ACOMODACIÓN ABDOMINAL

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ACOMODACIÓN ABDOMINAL: Fisiopatología de
la Distensión Abdominal.
TESIS DOCTORAL presentada por Albert Villoria Ferrer para
optar al grado de Doctor en Medicina.
Programa de Doctorado en Medicina
Barcelona, Abril de 2011
Departamento de Medicina
Universitat Autònoma de Barcelona
Tesis Doctoral dirigida por Fernando Azpiroz y
Juan-R Malagelada
Universitat Autònoma de Barcelona
FERNANDO AZPIROZ VIDAUR, Profesor titular del Departamento de Medicina de la
Universitat Autònoma de Barcelona
HAGO CONSTAR
Que la memoria titulada “Acomodación abdominal: Fisiopatología de la distensión
abdominal” presentada por ALBERT VILLORIA FERRER para optar al grado de
Doctor se ha realizado bajo mi dirección, y al considerarla concluida, autorizo su
presentación para ser juzgada por el Tribunal correspondiente.
Y para que conste a los efectos firmo la presente.
Barcelona, enero de 2011
Dr. Fernando Azpiroz Vidaur
Dr.Juan-R Malagelada Benaprés
Director de la tesis
Co-director de la tesis
A mis padres Rafael y Montserrat.
A mi esposa Pilar, y a mis tres hijos Nicolás, Cristina y Carlota,
por su cariño, comprensión y constante apoyo durante
la realización de este proyecto.
Agradecimientos
En primer lugar quiero expresar mi gratitud al Doctor Fernando Azpiroz Vidaur,
codirector de la presente tesis y Jefe de la Unidad de Pruebas Funcionales Digestivas
del Hospital Vall d’Hebrón, por haberme transmitido su pasión por la investigación
clínica. Su implicación en el proyecto, plena dedicación y espíritu crítico han sido
esenciales para completar los trabajos que forman esta tesis.
Al profesor Juan-Ramón Malagelada Benaprés, codirector de la presente tesis, por
haberme dado la oportunidad de trabajar en un ambiente de excelencia científica y por
su valiosa aportación en los diferentes estudios.
También querría agradecer la inestimable ayuda de Alfredo Soldevilla, Profesor del
Departamento de Física de la Universidad Politécnica de Catalunya, por ayudarme a
entender el apasionante mundo de la electromiografía. Sin su colaboración
desinteresada, no se habría podido desarrollar la tecnología implementada en los
estudios que conforman esta tesis.
Gracias a todos los coautores de los trabajos que componen esta tesis, y en especial al
Doctor Fabrizio Tremolaterra que fue el precursor de los estudios, ya que sin su
colaboración no habría sido posible el desarrollo y publicación de los trabajos de esta
tesis.
Deseo dejar constancia de mi gratitud, a las enfermeras de la Unidad de Pruebas
Funcionales Digestivas del Hospital Vall d’Hebrón, Anna Aparici, Maite Casaus y
Purificación Rodriguez, por su generosa ayuda y comprensión durante realización de los
estudios.
A mis compañeras de la Unidad de Pruebas Funcionales Digestivas del Hospital Vall
d’Hebrón, Doctora Fosca de Iorio y Maria Maluenda, por su paciencia e inestimable
ayuda y amistad en los momentos más difíciles.
A mis compañeros de residencia del Servicio de Digestivo del Hospital Vall d’Hebrón, y
en especial a la Doctora Carmen Alonso, Doctora Beatriz Lobo y Doctora Carolina
Malagelada por su amistad, su apoyo y los buenos momentos compartidos.
A mis compañeros del Servicio de Digestivo del Hospital de Sabadell y en especial al
Doctor Rafael Campo y al Doctor Xavier Calvet, por haberme animado a finalizar los
trabajos que conforman esta tesis.
