g) Malversación de caudales públicos (artículos 260 al 264, Código

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MALVERSACION DE CAUDALES PUBLICOS
(artículos 260 al 264 C.P.)
Procesamiento. Faltante de dinero en la Cooperadora de una escuela subsidiada en parte
por el Gobierno de la Ciudad. Imputado que reviste la calidad de Director de la escuela.
Medidas tendientes a profundizar la investigación Revocación. Falta de mérito.
Hechos: Apela la defensa el procesamiento del imputado por el delito de malversación de
caudales públicos a quien se le reprocha el mal manejo de los fondos de una Cooperadora del
establecimiento educativo donde ejercía la dirección.
Fallo: (…) Ahora bien, juzga la Sala que el temperamento compromisorio adoptado no puede, al
menos de momento, recibir homologación.
Es que la compulsa de las constancias de la causa revelan que aún no se ha determinado en qué
momento del año 2005 tuvieron lugar los desvíos denunciados ni se explicaron las razones por las
que podría atribuirse esos actos fraudulentos a un accionar desplegado en concreto por el
imputado, máxime cuando éste revestía la calidad de Director del establecimiento educativo y, a la
luz de la normativa que regula la constitución y el funcionamiento de las asociaciones
cooperativas (artículo 14 de la Ordenanza Municipal N° 35514 y artículos 12, 25, 32, 41 y 62 del
Estatuto respectivo), no tenía a su cargo la administración de esos fondos -lo que le impedía
realizar actos dispositivos tales como extracciones de dinero o emisión de cheques- y que, según
se comprobó, en el mes de octubre dejó de cumplir funciones por encontrarse en uso de licencia
médica (fs. …).
Se advierte entonces necesario profundizar la pesquisa a fin de dar respuesta al interrogante
planteado y desentrañar con mayor precisión el modo en que se habría desarrollado la maniobra
que se investiga, para lo cual deviene útil realizar un peritaje contable con base en el cotejo de los
movimientos mensuales que se registraron en las cuentas corrientes n° (…) del Banco de la
Ciudad de Buenos Aires durante el año 2005, y su posible respaldo en los comprobantes
aportados.
Con base en esos elementos deberá analizarse la pertinencia de escuchar como testigos a (…)
para que indiquen, de ser posible, la causa de las extracciones bancarias.
Finalmente, en relación a los gastos que fueron identificados como no autorizados, cabe indicar
que aún no se ha establecido quién habría realizado esas erogaciones.
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En tales condiciones, el tribunal RESUELVE: REVOCAR el auto de fs. (...) y dictar la FALTA DE
MÉRITO para procesar o sobreseer a (…) en orden al hecho por el cual fue indagado (artículo 309
del CPPN). (…).
Seijas, González, Lucini. (Sec.: Morillo Guglielmi).
2014/11_4 ASOC. COOP. ESCUELA 20 y otros. 22/02/12 c. 2.014. C.N.Crim. y Correc. Sala IV.
Funcionario público. Procesamiento por malversación de caudales públicos por
equiparación. Agravio: Particulares depositarios judiciales no poseen la calidad de
funcionario público. Rechazo. Equiparación. No afectación del principio de legalidad.
Confirmación.
Fallo: (…) contra los puntos I y III del auto de fs.75/87 que dispuso su procesamiento en orden al
delito de malversación de caudales públicos por equiparación y trabó un embargo (…) G. M.
habría tornado incierto el destino del Renault Megane dominio (…), que se encontraba bajo su
custodia en virtud de su carácter de depositario judicial conferido el 5 de agosto de 2009 por el
oficial de justicia que lo secuestró por orden del Juez a cargo del Juzgado Nacional en lo
Comercial Nº(…), Secretaría Nº (…) en el expediente (…), en donde actuaba como letrado
patrocinante de la parte actora.(…).
(…) Sostuvo el impugnante que el automóvil nunca estuvo bajo su custodia efectiva sino que
estaba en poder de N. P., vice-presidente de la sociedad "(…) S.A." y que siempre informó su
ubicación y que no podía aplicarse al caso la figura de malversación de caudales públicos pues
los particulares depositarios judiciales de bienes embargados no son funcionarios públicos.
