Viaje al continente helado

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NATURALEZA
ANTÁRTIDA
Viaje al continente helado
La Antártida es el continente más
frío, más ventoso y más seco de la
Tierra. La temperatura media anual
en la gran meseta interior es de
-50º C. Aun así, cerca de la costa,
rara vez se llegan a los -40º C en
invierno.
En verano, en cambio, las islas y
las zonas costeras registran temperaturas más agradables, de unos
pocos grados bajo cero. En los últimos años, sin embargo, debido al
calentamiento global, máximas de
8º C se han convertido en habituales. El fuerte viento es constante y
puede llegar a los 300 km/h.
Fotos: Begoña Vendrell, Armin Rose, Simon&Simon Verlag i Joachim Plötz
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Segueix les expedicions en directe!
www.gencat.net/dursi/antartida
La Antártida es el objetivo
científico de muchos investigadores de todo el mundo. La importancia biológica y geológica que tiene
este continente y el océano
antártico hace que muchos
países inviertan grandes sumas en proyectos de investigación.
El vaixell Polarstern és el trencaglaç
alemany en el qual viatjen els científics catalans de l’Institut de Ciències
del Mar.
En Cataluña, el Instituto
de Ciencias del Mar, situado en el Paseo de la Barceloneta de Barcelona,
acoge una serie de grupos de investigación que
estudian la ecología del
continente helado: su biodiversidad, las relaciones
entre los seres vivos que la
habitan y su papel en el
ecosistema.
L’equip català del doctor Josep M. Gili és un
dels grups de l’Institut
de Ciències del Mar
(CSIC) que participa
en expedicions antàrtiques periòdicament.
Si voleu seguir la campanya de prop, llegir
els missatges que envien els científics, contemplar les fotografies
que realitzen dia a dia
i participar dels resultats que van obtenint,
podeu visitar el web:
www.gencat.net/dursi/antartida
El continente más grande
del mundo
La Antártida está situada
en la zona más austral del
Planeta. Tiene una superficie
aproximada de 12.400.000
km2, a la que si sumamos las
Visto
desde un
satélite, este
vasto continente se
aprecia cubierto de una
gruesa capa de hielo, acumulado allí durante milenios; el hielo
cubre el 98% de la superficie y representa el 90% del hielo del planeta y el 70%
del agua dulce. La cobertura de hielo tiene
por término medio un grueso de 2,7 km y llega
a casi los 4 km en el centro del continente.
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barreras de hielo soldadas
a las costas, llega a los
14.000.000 km 2. Esto la
convierte en el continente
más grande del mundo.
¿Calma total?
En este paisaje de sobrecogedora belleza y frío intenso,
jamás ha existido vida humana autóctona. A pesar de la
escasa diversidad de especies
animales que se observan y
de las condiciones climáticas
extremas, la Antártida es un
hervidero de vida: sus aguas,
sus rocas y sus hielos están
repletos de microorganismos capaces de vivir en tales
condiciones. Bacterias, algas
microscópicas, diminutos
crustáceos… En conjunto
conforman la base del ecosistema antártico y son tan
abundantes que alimentan,
entre otros, a las grandes
ballenas que habitan estos
mares. Rodeados de estos seres, un millar de científicos
permanecen cada año distribuidos en el medio centenar
de bases científicas que hay
instaladas.
Reescribiendo la Antártida
Las primeras expediciones resucitaron el mito de un país de hielo.
John Cleves Symmes escribió a
comienzos del siglo XIX una teoría que aseguraba que la Tierra
era hueca y que los polos eran las
puertas de entrada a un paraíso
subterráneo.
Tanto este ensayo como su novela utópica Symzonia influyeron en
Jeremiah Reynolds, explorador
de los mares del sur y autor de un
informe que impulsó la primera
exploración norteamericana a la
Antártida (1840-42).
Reynolds inspiró, a su vez, las
Aventuras de Arthur Gordon Pym
(1837), la única novela de Edgar
Allan Poe, un enigmático relato
sobre un viaje fantástico al mundo
de hielo.
Las exploraciones del continente helado y la llegada al Polo Sur
del noruego Roald E. Amundsen
(1911), pusieron freno a la imaginación con informes científicos
de exactitud creciente.
¡Lecturas heladas!
