Para no extraviar el camino

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Para no extraviar el camino
Escritores Actuales / Vélez Gustavo
Por: P. Gustavo Vélez | Fuente: Catholic.net
V domingo de Pascua. Ciclo A.
Dijo Jess: Me voy a prepararos un lugar y cuando vaya y os prepare un lugar volvery os llevarconmigo, para que donde yo estests
tambi vosotros. San Juan, cap.14.
Viviremos m allde la muerte. Gozaremos de una vida interminable y perfecta. Todo esto lo hab repetido Jess en diversas ocasiones.
Pero el co de esa futura existencia nunca nos lo explicel Maestro.
Y ten para ello sus razones, pues nadie lo hubiera comprendido. Un sabio en fica espacial nunca expone sus teors a gente campesina.
Un profesor de idiomas jam comienza su ensenza por los verbos irregulares.
Las formas y maneras de ese futuro cielo el Ser las dejen suspenso. Confidolas a la generosidad del Padre Celestial y un poco a la
imaginaci de sus disculos.
Sin embargo, en el relato de su despedida que nos trae san Juan, hay un prafo que da ciertas luces sobre el tema. Mientras la comida
pascual se alargaba en la noche, Jess le una ansiedad creciente sobre el rostro de los suyos. Entonces les dijo: No se inquiete vuestro
coraz. Cres en Dios?, creed tambi en m En la casa de mi Padre hay muchas moradas.
Aunque el cielo no es un lugar sino un estado de plenitud personal y comunitaria, aquel Ser lo compara con un sitio donde hay
numerosas habitaciones. Hac tal vez referencia al templo de Jerusal, donde abundaban las estancias. Los juds rezaban con el salmo 83:
Qudeseables son tus moradas, Ser de los ejcitos. Dichosos los que moran en tu casa, alabdote siempre.
Ahora el Maestro afirma que se va adelante. Pero ade: Cuando haya ido y os haya preparado un lugar, vendrotra vez para llevaros
conmigo. En consecuencia el trsito de esa vida mortal a la eterna como decn los viejos devocionarios, no seren soledad. Y quiztampoco
en angustia. Vendrotra vez para llevaros conmigo.
Luego el Maestro ofrece una definici de cielo, aunque borrosa e inexacta: Estar con Dios. A fin de que donde yo est ests tambi vosotros.
Sin embargo J. M. Cabodevilla nos advierte con su amable suspicacia: Pero tampoco entendemos ques estar, ques Dios y ques con.
Y el Ser concluye: Adonde yo voy, ya sabs el camino. AquTom, el hombre objetivo y preciso, le replica: Ser, no sabemos a dde vas. Co
podremos saber el camino?.
Entonces Jess presenta una definici de smismo que no se encuentra en otras pinas del Evangelio: Yo soy el camino la verdad y la vida.
No se trata de un camino fico, de una verdad filosica, o una vida natural. Tom de Kempis comenta aseste texto: Sin camino no se anda,
sin verdad no se conoce, sin vida no se vive. Yo soy el camino que debes seguir, la verdad que debes creer, la vida que debes esperar.
Jess no amplisu explicaci sobre el cielo ni tampoco sobre el camino que a conduce. Selsolamente que, en la medida en que
permanezcamos con y en , nunca podremos extraviarnos.
Si para los juds el pecado significaba primordialmente no dar en el blanco, procuremos nosotros mantener una buena punter. Es decir,
orientar de manera incansable todo lo nuestro hacia el coraz de Dios.
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