Poderoso caballero

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OPINIÓN
SÁBADO
17 DE JULIO DE 2010
juventud rebelde
Poderoso caballero
por HUGO RIUS
[email protected]
MÁS de cuatro siglos atrás, Francisco de
Quevedo escribió una célebre letrilla que ha
perdurado en el tiempo, dedicada a lo que llamó poderoso caballero Don Dinero, ante el
cual —advierte incisivo en algunas de sus
connotadas estrofas— «me humillo» pues
«que da y quita el decoro y quebranta cualquier fuero».
Diversas lecturas y moralejas deja para el
consumo de cada quien, bien a tenor con los
valores en los que se sustente o, en el otro
extremo, la codicia desmedida y el pragmatismo cínico que pasa por encima de cualquier escrúpulo. Pero en cualquier caso se
trata de un ambiguo caballero que enriquece
y engorda y a la vez envilece y denigra.
Traído el caso a la compleja realidad
cotidiana cualquier reflexión transita por
sendas de laberintos quebradizos, entre la
necesidad concreta de ese valor de cambio
que llamamos dinero cuando los bolsillos
discrepan con los precios, y el imperativo
moral del pudor y la ética; entre el enfermizo apego a los billetes que van y vienen y el
peligro de perder valores peligrosamente
irrecuperables, aun después de hasta
nadar en abundancias materiales; entre el
egoísmo y la solidaridad humana.
Preocupa una tendencia perceptible a
tramposas soluciones individualistas de lo
inmediato, a una suerte de pretendido
«asalto» de lo que unos y otros creen que
les falta de sus salarios, como si estos últimos fueran piezas sueltas, ajenas al conjunto de la economía de un país, en un contexto además de crisis global, como si los
ingresos no tuviesen nada que ver con la
productividad y la producción de bienes, y
los reordenamientos de la fuerza de trabajo, el ahorro y los límites presupuestales
que se están encarando, o con el hostigamiento en el comercio internacional.
De igual forma se tiende a obviar, como si
fuera poca cosa, lo que el Estado destina a
los servicios gratuitos en salud y educación,
a salvo de las cuentas de las billeteras familiares que muchos, en zozobra en otras latitudes del mundo, ansían desesperadamente.
Pese a todo este balance tan objetivo,
me temo que quedan contados sectores
donde no haya comenzado a penetrar el
contaminante y sonante «caballero» a la
hora de que un ciudadano común solicite o
reclame lo que es obligación institucional
proporcionarle hasta donde pueda. En traspatios aparece el artículo buscado y la oferta de trámite agilizado mediante procedimientos al margen, y emolumentos por
medio, en un saqueo autofágico de los ya
limitados recursos.
La tentación de sacar provecho monetario puede ganar terreno hasta en áreas que
deben conservarse como infranqueables,
intransgredibles, santuarios de nuestro proyecto social, como la salud pública y la educación, si por ejemplo para la transportación por medios institucionales a pacientes
en estado delicado, alguien estableciera un
precio, o se facilitara la graduación de un
estudiante sin los conocimientos exigibles y
demostrables, en simulaciones fraudulentas y tarifadas que hipotecarían gravemente
el futuro de la Nación.
Respecto a este último escenario, a menudo me pregunto si, portadores de flamantes títulos, padres y maestros podrían dormir
en paz consigo mismos, presas del envilecedor Don Dinero, y que en mirada perspectiva es como garantizar pan para hoy y
hambre para mañana.
FRENTE
AL ESPEJO
JAVIER DUEÑAS OQUENDO
[email protected]
«MI estimado Javier: La educación
es la base de todo en la vida y esa
se enseña desde la cuna (La pluma del alma, estudiante de Periodismo, Javier Ortiz Macías, 13 de
julio). Infelizmente y desde hace
tiempo se ha perdido una parte de
ella. Las personas dejan todo a la
escuela, y se olvidan de que la
escuela enseña pero no educa. La
educación es una responsabilidad
casi única de la familia. Reconozco que hoy en día es difícil…».
(Alfredo Viamonte Marín)
La base de todo
«Muy bueno el artículo (Pequeñas acciones hacen grandes diferencias, Mario Alberto Arrastía Ávila, 13 de julio), pero en algo no
coincido y es en lo referente a
desconectar permanentemente el
backup de las computadoras.
Creo que al respecto se debe ser
más explícito pues en caso de que
la batería no haya adquirido la carga necesaria, se deteriora más rápidamente; y al final lo que ahorramos en electricidad lo botamos
al tener que reponer la batería que
ya de por sí es bastante cara. Conozco más de un caso de instituciones estatales en las cuales ya
se han deteriorado por tal motivo».
(Santiago)
«Aunque el lead del artículo tiene un lenguaje surrealista (Ponerle alma hasta a lo más simple, 11
de julio, Alina Perera Robbio, José
Luis Estrada Betancourt, Kaloian
Santos Cabrera y Yoelvis Lázaro
Moreno Fernández), el contenido
desborda buen periodismo, inteligencia y profundidad y creo que
debemos prestarle más atención
a este asunto… Este artículo es
un ejemplo del periodismo que se
necesita para desarrollar el país.