ÍNDICE
Índice
1. INTRODUCCIÓN
1.1.EPIDEMIOLOGÍA
3
1.2. PRESENTACIÓN CLÍNICA
4
1.2.1 Condiciones clínicas asociadas a distensión abdominal
5
1.2.1.1 Estreñimiento
6
1.2.1.2 Diarrea
6
1.2.1.3 Síndrome de intestino irritable
7
1.2.1.4 Dispepsia
7
1.2.1.5 Desordenes alimentarios y obesidad
8
1.3 FISIOPATOLOGÍA DE LA DISTENSIÓN
9
1.3.1. Distensión abdominal objetiva
10
1.3.2. Alteración muscular de las paredes abdominales
12
1.3.3. Alteración de la percepción abdominal
13
1.3.4. Contenido intraabdominal
15
1.4. GAS INTESTINAL y DISTENSIÓN ABDOMINAL
16
1.4.1. Fisiología del gas intestinal
16
1.4.2. Producción de gas intestinal
21
1.4.3. Volumen de gas intraluminal
23
1.4.4. Alteración del manejo de gas intestinal
24
1.4.5. Mecanismos de alteración del gas intestinal
27
1.4.6. Control reflejo del tránsito intestinal de gas
28
1.4.7. Área del intestino responsable de la distensión abdominal
29
1.4.8. Es el gas el elemento responsable de la distensión?
31
Índice
1.5. ANATOMÍA DEL DIAFRAGMA
33
1.5.1. Anatomía descriptiva
33
1.5.2. Histología
35
1.5.2.1 Fibras musculares
35
1.5.2.2. Receptores propioceptivos
36
1.5.3. Anatomía Funcional
37
1.5.3.1. Actividad muscular
37
1.5.3.2. Mecánica muscular
38
1.6. ANATOMÍA DE LA PARED MUSCULAR ANTERIOR
1.6.1. Anatomía descriptiva
40
40
1.6.1.1 Recto anterior
40
1.6.1.2 Oblicuo externo
40
1.6.1.3 Oblicuo interno
42
1.6.1.4 Transverso del abdomen
43
1.6.2. Anatomía funcional
44
1.6.2.1 Recto anterior
44
1.6.2.2 Oblicuo externo
44
1.6.2.3 Oblicuo interno
44
1.6.2.4 Transverso del abdomen
45
1.6.3. Histología
45
1.7. ELECTROMIOGRAFÍA
47
1.7.1 Definición
47
1.7.2. Electromiografía de superficie abdominal
47
1.7.3. Electromiografía de superficie diafragmática
49
Índice
1.8 HIPÓTESIS
2. OBJETIVOS
53
55
3. PUBLICACIONES
- Publicación 1
57
Impaired Viscerosomatic Reflexes and Abdominal-Wall Dystony
Associated With Bloating. Publicado en Gastroenterology 2006; 130:
1062–1068.
- Publicación 2
59
Abdominal Accommodation: A Coordinated Adaptation of the
Abdominal Walls to Its Content. Publicado en Am J Gastroenterol
2008; 103: 2807–2815.
- Publicación 3
61
Abdomino-phrenic dyssynergia in patients with abdominal bloating
and distensión. Am J Gastroenterol 2010. En Prensa.
4. DISCUSIÓN.
64
5. CONCULSIONES
72
6. BIBLIOGRAFÍA
74
Índice
1.INTRODUCCIÓN
Introducción
La distensión abdominal es un término que puede englobar dos significados
diferentes, en función de si es una percepción únicamente subjetiva o si se
acompaña de un incremento objetivo del perímetro abdominal. Aunque son
entidades parecidas, no comparten los mismos mecanismos fisiopatológicos y es por
ello que se estudian de modo separado. Esta tesis esta centrada fundamentalmente
sobre la distensión abdominal objetiva.
En la actual clasificación de los trastornos funcionales digestivos (clasificación de
Roma III), la distensión abdominal forma parte de los dos trastornos más
importantes, la dispepsia funcional (DF) y el síndrome de intestino irritable (SII). Por
el contrario, existe un subgrupo de pacientes que no cumplen los criterios
diagnósticos de las patologías anteriormente descritas y solo manifiestan distensión
abdominal, por lo que se clasifican de forma independiente como pacientes con
distensión abdominal funcional 1.
En los últimos años varios estudios clínicos han descrito la distensión abdominal
como un problema clínico importante y con importantes repercusiones económicas
derivadas de un aumento en el número de consultas y exploraciones médicas
2-4
.A
pesar de ello la distensión abdominal ha sido una patología escasamente estudiada
por la comunidad científica y por tanto, ni su fisiopatología ni un tratamiento eficaz,
han quedado suficientemente definidos hasta la fecha.
-2-
Introducción
1.1. EPIDEMIOLOGÍA
Varios estudios clínicos han demostrado que la distensión abdominal es un
problema con una alta prevalencia en nuestro medio, tanto en sujetos de la
población general, como en pacientes afectos de trastornos funcionales digestivos.
