Enterramientos infantiles en el poblado ibérico de la Romana (La Puebla de Híjar, Teruel) Por MIGUELBELTRANLLORIS 1. SITUACI~N DEL POBLADO Y GENERALIDADES El poblado ibérico de la Romana se de grandes losas de caliza asentadas con encuentra localizado en el término de la fina capa de cantos rodados (fig. 1). La Puebla de Hijar (Teruel), a 1,5 km. de estructura de muros y otros detalles urla moderna población de la Zaida, estra- banos manifiesta grandes paralelos con la tégicamente situado en una elevación primera ciudad ibérica de Azaila,' con junto al ferrocarril Zaragoza-Barcelona, la que se corresponde cronológicamente entre los kilómetros 57-58 y en cota de en su primera parte, debiendo situarse 209 m. sobre el nivel del mar, a muy la vida del poblado, en lo que sabemos escasa distancia del río Aguasvivas, en hasta ahora, hasta inicios del siglo I su desembocadura en el Ebro. Sobresale, a. de J. C., fundamentalmente desde el pues, la vecindad respecto del poblado de siglo 111 a. de J. C. Nos interesa únicamente hoy un proAzaila, si,tuado también en la cuenca del Aguasvivas. blema muy concreto, el de los enterraDurante la campaña de excavaciones mientos infantiles, que en número de oficiales realizadas durante los años 1975- cuatro hemos descubierto en la habita76, entre otras estructuras, hemos puesto ción excavada, reriiitiendo a inhumaciones al descubierto parte de una casa, de practicadas en el subsuelo de la vivienda, planta rectangular, de tipo corriente en según un fenómeno en el que han incidido lo ibérico, y con suelo empedrado a base últimamente algunos investigado re^.^ 2. DESCRIPCI~N DE a) Enterramiento 12 H: Realizado bajo las losas del pavimento y pegando al muro norte de la vivienda. Los huesos LOS ENTERRAMIENTOS se encontraron reventados por el peso de la losa, y estaban dispuestos sobre una capa de yeso. únicamente se ha localizado 1. BELTRAN Li.onIs, M . , Avpueologia e hisloria de las ciudades afztiguas del Cabezo de dlcalú de A m i l a ( i ' o v t ~ e l ) ,Zaragoza, 1976, ap. 111. 4. 2. E n primor lugar T'ARRADELL, M., Enterrarnienlos inlanliler en el inlerior de habilacio~esibéricas, en Pyvctrne. 1. 1965, págs. 174-175; también Gusr, F., Enlerramientos infanliler ibéricos en vivienda. en Pyrerine. 6. 107(:. págs. 68 y sigr. el cráneo de un iiidi\~iduo de escasos meses, con el occipital hacia arriba, y flanqueado por una laja de reducidas dimensiones, de piedra caliza hincada ve)= ticalmente en el lado dcrecho (12 x 12 centímetros); otra de caractcristicas se- gundo enterramiento, sobre una gran piedra caliza, encima de la cual se depositú una pequeña capa de yeso de unos dos ccntimetros de grosor, y sobre la cual se colocO un cráneo, muy fragmentado, pcrteneciente a un niño o niña de escasa mejaiites se ciicontrú caída en el lado opuesto, además de un canto de rio de tamaño mediano situado debajo de un fragmento de parietal y sirviendo de apovo al crineo. Todo cl coiilunto se encajó debajo de la hilada inferior del muro, en el que se quitú un sillar para alojar el enterramiento. No se encontraron otros restos del esqueleto (fig. 2). edad, 7 meses, con los dientes ya formados pero sin apuntar. Tapando el cráneo, con el agujero occipital hacia abajo, diversas piedras de dimensiones mcdianas dispuestas sin orden aparente. b) Eitrerrai?tiei?ro 10 J , 50: Localizado en el exterior de la casa, en una zona de losas escalonadas pertenecientes al acceso a la vivienda. Se halló el se- c ) Eizterraiitieitro 10 J , 50-2:Al levantar las dos losas calizas que servían de asiento al enterramiento anterior descrito (fig. 3) se encontraron los restos de un nuevo enterramiento, con la práctica totalidad dc los huesos del individuo, muy mal identificado el cráneo, y con la presencia de una pulserita de bronce, y ENTERRAMIENTOS INFANTILES EN El. PO81.ADO I R ~ ? R I C OI)E l . : KOhl.