Tiene balance informativo y datos
estadísticos reveladores de los
problemas que confronta la población, sin “pasarle la mano al problema” y, sobre todo, arma al lector con un instrumento de trabajo
útil a la hora de abordar el tema
ACUSE
DE RECIBO
La ética de la sensibilidad
JOSÉ ALEJANDRO RODRÍGUEZ
[email protected]
CON la respuesta del doctor Mario Manuel
Delgado, director del Hospital Docente
General Calixto García, de la capital, hoy
podía cerrarse definitivamente —si cala la
lección que encierra— la vergonzosa historia relatada aquí el pasado 21 de mayo por
el lector Ángel Ribot. Y debía servir para que
nunca jamás se repitiera episodio de tal
insensibilidad, que mancha la digna dimensión solidaria de la Medicina cubana.
Recordemos en síntesis que Ángel, residente en el poblado habanero de Santa
Cruz del Norte, caminaba el 4 de mayo por
una calle de Centro Habana cuando, al dar
paso a una anciana, tropezó con un desnivel de la acera; y del impacto de la caída,
comenzó a sangrar abundantemente por el
arco superciliar derecho y por la nariz.
El herido, auxiliado por transeúntes, llegó
manando sangre al cuerpo de guardia del
Hospital Calixto García. Le indicaron la segunda puerta a la izquierda, pero allí tres médi-
cos conversaban animadamente. El accidentado ni pudo acercarse. Uno de los galenos,
le señaló con la mano, y en un tono frío e impersonal: «allí al lado, en la primera puerta».
Y en torno a la primera puerta, había en
espera unas diez o 12 personas. Ángel continuaba sangrando. Adentro, un médico
atendía a una señora que estaba de pie, y
entre ambos intercambiaban notas, como
quienes elaboran un informe. Alrededor cinco o seis jóvenes con batas blancas conversaban. Ángel continuaba salpicando el
piso de sangre, ya impaciente.
Se dirigió de nuevo a la segunda puerta, y
el mismo médico lo espantó diciéndole: «¡Pida el último allí». Ángel se cansó de esperar.
Abandonó el cuerpo de guardia del Calixto y,
apretando la herida con el pañuelo ensangrentado, inició el azaroso viaje hacia el hospital de Santa Cruz del Norte: primero tomó
un ómnibus hasta zonas cercanas a la Estación Ferroviaria Central, allí un auto de alqui-
DIRECTOR:
Pelayo Terry Cuervo
SUBDIRECTORES EDITORIALES:
DIARIO DE LA JUVENTUD CUBANA
Fundado por Fidel el 21 de octubre de 1965
Herminio Camacho Eiranova, Ricardo
Ronquillo Bello y Marina Menéndez
ler hasta Guanabo, y desde esta localidad,
un camioncito de porteador privado hasta
Santa Cruz.
Desde que arribó al hospital de Santa
Cruz, todo fue a la inversa. La primera enfermera que lo vio, aunque ocupada en otro
caso, le preguntó: «¿Qué le sucedió, abuelo?», como si fuera su nieta. Le alcanzó una
silla y comenzó a atenderle. Limpió y desinfectó la herida «con todo el amor del mundo»,
según el anciano. Buscó al médico, y comenzó su trabajo. «Me dio más calor humano que
puntos. Ni ella ni el médico me conocían;
solo sabían que yo era un viejo sangrando
porque se había caído».
Al respecto, responde el doctor Delgado
que, cuando leyó lo relatado en esta columna,
convocó urgentemente a un consejo de dirección para investigar el suceso y tomar medidas
ante «actitudes tan deplorables, que se alejan de la ética en el trato de nuestro personal».
Al siguiente día, visitaron a Ángel en su
SUBDIRECTOR ADMINISTRATIVO:
Enrique Saínz Alonso
REDACCIÓN: Territorial y General Suárez, Plaza
de la Revolución, Ciudad de La Habana, Cuba.
APARTADO: 6344
de la recreación… Como artículo
cumple el cometido ampliamente… Tiene una visión ingeniera del
tema. Felicidades a los autores».
(Gualterio Núñez Estrada)
«Tiene razón, periodista (El primer paso, Javier Dueñas Oquendo,
15 de julio). El otro día en la calle
me ocurrió algo similar. Conversaban en una acera dos personas mayores y al pedir permiso para cruzar,
me detuvieron y comentaron de lo
asombrados que estaban porque
había actuado de esa forma. No es
menos cierto que aunque seamos
un pueblo con alto grado de instrucción,la educación formal ha disminuido mucho. Todos debemos
hacer más para mejorar este principio tan necesario». (Luis)
hogar en Santa Cruz del Norte, y se intentó
esclarecer la identificación de los implicados. Concluidos los análisis se aplicaron
primero medidas disciplinarias a los responsables colaterales, «ante las violaciones
evidentes de la clasificación y atención al
paciente que se recibe en el servicio de
urgencia, se realizaron análisis críticos en
los colectivos de Cirugía, Máxilo Facial y
Neurocirugía, a los especialistas responsables de la guardia médica del 4 de mayo,
por no ejercer un mayor control del personal
subordinado en la guardia».
Y se notificó «afectación en la tarjeta de
evaluación trimestral a siete médicos residentes de las especialidades de Cirugía,
Máxilo Facial y Neurocirugía».
Agradezco la atención tan inmediata al
caso, y la preocupación por depurar responsabilidades. Lo más importante es evitar que episodios tan lacerantes se repitan
en un hospital donde, por otra parte, se
lucha tanto por la vida humana. Hay una
ética de la sensibilidad, o una sensibilidad
de la ética, que tiene que ver mucho con el
corazón, ese gran corazón que no cabe en
el pecho de un buen médico, por más problemas y contrariedades que tenga.
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