Estudios poblacionales han descrito que la distensión abdominal se presenta entre
un 16 a un 30% de la población
5, 6
. En un estudio norte-Americano realizado en el
estado de Minnesota, el 16% de la población adulta a la que se consultó mediante
una encuesta por correo, refirió presentar distensión abdominal durante el mes
previo a la misma. Asimismo, en más del 65% de los participantes, la distensión
había sido moderada o severa y característicamente con una frecuencia superior
entre mujeres y hombres (19% vs. 10%) 7. Este dato confirma otros estudios en los
que se describe que la distensión abdominal tiene una prevalencia superior en las
mujeres (2:1) respecto de los hombres 8-10.
La distensión abdominal es uno de los síntomas más frecuentes (>90%)
molestos
12, 13
9, 11
y más
referidos por los pacientes con SII. Aproximadamente un 75% de los
pacientes atendidos en un centro de referencia en Estados Unidos describieron la
distensión abdominal como el síntoma más severo respecto al resto de síntomas,
mientras que el dolor abdominal solo fue descrito en un 25% de los pacientes como
el síntoma más severo.
Cabe destacar que aquellos pacientes afectos de SII con predominio de
estreñimiento, presentan más frecuentemente distensión abdominal acompañada de
incremento en el perímetro abdominal, mientras que aquellos con predominio de
diarrea, refieren manifestar predominantemente solo sensación subjetiva de
distensión
9, 13, 14
. Finalmente, la distensión abdominal no solo se ha descrito por los
pacientes como uno de los síntomas más molestos sino como un síntoma
-3-
Introducción
persistente a lo largo del día
15
. Es por ello que, si añadimos que este síntoma
modifica hábitos de vida de los pacientes que lo padecen (por ejemplo, necesidad de
vestir ropa ancha que se amolde a cambios en el perímetro abdominal, disminución
de la actividad física o en los hábitos dietéticos) no es de extrañar que varios
estudios valoren la distensión abdominal como un factor influyente en la disminución
de su calidad de vida 5, 16.
1.2. PRESENTACIÓN CLÍNICA.
La distensión abdominal presenta unas características clínicas fácilmente
reconocibles, pero debido a la escasez de estudios sistemáticos, los datos
disponibles hasta la actualidad se basan exclusivamente en la impresión subjetiva.
La distensión abdominal presenta varias características fundamentales:
a) Relación con la ingesta
Una gran parte de los pacientes con distensión abdominal, alrededor del 82%,
describen que esta se desarrolla o empeora en el período post-prandial inmediato 17,
incluso muchos de ellos no pueden terminar la comida a causa de la distensión. Este
efecto suele ser más relevante tras la ingesta de una comida copiosa y con alto
contenido en grasa, pero en ocasiones la ingesta de pequeñas cantidades de
alimento o incluso agua han desencadenando los síntomas. Finalmente, alimentos
con alto contenido en fibra o suplementados con fibra, también se han descrito como
factores que pueden empeorar la distensión abdominal 18.
-4-
Introducción
b) Variación circadiana
Es una característica típica de la distensión abdominal
9, 17, 19
. En la mayoría
de pacientes la distensión abdominal se desarrolla progresivamente durante el día y
tiende a disminuir o desaparecer tras el descanso nocturno. Este tipo de patrón debe
tener una base fisiológica, ya que gracias a la medición continua del perímetro
abdominal mediante la pletismografía de inductancia en sujetos sanos, se ha
observado de forma objetiva un incremento de la cintura durante el día con una
reducción tras el descanso nocturno 19, 20.
c) Localización
La distensión se puede localizar en la parte alta (asociada más frecuentemente con
síntomas dispépticos) o en la parte baja del abdomen (como parte del SII), aunque
existe un gran solapamiento entre ambas, presentando distensión de todo el
abdomen. La distensión abdominal suele ser más prominente en bipedestación que
en supino, empeora con el estrés y mejora tras la relajación.
d) Ciclo menstrual
Aunque la mujeres sanas refieren presentar distensión abdominal durante el período
menstrual, en el caso de las pacientes con SII este síntoma se encuentra muy
pronunciado
9, 21
. Este hecho sugirió la posibilidad de relacionar la distensión
abdominal con factores neurohormonales, aunque no se han encontrado diferencias
en la frecuencia de distensión entre mujeres pre y post-menopáusicas, ni se han
descrito diferencias entre ambas fases del ciclo menstrual 9.
1.2.1. Condiciones clínicas asociadas a distensión abdominal
La distensión abdominal tiene varias formas de presentación, siendo en
algunas entidades clínicas el síntoma predominante.
