De Sentimientos Negativos a Vibración Positiva Nuestro estado de ánimo y éxito en lo que emprendemos depende de nuestra manera de sentir. Los sentimientos como ira, miedo, odio, celos, etc. son muy negativos, nos bloquean emocionalmente e interfieren tanto en nuestro bienestar físico como en nuestra capacidad para alcanzar objetivos y metas. Los insultos, las ofensas, las broncas, por ejemplo, nos hacen vibrar en baja frecuencia y producen mucho desgaste energético. Los sentimientos son como una brújula que nos indica hacia donde estamos yendo y detectarlos correctamente es muy favorable para elevar nuestra frecuencia vibratoria y alcanzar estabilidad emocional. Pero, cómo hacemos para poder cambiar lo que sentimos y controlar las emociones? Se puede modificar una sensación de negativa a positiva? La respuesta es un gran SI, aunque no es sencillo ni se logra de un momento para otro. El requisito principal es tener la voluntad para lograrlo. Se trata de un proceso de conexión con nuestro mundo interior. El primer paso es reconocer el sentimiento, ya sea ira, celos, envidia, culpa, miedo y aceptarlo, dado que nadie puede cambiar lo que no puede reconocer y nadie puede aceptar lo que no reconoce. Una vez realizada esta aceptación debemos ir graduando la frecuencia vibratoria, yendo del polo más bajo de vibración al más alto. Todo en el Universotiene dos polos, uno positivo y otro negativo, que son idénticos en su naturaleza pero diferentes en grado,por ejemplo un polo sería el frío y el otro el calor. De esta forma, ante el miedo, podemos ir cambiando la graduación vibratoria hasta llegar a la confianza, desde la tristeza podemos ir graduando hasta alcanzar la alegría, etc. El sentimiento de más alta frecuencia vibratoria es el AMOR, en todas sus manifestaciones: a la pareja, a los hijos, a tareas placenteras, etc. El amor posee una gran fuerza como la luz, por ello nos permite transformarnos a nosotros mismos y a la realidad que nos rodea. Cuando logramos resonar en la frecuencia del amor nuestra vida se llena de creatividad, inspiración, abundancia e infinidad de eventos positivos, ya que “lo semejante atrae lo semejante” y “lo afín se corresponde conlo afín”. Para lograr modificar la graduación de lo que sentimos, primero debemos reconocer como estamos resonando. La frecuencia vibratoria más evidente que emitimos desde nuestro mundo interno hacia el exterior es la palabra. Mediante ella convocamos, invocamos, hacemos presente lo ausente. Por ende, escucharnos a nosotros mismos es un gran comienzo. Las palabras que usamos para comunicarnos tanto con los demás como con nosotros mismos siempre deben ser positivas y deben vincularse con el amor, la bondad, el agradecimiento. Los sentimientos son los grandes sensores de los pensamientos. Si estos son negativos producen circunstancias negativas.Por eso es muy importante estar en contacto con las emociones, para poder detectar de qué forma estamos construyendo nuestros pensamientos y así cambiar su sintonía. El ser humano mediante el autodominio, el control de sus pasiones y de sus impulsos puede alcanzar la plenitud. Para ello es indispensable depurar toda negatividad. Las prácticas como la meditación, visualizaciones, técnicas de relajación, etc. son de gran ayuda. Cuando producimos un cambio en nuestro mundo interno también cambian las circunstancias de nuestra vida. Solo hay que aprender a leer correctamente nuestra brújula para que nos guíe adecuadamente, desde nuestro mapa interior hacia la realidad que anhelamos.