Joandomènec Ros, Objectiu:
l’Antàrtida. Diari de bord d’una campanya
oceanogràfica
Josefina Castellví, Yo he vivido en la
Antártida. Los primeros españoles en el continente blanco
Lovecraft, En las Montañas de la Locura
Jules Verne, La Esfinge de los Hielos
Louis Pauwels y Jacquies Bergier, El
retorno de los brujos
Kim Stanely Robinson, Antartica
John Cleves Symmes, Symzonia
Edgar Allan Poe, Las Aventuras de
Arthur Gordon Pym
Jenny Diski, Patinando a la Antártida
Elizabeth Arthur, Surcando el Antártico
Francisco Coloane, Los conquistadores
de la Antártida
Caroline Alexander, Atrapados en el
hielo
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Muchos escritores y
artistas que jamás la han
pisado, han viajado a la
Antártida con la fantasía,
seducidos por el misterio,
la soledad y el vacío.
Los artistas visitan la Antártida
Estados Unidos (mediante la National
Science Foundation), lleva a cabo el “Antarctic Artists and Writers Program”
(http://www.nsf.gov/funding), un
programa que cada año instala en
bases norteamericanas a poetas, novelistas e historiadores que proyectan
escribir trabajos sobre la región.
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Hoy en día, el continente blanco
no sólo recibe misiones científicas y
militares. Distintos gobiernos, entre
los que destaca Chile, invitan cada
año a un número concreto de escritores y artistas a participar en expediciones australes, conscientes de su
valor cultural.
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Más allá de la costa, la masa helada forma
extensas barreras o se desprende de los glaciares transformándose en grandes icebergs que se
deslizan gracias a las corrientes marinas y a los
fuertes vientos. El mar que circunda la Antártida, conocido como océano Austral, se congela
aproximadamente entre marzo y septiembre.
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Mamíferos bajo el hielo
Las focas son excelentes nadadoras
Buzean hasta 600 metros de profundidad y permanecen sumergidas más de una hora
cierta protección frente a enemigos
como las orcas o los leopardos marinos, que no suelen adentrarse tanto
bajo el manto helado.
En tierra resultan lentas y torpes. Pero
bajo el agua son excelentes nadadoras:
pueden llegar a profundidades de hasta 600 metros y permanecer sumergidas más de una hora.
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Las focas de Wedell son una de las
pocas especies de mamíferos que habitan en la Antártida. En el agua, se
adentran bajo las enormes placas de
hielo, por lo que dependen de los
agujeros para respirar. En ocasiones,
ellas mismas perforan el hielo con sus
dientes. Los individuos con problemas
en su dentadura corren grave peligro
de muerte. El hielo les proporciona
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Pingüinos
Existen unas dos decenas de
especies de aves marinas antárticas. Entre ellas se encuentran
aquellas que todos asociamos al
frío: los pingüinos antárticos. En
la Antártida propiamente dicha
sólo habitan 4 especies de pin-
güinos: los pingüinos de Adelia
(Pygoscelis adeliae), los australes
de collar o de cara blanca (Pygoscelis antarctica), los Juanito
(Pygoscelis papua), i el Pingüino
Emperador (Aptenodytes forsteri).
Sexo por piedras
“Los pingüinos machos de la isla de
Ross, en la Antártida, pagan a las hembras los ratos de sexo con guijarros”,
comenta la zoóloga Fiona Hunter,
de la Universidad de Cambridge.
Los pingüinos utilizan piedras
para construir sus nidos, pero éstas son un material muy escaso.
Por ello, las hembras han encontrado un método de obtenerlas
fácilmente cuando las necesitan.
Se escapan discretamente cuando
sus parejas no las vigilan y se acercan a los nidos donde hay machos.
Es entonces cuando se ofrecen a
los machos, y tras un rato de sexo,
obtienen unos cuántos guijarros
como regalo.
No siempre se consuma el acto
sexual, sino que muchos de los
machos regalan un par de piedras
a cambio de unas simples caricias:
“Observando el nido de una hembra, he
visto cómo conseguía reunir 62 piedras
actuando de esta forma, sin llegar nunca
a consumar el acto sexual”, comenta
la investigadora.
¿QUIERES SABER MÁS?
www.revistaeureka.com
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