Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva Drones, aliados de la ciencia y de la producción Los vehículos aéreos no tripulados –VANT, también llamados drones- creados en la industria militar son mucho más que herramientas para la diversión. Tanto en el agro como en la prevención de desastres, los servicios que prestan estas aeronaves amplían la cadena de valor de la industria y ayudan a especialistas. Buenos Aires, 8 de septiembre de 2016 – Los vehículos aéreos no tripulados (VANT) – comúnmente conocidos como drones– comienzan a prestar servicios para la robotización del campo argentino y auxilian en la prevención de catástrofes forestales. En este contexto el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCYT) financió el desarrollo de varios tipos de estas aeronaves y concretó encuentros del sector público y privado para promover el uso de estas herramientas que mejoran, entre otras cuestiones, los procesos productivos. Los drones funcionan como una herramienta de toma de decisiones en el sector agrícola, ya sea en la producción de yerba mate, de té, en la industria citrícola, en la forestal o en el cultivo de arroz. Antes eran los satélites a través de la teledetección los que fotografiaban y permitían detectar malezas, el estado del suelo, focos de infección y mapear anegamientos, entre otras cuestiones. En esta nueva etapa, el productor puede adquirir una de estas aeronaves que, con mayor velocidad, autonomía e independencia de las condiciones climáticas ofrece el mismo tipo de información para mejorar la agricultura de precisión. En el contexto del programa del MINCYT que promueve la aplicación de nuevas tecnologías a los procesos productivos, se otorgó el financiamiento a la firma Foto Aérea, cuyo titular es el biólogo belga radicado en Argentina, Erik de Badts, y en carácter de aporte no reembolsable (ANR) $ 118.994. Este aporte se instrumentó a través del Fondo Tecnológico Argentino (FONTAR) perteneciente a la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, y tuvo como objeto el desarrollo de dos tipos de estas aeronaves: un avión y un multirotor. El multirotor, que vuela hasta 20 hectáreas está equipado con un sensor multiespectral que capta en infrarrojo el estado de un cultivo y “sirve para obtener información de fotos y video de cultivos tales como la vid, limón o plantaciones pequeñas”, explicó de Badts; mientras que el avión se utiliza para campos más grandes y está pensado para granos. Foto Aérea, además de los drones provee el software y la capacitación para que los propios productores realicen la toma de datos. “Desde que se pusieron a disposición herramientas baratas para hacer videítos de ocio o para eventos, los productores comenzaron a acercarse a esta tecnología y se generó una demanda que hoy está creciendo mucho”, comentó Erik de Badts; quien agregó: “creo que en los próximos dos años vamos a encontrar prestadores de servicios de calidad que van a poder satisfacer las necesidades de los productores en cada localidad y zonas de influencia. Todo esto permite que el productor pueda controlar esos datos y aplicarlo a las labores que lleva a cabo en el campo. Esperamos llegar al siguiente paso, en el que cada productor pueda tener un dron hecho a medida”, concluyó. Prevención de catástrofes El uso científico de los VANT reviste un carácter relevante, por lo que el Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP) desarrolló, junto con una empresa privada de la ciudad de Trevelin, Chubut, un dron denominado Fénix 3d; proyecto que contó con el financiamiento del MINCYT, en carácter de miembro promotor del Consejo Directivo de ese Centro. El Fénix3d se utiliza para predecir la propagación del incendio, puesto que volando relativamente cerca de las columnas de fuego proporciona una vista tridimensional, suministra información difícilmente observable desde el suelo y sin poner en riesgo tripulación de otro tipo de medios. Las imágenes capturadas por este dron permiten establecer la geometría de las llamas del frente de incendio, definir parámetros que junto a la temperatura funcionan como inputs de entrada para modelos matemáticos de predicción de comportamiento del fuego en un incendio. “En situaciones de emergencia los drones se destacan por su efectividad, especialmente en áreas que queda aisladas o de difícil acceso. Está demostrada la importancia del uso de estas aeronaves en zonas que fueron azotadas por desastres naturales, como el incendio 2015-2016 del Parque Nacional Los Alerces”, afirmó el Dr. José Daniel Lencinas, director del CIEFAP, quien agregó: “En incendios forestales las acciones deben ponerse en marcha en plazos cortos y el despliegue de un VANT es prácticamente inmediato, lo que permite acceder a información de la situación actual de la emergencia en pocos minutos”. Vinculación con el sector público Con el objeto de promover el uso de los VANT, el Ministerio realizó el taller “Actualidad y perspectivas de aplicaciones tecnológicas para el uso de drones”, que reunió a oferentes y demandantes de esta tecnología, y en cuyo marco se discutieron aspectos vinculados al desarrollo de plataformas aéreas, sensores, control terrestre, software y servicios de integración de imágenes con aplicación en campos como la agricultura, agrimensura, minería, seguridad y control de catástrofes. “Hay que estar cerca de los interesados y ayudarlos. Los productores son grandes tomadores de nuevas tecnologías siempre y cuando la misma aporte un beneficio al negocio”, evaluó Nicolás Bergmann, titular de Taguay, una empresa de gestión agropecuaria cordobesa que se dedica a la producción de campos y a buscar nuevas tecnologías para mejorar los procesos productivos. Bergmann afirmó que instituciones como el MINCYT, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), las universidades nacionales o los Institutos Nacionales de Tecnología Industrial (INTI) y el Tecnología Agropecuaria (INTA) son fundamentales en el desarrollo de la actividad agropecuaria: “Cooperamos mucho en compartir experiencias con distintos ámbitos, y con este Ministerio tenemos una relación especial ya que colaboramos mutuamente en el proceso de aprendizaje e inserción de esta y otras nuevas tecnologías”. La aplicación de drones para siembra, pulverización, control de malezas y mapeo de campos permite la apertura de horizontes cada vez más amplios. En el ámbito de la prevención de catástrofes, vehículos de esta naturaleza proveen de información certera en tiempo real y con autonomía, resguardan la seguridad del personal de rescate y ayudan a detectar y parametrizar posibles focos de peligro para la población. El uso civil de esta tecnología permite ampliar horizontes productivos y de estudio para generar mejor impacto económico. El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva fue creado en diciembre de 2007 y es uno de los únicos en Latinoamérica que contempla la innovación productiva asociada a la ciencia y la tecnología. Su misión es orientar estos tres elementos hacia un nuevo modelo productivo que genere mayor inclusión social y una mejor calidad de vida para los argentinos. Sus acciones se materializan en: Inversión: Para el 2016 el presupuesto destinado al sector científico tecnológico asciende a más de 9,9 mil millones de pesos. Estímulo: Ya regresaron 1.295 científicos argentinos que se suman a los que hoy hacen ciencia en nuestro país. Capacitación: La formación de recursos humanos responde a las demandas de conocimiento que requiere una nueva matriz tecnoproductiva. Gestión: Organismos e instituciones de ciencia y tecnología forman un conjunto articulado, logrando un sistema más eficaz. Producción: Se impulsa la innovación de base tecnológica y la incorporación de la ciencia en la cultura productiva de las empresas argentinas. Integración: La transferencia de conocimiento ayuda a establecer un desarrollo equilibrado en todo el territorio nacional. Divulgación: Se promueve el quehacer científico tecnológico para acercar a la población el valor del conocimiento.