Integración de las tres dimensiones del desarrollo sostenible

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Nota 1 del PNUMA sobre la agenda de desarrollo post 2015
Integración de las tres dimensiones del
desarrollo sostenible
¿Cómo lograr un marco equilibrado, ambicioso e integrador?
La agenda de desarrollo post 2015 trae consigo una oportunidad histórica para transitar de un desarrollo fragmentado o en silos
a un enfoque más integral; un punto de vista reforzado en el documento final de Río+20, el documento final de la Cumbre sobre
los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y el informe del Secretario General de las Naciones Unidas “Una vida digna para
todos”. La pregunta es: ¿cómo?
Si bien se han logrado avances considerables en materia de desarrollo humano, lo cierto es que no se ha conseguido frenar
la degradación ambiental, lo cual impide el éxito de las iniciativas emprendidas para erradicar definitivamente la pobreza. El
crecimiento y la prosperidad actuales se están logrando no solo a expensas de los sistemas que garantizan la supervivencia del
planeta, sino también a expensas de una mayor desigualdad. Los desastres, tanto naturales como antrópicos, están revirtiendo los
beneficios del desarrollo. La interdependencia que existe entre las tres dimensiones del desarrollo sostenible es clara.
Con Río+20, los Estados miembros se comprometieron a desarrollar un conjunto de objetivos de desarrollo sostenible (y sus
correspondientes metas e indicadores) que fueran equilibrados, coherentes e integrales/abarcadores. Son tres las interconexiones
básicas que apuntalan esta cohesión y que pueden servir a modo de “filtro” para evaluar la integridad y solidez de los futuros
objetivos, metas e indicadores:
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No permitir que nadie quede postergado y proporcionar una vida digna para todos: Los grupos más pobres, vulnerables y
marginados —tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo—necesitan oportunidades para acceder a
medios de vida sostenibles. Además, se les debe garantizar un mínimo de protección social y ambiental, así como un nivel de
vida básico. Los cerca de 1,2 millones de personas que viven en la extrema pobreza deberían poder alcanzar una vida digna.
Aquellas personas afectadas por la extrema pobreza y el desempleo crónico, por la falta de acceso a servicios básicos (agua,
saneamiento, energía, mercados, salud, educación, vivienda), por la ausencia de un Estado de derecho y por la discriminación,
y que no tienen la posibilidad de vivir en un entorno limpio y saludable., tienen que ser los protagonistas de la futura agenda
de desarrollo sostenible.
Soluciones asequibles para romper el círculo vicioso de la pobreza y asegurar medios de vida básicos están disponibles y
no seguir contribuyendo a la degradación del medio ambiente. A través de tecnologías innovadoras y ecológicas se puede
aumentar el empleo, fomentar un mejor uso de la ciencia y los conocimientos tradicionales, ampliar la prestación de servicios
básicos y, al mismo tiempo, proteger el medio ambiente.
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Lograr una mayor prosperidad de manera inclusiva respetando los límites de la capacidad del sistema de soporte vital del
planeta: Tanto la continuidad del bienestar de la humanidad como el funcionamiento de la economía y la sociedad dependen
en última instancia de que se aplique una gestión responsable de los recursos naturales finitos del planeta, así como de la
protección del patrimonio social y cultural. El futuro de la prosperidad dependerá de que el crecimiento económico deje de
contribuir a la degradación del medio ambiente.
Tenemos que cambiar los sistemas de producción, los modelos de empleo y las tecnologías en todos los países, y aquellos
comportamientos que los acompañan e influyen en el consumo y la cohesión social. En otras palabras, tenemos que emprender
una transición universal hacia una economía verde inclusiva y hacia patrones de consumo y producción sostenibles. De este
modo, las desigualdades y la discriminación generalizadas y profundamente arraigadas deben ser abordadas (incluyendo el
acceso equitativo a los recursos naturales). s
El consumo sostenible no consiste necesariamente en consumir menos, sino en consumir mejor —comprar y vivir de
una manera inteligente, segura y sostenible ambientalmente—. El consumo sostenible puede producir diversos beneficios
económicos, sociales y de salud relacionados entre sí, incluyendo un mayor acceso a los mercados, innovación social, creación
de empleo, reducción de las tasas de obesidad o el empoderamiento de la sociedad civil. Si no queremos traspasar los
umbrales ecológicos y sociales que pudieran socavar o revertir los logros de desarrollo, debemos proteger, mejorar y utilizar
de forma racional el sistema que garantiza la supervivencia a nivel mundial. Cada país se enfrenta a distintos umbrales, pero
si se rebasan los umbrales acumulados de los bienes comunes, como los océanos o el clima, todos los países desarrollados o
en desarrollo se verán afectados. Ahora bien, serán los más pobres los que, en última instancia, sufrirán con mayor severidad
las consecuencias por ser los más vulnerables y carecer de la capacidad para hacer frente a los efectos.
