LAS ESCUELAS HISTORICAS INTRODUCCION Actualmente en España, ni en los manuales que emplean alumnos de institutos, ni en los artículos de historia que publican numerosas revistas especializadas, encontramos referencia al enfoque o a la escuela desde la que se analizan los procesos históricos. Se transmite de esta manera, por lo tanto, que la realidad histórica y la perspectiva desde la que se observar es una. Sin embargo, sabemos que son múltiples las escuelas históricas y los paradigmas que éstas defienden, y por lo tanto también múltiples los análisis y conclusiones a los que se llegan a través de los mismos. El hecho de no hacer explícito el marco teórico desde el que trabajamos, tiene una consecuencia menor cuando quienes nos leen conocen la existencia de estos enfoques y pueden por lo tanto identificar nuestro marco de referencia. Sin embargo, más graves son las consecuencias cuando nos dirigimos a jóvenes que no saben qué es un paradigma o enfoque, y por supuesto desconocen los diferentes paradigmas existentes. Grave, porque quienes nos dirigimos a ellos a través de manuales y otros soportes, somos conscientes hasta qué punto nuestros análisis varían dependiendo del enfoque paradigmático que adoptemos: ¿es lo mismo analizar la España Franquista desde el materialismo histórico que hacerlo desde el idealismo?. Las razones por las que negamos a nuestros jóvenes la declaración explícita de nuestros enfoques pueden ser muchas, en cualquier caso con ello negamos también la relatividad de nuestros análisis o el prisma desde el que miramos. Ni la dificultad que entraña exponerles la multiplicidad de enfoques, ni la seguridad que nos aporta transmitir un mensaje “único”, son razones suficientes para no ser intelectualmente claros con aquellos a quienes enseñamos y también educamos. Es conveniente subsanar esta imagen de absoluta neutralidad y “visión única” que entre todos proporcionamos, por supuesto se ha de hacer desde el conocimiento y no desde una definición ideológica, aunque todos seamos conscientes de las afinidades entre algunos enfoques y determinadas ideologías. Por todo lo expuesto hasta aquí considero fundamental que los profesores de historia expongan a sus alumnos los diferentes marcos teóricos, adaptando por supuesto al nivel del curso el grado de profundidad de la explicación. También se podría demandar al alumnado, la realización de un ejercicio en el que adoptando la perspectiva de los diferentes enfoques históricos expliquen y analicen un periodo de la historia. 1 El estudio de las grandes corrientes de investigación historiográficas adquiere, para los historiadores, mayor importancia en la medida que no existe un paradigma aceptado por todos. Tampoco en las aportaciones más recientes de la historiografía, a las que me refiero en el texto, se ha alcanzado dicho consenso. HISTORIA DE LA HISTORIOGRAFÍA Gran parte de los manuales establecen los orígenes de la disciplina histórica en la Grecia del Siglo VI y V a. C. , sin embargo el salto cualitativo en la producción de las investigaciones históricas no se produce hasta finales del Siglo XVIII y principios del XIX. En este periodo la historia deja de ser una narración literaria y aspira a establecer conexiones causales entre los acontecimientos históricos, se constituye como disciplina científica. De la mano de la Ilustración llegan los cambios fundamentales para la constitución de la historia como disciplina científica, otra concepción del tiempo y la idea de una evolución continua hacia el progreso romperán con la visión de los historiadores cristianos de la historia como realización del designio divino. Filósofos ilustrados alemanes como Leibniz y Kant, y franceses como Turgot, Condorcet y Voltaire, contribuyeron en el proceso descrito. LINEAS DE INVESTIGACIÓN HISTÓRICA S XIX Y XX 1.