-5-
Introducción
1.2.1.1 Estreñimiento
Una considerable proporción de pacientes con distensión abdominal
presentan asociada una alteración del hábito intestinal. La incidencia de distensión
abdominal en pacientes con estreñimiento es muy alta, siendo en algunos estudios
de hasta el 80%
22
. Experimentalmente, cuando se indujo estreñimiento
farmacológico con loperamida en 12 sujetos sanos, presentaron un aumento en la
sensación de distensión abdominal, llegando al mismo nivel que los pacientes
estreñidos
23
. Además, el efecto laxante en 24 pacientes con estreñimiento alivió
sustancialmente la prevalencia y la severidad de su distensión
23
. A diferencia de
estos pacientes con estreñimiento sintomático, en el caso de los pacientes con
encopresis, la retención fecal es bien tolerada incluso durante períodos de tiempo
prolongados sin ningún síntoma. Es plausible que los pacientes con estreñimiento y
síntomas abdominales significativos incluida la distensión abdominal, tienen un SII
con poca tolerancia a la sobrecarga. La mayoría de estos pacientes con SII con
predomino de estreñimiento y sensación subjetiva de distensión también presentan
distensión abdominal objetiva 9, 19.
1.2.1.2 Diarrea
En algunos pacientes, la distensión abdominal se encuentra asociada a heces
blandas, aumento de la frecuencia deposicional o urgencia. Este subgrupo
correspondería al SII con predominio de diarrea y en aproximadamente 1/3 de ellos
la distensión no esta asociada con un verdadero incremento del perímetro abdominal
9
. La distensión abdominal es una característica clínica muy común en otras
alteraciones orgánicas como la diarrea infecciosa o la diarrea malabsortiva. Por ello,
-6-
Introducción
la pérdida de peso o la presencia de déficits nutricionales deben alertar al médico de
la presencia de una posible malabsorción o maldigestión.
1.2.1.3 Síndrome de intestino irritable
Una serie de estudios en los últimos años ha desvelado la importancia de la
distensión abdominal en el espectro clínico del SII 9, 12, 22. La distensión abdominal es
el síntoma más frecuentemente descrito en los pacientes con SII (76%) y además un
60% de ellos declaran que es el síntoma más molesto
12
. La distensión abdominal
produce una disminución de calidad de vida que es incluso mayor que la producida
por el dolor abdominal
24, 25
. Desde una perspectiva diferente, se podría afirmar que
los pacientes con distensión abdominal pueden cumplir criterios de SII. Por tanto
este síntoma formaría parte del SII, que por definición se ha de acompañar de
alteración del hábito deposicional.
1.2.1.4 Dispepsia Funcional
La distensión abdominal es un síntoma que se encuentra integrado entre los
síntomas de la dispepsia funcional y además, una gran proporción de pacientes con
dispepsia (54-57%) describen la distensión como un síntoma frecuente. Un estudio
describió la presencia de distensión abdominal objetiva en un 36% de pacientes
dispépticos en comparación con un 7% de sujetos sanos 11.
La localización de la distensión en la dispepsia suele ser en la parte alta del
abdomen, pero debido al frecuente solapamiento de esta entidad con el SII también
puede describirse de una forma más difusa. Es característico que la distensión en la
dispepsia se precipita con las comidas
26
y es por ello que en algunas ocasiones los
pacientes restringen la ingesta para evitar la distensión. En cualquier caso, no queda
-7-
Introducción
claro si este grupo de pacientes constituye un grupo diferenciado o si solo utilizan el
término distensión abdominal para describir una sensación imprecisa de tensión,
presión, pesadez abdominal o cualquier término parecido.
1.2.1.5 Desordenes alimentarios y obesidad
La distensión abdominal es un síntoma frecuente de los trastornos
alimentarios, como la anorexia nerviosa 27 o la bulimia
28, 29
, habiéndose descrito una
relación con el índice de masa corporal (IMC) y la obesidad 30, 31. Aunque los sujetos
sanos pueden presentar distensión abdominal ocasionalmente tras una trasgresión
dietética o en asociación con la ingesta de alimentos fermentables, esta tiende a ser
de corta duración. La distensión secundaria a un motivo conocido raramente es una
causa de queja por el paciente, ya que el individuo entiende que ésta viene dada por
el exceso de comida y tendrá una resolución espontánea.