\\Ii\ :;O9 de abundantes carboncillos de naturaleza solamente del cráneo la zona superciliar vegetal entre la tierra de base. Nueva- derecha, y estando orientado con la camente se ti-ata del cadivcr dc un niño beza hacia el oeste. Apareció rodeado o niña de aproximadamente un año de por una capa de arcilla roja y alrededor edad. cuatro piedras de pequeñas dimensiones disnucstas irreeularmente v taoando el hucco. Se acondicionó la zona sobre la que descansa el cadávcr y con él aparecieron huesos de ovis uries o cuprn llircrts ! oricto1agli.s cli~ticiillts. I:ig. 2. - 1Ict:illi. i 1 i . I c i i l , . r r ; i i i i i ~ i ) l , ,i i i l ; i i , l i l ri.;ilir;iilo I>njii las 1iis:ic <Ir1~ i ; i \ - i l i i i i t i t < VIL > sii r<>il;i,Ir, c<,rii:ict<i ccio VIiiiiir<i fiortc di. 1.i \-ivivn<l;i. d ) Enterranliento 2 M: Localizado en un hueco, bajo la banqueta de fundación en la misma habitación mencionada, cn el sector 7. El esqueleto se encontró prácticamente completo, conservándose A la vista de los presentes datos enumerados someramente destaca inmcdiatamente la idea del enterramiento doméstico de niños. cuyo interés viene aumentando desde su constatación en diversos puntos de la geografía ibérica. Son niños de escasos meses de edad, inhumados bajo el pavimento de la casa, en la zona de escalera y junto a los muros. En los enterramientos 12 H y 10 J, 50 sólo hemos localizado el cráneo, mientras que e n 10 J 50-2 y 2 M ha aparecido cl csqueleto completo, en el primer caso con somero ajuar de bronce y en el segundo con restos de aniniales que evidentemente pertenecen a una ofrenda de caricter funerario. * * * Teniendo en cuenta las presentes circunstancias, conviene exponer esquemiticamente la visión generalizada quc sobre los enterramientos infantiles poseemos hoy. según su intencionalidad y circunstancias. Sisternatizando, en aras de la breve- de Calaceite,' La Escudilla y Cabañiles en dad, resultan las siguientes modalidades Zucaina (Castellón),B La Serreta de Alcoy: el Cayla de Mailhac (Aude)Io y los (fig. 4): a) Enterramientos en necrópolis: Se dos ejemplos de la Hoya en Laguardia conocen los ejemplos de Cala d'Hort, (Alava)" y Cortes de Navarra," el precedente mas antiguo hasta el momento en Belo, Tutugi y Villaricos? Fig. 3. - Plaiita y secidn dcl enterramiento 10 J , 50-2. b) Enterramientos dotnésticos: Localizados hasta el momento en el Turó de Can Olivé,' el poblado de la Penya del Moro (Sant Just Desvern, Barcelona): San Antonio El Tarratrato de Al~añiz,~ la península ibérica. Queda además el ejemplo de los enterramientos localizados al pie de la muralla de Segóbriga, con inhumaciones de nifios recién nacidos en urnas de fuerte tradición celtibérica, y 3. Puede verse TEIERA,A., Enlevramientor inlanliler de inhumación en lar necrópoiis /enicio-púnicar del nfedilerva+teooccidenlal. en X l l l C A N , Zaragoza, 1975. págs. 78 sigs.; sobre Belo, P ~ n i s P., , Fo'ovilles deBelo, 2. 1923, págs. 91 sigs. J . ; PASCUAL. R., y I ~ O V I RJ A . , .El poblado pvcrvomalao &l Turó de Can OliuP, cii Anrpi~vins, 4. BARBERÁ, S S I I - S X T I I , 1960-1961, págs. 183 sigs. J . ,. y S a s ~ : \ n r iE., , El poblado ibd~icode L a Pnrya del Moro. 5 . Véase eii este mismo Simposio B a ~ s ~ i t A (San1 J u s l Desvcrrz, Barcelona), passim. V., Fouiller dalis In régioiz d'Alcaiziz (Terurl), Paiis, 1926. pigs. 58 sips. 6 . Panis, P., y BARDAVIU. 