- EL DESARROLLO HISTORIOGRÁFICO EN EL SIGLO XIX Las principales escuelas historiográficas se desarrollaron en el marco histórico de la construcción del Estado Liberal y los movimientos nacionalistas de la Europa decimonónica. En este contexto, la enseñanza de la historia pasa a ser fundamental en cuanto facilita la adhesión de los ciudadanos a los diferentes estados. En el Siglo XIX se produce el abandono de las concepciones sobre la investigación y la escritura de la historia vigentes hasta entonces. o La historiografía idealista Una de las principales corrientes del pensamiento historiográfico del S XIX. Surge con el Romanticismo, pero se desarrolla con la filosofía de Kant y Hegel. Entre sus representantes más destacados se encuentra Herder, quien consideraba que la historia de la humanidad era el producto del espiritu o el alma colectiva de cada pueblo. Desde esta perspectiva las ideas son consideradas el motor de la historia. o La historiografía liberal Escuela que intenta justificar la Revolución Francesa, antimonárquica y proburguesa. Surge a raíz de la Revolución francesa Entre sus máximos representantes se encuentran Francois Guizot, Agustín Thierry y Alexis de Tocqueville. 2 o La historia positivista Surge a finales del siglo XIX como reacción al idealismo. Su mayor preocupación es la reivindicación de la importancia del método y el rechazo a la filosofía. Reivindica la investigación que se realiza a partir del trabajo sobre los documentos, atribuyendo a estos la capacidad de neutralizar la subjetividad del historiador. Entre sus máximos representantes se encuentran la escuela alemana, la más prestigiosa, y en ella su representante más significativo Leopoldo Ranke 1795-1886; en Francia Jules Michelet (1798-1874) . Esta historiografía se basa en una concepción filosófica de la historia llamada historicismo que considera que cada acontecimiento histórico tiene unas conexiones únicas y específicas con su contexto, por lo que carece de sentido la búsqueda de reglas universales. 2.- EL DESARROLLO HISTORIOGRÁFICO EN EL SIGLO XX o la historiografía marxista Durante la segunda mitad del Siglo XIX, mientras se iban desarrollando las diferentes escuelas historiográficas nacionales, Marx formulaba su aportación a la historiografía a través del “materialismo histórico”, filosofía de la historia que ejercería una hegemonía desde los años 40 hasta los 70. Su base parte de la producción de Marx para el análisis de la historia: el materialismo histórico. La condición de modelo explicativo que permitía conectar las transformaciones de las estructuras económicas, con los conflictos sociales y con el universo espiritual, incluyendo en él todo lo simbólico y las propias ideologías, le otorgo una gran atractivo y capacidad de influencia en los analistas sociales. Dos ejemplos de esa capacidad de influencia lo constituyen dos disciplinas históricas especializadas en los inicios del siglo XX: la historia económica y la historia social. Máximos representantes de la escuela marxista francesa: Labrousse, Vilar, Lefebvre, Soboul; de la escuela británica: Dobb, Hill, Hobsbawm, Hilton, Thompson, Samuel, Anderson; de la escuela italiana: Sereni, Zangheri, Procacci; de la escuela española: Fontana, Tuñón, Elorza, entre otros. o La escuela de los annales Ejerce su hegemonía desde los años 40 hasta los 70. Conceptualiza la historia como problema y no como relato. Esta escuela ampliará los campos de trabajo y empleará los métodos de otras disciplinas: el análisis sociológico y demográfico, la estadística, la arqueología, el trabajo de campo geográfico y etnológico, etc. La revista Annales d’Histoire de Marc Bloch y Lucien Febvre, fundada en 1929, aglutinará a los componentes de la escuela de los Annales. Sus máximos representantes son en la primera época de los fundadores Febvre y Bloch; en la 3 segunda Braudel, Moraze, Mandrou, etc; en la tercera generación aparecen figuras como Le Roy Ladurie, Furet, Chaunu, Duby, Le Goff, y Ferro. A partir de la Segunda Guerra mundial la disciplina tuvo su gran apogeo en Francia y países europeos, incluso en algunos de Latinoamérica. o Historia cuantitativa: la cliometría Surgió en EEUU tras la Segunda Guerra Mundial, se caracteriza más por el método que emplea que por el campo temático que aborda. A través de la aplicación de unos modelos matemáticos explícitos y del tratamiento informático de la información, pretende construir explicaciones de procesos históricos a largo plazo. El momento fundacional de la disciplina se puede establecer en 1958 cuando Alfred H. Conrad y John R. Meyer publicaron su libro sobre “la economía esclavista en el sur prebélico”. Es preciso no confundir la historia cuantitativa con la historia “cuantificada”. El primero fue el intento de la historia económica americana expresado de manera fundamental en la New economic History, algunos de cuyos representantes serían Conrad, Meyer, Fogel, Engerman, Davis, etc., Considera que científico sólo puede ser aquello que se ha obtenido a través de un proceso de conocimiento de cuantificación. La expresión más clara de un cliómetra la constituye William Fogel. 