IMPORTANCIA DEL DESARROLLO DE LAS HABILIDADES METACOGNITIVAS Pedro Allueva Torres Dr. en Psicología. Área Evolutiva y de la Educación Profesor del Departamento de Psicología y Sociología de la Universidad de Zaragoza. España El principal objetivo de todo profesor es que sus enseñanzas sean aprendidas por sus alumnos, pero a pesar de transmitirlas adecuadamente, en ocasiones no se producen esos aprendizajes deseados, o cuando menos, no se producen de la forma adecuada. En muchos casos, son alumnos que no han desarrollado suficientemente las estrategias de aprendizaje y las habilidades metacognitivas que les ayudarán a realizar un aprendizaje satisfactorio con menor esfuerzo y mejor rendimiento de sus capacidades. En todos los chicos, independientemente del deporte que realicen, se produce un desarrollo físico, pero que duda cabe que si ese desarrollo físico va acompañado de un ejercicio físico y una alimentación adecuadas, será mucho más completo y equilibrado, incluso llegarán a desarrollar habilidades que no hubiesen sido capaces de llevar a la práctica de no haber sido por el deporte. De igual manera sucede con el desarrollo metacognitivo, por el propio efecto de la maduración se va desarrollando, pero al igual que en el deporte, el punto máximo de desarrollo y de habilidad dependerá en gran manera del entrenamiento y aprendizaje de destrezas y habilidades que hayan realizado. Esta diferencia todavía será más acentuada en los sujetos que no son especialmente hábiles en estrategias metacognitivas o no tienen una capacidad intelectual elevada, ya que es posible que con el desarrollo de las habilidades metacognitivas no lleguen a elevar mucho más las capacidades intelectuales, pero si que serán capaces de realizar tareas y aprendizajes más complejos de los que realizaban con anterioridad, podemos decir que, de alguna forma, sus actuaciones serán más inteligentes. En la medida en que el sujeto adquiera y desarrolle las habilidades metacognitivas, el proceso de aprendizaje será más satisfactorio. Deberá tomar conciencia del proceso de aprendizaje de forma reflexiva, de tal manera, que le ayude a controlar dicho aprendizaje. La pregunta que nos surge en este punto es ¿quién regula el conocimiento?, la respuesta será que el conocimiento está regulado por el propio conocimiento. El conocimiento del propio conocimiento es lo que Brown (1978) definió como Metacognición. Para que el alumno sea capaz de controlar y regular sus aprendizajes es necesario que domine los cuatro “puntos o momentos” que propone Brown: 1. Saber cuando uno sabe Este es el caso de la autoconsciencia. Ser conscientes de que se sabe de una determinada materia. Se puede ser conocedor de una materia y no saber que es lo que realmente se sabe al respecto, y lo que en determinadas ocasiones puede ser peor, es no saber que no se sabe, lo que Brown denomina ignorancia secundaria. Imaginemos un estudiante que debe enfrentarse a una prueba importante (selectividad, oposición, etc.) sin ser conocedor de lo que no sabe de las materias de la prueba, posiblemente su 1 estudio concluya antes de estar bien preparado y los resultados no sean todo lo satisfactorios que hubiese deseado. 2. Saber lo que uno sabe Siguiendo con el ejemplo anterior, el estudiante no sólo debe saber que sabe, sino que debe saber lo que sabe de las distintas materias de la prueba. En la medida en que el estudiante sea conocedor de lo que sabe habrá superado la ignorancia secundaria. 3. Saber lo que necesita saber Nuestro estudiante sabe que sabe, sabe lo que sabe y sabe lo que no sabe, pero, ¿sabe lo que necesita saber para afrontar la prueba con éxito?. Este tercer punto será muy importante para que planifique y organice sus esfuerzos de aprendizaje en las distintas áreas y con la profundidad necesaria en cada una de ellas. 