7. P ~ r r n n k e ,F . , El poblado ibdvico de San Anlolzio de Caiaccite. Bordighcra-Barcelona, 1905, págs. 33 y siguie~ites. 8. Gusr. F., cil.. 9. T~nnnnaLL,M.,op. cil. O,,et. J . , Le preririer A z e du Izar I . ~ n ~ ~ i e d o c i elbte r i , partir, Bordigliera-Mont10. Lours, M.: TAFFANEL, pellier. 1955. pág. 123. 11.' LLANOS. A , , U n ejemplo de hábilal prerronsa~~o en-el alto Ebro. El poblado de la Hoya (Laguardin. Alav a ) , en Synzpoiion de ciudades augúsfcas, 11, Zaragoza. 1976. págs. 21 sigs. DE MOTES,J . , Corler de Navarra, vol. 1, págs. 29 sigs.; vol. 11, pigs.. 79 sigs., 143: etc. 12. MALUQUER e. 311 ENTERRAMIENTOS INFANTlLES EN El. POBLA1)O IBERICO DE LA ROMANA que tal vez pertenecieran a algún habitáculo desaparecido de dicha C) Sacrificios de tipo ritual: Dentro de este problemático apartado se incluyen fundamentalmente individuos que tos de adultos en una de las torres indigenas. f f * En lo que se refiere al apartado a), hay que tener en cuenta que se trata de * NECROPOLIS 7 fl SACRI FICIOS RITUALES OENTERRAMIENTOS fl17 ri *ENT. DoMEsTlcos EN TORRE - Fig. 4. - l . Turó de Can Olivé; 2 , Cortes de Navarra; 3, La Hoya; 4, Bllbilis; 5, La Romana; 6, Ei Tarratrato; 7, San Antonio de Calaceite; 8, La Escudilla; 9, Cabañiles; 10. Cala d'Hort; 11. La Serreta; 12, Cabezo del Tío Pio; 13, Tutugi; 14, Villaricos; 15, El Accbuchat; 16, CAdiz; 17. Belo; 18. Cayla de Mailhac; 19, J.* Alcudia; 20, Penya del Moro; 21, Seghbriga. evidencian muerte violenta o enterramiento por inhumación especial. Son conocidos los ejemplos de Belo, Cádiz,I4 el Acebuchal y Archena;Is dentro de estos enterramientos cabe mencionar el ejemplo especial de Bilbili~'~ con enterramien- inhumaciones en ánfora de carácter piinico en unos casos (Villaricos y Cala drHort), habiendo proporcionado sólo el segundo algunas cuentas de collar de ajuar, y siendo el caso de Tutugi en vasijas de boca ancha, con presencia de un 13. I.OSADA. H.; I)o~oso., R., Exinvaciones 8°C Segóbriga, en E . A . E . , i i . 0 43, Madrid, 1965, 50 s. 14. Pvo Llalbo, psg. 43. 15. G,\KcÍA Y BEI.LIDO.A,, Les religions orientales danr 1'Espagne romaine, 1967. phgc. 7 sigs. cobre cl Acebiichal; para Archena, Sns Vnrnno, J., y FLETCHER, D., Primera canipaña de oxcavacio*zes i . 9 ~el Cabezo del 1.70 Pio (Aeclte?zn).en Inlormes y Mem. de la C . G . de Erc. Avp., 13, Madrid, 1947, págs. 38 sigs. N M., Bilbilis. Enlerramientos i~idigenaseri folres de murallas, en X I I I C A N , Zara10. ~ [ A R T ~ BUENO, goza, 197.5. huevo de avestruz como ofrenda. Estos ejemplos pertenecen a yacimientos de tradición y carácter feno-púnico, siendo especiales los enterramientos de 16 niños de Belo, cuyos cuerpos aparecieron cubiertos de teja plana o metidos en ánforas (siglo 111 a. de J. C.). Mayor interés tienen los enterramientos domésticos, que cronológicamente se inician con el ejemplo de Cortes de Navarra, donde vemos en ambiente hallstattic0 la costumbre generalizada de enterrar a los niños de pocos días y hasta de 1 año debajo de los pisos de las casas, generalmente cerca de las paredes, y sin indicaciones sobre el pavimento, apareciendo en algunos pufseritas o ajorcas. La casa M 10 proporcionó una inhumación infantil inmediatamente debajo de un muro de adobe" como caso especial. El horizonte croilológico es ciertamente amplio desde el siglo VIII hasta el VI y aún