3.-TENDENCIAS MAS RECIENTES A pesar de la expansión de escuelas muy activas e innovadoras dentro de la corriente marxista, de la escuela de los Annales y la renovación de métodos de la historia cuantitativa, se tiende a la disgregación de la historia en historias sectoriales como la económica, la de la ciencia o la de la educación, entre otras. o La historia de las mentalidades o de la cultura Surgida de la crisis de la historia, propone como resultado de la influencia de la antropología y la lingüística un modelo cargado de ambigüedades, donde el objeto de estudio lo constituye lo simbólico: las creencias populares. Sus máximos representantes: Robert Darnton, Lynn Hunt, Gabrielle S. Spiegel, Roger Chartier, entre otros. Recibe críticas de muchos historiadores como Fontana quien niega que las representaciones mentales puedan constituir el motor de la historia tal como sostiene esta corriente; otra crítica habitual es la falta de definición del objeto de estudio. o La microhistoria Práctica historiográfica nacida en Italia a partir de la publicación de Carlo Ginzburg sobre el molinero Menocchio en 1976. Se basa en la reducción de la escala de observación. Recibe críticas, entre ellas de Fontana por convertir en historia lo que no pasa de anécdota. 4 o Historia narrativa y análisis lingüístico textual Desde esta óptica el objetivo de la historia es la interpretación y no la realidad objetiva. Se concentra en el análisis de la escritura de la historia. Fontana pone en cuestión la base de dicha corriente indicando como la construcción y la reconstrucción de los historia no se realiza sólo a partir de los textos. o Historia del tiempo presente Señala Julio Arostegui: “la historia presente representa, por definición, análisis de procesos en curso o de aquellos que tienen una forma de vigencia inteligible en la vida actual. Frente a la Historiografía tradicional que se caracteriza por el análisis de situaciones históricas de las que cabe decir que están concluidas, la dificultad aquí es cómo captar y cómo analizar esas situaciones inacabadas. El punto de vista del sujeto historiográfico es determinante: El proceso que está en curso es aquel que es percibido subjetivamente como tal ”. o Historia política Desde los años 50 experimentó un gran avance basado en la aplicación de los métodos y modelos teóricos de las restantes ciencias sociales. Entre los representantes destaca A.J. Mayer investigador de los prolegómenos de la Primera Guerra Mundial. PROPUESTA APLICADA AL AULA Teniendo en cuenta que se aprende aquello que se hace, considero conveniente abordar el tema con los alumnos a través de una webquest. Esta herramienta habitualmente muy útil, resulta especialmente interesante para que los alumnos elijan una corriente histórica concreta y contrasten cómo dependiendo del enfoque con el que analicen la realidad, serán distintas las conclusiones a las que lleguen e incluso las preguntas que consideren relevantes para explicar los procesos históricos. En el caso de no disponer de una webquest elaborada, se expondrá al alumnado la evolución de la historiografía desde el Siglo XIX, y de las polémicas surgidas respecto a la “verdad” histórica y la objetividad-subjetividad del historiador, se le propondrá un ejercicio en el que de manera grupal se deban posicionar y defender los enfoques que consideren más adecuados. BIBLIOGRAFÍA Moradiellos, Enrique. (2008). el oficio del historiador. Editorial Siglo XXI: Madrid. Fontana, Joseph.(1999). Historia: análisis del pasado y proyecto social. Barcelona: Crítica. Fontana, Joseph. (1992). La historia después del fin de la historia. Barcelona: Crítica. Guy, Bourdé y Hervé, Martín. (1992). Las escuelas históricas. Madrid: Akal. 5