4. Conocer la utilidad de las estrategias de intervención Para que las estrategias metacognitivas se conozcan y se pongan en marcha, debe conocerse primeramente la utilidad que van a tener para el sujeto. Por tanto, este se convierte en el primer punto de aplicación de dichas estrategias. Si tuviésemos que resumir el concepto de metacognición en dos palabras, deberían ser: Conocimiento y Regulación. Conocimiento del propio conocimiento que implicará ser capaces de conocer el funcionamiento de nuestra forma de aprender, comprender y saber e, igualmente, conocer los procesos del pensamiento. Regulación, control y organización de las estrategias y habilidades metacognitivas. La Metacognición se está revelando en los últimos años como uno de los principales puntos de referencia en el estudio de las estrategias de aprendizaje. Así, las modalidades metacognitivas más directamente relacionadas con el desarrollo metacognitivo y que, por tanto, habrá que procurar desarrollar, son: a) Metamemoria Al hablar de metamemoria nos referimos al conocimiento que tenemos de nuestra propia memoria. Hace referencia a todo lo que conocemos de nuestra memoria, si somos o no capaces de recordar alguna cosa, nuestras capacidades y limitaciones memorísticas, cómo poder controlar el olvido, etc. b) Metaatención Conocimiento del funcionamiento y de las variables que afectan y controlan la atención. Qué debemos hacer para atender, cómo evitar distraernos, cómo controlar la atención, etc., son preguntas que somos capaces de contestarnos cuando tenemos conocimiento de nuestra atención. c) Metacomprensión ¿Qué somos capaces de comprender de una materia determinada?, ¿qué tenemos que hacer para comprender?, ¿cómo debemos hacerlo?, etc. Estas preguntas nos sitúan en el conocimiento de nuestra comprensión, que es lo que llamamos metacomprensión. 2 Cuando hablamos de deficiencias en el aprendizaje, una de las principales se refiere a los problemas en la lectura comprensiva. Muchos alumnos leen pero no comprenden, leen y memorizan pero no entienden y, lo que es peor, no son conscientes de que no comprenden. Esto mismo les sucede, cuando escuchan las explicaciones del profesor. Por tanto, es esencial desarrollar esta metacomprensión en los alumnos para que sean conscientes de cuando comprenden o no, lo que están leyendo o escuchando. d) Metapensamiento “Deberíamos enseñar a los estudiantes cómo pensar; en lugar de ello, enseñamos principalmente lo que pensar” (Lochhead, 1979). Conocimiento del pensamiento o como también se le ha llamado “pensamiento del pensamiento”, dado que en muchas ocasiones, pensamos sobre nuestros propios pensamientos. El pensamiento como actividad global del sistema cognitivo (Vega, de, 1984) nos sitúa, de alguna forma, en el campo de la metacognición. Recordemos que para Brown (1978) metacognición es el “conocimiento del propio conocimiento”. Podemos decir que “La Metacognición es el conocimiento que tenemos de nosotros mismos, de nuestras posibilidades y carencias cognitivas.” Se trata de conseguir que el alumno sea capaz de utilizar adecuadamente o hábilmente su conocimiento, de forma que lo utilice en la resolución de tareas (fines cognitivos) y para la mejora de su propio conocimiento. Esto lo conseguirá mediante el desarrollo de sus habilidades metacognitivas. Por tanto, se considera necesario que desde el aula se ayude y estimule el desarrollo de estas habilidades con actividades diseñadas, a tal efecto, dentro del propio currículo. De forma general, podemos estar hablando de actividades relacionadas con la metamemoria, metaatención, metacomprensión, metapensamiento, metalenguaje, metalectura, metaescritura, etc. De forma más concreta se pueden desarrollar habilidades de planificación, predicción, regulación, control, verificación y estrategias mediante programas que se implementen aprovechando las situaciones de clase y las actividades propias de cada día. Una misma actividad de clase dependiendo del enfoque que le de el profesor, puede convertirse en una buena técnica de desarrollo de habilidad metacognitiva o simplemente ser una