Folleto sindrome metabolico 32412

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El segundo componente ambiental que se ha modificado radicalmente con la modernidad es
la actividad física. El sedentarismo ocasiona que los excesos en el consumo de alimentos,
especialmente los que contienen una alta densidad energética, no puedan ser oxidados en el
organismo, lo que contribuye a su acumulación en forma de grasa en el tejido adiposo.
Energéticamente, un kilogramo de peso está constituido por aproximadamente 7 mil
kilocalorías (kcal). Si una persona consume diariamente un exceso de sólo 4 cucharaditas de
azúcar en dos tazas diarias de café, esto representa 20 gramos de azúcar, que aportan 80 kcal
por día. En un año, se acumulan 29, 200 kcal a partir del consumo de 7.3 kg de azúcar. Esto
puede provocar un incremento de peso de 4.7 kg en un año, si la energía consumida en exceso
no se compensa con una mayor actividad física. De 15 a 20 minutos de actividad física al día,
como caminar, podrían haberlo evitado, así como el reemplazo del azúcar por endulzantes sin
calorías como la Sucralosa (SPLENDA®) podría haber marcado la diferencia.
De este modo, podemos observar cómo una pequeña, pero
constante dosis extra de energía, puede hacer grandes estragos
sobre el peso corporal. Como se comentó anteriormente, una forma
de evitarlo es aumentar la actividad física, o bien, evitar el consumo
de azúcar, que es un alimento de alta densidad energética, que no
aporta otros nutrimentos, como las vitaminas o los nutrimentos
inorgánicos.
Sin embargo, para muchas personas el sabor dulce en las
bebidas y platillos es muy difícil de suspender, por lo que el
empleo racional de endulzantes sin calorías como la
Sucralosa (SPLENDA®) adquiere un papel en
el control del consumo de sacarosa y
otros azúcares en la dieta. Con una
dieta bien planeada, basada en los
preceptos actuales de salud y
actividad física regular, es posible
disminuir los efectos del síndrome
metabólico y más importante
aún, prevenir su aparición.
PREVENCIÓN DEL SM
Algunos consejos prácticos para evitar o disminuir los efectos del síndrome metabólico se
enlistan a continuación:
Consumir frutas y verduras en mayor cantidad, especialmente las de temporada y de
preferencia crudas y con cáscara (si es comestible) para aumentar el contenido de fibra en la
dieta.
Moderar la cantidad de cereales en la dieta y preferir los cereales integrales.
Consumir leguminosas como frijoles, lentejas, haba, garbanzo, alubia o soya. Son una
excelente fuente de proteínas si se combinan con cereales (tortillas, arroz, pan).
Consumir carnes rojas magras, aves sin piel, quesos blancos (panela o cottage) y limitar el
consumo de huevo entero a 2 piezas a la semana.
Moderar el consumo de grasas de origen animal, como leche entera, crema, mantequilla,
tocino o chorizo; preferir aceites vegetales, aguacate y oleaginosas (cacahuate, nueces o
almendras) como fuente de lípidos en la dieta.
Limitar el consumo de azúcar y sal. Pueden utilizarse endulzantes sin calorías como la
Sucralosa (SPLENDA®), para mantener el sabor dulce de sus preparaciones o bebidas.
Moderar o evitar el consumo de bebidas alcohólicas.
Consumir suficiente agua simple.
Mantenerse activo. Realizar actividad física moderada de preferencia todos los días de la
semana.
El síndrome metabólico es una condición patológica que coloca al
paciente en la inminente necesidad de realizar cambios radicales en su
alimentación y estilo de vida. En mi experiencia profesional, he logrado
comprobar que la implementación de planes de alimentación con la
inclusión de endulzantes sin calorías como la Sucralosa, mantiene el
sabor dulce en la dieta, evitando el sobreconsumo de calorías y
favoreciendo la adherencia al tratamiento dietético.
LN. Blanca Saint Martín Posada.
Nutrióloga con 20 años de experiencia en Clínica. Ex investigador del
Depto. de Fisiología de la Nutrición del Instituto Nacional de Ciencias
Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
Si desea más información, consulte la
página www.splendaprofessional.com
Documento desarrollado por la Maestra en Nutrición Humana
Claudia Ascencio Peralta (Universidad Iberoamericana).
Candidata a Doctorado en Ciencias Biomédicas Básicas por la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ex
investigador del Departamento de Nutriología Molecular del
Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador
Zubirán.
COME BIEN
Referencias bibliográficas:
Terence J Wilkin MD FRCP Linda D Voss PhD. Metabolic syndrome: maladaptation
to a modern world. J R Soc Med 2004;97:511–520. Mahan, K. Escott-Stump S.
Krause’s Food, Nutrition and Diet Therapy. 12th. Edition. Ed. Saunders, 2008.
SÍNDROME
METABÓLICO
La siguiente figura esquematiza el peso corporal de acuerdo al IMC:
Síndrome Metabólico
cualquier exceso de energía, como grasa.
En esa época, esta característica genética
les dotaba de una ventaja competitiva
en t re la v ida y la muer te f ren te a
situaciones de hambruna.
Para el público en general, la obesidad es un problema esencialmente de tipo estético, por lo
que no lo consideran como un problema de salud que requiera tratamiento médico y mucho
menos que se asocie con enfermedades. Para muchas familias, es incluso un símbolo de
abundancia económica.
Sin embargo, para los especialistas en la salud,
el significado debe ser abordado desde un
punto de vista completamente distinto: como
un factor que eleva el riesgo de padecer
alteraciones metabólicas de la glucosa y los
lípidos séricos, que se están convirtiendo en
uno de los mayores retos de salud pública de
todos los tiempos: la epidemia de la obesidad y
sus consecuencias metabólicas.
