorado las distancias. No me adapto. No puedo. De una vez y por todas he comenzado a renunciar a la máscara de la fortaleza. Aunque intento no pensar, aunque trato de no desparramarme en nostalgias, aunque sé que ahora verdaderamente estoy creciendo y debo procurarme el suficiente sustento espiritual… algún fallito se me escapa. No soy la misma. O peor aun: soy la misma. Sin embargo, ahora ocurre que los años y el ansia de otras aspiraciones me han condenado a dejar para luego algunos sentimientos que acaban «saliéndose» en el momento menos indicado. Y estoy perdiendo mi máscara, se me están olvidando los parlamentos que estudié para mi personaje, casi estoy fuera de la obra. En el momento menos pensado tendré que abrazarla, darle las felicidades de este año, decirle que la quiero y seguro se me escapará que estoy triste, que no me gusta tanto ser grande, que necesito que me mimen, que no soy ni un tilín de lo fuerte que ella cree, que todo era parte de un personaje. Pero ya me conozco. Siempre he sido grande. Enseguida recapacitaré, recogeré la máscara del piso y volveré a sonreír. «Ha sido una escenita», le diré. Y tal vez mi mamá nunca sospeche que fue la más real de todas las representaciones de mi obra. FRENTE AL ESPEJO JAVIER DUEÑAS OQUENDO [email protected] Con vocación integradora «ES muy cierto lo que usted dice (Por algo será, Ricardo Ronquillo Bello, 27 de abril). Las múltiples interrogantes condicionan las maneras de pensar o repensar el futuro de nuestro país, y no se le puede dejar de tarea a personas con un pensamiento burocratizado y estigmatizador. Hay que hacer los esfuerzos necesarios para unir todas las voluntades con vocación integradora, de modo que ello nos permita llegar a puerto seguro, asumiendo el reto del lastre que supone la apatía de unos cuantos que apuestan a lo contrario». (Eugenio Ávila) «Luis y Roberto: Oportunas sus reflexiones sobre el fascismo alemán (Cuando la barbarie quiso tener ojos azules, Luis Hernández Serrano y Roberto Regincós Álvarez, 9 de mayo). Se ha de meditar seriamente en este asunto, pues aun en nuestro tiempo este flagelo quiere resurgir en muchos países. Y ha de combatírsele, pues el fascismo significa la muerte de la humanidad». (Hiram Feria Quintana) «Interesante tema (¿Se quema mi familia?, Mileyda Menéndez Dávila y Yanela Gómez Pérez, página temática Sexo sentido, sábado 26 de abril). El caso mío fue muy distinto: tengo ya algunos añitos y tuve que arreglármelas solo, pues mis padres eran —como se dice— tachados a la antigua. Mostraban su amor de manera muy discreta, pero nunca me faltaron el afecto y el cariño de ellos. Respecto a su vida sexual, nunca supe nada. Al principio de la mía cometí varios errores, que superé mientras aprendía de los tropezones y leía cotidianamente las publicaciones que hoy se ponen a disposición de la sociedad. La juventud actual tiene elementos suficientes para afrontar la vida sexual sin problemas, pues muchos padres les hablamos a los hijos de esos temas con absoluta naturalidad, dando siempre consejos útiles para que no caigan en los fiascos que cometí yo por inexperto». (Gualy) Trabajador reivindicado ACUSE DE RECIBO JESÚS ARENCIBIA LORENZO [email protected] UNA simple nota en el libro de guardia. Esa fue toda la documentación que encontró Ernesto Manuel Batista Durán en virtud de la cual su compañero de turno y él no podían entrar a su centro de trabajo, el emplazamiento de grupos electrógenos de Berroa. Sin entender nada de nada, Ernesto Manuel llamó a su jefe para que le «tradujera» aquella absurda prohibición. Este arguyó que tras entregar ellos la guardia, 72 horas antes, se había detectado agua en un tanque de petróleo. Al responder el trabajador que no tenía nada que ver con eso, que ellos habían entregado correctamente, el directivo esgrimió que Ernesto y su compañero eran los sospechosos principales de esa anomalía, porque el turno inmediatamente anterior había trabajado bien con los motores y eran de confianza. Ante el continuo reclamo de Ernesto, el ejecutivo le indicó irse para la casa y esperar allí a que fuera llamado. El trabajador cumplió la indicación y más de un mes después se decidió, ya bastante preocupado, a llamar al Director de la