-8-
Introducción
1.3. FISIOPATOLOGÍA DE LA DISTENSIÓN.
Los factores relacionados con la fisiopatología de la distensión abdominal son:
sensación subjetiva, cambios objetivos en el perímetro abdominal, volumen de la
cavidad intraabdominal y la actividad muscular de las paredes abdominales,
pudiendo jugar un papel independiente o estar interrelacionados entre ellos. La
sensación subjetiva de distensión abdominal se puede producir por cualquiera de los
otros 3 factores o por una alteración en la percepción. La distensión abdominal
objetiva, ya sea acompañada o no de sensación de distensión, puede deberse a
cambios en la actividad de la pared abdominal debido a una redistribución del
contenido intrabdominal o a un aumento real del volumen abdominal. El contenido
intrabdominal puede aumentar por un aumento del volumen intestinal (por ejemplo,
por contenido líquido/sólido o gas) o por un aumento del volumen extraluminal
(incremento del líquido tisular, edema o congestión vascular). Los cambios de
actividad muscular en la pared abdominal pueden incrementar la tensión muscular
abdominal y ser interpretado subjetivamente como sensación de distensión, pero
también pueden producir una distensión abdominal objetiva al producirse una
redistribución del contenido intraabdominal, incluso en ausencia de cambios de
volumen.
Al
probablemente
igual
que
representa
muchos
una
otros
condición
síntomas,
la
heterogénea,
distensión
producida
abdominal
por
una
combinación de mecanismos fisiopatológicos que difieren entre diferentes pacientes.
Revisaremos la fisiopatología de la distensión analizando su relación con: 1) la
distensión abdominal objetiva, 2) alteración muscular de las paredes abdominales, 3)
-9-
Introducción
alteración en la percepción y finalmente, 4) el contenido intraabdominal. Este último
ha sido el más estudiado, particularmente el papel del gas intestinal.
1.3.1. Distensión abdominal objetiva.
Muchos pacientes declaran que de forma episódica presentan distensión del
abdomen, pudiendo ser objetivada por otras personas. A pesar de ello, el médico no
ha tenido forma de confirmarlo fehacientemente. Experimentalmente se ha
demostrado que una cinta métrica adherida a un cinturón colocado en el abdomen,
es capaz de medir incluso pequeños cambios de perímetro abdominal tras la
infusión de gas intestinal
32-34
. Sin embargo, la colocación de dicha cinta requiere la
inmovilización del paciente durante todo el procedimiento y cada individuo sirve
como su propio control. Medidas realizadas en el contexto de estudios clínicos de
investigación no han dado lugar a resultados uniformes. En un estudio multicéntrico
que evaluó pacientes con trastornos funcionales digestivos (SII y DF), no fueron
capaces de detectar diferencias de perímetro abdominal entre aquellos pacientes
que referían presentar distensión abdominal objetiva y aquellos que no
35
. El equipo
del Dr. Whorwell demostró que la utilización de una cinta métrica en mujeres con SII
detectaba incrementos significativos del perímetro abdominal a lo largo del día con
respecto de un grupo de sujetos sanos. Además, demostró un aumento en la
distancia antero-posterior del abdomen, medidos por tomografía computerizada, en
estos mismos sujetos con distensión abdominal
17
. Otro estudio, describió que en los
pacientes con distensión abdominal, los episodios de distensión abdominal se
acompañaban exclusivamente de un aumento del perímetro abdominal y no de otros
factores (por ejemplo, el peso corporal). Sin embargo, en este estudio, las medidas
fueron realizadas por los propios pacientes y por ello la variabilidad de las
- 10 -
Introducción
diferencias descritas fue muy grande (cambios de 5,3±3,0 cm de perímetro y 1,0±0,9
kg de peso) 36.
Recientemente, se ha desarrollado un mecanismo automático para medir
ambulatoriamente cambios del perímetro abdominal durante 24 horas - la
pletismografía de inductancia
20
. La inductancia es una propiedad de un circuito
eléctrico y se define como la oposición de un elemento conductor (una bobina) a
cambios en la corriente que circula a través de ella. Basada en esta propiedad, la
pletismografía de inductancia consiste en un aparato de medida constituido por una
banda de tela elástica (aproximadamente de 8.5 cm de ancho) que incorpora un
cable formando una espiral que permite su expansión. Al producirse la expansión de
la banda, se modifica la geometría de la bobina, lo que comporta un cambio en el
valor del área y así, un cambio en el valor de la inductancia. Considerando fijos el
resto de parámetros de la inductancia, la variación de ésta, es proporcional a la
variación del área. Utilizando esta técnica, se ha demostrado que las variaciones
clínicas en el perímetro abdominal son objetivas y significativamente mayores en
pacientes con SII y distensión abdominal, que en los sujetos sanos
19
. Sin embargo
la relación entre la distensión abdominal y la sensación de distensión fue variable,
reflejando solo una buena correlación de la distensión abdominal en los pacientes
con SII de predominio estreñimiento y no en los de predominio de diarrea
19
.