MANZANA
<20
20-25
26-29
>30
La Organización Mundial de la Salud considera actualmente a la obesidad y no a la
desnutrición, como el principal problema de mala nutrición a nivel mundial.
Si observamos la gráfica de mortalidad en
población joven en función del IMC,
podemos observar que el riesgo se
incrementa en los dos extremos de la
escala de valores.
Tasa de mortalidad en una población
de 20 a 29 años en función de su IMC
DEFINICIÓN DE SÍNDROME METABÓLICO (SM)
El síndrome metabólico, también llamado síndrome de resistencia a la acción de la insulina o
síndrome X, representa un conjunto de varias alteraciones metabólicas que incluyen a la
Diabetes mellitus tipo 2, la hipertensión arterial y las dislipidemias, que se caracterizan por la
resistencia a la acción de la insulina, y es por mucho, un producto de nuestro actual estilo de
vida. Se asocia claramente a la obesidad (por lo que es muy poco común en personas con un
índice de masa corporal bajo) y puede mejorar con la pérdida de peso.
300
250
Enfermedades
digestivas
o pulmonares
150
100
50
Riesgo
Bajo moderado
0
15
OBESIDAD COMO FACTOR DE RIESGO DE SM
El índice de masa corporal (IMC) o índice de
Quetelet es la expresión numérica que se
obtiene de dividir el peso en kilogramos entre
la estatura en metros elevada al cuadrado
(kg/m2). En adultos mayores de 20 años, las
cifras normales oscilan entre 18.5 y 24.9. Se
define como sobrepeso, un IMC de 25 a 29.9 y
la obesidad con índices superiores a 30.
IMC
Grado de obesidad
18.5-24.9
Normalidad
25-29.9
Obesidad grado I o sobrepeso
30-34.9
Obesidad grado II
35-39.9
Obesidad grado III
>40
Obesidad grado IV u obesidad mórbida
Diabetes mellitus,
cardiovasculares
Tasa de mortalidad (%)
20
25
30
35
Alto
40
Índice de Masa
Corporal (kg/m2)
Los índices bajos, que representan al
estado de desnutrición, se siguen
asociando con enfermedades de tipo
infeccioso a nivel de vías respiratorias o
digestivas, mientras que los valores altos se
asocian con muertes relacionadas con la
resistencia a la acción de la insulina, como la
diabetes tipo 2 y las enfermedades
cardiovasculares. Este mismo fenómeno se
repite en todos los grupos de edad.
CARACTERÍSTICAS DEL SM
El IMC es un fenómeno continuo y la
clasificación de obesidad es una mera
categoría asignada a un valor particular,
cifra que cada vez mayor cantidad de
población alcanza y sobrepasa.
Otra característica del síndrome metabólico
es la acumulación excesiva de grasa en la
cavidad abdominal. Una medida simple para
stimarla es el índice cintura/cadera.
En la mujer, un índice cintura/cadera mayor a
0.8 (más de 85 centímetros de cintura) y en
el hombre un índice mayor a 0.9 (más de 95
centímetros de cintura) se correlaciona con
besidad visceral.
Esquemáticamente se asocia a la apariencia
de manzana u obesidad androide, que
afecta principalmente a hombres y a
mujeres después de la menopausia, la cual
está altamente relacionada con mayores
riesgos de padecer diabetes mellitus tipo 2,
h iper tensión ar ter ial y t r as tor nos
c a r d i o v a s c u l a r e s ; e s d e c i r, l a s
complicaciones del síndrome metabólico.
PERA
OBESIDAD: MÁS QUE SÓLO GENES
Datos alrededor del mundo sugieren que
las cifras de obesidad se han triplicado en
sólo una generación, por lo que sus causas
son una situación apropiada para
continuar con nuestro análisis sobre el
síndrome metabólico.
La obesidad es una enfermedad que
verdaderamente involucra el binomio
genes + ambiente. Cabe aclarar que
el tiempo transcurrido entre dos
generaciones es apenas un instante en la
escala de evolución de las especies, por lo
que es muy poco probable que los cambios
genéticos sufridos entre dos generaciones
sean los responsables del rápido
surgimiento de la epidemia actual de
obesidad. Por lo tanto, lo más factible es
que las modificaciones en el estilo de vida
sean el principal factor responsable.
Con el rápido surgimiento de las industrias
después de la Segunda Guerra Mundial, se
lograron conservar gran cantidad de
ali men tos , se elabor aron nuevos
productos, y su distribución y
disponibilidad se amplió a todos los
sectores de la población, mientras que las
actividades laborales se hicieron más
sedentarias, gracias al avance de la
tecnología.
El “progreso” logró elaborar alimentos con
alta densidad energética, disponibles para
las mas as y a cos tos mu y bajos ,
prácticamente sin requerir esfuerzo alguno
para obtenerlos.
De aquí, que nuestro problema en la
actualidad sea contar con genes altamente
eficientes para almacenar energía en el
reino de la abundancia.
Para los primeros homínidos cazadores
que habitaron el planeta, los excesos en la
alimentación al cazar una gran presa eran
días e xcepcionales . E s t a li m i t ada
disponibilidad de alimentos, como una
presión de supervivencia, propició que los
sobrevivientes acarrearan selectivamente
genes altamente eficientes para almacenar
Por ello, los profesionales de la salud debemos entender que la obesidad es
una enfermedad en el sentido más estricto y que se relaciona con la clásica
interacción entre la naturaleza y la nutrición, la susceptibilidad y los riesgos,
los genes y el ambiente.
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