12. Las niñas, niños y adolescentes.

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12. Las niñas, niños y adolescentes.
Normatividad
En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos este derecho se encuentra
garantizado en:
Artículo 4.
(Párrafo octavo)
En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el
principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus
derechos. Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus
necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su
desarrollo integral. Este principio deberá guiar el diseño, ejecución,
seguimiento y evaluación de las políticas públicas dirigidas a la niñez.
Los ascendientes, tutores y custodios tienen la obligación de preservar y exigir
el cumplimiento de estos derechos y principios.
El estado otorgará facilidades a los particulares para que coadyuven al
cumplimiento de los derechos de la niñez.
Comentario
En el ámbito internacional, en 1959 fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas la Declaración de Derechos del Niño integrada por diez principios, a partir de la
cual se comenzó la protección en la materia. Los dos Pactos Internacionales de Naciones
Unidas, aprobados y abiertos a firma y ratificación en 1966 y vinculantes para México
desde 1981, se ocuparon de su protección.
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en particular en su artículo 24
relativo a los derechos del niño, se refiere a que gocen sin discriminación de las medidas
que requiere de su familia, de la sociedad y del Estado; asimismo, señala el derecho al
nombre y a la nacionalidad. Por su parte, el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, en su artículo 10.3 se refiere a la protección de niños y adolescentes,
en específico a lo relativo al trabajo infantil. La Convención Americana sobre Derechos
Humanos, aprobada en 1969 y vinculante para México también a partir de 1981, dedica su
artículo 19 a los derechos del niño.
En 1980, se le incorporó al artículo 4 de la Constitución Federal un párrafo relativo al
deber de los padres de preservar los derechos de los menores a la satisfacción de sus
necesidades. En 1989 fue aprobada y abierta a firma y ratificación de los Estados la
Convención sobre los Derechos del niño, vinculante para México desde 1990.
En el año 2000, se reformó nuevamente el artículo 4 constitucional en el párrafo que se
hizo mención y se le incorporaron dos más, en donde se introdujeron los derechos de las
niñas y niños; en ellos no sólo se cambió el término menor por el de niños y niñas, sino
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que reconoció a éstos como titulares de derechos, en particular para la satisfacción de
alimentación, salud, educación y sano esparcimiento. También en el 2000 fue publicada la
ley reglamentaria en la materia, la Ley para la protección de los derechos de niñas, niños y
adolescentes.
Finalmente, en octubre de 2011, fue nuevamente reformado el artículo 4 constitucional,
estableciendo constitucionalmente “el principio del interés superior de la niñez”. Este
principio ya estaba consolidado en el artículo 3 de la Convención sobre los Derechos del
niño.
El artículo 1 del tratado internacional antes mencionado señala que se entiende por niño
todo ser humano menor de dieciocho años. El Comité de Derechos del Niño en su
Observación General no. 4, de 2003, se refirió a la adolescencia y las necesidades
específicas correspondientes a esta etapa, en tanto, en su Observación General no. 7, de
2005, se refirió a los derechos de la primera infancia que también tienen necesidades
particulares. Al respecto, en México, la ley vigente en la materia en su artículo 2 define
como niñas y niños a los menores de 12 años y como adolecentes a los que tienen entre
12 y 18 años.
El ordenamiento constitucional vigente consagra: 1) el interés superior de la niñez; 2) los
derechos de los y las niñas; 3) la guía, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas
públicas en la materia en seguimiento a este principio; 4) la obligación de los
ascendientes, tutores y custodios; y 5) la obligación estatal de otorgar facilidades para el
cumplimento de los derechos de la niñez.
Por su parte la Convención sobre los Derechos del Niño, establece obligaciones de los
Estados partes y expresa que en todas las medidas concernientes se atenderá al interés
superior del niño (a.3). Este tratado se refiere a los derechos civiles, económicos, sociales
y culturales de los niños, entre otros, por ejemplo el derecho al nombre y a la nacionalidad
(a. 7), el derecho a expresar su opinión en los asuntos que le afecten, en función de la
edad y madurez (a. 12), la libertad de expresión y derecho a la información (a. 13), las
libertades de pensamiento, conciencia y religión (a. 14), la libertad de asociación (a. 15),
en contra de injerencias y privaciones arbitrarias o ilegales (aa. 16 y 37), la prohibición de
la tortura (a. 37), el derecho a la salud (a. 24), el derecho a beneficiarse de la seguridad
social (a. 26), el derecho al desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social (a. 27), el
derecho a la educación (aa. 28 y 29), el derecho a una vida cultural (a. 31) y la protección
en contra de la explotación laboral y el establecimiento de las edades mínimas para
trabajar (a. 32). También establece la protección en contra de traslados ilícitos (a. 11) los
derechos de los niños con discapacidad (a. 23), la protección en contra del uso de
estupefacientes y sustancias sicotrópicas (a. 33), la protección en contra de la explotación
y abuso sexuales (a. 34), el respeto a las normas de derecho internacional humanitario (a.
38), las garantías por la infracción de leyes penales (a. 40).
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Por su parte, la Corte Interamericana de Derechos Humanos también ha analizado los
derechos del niño, en su Opinión Consultiva OC 17/02 “Condición jurídica y derechos
humanos del niño”, se refirió, entre otros aspectos: al interés superior del niño, a la
protección de derechos del niño frente al derecho a la igualdad ante la ley, al ámbito
primordial de la familia para el desarrollo del niño, a la observancia de los principios y
normas del debido proceso legal en los procedimientos judiciales o administrativos en que
se resuelven los derechos de los niños, a que los menores de 18 años a quienes se les
atribuya la comisión de una conducta delictuosa deben quedar sujetos a órganos
jurisdiccionales distintos de los correspondientes a los mayores de edad.
En el mismo sentido la Corte Interamericana ha abordado los derechos del niño en
diversas de sus sentencias, en particular, en dos de las emitidas en contra del Estado
mexicano toda vez que las víctimas de violación de derechos humanos eran menores de
18 años al momento de haberse cometido los hechos.
En el caso González y Otras (“Campo Algodonero”) vs. México, Sentencia De 16 De
Noviembre De 2009 (Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones Y Costas) la Corte señaló
que su condición de niños exige una protección especial que debe ser entendida como un
derecho adicional y complementario a los demás derechos que la Convención reconoce a
toda persona, además que su condición de niñas, pertenecen además a un grupo que el
Estado debe prestar especial atención a sus necesidades y derechos (párr. 408).
En el Caso Rosendo Cantú y Otra vs. México, Sentencia De 31 De Agosto De 2010
(Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas), la Corte señaló que en el caso en
particular de conformidad con sus obligaciones convencionales, se debió haber adoptado
medidas especiales a favor de la señora Rosendo Cantú, no sólo durante la denuncia
penal, sino durante el tiempo en que, siendo una niña, estuvo vinculada a las
investigaciones ministeriales seguidas con motivo del delito que había denunciado,
máxime por tratarse de una persona indígena, pues los niños indígenas cuyas
comunidades son afectadas por la pobreza se encuentran en una especial situación de
vulnerabilidad.
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