BEETHOVEN. LA APOTEOSIS DE LA DANZA viernes, 18 noviembre, 20.30 h. sábado, 19 noviembre, 20.00 h. Inicio venta: 06 septiembre Precios: A 21€ B 16€ C 12€ D 7€ Director: EDMON COLOMER Piano: ABDEL RAHMAN EL BACHA Coriolano. Obertura, Op.62, L.v. Beethoven Concierto para piano y orquesta nº 4 en Sol mayor, Op.58, L.v. Beethoven Sinfonía nº 7 en La mayor, Op.92, L.v. Beethoven Salón Rossini del Teatro Cervantes 18 18.30 h. / 19 18.00 h. UNA HORA CON EL MAESTRO Beethoven de nuevo. ¿Puede sorprendernos aún? ¿Lo sabemos todo sobre tres de sus obras más populares? El Beethoven heroico, el más popular, protagoniza esta nueva sesión musical, que se detiene en ese prodigioso arco de tiempo de la biografía del músico alemán, entre 1805 y 1813, en el que una tras otra se sucedieron grandes obras encumbradas de inmediato como maestras. Así ocurrió con Coriolano, op. 62, dentro del ámbito de la obertura de concierto, el Concierto para piano y orquesta nº 4 en Sol mayor, Op.58 en la literatura concertante pianística o la Sinfonía nº 7 en La mayor, Op.92 en el repertorio orquestal. Páginas y páginas se han dedicado a tratar de explicar, describir, elogiar estas partituras. Veamos unas pequeñas pinceladas de ellas. En la confrontación entre los dos temas de la obertura y su desarrollo hay quien ha entrevisto "la voluntad de dominar la oscuridad hasta el último momento". Pestelli califica al segundo movimiento del Concierto como "ese momento presente en todos los grandes inventores de formas nuevas en el que el alma de lo nuevo se queda a un lado y el artista habla serenamente desde posiciones recién conquistadas". O Wagner diría de la Séptima sinfonía que "es la apoteosis de la danza, es la danza misma en su aspecto más sublime, como si fuese la acción excelsa del movimiento corporal integrado en un molde de tonalidad ideal". Y todo, sobre una pieza que estaba pensada para acompañar incidentalmente a una obra teatral anodina y de la que finalmente Beethoven se sirvió para introducir sus sesiones musicales públicas; un concierto, el último que el compositor interpretó como solista, que fue escuchado en su estreno por un pequeño grupo de personas en la casa de uno de sus mecenas, el príncipe Lobkowitz; o una sinfonía que, tras varios retrasos, se estrenó en un concierto benéfico a favor de los soldados austríacos y bávaros heridos en la batalla de Hanau, y cuya inmediata popularidad la hizo ser objeto de transcripciones y arreglos variopintos. El sentido práctico de Ludwig van Beethoven (1770-1827) así como su respeto hacia la tradición clásica en la que voluntariamente se asienta, su búsqueda continua de coherencia, de equilibrio de fuerzas, el trabajo concienzudo, fueron silenciados por la posteridad, fascinada por la presencia insoslayable de la interioridad del artista, de una subjetividad de la expresión que no tenía parangón en la historia de la música y que la generación romántica convirtió en un ideal al que aspirar. Hoy podemos permitir que el Beethoven heroico se enriquezca con otras miradas. www.orquestafilarmonicademalaga.com http://www.teatrocervantes.com