LEYENDAS URBANAS DE LA NUTRICIÓN La alimentación está muy relacionada con la tradición cultural y la comunicación oral características de las diferentes sociedades. Existe una larga lista de creencias relacionadas con la composición, propiedades o la acción de ciertos alimentos que resultan falsas y dan lugar a errores que impiden alcanzar una adecuada nutrición. El agua engorda: Falso. El agua no tiene calorías y por tanto no engorda, sin importar en el momento en que se tome. Es fundamental para mantener una adecuada hidratación. Es recomendable evitar hidratos de carbono complejos (pan, cereales, pasta, arroz, etc). Falso. Se corre el riesgo de presentar alteración de neurotransmisores cerebrales como serotonina y desencadenar, especialmente al final de la tarde, crisis de comer compulsivamente bollería, galletas, golosinas u otros alimentos ricos en hidratos de carbono simples y grasas. Estos hidratos complejos deben ser la fuente fundamental de energía de la dieta, y distribuir su consumo adecuadamente a lo largo de la jornada. Sudar mucho mientras se realiza ejercicio es bueno para perder peso. Falso. En poco tiempo el organismo repondrá los líquidos perdidos. Además una sudoración excesiva puede suponer un grave riesgo para la salud al descompensar la hidratación y provocar importantes pérdidas de sales y mineral fundamentales para el organismo. La piña, el limón y el pomelo son alimentos “come grasa”. Falso. Son frutas muy bajas en calorías pero no tienen ningún poder desengrasante demostrado. En cambio, son frutas diuréticas y ricas en vitaminas y minerales. Los productos Light adelgazan. Falso. El término “Light” indica que se ha producido una disminución de al menos un 30 % de calorías contenidas en el producto inicial, no que sea un producto con capacidad adelgazante. La fruta como postre engorda. Falso. La fruta aportas las mismas calorías antes y después de las comidas. La ventaja de consumirla antes es que por su alto contenido en fibra y agua produce un efecto saciante y se llega con menos apetito a la comida. Los productos integrales no engordan. Falso. Los cereales integrales se diferencian de los refinados en que tienen un mayor contenido de fibra y minerales, pero su contenido energético es similar. La fibra posee un poder saciante y por tanto ayuda en el control del peso al disminuir la necesidad de comer más cantidad de otros alimentos. También regula el tránsito intestinal y evita los picos glucémicos. Por ello es recomendable el consumo de productos integrales pero controlando las cantidades consumidas al ser alimentos ricos en energía. Las vitaminas engordan. Falso. Las vitaminas no aportan energía y por tanto no colaboran al aumento de peso por su composición. Esto no quiere decir que se puedan consumir vitaminas a capricho, ya que son piezas fundamentales para el correcto funcionamiento del organismo siempre que se consuman a las dosis recomendadas. Es necesario tomar suplementos de vitaminas para cubrir las necesidades. Falso. Con una dieta variada y equilibrada se satisfacen los requerimientos de vitaminas y minerales. Aumentar su ingesta fuera de las cantidades necesarias no tiene efectos beneficiosos sino que incluso pueden causar graves patologías. Si quieres adelgazar sáltate alguna comida: Falso, es al revés. Los que se saltan comidas a lo largo del día tienden a comer más por la noche, momento en que el metabolismo es más bajo y por tanto consume menos energía. En estas situaciones, el organismo debe almacenar la energía sobrante en forma de grasa. Hay que repartir el consumo energético diario en 5 comidas ligeras, lo que facilitará el mantenimiento de una adecuada curva de glucemia.