Aprender, desaprender y reaprender. Comúnmente tenemos la idea que podemos hacer las cosas siempre de la misma manera y que no existen otras formas de hacer lo mismo. La verdad es que, si exploramos las posibilidades, existen muchas otras convenciones e instrumentos para re – crear o transformar la forma como elaboramos las cosas. Este es el caso del proceso enseñanza – aprendizaje. Aprender a desaprender es dejar de hacer lo mismo de la misma manera. Es decir, encontrar o descubrir que sí existen otros caminos que permiten llegar al mismo lugar, dejando las limitaciones que comúnmente tenemos, por otras que no hemos experimentado. Aprendemos automáticamente desde el momento de nacer. Aprendemos automáticamente a respirar, a comer y a tener movimientos que permiten sobre vivir. Nuestro corazón late sin ninguna instrucción. Nuestros pulmones aspiran y expiran oxígeno. De allí en adelante, todo en la vida es un constante aprendizaje en donde voluntaria o involuntariamente, el ambiente y el entorno nos motiva a adoptar nuevas ideas, nuevas actitudes, nuevas habilidades que posteriormente se convierten en formas de pensar. En entornos educativos la palabra desaprender podría sonar contradictoria, pero la idea fundamental de desaprender es independizarse de conceptos o ideas que se inculcan en la vida y en el entorno de la enseñanza y el aprendizaje. En épocas de crisis el concepto de desaprender significa reconocer que todo lo que se ha hecho no ha dado el resultado esperado y que es momento de dejar todas las creencias establecidas y los conocimientos pasados de moda para promover diferencias y cambios. Es iniciar nuevas permutaciones de mentalidad, de recopilar otra información y de encontrar otras formas de aprendizaje basado en experiencias positivas. Cambiar de creencias o las formas de estudiar es difícil, sobre todo cuando éstas se admiten como las únicas que existen, sin embargo, en la mayoría de los casos desaprender no solo es necesario y útil, si no también comprensible ya que al ensayar nuevas formas de aprender, se alcanzan nuevas metas. El desaprender también significa aprender y reaprender. Es muy difícil aprender algo nuevo cuando se hacen las cosas solos y pretendiendo que sean perfectas desde la primera vez. Es más fácil aprender algo nuevo, cuando tenemos anuencia para equivocarnos. Es difícil aprender algo nuevo, cuando pretendemos saberlo todo en tiempos de cambios y evoluciones constantes. Antes de preguntarnos ¿cómo se desaprende?, tenemos que preguntarnos, ¿qué estoy haciendo? ¿Qué estoy viendo?¿Qué NO estoy viendo? El siguiente paso es explorar nuestro modo de pensar y las interpretaciones naturales que salen de nuestro cerebro para comprender una determinada situación. Por consiguiente, es transformar la forma de observar lo que parece el mismo problema y escuchar todo aquello que no se dice. Esto implica desarrollar nuevas capacidades de actuar para lograr un resultado diferente. Es decir, desaprender para volver a aprender. La definición simple de aprender es tener una tendencia de actualizarse mediante un proceso que permite ensamblar patrones de significado y clasificar experiencias. Es establecer nuevas conexiones que transformen significativamente lo que ocurre en el cerebro y en el organismo humano. Desaprender es hacer un esfuerzo consciente para decodificar y desconocer patrones establecidos abandonando zonas de comodidad intelectual. Reaprender es una tendencia de actualizarse cambiando los paradigmas. Es volver a experimentar mediante un proceso voluntario utilizando nuevos patrones para re significar y recodificar experiencias. Es reintegrar y reincorporar nuevas conexiones con una meta proceso que promueve mayor conciencia o más meta cognición. Reaprender es desestimar y hasta eliminar responsablemente lo que ya no sirve y aprender algo de forma distinta a la que durante años hemos realizado. Reaprender implica un esfuerzo personal y más coraje para innovar como resultado de mucha investigación. Por ejemplo, cada estudiante debe encontrar su propia proporción, redescubrir su potencial y dejar atrás las viejas convicciones y los antiguos preceptos de aprendizaje. Uno de ellos, es aprender “de memoria” las definiciones y los conceptos compartidos en clase o encontrados en algún texto. Esto se remplaza por comprender las ideas, presentarlas en forma de ejemplos y explicarlas con algún caso. Las nuevas tecnologías permiten realizar varias tareas a la vez, pero el cerebro no está diseñado para eso, ya que sólo puede focalizarse en un asunto. Si se atienden varios eventos a la vez se debilita el aprendizaje y decae el rendimiento. Las empresas más competitivas en el mundo, recomiendan a sus ejecutivos un cambio de mentalidad para enfocar sus nuevas estructuras. El antiguo estereotipo de una administración inflexible, está siendo remplazado por propuestas con capacidad de cambio, de aprendizaje de nuevas fórmulas organizativas y de nuevos modelos laborales que hacen a las personas más efectivas y eficientes. Esta frase es ideal: El día tiene 24 horas y eso no se puede cambiar. Lo que sí podemos mejorar es cómo invertir el tiempo, desarrollar la energía y aplicar el conocimiento.