Hallan 25 enterramientos del neolítico final en Santa Linya La

La Mañana 26/07/2006
Hallan 25 enterramientos del neolítico final en Santa
Linya
La segunda campaña de excavaciones en el Forat de la
Conqueta de Santa Linya, un yacimiento con una cronología
que abarca desde el neolítico final hasta la edad de bronce,
ha permitido hallar los restos de 25 enterramientos de
5.000 años de antigüedad que presentan un ritual que
incluye la incineración de los difuntos y la sepultura junto a
restos cerámicos, adornos de metal y puntas de flecha.
La intervención, realizada por el Centre d’Estudis del
Patrimoni Arqueològic de la Prehistòria de la Universitat
Autònoma de Barcelona, se centra en el estudio de esta
cavidad de pequeñas dimensiones (tres metros de largo por
uno de ancho) en la que hace más de 5.000 años se
realizaron diversos enterramientos.
Un yacimiento hallado en el 2005
La historia del Forat de la Conqueta se remonta al verano
del 2005, cuando el grupo arqueológico de la UAB detectó
en su interior la presencia de abundantes restos humanos.
Se trata seguramente de una serie de individuos de
diversas edades y sexos –de momento se ha hallado la
presencia de 20 adultos y cinco jóvenes– que formaban
parte de una comunidad que vivía en la zona y que utilizó
los agujeros naturales de la pared como recinto funerario.
La campaña, en la que han intervenido Jezabel Pizarro,
Elena García, Maria Lou y Anna Daura, ha permitido
determinar que las 25 personas enterradas en el Forat de la
Conqueta sufrían diversas patologías, como artrosis y
fracturas consolidadas, un hecho que informa de la calidad
de vida de las personas que habitaron en esta zona de la
Noguera hace más de 5.000 años.
Durante las excavaciones también se ha hallado un radio
que presenta un fragmento de punta de flecha clavada, lo
que daría fe de algún episodio de violencia, aunque se sabe
que el individio que presentaba esta herida sobrevivió a
este episodio.
Los enterramientos en el Forat de la Conqueta estaban
sujetos a un ritual que los arqueólogos están estudiando en
estos momentos. Al morir uno de sus miembros, la
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comunidad –generalmente de pastores o campesinos–
trasladaba el cuerpo hasta el interior de la cavidad.
Generalmente, se arrinconaban los cadáveres que ya
habían sido inhumados contra las paredes para hacer
espacio para el resto de difuntos que se enterraban en el
Forat de la Conqueta. Por esta razón, los arqueólogos
afirman que es difícil determinar cuántas veces se utilizó
este espacio funerario, aunque en estos momentos, y con
los restos recuperados, se puede hablar que no fueron
menos de 25 individuos.
Las personas de la comunidad se enterraban junto a
objetos cerámicos, puntas de flecha y adornos de metal,
mientras que el cadáver también se inhumaba dentro del
mismo espacio de sepultura. Este último aspecto, un
comportamiento que no se había detectado en esta fase de
la prehistoria, permitirá abordar diversas cuestiones
relacionadas con las prácticas funerarias de estas
comunidades.
Este hecho permite afirmar al equipo arqueológico de la
UAB que el fuego jugó un papel importante dentro del ritual
de enterramiento, una práctica que, según los arqueólogos,
reforzaba la noción de identidad de la comunidad
incorporando a sus difuntos dentro del paisaje en el que
continuaban viviendo.
La Conqueta explica un ritual que fue común en pequeñas
cuevas y abrigos que se localizan a lo largo de Prepirineo,
desde la Noguera hasta el Alt Urgell, el Solsonès, el
Berguedà y la Garrotxa. De hecho, se trata de una tradición
cultural que compartieron las diversas comunidades de
campesinos y pastores que habitaron esta zona entre el
neolítico final y la edad del bronce.
La Senyora de les Muntanyes, un referente de esta época
Uno de los referentes de esta época en las comarcas de
Ponent es el hallazgo bautizado con la Senyora de les
Muntanyes, un yacimiento excavado el año pasado en Coll
de Nargó donde se localizaron ocho enterramientos del
bronce medio ataviados con collares y brazaletes en una
zona de difícil acceso.
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A causa de las dificultades para acceder a este yacimiento,
colaboraron en la excavación un equipo de bomberos y
espeleólogos, mientras que TV3 grabó todo este proceso
con sus cámaras.