actividad más que desarrollan los alumnos en clase. Evidentemente esto requiere una formación del profesorado, que será el punto primero y fundamental. Con una buena formación, deberá dar un paso más allá y ser también el promotor del desarrollo de estas habilidades y estrategias metacognitivas que traerán consigo un mayor desarrollo metacognitivo. Las estrategias metacognitivas son herramientas que ayudan al sujeto a tomar conciencia de su proceso de aprendizaje, haciéndolo capaz de autorregular dicho aprendizaje. Algunas características destacables de las estrategias metacognitivas son las siguientes: a) Uso. En el proceso de aprendizaje, de forma consciente o inconsciente, siempre se hace uso de estrategias, pudiendo ser los resultados mas o menos satisfactorios. b) Aprendizaje. Para poder ser aprendidas necesitan ser enseñadas de forma adecuada. c) Consolidación. Para que se adquieran, apliquen y consoliden las estrategias, necesitan unos contenidos específicos. d) Control. El control metacognitivo supondrá un autocontrol del aprendizaje. 3 e) Transferencia. Una vez adquiridas estas estrategias pueden transferirse a otras situaciones y contenidos distintos. La instrucción de habilidades metacognitivas debe ser una tarea habitual de la labor del profesor, formando parte de la programación de cada materia que se imparta. Dado que hay materias que son más propicias para el desarrollo de unas habilidades que otras, así, con la conjunción de todas las materias y profesores se conseguirá un desarrollo óptimo de estas habilidades, que por otra parte, se tornan fundamentales para el mejor aprovechamiento, desenvolvimiento y desarrollo de los alumnos. No olvidemos que el profesor es el que mejor puede intervenir en la “zona de desarrollo próximo” que establecía Vygotski. Recordemos, que es la distancia que existe desde el nivel de desarrollo que realmente tiene el sujeto y, que determina su capacidad para resolver un problema, y su nivel de desarrollo potencial, que viene determinado por la capacidad para resolver un problema guiado por una persona adulta o un compañero más cualificado. La persona adulta que asume el papel en la escuela, lógicamente es el profesor, bien es cierto, que en otros momentos este papel lo puede asumir un alumno más cualificado o los padres y/o hermanos en la familia. En ésta “zona de desarrollo próximo” puede ser igualmente aplicado el desarrollo de habilidades metacognitivas. Es precisamente, en la utilización de esa habilidad, que por sí solo no es capaz de poner en marcha el alumno, pero con la ayuda del profesor y/o un programa de intervención lo podría lograr. Para la consecución del objetivo anterior, el profesorado debe estar formado, ver la necesidad de instruir a sus alumnos en estas habilidades e introducir los cambios necesarios en las programaciones de las materias correspondientes. Esto desgraciadamente, ocurre en pocos casos. Por tanto, hay que tomar alternativas que habiliten metacognitivamente a los alumnos. Una forma de capacitar al alumno para que sea hábil en la utilización de su conocimiento, es realizando una intervención para el desarrollo de habilidades metacognitivas, mediante un programa diseñado con anterioridad. Estos programas, en la medida de lo posible, se diseñarán para ser aplicados en el ambiente natural del grupo, de tal manera, que no se interfiera el normal desarrollo de las clases y, que los alumnos lo realicen con la misma naturalidad que el resto de las actividades del curso. Así se deberá conseguir que el alumno sea capaz de: Aprender a reflexionar sobre su manera de aprender. Tener mayor conocimiento del proceso de aprendizaje. Ser capaz de realizar un diálogo interno que le ayude a autorregularse. Estar motivado en el desarrollo y aplicación de estas técnicas. Pedro Allueva Torres Dr. en Psicología. Área Evolutiva y de la Educación Profesor del Departamento de Psicología y Sociología de la Universidad de Zaragoza. España 4