185222. I.9o.C.94 C. Tribunales Colegiados de Circuito. Novena Época. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XVII, Enero de 2003, Pág. 1747. CONDOMINIO. MOMENTO EN QUE SE INICIA LA SOLIDARIDAD EN LAS OBLIGACIONES ENTRE CONDÓMINO Y USUARIO. INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 21 DE LA LEY DE PROPIEDAD EN CONDOMINIO DE INMUEBLES EN EL DISTRITO FEDERAL. De la lectura del artículo 21 de la Ley de Propiedad en Condominio de Inmuebles para el Distrito Federal se advierte, en primer lugar, que el condómino tiene la facultad de usar, gozar y disponer de su unidad de propiedad exclusiva, con ciertas limitantes; en segundo, que el condómino y su arrendatario, o cualquier otro cesionario del uso, pueden convenir quién de ellos es el que debe cumplir determinadas obligaciones ante los demás condóminos y en qué caso el usuario tendrá la representación del condómino en las asambleas que se celebren; y en tercero, se establece que en todo momento el usuario será solidario de las obligaciones del condómino; ahora bien, a pesar de que tal parte del precepto no señala en forma expresa el momento en que esa obligación solidaria nace para el usuario, la recta interpretación de ese precepto debe ser en el sentido de que ocurre desde que éste asume la calidad de usuario, pues a partir de entonces y no antes, es que el usuario se verá beneficiado con la cesión o acuerdo de voluntades que le extendió el propietario o condómino sobre los derechos del inmueble; en ese orden de ideas, si los derechos y facultades del usuario existen desde el momento en que comienza a beneficiarse del uso del inmueble, entendiéndose por ello el momento desde que adquiere dicha calidad, a menos que una causa ajena a su voluntad le impida entrar a poseerlo, la interpretación del artículo 21 de la Ley de Propiedad en Condominio de Inmuebles para el Distrito Federal, respecto al momento en que inicia la solidaridad en las obligaciones entre el usuario y el condómino, debe ser en el sentido de que el uso que se le concede al cesionario constituye, por sí, una fuente de obligaciones y, por tanto, sólo puede comenzar a afectar la esfera jurídica de éste desde el momento en que nacen los derechos para usar y gozar del inmueble. NOVENO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO. Amparo directo 2279/2002. Silvia Margarita Enríquez Domínguez. 20 de mayo de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Daniel Horacio Escudero Contreras. Secretario: Mario Alejandro Moreno Hernández. -1-