después. El poblado de la Hoya ha dado enterramientos- de niños con las mismas características, nuevamente junto a los maros, siendo veinticinco los encontrados en el denominado nivel A 2, de carácter indigeila, fechable en los siglos IV-111 a. de J. C., siendo este un ejemplo aislado hasta ahora en el mundo celtibérico. Entre los eslterramientos quc se relacionan más directamente con los ejenlplos de la Zaida sobresale, por una parte, el Turó de Can Olivé, con inhumaciones localizadas bajo el pavimento y cerca o en el ángulo de las habitaciones, 4, 7 y 8, sin ajuares y remitiendo a niños de unos tres meses y algo más de un año, datándose el estrato entre los años 250 al 100 a. de J. C. Junto a Barcelona, en el po- blado de la Penya del Moro, en una de las casas, Barberá ha localizado en un hoyo abierto en el suelo, junto a un muro de separación de la vivienda, un enterramiento de un recién nacido, cuya pi-esencia debe ponerse en conexión con ofrendas de cabritos, depositadas del mismo modo en el subsuelo de la habitación en las correspondientes fosas abiertas en la roca y selladas con la arcilla del pavtmento. Ya en la zona del Ebro, el Tarratrato de Alcañiz excavado por Bardaviu, con cerámicas a mano de tradición I-tallstáttica, formas ibéricas a torno y un fragmento de figuras rojas del siglo IV." En la casa número 6, en el ángulo derecho y detrás de un zócalo de piedra, se halló un esqueleto de niño depositado en una cubeta excavada en el suelo, junto a la cual en una fosa de reducidas dimensiones se depositaron restos de pájaros, sin duda correspondientes a una ofrenda de tipo funerario. El mismo carácter ostentan los restos encontrados en la Alcudia de Elche, para los que se han mantenido, sin embargo, por su descubridor, el carácter de sacrificios rituales con bases no muy firmes, aunque éste es un punto que debe ser sometido a revisión teniendo en cuenta otros ejemplos. Mucho más al norte nos queda el caso de Cayla de Mailhac, en donde &excavación 22 en su nivel 111, de los siglos IV-III a. de J. C., dio dos esqueletos de niños recién nacidos en el subsuelo de la casa D, y en la habitación F, posiblemente de la ciudad 2." El esqueleto de la caSa D Ilevaba un collar en el cuello como único ajuar. Junto a estos ejemplos de inhumaciones bajo el pavimento de la casa hay que 17. MALuQUEx, J., op. cit., 11 pag.. 79. P.. y BARDAVIU, Ir.. op, cit., pág. 97, fig. 24, pig. 113, fig. 36; T i t i ~ s ,G., Cer<iinicar griegas 18. I'AI~TS, de la Poninsrla Ibérica, t. 1, Xralencia, 1967. pág. 28S. ENTERRAMIENTOS INFANTILES EN El anotar los casos especiales de los poblados de la Escudilla y los Cabañiles, con los restos inhumados recogidos en urnas realizadas a mano, con cordones plásticos algunas, depositadas debajo del piso de la vivienda L, conteniendo dos inhumacio~lescomo mínimo y cinco como máximo, de recién nacidos de horas hasta de tres meses, sin llegar ninguno al año. La Escudilla dio también una urna en la habitación 2, y dos en la número 3, ante la puerta de entrada; los Cabañiles únicamente proporcionó cinco urnas con restos de seis inhumados. Los ajuares del primer poblado remiten a cereales, huesos de cerdo, oveja y cabra, alguna cuenta vítrea de aspecto púnico y restos de bronces. La disposición de las urnas en los Cabañiles se hizo a lo largo de 1.0s muros, y en la Escudilla, de forma irregular, salvo una concentración a lo largo de la pared norte y sudeste. La cronología de los poblados va a finales del siglo v y comienzos del xv a. de J. C. No conviene olvidar el