Nota 1 del PNUMA sobre la agenda de desarrollo post 2015 : Integración de las tres dimensiones del desarrollo sostenible
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Aumentar el capital para lograr una mayor resiliencia y asegurar los medios de vida de las generaciones futuras: La
inversión en capital natural, capital social (sistemas sociales, conocimientos) y capital económico que integre el uso eficiente
de los recursos (infraestructura, capacidades de producción), sostendrá el desarrollo a largo plazo y mejorará y aumentará la
capacidad de nuestro planeta desde su actual estado de degradación. Esto contribuirá también a ampliar nuestros sistemas
de supervivencia para alcanzar las aspiraciones simultáneas de no dejar a nadie atrás, lograr un mayor bienestar y prosperidad
para todos y, al mismo tiempo, asegurar el futuro de nuestros hijos.
Por ejemplo, la gestión de residuos, el uso eficiente de los recursos, la restauración de los ecosistemas o la limpieza de
nuestras vías fluviales amplían nuestros recursos y nuestras oportunidades de empleo y medios de vida; invertir en educación
y conocimiento para el desarrollo sostenible, y en conocimientos tradicionales y de género, amplía nuestra capacidad de
generar nuevas soluciones; e invertir en infraestructura más duradera no sólo aumenta la eficiencia de los recursos, sino que
también asegura la continuidad de los servicios para las generaciones futuras.
Una mayor resiliencia humana ante los impactos sociales, económicos y ambientales mejorará nuestra capacidad para
adaptarnos y gestionar los cambios disruptivos de manera eficaz. La gestión sostenible de los recursos naturales puede ser el
motor del bienestar económico, pero también una plataforma para la paz.
Cabe mencionar otros tres aspectos importantes para la formulación de futuros objetivos, metas e indicadores de desarrollo
sostenible.
Deberían desarrollarse a partir de las metas y objetivos existentes acordados a nivel internacional, según lo convenido en
Río+20. Para ello, los ODS y la agenda de desarrollo post 2015 deberían reforzar los compromisos actuales.También deberían
reafirmar la urgencia de hacer realidad aquellos compromisos en los que hay rezago. Deberían complementar, mas no duplicar,
los compromisos alcanzados a través de otros procesos, como las negociaciones en curso, como por ejemplo sobre el cambio
climático. Deberían sentar las bases de una visión para la renovación de los compromisos adquiridos en virtud de aquellos
acuerdos cuyo mandato vaya a expirar en la próxima década, o resaltar las cuestiones emergentes.
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Las metas orientadas a soluciones permiten transmitir mejor una visión integral que al mismo tiempo sea factible. Tales
metas podrían contribuir a uno o varios objetivos. Los indicadores podrían ser directos o indirectos, y podrían presentarse
desglosados para reflejar las diferencias regionales, de género o de equidad. Un marco de objetivos, metas e indicadores lógico
y coherente facilitaría la implementación.
6
Las metas y los indicadores deben ser científicamente creíbles, verificables, medibles, y estar fundados en la mejor información
y evidencia disponibles. No obstante, las metas y los indicadores también deben ser acordes a las aspiraciones: se deberán
desarrollar las capacidades necesarias para llevar a cabo nuevas formas de medición, como los índices integrados, que pueden
convertirse en un incentivo para la colaboración intersectorial.
Разрыв связи между эко
ном
иче
ски
м
ро
Дос
туп
к
среды
цией
ада
егр
ид
Не оставлять
никого без внимания
и обеспечить достойную
жизнь для всех
Равенство и процветание
в пределах возможностей
системы
жизнеобеспечения
Увеличение притока капитала для
обеспечения большей
сопротивляемости и равенства
в интересах будущих поколений
Эф
фе
кт
но
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No es posible llegar a un desarrollo
sostenible abordando los riesgos
y desafíos de cada dimensión de
manera aislada. La combinación de las
oportunidades ambientales, sociales y
económicas puede lograr resultados
que se refuercen mutuamente en aras
de un desarrollo sostenible.
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Durante la formulación de los ODS,
de sus metas y sus indicadores, estos
seis “filtros” servirán para reconocer
la
importancia
de
establecer
interconexiones y de integrar de manera
efectiva las dimensiones ambientales,
sociales y económicas en la agenda de
desarrollo sostenible post 2015.
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