¿Cómo suavizar el ego?

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Yoga/meditación
Espacio Humano ofrece a sus lectores una guía para la meditación de la mano del Centro internacional de
Yoga Sivananda Vedanta de Madrid. Desde una óptica práctica iremos analizando, mes a mes y paso a
paso, los conceptos fundamentales de esta maravillosa experiencia, para que todos podamos incorporar la meditación y mejorar nuestra forma de aproximarnos a la Vida.
¿Cómo suavizar
el ego?
N
CENTRO INTERNACIONAL DE
YOGA SIVANANDA VEDANTA DE
MADRID.
www.sivananda.org/madrid
uestra mente va entrando en espacios de calma y de silencio de
forma progresiva si la paciencia
se establece en nosotros en la práctica de
la meditación. Sabemos que existen obstáculos. Sabemos que meditar es mucho
más que estar sentado con los ojos cerrados. Hemos comprobado que pese a
seguir una técnica escrupulosa existen
multitud de obstáculos con los que debemos convivir y de los que ante todo debemos de aprender. La meditación requiere,
como ya dijo Swami Sivananda, de la
regularidad y de que la prisa deje de ser
nuestra compañera de viaje.
Los obstáculos debilitan nuestra capacidad de concentración y de meditación.
Conocer los pequeños y los grandes obstáculos con los que podemos encontrarnos
cuando buscamos la calma y el silencio en
nuestra meditación facilita siempre la
experiencia. Hay tantas dificultades como
practicantes. Hemos hablado de los más
importantes o por decirlo de otra forma,
de los que más encontramos en nuestros
ejercicios de meditación: los miedos,
hablar en exceso, la somnolencia, las
dudas, la ira y permanecer en el pasado.
Pero nos falta uno de los más peligrosos:
el ego
EGOISMO
No hay paz duradera, ni silencio en la
meditación sin suavizar el predomino del
ego que se esconde tras cada uno de
nosotros. Hemos sido educados en
Occidente para la defensa a ultranza de
los elementos individuales de nuestra personalidad por lo que no es fácil entender
que la meditación es una técnica que
busca disolver el ego y entendernos como
parte del Todo. Somos, tenemos, nos
llamamos. El ego se configura como la
percepción de individualidad, de posesión de ideas y modos de vida que nos
hace sentirnos egoístas, separados del
Universo cada día. El ego no es sólo
característico de los individuos de
gran personalidad y seguridad en
sí mismos. Las personas introvertidas,
débiles e inseguras, tienen una percepción similar de lo suyo, de sus posesiones,
de sus identidades.
Al ego le gustan sus propias ideas
e impulsos y evita seguir las instrucciones de la meditación, dice
Swami Vishnudevananda en su libro
Meditación y Mantras. Se defiende del
silencio aun cuando estamos callados y
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con los ojos cerrados.
¿Has notado el ruido existente cuando te
sientas, calmas tu respiración, cierras los
ojos y estás en silencio?. El ego tiene
alergia al silencio. El ego es uno de los
mayores impedimentos que mantiene
nuestra naturaleza inferior en pleno funcionamiento. El ego tiene sus propios gustos, ideas, impulsos. El ego es caprichoso.
El poder, el nombre, la fama y el éxito profesional, refuerzan el ego. Todos lo sabemos. Todos nos sentimos apegados a
nuestros logros sociales, económicos y
porque no decirlo espirituales. De ahí la
necesidad que los meditadores sinceros tienen de ir limando los perfiles afilados del ego. No reprimiendo
su crecimiento, el yoga no es una actividad represora, sino analizándolos y ajustando poco a poco su espacio en nuestra
vida.
El ego, cuando es poderoso, debilita el
intelecto. Al ego no le gustan los
cambios que introducimos en nuestra vida: Ejercicios suaves de pranaya-
ma, la práctica de asanas y una dieta
ligera permiten superar los obstáculos de
la meditación, facilitando así el camino
hacia el silencio. El ego lo sabe y se negará al cambio. Es difícil cambiar los
hábitos que están integrados muy
profundamente en nuestra vida.
Reconocer esta dificultad es sustancial en la práctica de la meditación. En ocasiones creemos que podemos
encontrar el silencio simplemente cerrando los ojos, pero nuestras capas de identificación son infinitas. Nuestro Maestro
puede ayudarnos. Existe para abrirnos el
camino, especialmente porque ya pasó
por todos sus recodos y dificultades.
Escucha a tu Maestro con atención, deja
de autojustificarse de manera constante.
Introdúcete en la disciplina, no hay nada
de malo en ella. Aceptar nuestros errores
es un gran paso en el aprendizaje de la
meditación. La aceptación de los mismos
y la pérdida de identificación con nosotros mismos es clave en la búsqueda del
silencio.
El ego está encantado con sus ideas, con
sus caprichos y con sus identificaciones.
El ego no quiere cambios, quiere
controlar. El ego está constantemente justificándose, negando sus
errores y defectos. ¿Cuántas veces
nos mentimos a nosotros mismos para
mantener nuestra posición?. Observa esta
tendencia en tu meditación
Observa los cambios que se producen en
ti con la práctica de la meditación. La
práctica regular, diaria si es posible, de
la meditación junto a una firme decisión de debilitar nuestros egos infinitos son nuestros mejores compañeros de viaje.
No siempre somos claros con nosotros
mismos y no reconocemos nuestros verdaderos puntos débiles. Hasta que no somos
francos con nosotros mismos no podemos
mantener la disciplina y abrir completamente el corazón. Hasta que no abrimos nuestro corazón nadie, ni nosotros mismos, puede ayudarnos.●
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