Así obró sin dolo y a lo sumo fue negligente al cuidar el vehículo (…).
(…) De esta forma advertimos que no le fue informado al juez comercial lo alegado respecto a que
la custodia la realizaba otra persona y en todo caso debió hacerle saber ese extremo en razón de
las obligaciones que le eran inherentes por su condición.
La equiparación del artículo 263 del Código Penal respecto de los particulares con los funcionarios
públicos, no afecta el principio de legalidad pues ello se encuentra previsto expresamente en la
legislación.
Al respecto, la doctrina ha sostenido que "La norma equipara ciertos bienes a los que-sin ser
públicos- el Estado ha considerado necesario otorgarles una mayor protección, ya sea por su
destino o por su imputación (º) contiene una doble equiparación: por un lado, se equipara al autor
del delito con el funcionario público que tiene a su cargo la administración o custodia de bienes;
por otro, se equiparan los bienes privados a los bienes públicos (º). La protección extraordinaria
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que la ley quiere acordar a ciertos fondos privados lleva a tratar a quien los administra como si
fuera un funcionario que maneja fondos públicos, aunque ni uno ni lo otro sea real. El poder
agravante proviene de la calidad de los fondos o de la situación de éstos (º). Se ha señalado que
la persona que administra o custodia estos bienes [caudales embargados, secuestrados o
depositados por autoridad competente] (sea particular, empleado o funcionario público), reviste la
calidad de funcionario público transitoriamente, porque la autoridad competente le ha delegado los
deberes y facultades propios del cargo de depositario de tales bienes (sólo respecto a los
mismos)" (ver David Baigún y Eugenio Raúl Zaffaroni, Código Penal y normas complementarias.
Análisis doctrinal y jurisprudencial. 1 edición, Buenos Aires, Hammurabi, 2011. Tomo 10,
págs.672/673 y sus citas).
Consideramos que el indagado actuó con dolo pues conocía el carácter público -por equiparacióndel bien y la relación funcional con ellos por su carácter de depositario judicial; y tuvo la voluntad
de separarlo de la esfera de custodia al brindar información inexacta de donde se hallaba el
vehículo y no lo restituyó cuando le fue ordenado por el magistrado comercial.
Nótese que el juez dispuso la devolución a B. del rodado el 6 de octubre de 2010 (ver fs.1(…) del
expte. Nº (…)).
Todo lo expuesto permite inferir que G. M. sustrajo de la administración un bien que debía
custodiar, en tanto no anotició al tribunal de su efectiva ubicación, siendo que hasta la fecha se
desconoce, impidiendo de esta manera la preservación de la seguridad administrativa del
automóvil, por lo que corresponde confirmar el procesamiento (…).
(…) En mérito a los argumentos expuestos, este Tribunal RESUELVE: Confirmar los puntos I y III
(…)."
Filozof, Lucini, Pinto. (Sec.: Carande).
41693_12_6 GARGANO MENDOZA, Miguel Angel. 13/06/13 c. 41.693/12. C.N.Crim. y Correc.
Sala VI.
Se citó: (1) David Baigún y Eugenio Raúl Zaffaroni, Código Penal y normas complementarias.
Análisis doctrinal y jurisprudencial. 1ª edición, Buenos Aires, Hammurabi, 2011. Tomo 10,
págs.672/673 y sus citas.
Contienda entre Juzgado Correccional y Juzgado de Instrucción. Funcionarios policiales
que se apoderaron ilegítimamente de motocicletas incautadas en predio perteneciente a la
Comisaría. Funcionarios públicos que tenían a su cargo la custodia de los bienes
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incautados. Impedimento de preservación de la seguridad administrativa de los bienes.
Justicia de Instrucción.
Fallo: (…) Se imputó a (…) y (…), agente y suboficial escribiente de la Policía Federal Argentina
respectivamente, el haberse apoderado ilegítimamente de tres motocicletas que se hallaban
incautadas en el predio ubicado en la calle (…) –bajo la autopista (…), entre las calles (…)-,
perteneciente a la Comisaría (…) de la Policía Federal (…).