Empresa. Este le comunicó que se había decidido su expulsión y que pasarían a llevarle la sanción escrita. En el aludido documento, que finalmente llegó a manos del supuesto infractor el 19 de noviembre de 2013, no se mencionaba ni una palabra de agua, motor, petróleo o cosa semejante. Se le expulsaba por ausencias, las mismas que provocó su jefe inmediato al no permitirle ingresar al centro de trabajo. El Órgano de Justicia Laboral de Base (OJLB) falló a favor del trabajador y dictaminó, con fecha de 27 de noviembre de 2013, su reincorporación como Operador A de cuadro eléctrico. Pero tras varios días, otra maniobra turbia intentó sacar de la entidad al afectado. Fue trasladado a otra institución similar en el Reparto Eléctrico, superdistante de su domicilio en edificio 664, apartamento 37, zona 18, Alamar, La Habana del Este. Encima de esto, el jefe de la nueva entidad, al recibirlo le comunicó que no tenía plaza para él y que además no comprendía por qué lo habían mandado tan lejos de su hogar, cuando el horario de entrada allí era estrictamente a las 8:00 a.m. Al momento de escribirnos, Ernesto llevaba tres meses sin poder laborar, y su familia lo mantenía. DIRECTORA: Marina Menéndez Quintero SUBDIRECTORES EDITORIALES: DIARIO DE LA JUVENTUD CUBANA Fundado por Fidel el 21 de octubre de 1965 Herminio Camacho Eiranova, Ricardo Ronquillo Bello, y Yailin Orta Rivera Respecto a este caso, publicado aquí el 11 de febrero último, escribe Mario Gutiérrez Ronquillo, director general de Generación Distribuida Ciudad Habana (Gedich), entidad perteneciente a la Unión Eléctrica. Explica Mario que, tras la investigación de rigor, se comprobó que en el proceso disciplinario emprendido contra Ernesto Manuel Batista Durán «no se identificó correctamente el nivel de responsabilidad del trabajador afectado, ni se aplicó al pie de la letra lo indicado por la Resolución del OJLB, y por tanto, le fueron aplicadas medidas disciplinarias no apegadas a la legislación vigente». También apunta el directivo que el trabajador no realizó reclamación alguna a nivel de la empresa Gedich, pues cuando en la misiva expresaba haber hablado con el Director de la empresa, hacía referencia en verdad al Director de la unidad empresarial de base (UEB) Diésel. De tal forma que la dirección de Gedich conoció el caso cuando salió en JR. El trabajador tampoco reclamó sus derechos ante el sindicato del ramo en el municipio, ni ante la CTC de Guanabacoa, ni ante instancias provinciales de La Habana, lo cual —opina el directivo— hubiese evitado o corregido a tiempo las irregularidades. De cualquier manera, ante la razón que asiste al trabajador sancionado, se SUBDIRECTOR ADMINISTRATIVO: Enrique Saínz Alonso REDACCIÓN: Territorial y General Suárez, Plaza de la Revolución, La Habana, Cuba. APARTADO: 6344 resolvió, por el Consejo de Administración de la empresa, reincorporar de inmediato a Ernesto Manuel Batista a su puesto en Berroa, lo cual se efectuó a partir del 17 de febrero de 2014, así como «retribuirle todos los ingresos y beneficios dejados de percibir. «El 25 de febrero el Director General de la empresa informó personalmente a todos los trabajadores de la planta Diésel de Berroa las medidas adoptadas y la incorporación oficial del trabajador a su centro». Igualmente se decidió «incorporar en los Planes de Prevención y de Riesgos de la empresa las medidas necesarias para que hechos como este no se repitan en la organización», apunta el dirigente. Y finaliza acotando que se aplicó la medida disciplinaria de democión definitiva de sus cargos a los compañeros que se desempeñaban como jefe del Emplazamiento de Berroa y de director de la UEB Diésel, con independencia de lo que se derive de la aplicación de la responsabilidad material, por cometer errores no compatibles con la política desarrollada por la Unión Eléctrica, el Ministerio de Energía y Minas, y el Sindicato del ramo…». Agradezco la misiva. Esperábamos justicia y decencia. Y llegaron. ZONA POSTAL: La Habana 6, CP: 10600 PIZARRA: 882-0155, 882-0346, 882-0789 TELÉFONO ATENCIÓN A LECTORES: 881-8265 FAX: 883-8959 CORREO ELECTRÓNICO: [email protected] INTERNET: www.juventudrebelde.cu ISSN: 0864-1412 Impreso en el Combinado de Periódicos Granma