poblado de San Antonio de Calaceite, donde se halló la casa con bancos formando un sótano, en los que se fabricaron hoyos cóncavos para introducir un total de cuarenta urnas, número ciertamente elevado, que hay quc unir al carácter especial de la estancia, presidida por una ara rectangular de mampostería, y entre ésta y los bancos laterales, algunas cubetas excavadas en el suelo que proporcionaron huesos de animales indeterminados. El último ejemplo es el de La Serreta de Alcoy, con hallazgo de restos de cráneos infantiles de corta edad junto a los ángulos de dos habitaciones, en ambos casos sin ajuar. Queda todavía hacer referencia a los ejemplos señalados arriba en el apartado c ) , como sacrificios de tipo ritual. 21 En Cádiz se celebraron sacrificios humanos hasta la época de César, relacionados con el culto de Ba'al Hammon, no sabemos si de niños también. En el Acebuchal de Carmona se encontraron sepulturas por inhumación con esqueletos poseyendo los cráneos chafados por grandes piedras sobre la cabeza y posturas distorsionadas evidenciando una muerte violerita.de adultos. La cronología de los enterramientos es de los siglos vri-VI a. de J. C. El enterramiento de Archena presenta ciertos rasgos de interés, por cuanto se halló una losa de 0,60 x 1 m., y sobre ella una inhumación, estando parte debajo de un muro, en base a lo cual se ha explicado como un sacrificio previo de tipo fundacional de la vivienda, ya que cl muro se hizo directamente sobre el enterramiento, que pudo pertenecer a un niño a juzgar por el tamaño de la losa; de la zona donde se encontraron los restos humanos se obtuvieron fragmentos de cerámica ibérica pintacla de tipo geométrico. Por último, en la necrópolis de Belo, ya mencionada, se hallaron esqueletos de adultos que acusaban una muerte violenta. Quedan como caso de tipo especial 10s enterramientos bajo torre de Bílbilis, que remite11 a un esqueleto de adulto, coi1 postura violenta, otro en posición fetal y restos de un tercer individuo mal coi~servado. Los dos primeros aparecieron relacionados con restos animales, una fuina, mandíbula de oveja y hueso de cerdo, y dos córvidos, uno de ellos relacionado con una mano, respectivamente: Los escasos fragmentos cerámicos son de tipo celtibérico, y la cronología de la muralla es del siglo I a. de J. C. 314 MIGUEL BELTRÁN LLORIS A la vista de los presentes datos vemos cómo se ofrecen distintos elementos de base, en cuanto a la tradición cultural. Por una part-e, se localizan los enterramientos por inhumación en necrópolis de tradición púnica, estando presente esta modalidad de enterrar en ánfora incluso en ambiente griegoI9 y en ejemplos posteriores, concediéndosele al ánfora, como recipiente funerario con evidente sentido religioso, gran importancia en el mundo ibérico, según evidencia el ejemplo del vaso pintado de Al10za~~ o el tema recogido en la cajita funeraria de la colección Calzadilla?' temática que Blázquez ha implicado con la representación de la Por tumba de los leones de Tarq~inia.