El señor juez correccional luego de indagar a los imputados, se declaró incompetente en el
entendimiento de que el hecho constituiría el delito de malversación de caudales públicos –que
sería abarcado por el artículo 261 del Código Penal- pues, en su carácter de funcionarios públicos,
aquéllos habrían sustraído los bienes que, en razón de su cargo, les habrían sido confiados (…).
De adverso, la señora juez de instrucción sostuvo que el hecho se subordina típicamente en la
figura de hurto agravado (C.P. art. 163 bis), cuya escala penal determinaría la competencia de la
justicia en lo correccional, según se establece en el artículo 27, inc. 2°, del Código Procesal Penal
(…).
Al respecto, comparte el Tribunal el criterio asumido por el señor fiscal general (…), en cuanto a
que no puede desconocerse como hipótesis que los imputados en su carácter de funcionarios
públicos tenían a su cargo la custodia de los bienes incautados
en un predio que era administrado por la Policía Federal Argentina y habrían sustraído las
motocicletas fuera del ámbito asignado, lo que habría impedido la preservación de la seguridad
administrativa de los bienes.
En consecuencia, el Tribunal RESUELVE: DECLARAR que en las presentes actuaciones deberá
intervenir el Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción (…).
Divito, Pociello Argerich. (Prosec. Cám.: Decarli).
1306/12_7 TALE, Miguel Néstor. 14/09/12 c. 1.306/12. C.N.Crim. y Correc. Sala VII.
Malversación de caudales. Disposición de fondos. Facultad del órgano. Ausencia de
asignación de destino. Improcedencia.
La funcionaria a cargo de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires que pagó
cauciones fijadas a detenidos imposibilitados de hacer efectiva la excarcelación por falta de
medios económicos, actuó dentro de las atribuciones propias del organismo a su cargo y se
compadece con lo normado por los arts. 75, inc. 22, C.N., art. 137 de la Constitución de la Ciudad
de Buenos Aires y la ley N° 3 de esa ciudad autónoma.
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Tal conducta no configura el tipo penal de malversación de caudales públicos pues, en ese delito,
el funcionario público otorga a los caudales o efectos un destino distinto al que tenían asignados;
por tanto, si los fondos no tienen un destino determinado, no puede hablarse del delito de
malversación.
Donna, Navarro, Filozof.
17819_1 O., A. 18/06/02 Publicado en Bol. Int. de Jurisp. N° 2/2002, pág. 100. c. 17.819.
C.N.Crim. y Correc. Sala I.
Malversación de caudales públicos. Causa de justificación. Exclusión. Utilización de bienes
del Estado para provecho propio. Configuración.
Si el imputado, en su carácter de Director operativo del S.A.M.E., dispuso la utilización de dos
ambulancias de dicha institución para trasladar a su sobrino a un club ubicado en la Provincia para
que lleve a cabo sus prácticas de fútbol y luego lo trasladaba a su domicilio, ha abusado de sus
funciones y se ha apartado de los fines administrativos previstos para los vehículos en cuestión.
Las excusas vertidas por el encausado en cuanto a las amenazas que padeciera su sobrino (lo
que habilitaría la aplicación de la causa de justificación prevista en el art. 34, inc. 3° del C.P.) no lo
exculpan en modo alguno para disponer de los bienes del Estado destinados a socorrer a los
ciudadanos. Menos aún, cuando contaba con los medios legales para contrarrestar los temores a
los que hace referencia.
Las causas de justificación traen aparejada la existencia del dolo, y no su ausencia, lo que se
excluye es la antijuridicidad del acto o la culpabilidad del autor, dependiendo ello de la tesis que se
escoja. Por ello, debe confirmarse el procesamiento dictado al imputado en orden al delito previsto
en el art. 261 "in fine" del C.P.
Escobar, Gerome (Sec.: Paisan). 20617_6 ESPINOSA, Luis Alberto. 14/03/03 c. 20.617.
C.N.Crim. y Correc. Sala VI.
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