a Saddam se arrepiente de la caída del régimen

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LATERCERA Miércoles 20 de marzo de 2013
Mundo
RR La Plaza Firdos hoy, junto a una foto de la estatua de Saddam en 2003. FOTO: AP
RR Vistas de hace 10 años y de hoy del Parque Abu Nawas, en Bagdad. FOTO: AP
RR El distrito comercial de Karrada, en Bagdad, en 2008 y en la actualidad. FOTO: AP
RR El monumento de los Sables Cruzados de la capital iraquí, en 2008 y hoy. FOTO: AP
Iraquí que “derribó” a
Saddam se arrepiente
de la caída del régimen
Fernando Fuentes
R Kadom al-Jabouri se hizo
dictador. Ahora tenemos
cientos”, se lamenta.
FOTO: AP
famoso en 2003, al intentar
demoler su estatua.
R “Antes teníamos un
RR La imagen de al-Jabouri intentando demoler con un combo la estatua de
Saddam Hussein, en la Plaza Firdos, se convirtió en rostro de la caída de Bagdad.
En 2003, su fotografía con
un combo intentando demoler la imponente estatua
de Saddam Hussein, en la
Plaza Firdos, llenó las portadas de todo el mundo. Se
convirtió en el rostro de la
caída de Bagdad. Pero hoy, a
10 años del derrocamiento
del dictador iraquí, Kadom
al-Jabouri, propietario de
una tienda de repuestos de
motos y antiguo campeón
de levantamiento de pesas,
se lamenta de aquel día y su
simbolismo. “Nada ha cambiado para mejor”, asegura.
“Yo odiaba a Saddam”, relató Jabouri, de 52 años, al
periódico británico The Observer. “Soñé durante cinco
años con derribar la estatua,
pero lo que ha seguido ha
sido una amarga decepción”, se queja. “Entonces
sólo teníamos un dictador.
Ahora tenemos cientos”,
prosigue, haciéndose eco de
un sentimiento popular en
un país sumido en problemas políticos y de corrupción, donde los asesinatos
siguen ocurriendo casi a diario. De hecho, ayer al menos
60 personas murieron y cerca de 200 resultaron heridas
en una nueva ola de atenta-
dos en Irak, que vio al menos
15 autos bomba u otros artefactos explotar en áreas pobres chiitas de Bagdad, al
sur de la capital, y en Mosul,
en el norte. “Nada ha cambiado para mejor”, afirma
Jabouri.
El arrepentimiento comenzó, según cuenta a The
Observer, dos años después
de la ocupación norteamericana. “Con Saddam había
seguridad. Había corrupción, pero nada parecido a lo
de ahora. Muchas de las cosas básicas, como la electricidad y el gas, eran asequibles. No he visto progreso.
Llegaron después las matanzas, los robos y la violencia
sectaria”. Jabouri culpa a los
políticos iraquíes y a los estadounidenses de lo que ha
pasado en Irak. “No hay futuro. No existe mientras los
partidos políticos que gobiernan el país continúen en
el poder”, sostiene.
Pero lo que realmente sucedió el día de la caída de la
estatua de Saddam aún es
objeto de debate. Un reportaje de Los Angeles Times en
2004 sugirió que el hecho
fue orquestado. Jabouri lo
niega. Su versión es refutada por los soldados estadounidenses involucrados, in-
cluyendo a la tripulación del
tanque M-88 que finalmente derribó la estatua. Hace
dos años, los efectivos relataron a la revista The New
Yorker que el combo era de
ellos, y que un sargento llamado Leon Lambert se lo
entregó a los iraquíes, que
luego se turnaban para usarlo, siendo Jabouri el primero de ellos.
El recuerdo que se mantiene en la memoria de Jabouri
es totalmente distinto. “Estaba solo en mi tienda. Escuché que los norteamericanos estaban en los suburbios. Cogí mi combo y me
dirigí a la Plaza Firdos”, relató. “Los estadounidenses
llegaron 45 minutos más
tarde. El comandante me
preguntó si me hacía falta
ayuda. Estaba solo yo al
principio. Entonces fuimos
30. Después 300. Al final
había miles de personas
en la plaza. Lo hice por
venganza, por lo que el
régimen me había hecho,
por los años que pasé en la
cárcel”.
Jabouri pasó 11 años en la
prisión de Abu Ghraib, durante el régimen de Saddam.
Estuvo encarcelado por un
crimen “semipolítico”, asegura. Fue liberado en 1996.b
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