~* otra parte, atendiendo al apartado c, POdemos ver cómo 10s sacrificios humanos Se mencionan en 10s textos con motivos diversos, conociéndose entre otros los de 10s bletonenses, lusitanos y pueblos del ~lorte?' En el apartado de los enterramientos domésticos se encuentran ciertas constantes, destacando entre ellas la deposición junto a los muros, tal vez por facilidad para marcar en las paredes la presencia de los enterramientos, además de la asociación de ofrendas de animales, oveja y conejo en la Romana; aves en el Tarratrato; oveja y cabra en la Escudilla, además del ejemplo especial de Bilbilis. En el mundo funerario ibérico las representaciones de aves con carácter psicopompo es frecuente, y los sacrificios a las dei- dades infernales de ovejas o cabras, conio se evidencia en la pátera de Tivi~sa,"~ son claros. No es éste el lugar para analizar la iilfluencia semita en el mundo ibérico, pero cs un punto que debe considerarse a la hora de razonar los enterramientos infaiitiles domésticos. Estas influencias, por otra parte, debieron ser muy fuertes en el área costera, y en el caso de la Serreta de Alcoy hay que pensar en la vecindad del santuario de enorme influencia púr ~ i c a ?o~ en Archena, en un área semejante, e incluso para.Azaila, en el valle del Ebro, en el tema del árbol de la vida decorando sus vasijas pintadas. El1 la Península Ibérica conviene no olvidar la presencia de esta tradición fu~icrariadesde e[ siglo "11 en la población indoeuropea de Cortes de Navarra, La casa como albergue de difuntos juega u11 papel muy importante desde las tradicioiies neoliticas orientales, y el mundo argárico, y el recuerdo de la casa del ixuerto interviene en ejemplos funerarios de la Edad del Bronce Medio, como e11 Alemania del Norte en una tumba de Grünhof-Tespehude, y responden al mismo criterio las urnas en forma de casa de la cultura de Villariova en Italia CentralZ6ya en la Edad del Hierro. Pero en el caso del mundo ibérico, dejando aparte los casos a y c, cuyas tradiciones coiiviene investigar y diferenciar, nos encontramos únicamente con uua tradición funeraria fijada exclusivamente en el re- ALMAGRO, AX., Las nccvójbolis da Ainl>t~rias,vol. 1, Barcclona. 1953. . 20. ORTEGO Y FRIAS,S., E1 poblado ibkico del Cailelillo, Alloza, Teruel, e n Ampurias, 1'11-\'III, 1945-46. págs. 196 sigs. 21. I ~ U K A HE., N , Una caja funwaria ibdrica con representaciones en reiiev~,en IX C.4.N. Zaragoza, 1966, págs. 293 sigs. J . M., Diccionario de las rcligion8s firerromanas de Hispania, Madrid. 1976, pQg.52. 22. BLAZQUEZ, 23. B ~ A z ~ u r i zJ .. >f. op. cit.. pigs. 141 sigs. J. M, op. cil.,págs. 88. 24. BLAZQUEZ, J . P . , Prdcir de prolohirloire europdenne, París. 1970, pAg. 218. 25. M~LLOTE, J . M,, Aportaciones a2 eiludio de las religiofzes primilives de Iíispania, en A.E.A., 30, 26. BLÁZQUEI, ENTERRAMIENTOS INFANTILES EN EL POBLADO IBÉRICO DE LA ROMANA cién nacido o niño de meses, y aunque la mortalidad infantil sea una causa inmediata, habrá que investigar todavía las causas que impusieron esta práctica cuya generalización se adivina conforme avanzan nuestras investigaciones en la cultura ibérica. En todo caso, éste es un fenómeno con desarrollo particular en la población de Cortes de Navarra, desde el siglo VII hasta los estratos más recientes, sobre todo en el siglo VI, tomando un evidente desarrollo el1 el ambiente ibérico de los siglos posteriores, con la Escudilla y Cabañiles, que pertenecen fundamental- 315 mente a los siglos v-rv a. de J. C. En la misma línea ci-onológica se sitúa la inhumaciC.11 dc la Penya del Moro de Barcelona, fechada como la casa entre 425-350 a. de J. C. Los restantes ejemplos se fechan fuildamcntalmente en los siglos 111 y IV, siendo hasta el momento los casos más modernos los poblados de Cerdanyola y la Romana, que llegan hasta la mitad del siglo 11 a. de J. C. Restan las inhumaciones de Segóbriga, en una de las cualcs apareció una moneda de Augusto, y que por el momento, dentro del ambiente cultural investigado, significan el umbral más bajo conocido.