Antes era uno que - Servei de Biblioteques de la Diputació de Girona

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nos lo tomaban por el mayor divertimiento, habria
sido presenciar aquella lucha desigual y espantosa!
Antes era uno que peleaba cuerpo á cuerpo con una.
Asegurado el primer matador de que la presa no le
escaparía, fué en ausilio del otro; y ambos unidos, no
solo dieron muerte á María, sino que la abrieron en
canal y se le comieron el corazón y las entrañas.
María rezaba el Rosario: sin otros términos ni fraseología lo esplica el cronista, B. Alano de la Roche,
sin mentar la poca devoción de la degollada Josefa.
Cuando Jesús fué ensalzado en su Madre, por aquella piadosa hebrea, llamada Marcela, respondió con
esta sentencia propia de la Sabiduría infinita, felices
aquellos q^ie oyen la palah'a de Dios y la retienen.
María la aldeana fué mas feliz que su compañera,
Josefa: bien que sentenciada á muerte, no espiró luego, como era propio y regular, á consecuencia de? la
estrangulación y desgarramiento.
Kl porque es debido al Rosario.
Habia oido con entendimiento de cristiana, y conservado con voluntad de devota, la palabra de Dios
contenida y explicada en el Rosario.
Como aquella aragonesa fué la admiración y espectáculo de vecinos, y mucha gente del contorno, que
atraídos por una novedad inaudita concurrieron á presenciar, como la miraculada payesa hablaba y comía.
En este lastimoso estado, vaciada la barriga y comido el hígado, confesó sus pecados y recibió la Comunión; pasando tres dias en amena y consoladora
conversación, ya con los parientes y amigos, ya con
la Santísima Virgen, dando testimonio déla inara villa.
Las rosas que María habia comido durante su vida,
dei más poderosa virtud que aquellas del supersticioso
Romano, que por disposición testamentaria los hijos
estaban obligados cada año á cubrir el sepulcro de
su padre difunto, le dieron sobrevivencia y salvación,
Olot.—Imprenta y libr»ría de Juan Bonet.
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