Finalmente, existe una serie de pacientes con criterios de SII y sensación de
distensión continua, que presentan un abdomen prominente y globuloso. En este
sentido, un estudio prospectivo describió que los pacientes con distensión abdominal
tenían predisposición a presentar recientemente una mayor ganancia ponderal que
los sujetos sanos, a pesar de presentar valores similares de edad y IMC (índice de
masa corporal) entre ambos grupos
36
. Por tanto, se especuló que la grasa en el
- 11 -
Introducción
abdomen podía favorecer la sensación o la toma de conciencia de la distensión
como síntoma.
1.3.2. Alteración de la actividad muscular de las paredes abdominales.
La configuración del abdomen viene determinada por la disposición de las
paredes de la cavidad abdominal. Existen dos paredes con escasa movilidad, que se
corresponden a nivel posterior, con la columna vertebral y a nivel inferior con la
pelvis. Por el contrario, existen dos paredes móviles, a nivel craneal, el diafragma y a
nivel anterior, la musculatura antero-lateral del abdomen. Una alteración de la
configuración de las paredes abdominales puede producir distensión abdominal
objetiva incluso sin incrementos del volumen intraabdominal. Además, las paredes
musculares pueden enviar señales que induzcan sensación subjetiva de distensión
abdominal, incluso en ausencia de distensión abdominal y esto podría explicar
aquellos casos de distensión abdominal imaginaria.
En un artículo clásico de Alvarez y colaboradores 37, se describe detalladamente una
serie de pacientes en los que la protusión abdominal se debe en su opinión, a una
alteración de la actividad muscular de la pared abdominal. Esta hipótesis podría
sustentarse por el hecho de que habitualmente la distensión abdominal tiene un
inicio rápido
17, 37
y puede resolverse instantáneamente mientras el paciente se
relaja, se le administra anestesia
37
o se le induce hipnosis. Además la distensión
abdominal puede afectar selectivamente a una parte del abdomen, superior o
inferior, y la rápida resolución de esta no se ve acompañada de una evacuación de
gas
37
. En un estudio realizado por Maxton y colaboradores
17
, se evaluó la posición
del diafragma o la influencia de la lordosis lumbar en la distensión abdominal
- 12 -
Introducción
mediante tomografía axial computerizada (TAC) abdominal y no se obtuvieron
resultados concluyentes.
Sullivan y colaboradores
36
, describieron que los pacientes con distensión abdominal
presentan debilidad de la musculatura de la pared anterior del abdomen, medido
mediante la capacidad de realizar flexiones, respecto de los sujetos sanos. Bajo
dicha premisa, McManis y colaboradores
38
, estudiaron la actividad muscular,
registrada mediante electromiografía de superficie, entre sujetos afectos de SII con
distensión abdominal y sujetos sanos. Los pacientes y los sujetos sanos
incrementaron la actividad muscular de la pared abdominal inferior de igual manera,
al pasar de la posición de supino a bipedestación, demostrando la ausencia de
debilidad muscular en los pacientes con distensión 38.
1.3.3. Alteración en la percepción abdominal.
La percepción anormal, ya sea relacionada por una interpretación cognitiva,
por sensaciones provenientes de la pared abdominal o por sensibilidad visceral,
probablemente representa un factor clave en la sensación de distensión abdominal.
Algunos pacientes con un abdomen normal o simplemente con exceso de grasa,
pueden creer incluso hasta la obsesión, que su abdomen esta distendido. Un
ejemplo de ello viene reflejado en un artículo de Suarez y colaboradores 39, en el que
demostraron que los pacientes que se creían gravemente intolerantes a la lactosa y
manifestaban distensión abdominal con la toma de cantidades pequeñas de ésta,
cuando se estudiaron de forma ciega, no mostraron síntomas al consumir leche,
tuviera o no lactosa. Por tanto, la evidencia experimental demostró que los síntomas
habituales relacionados con la toma de leche en estos pacientes tenía un origen
imaginario.
- 13 -
Introducción
En otras ocasiones la alteración de la percepción se puede deber a una
hipersensibilidad verdadera por una distorsión en la modulación de las señales
sensoriales
40
. Un ejemplo de ello sería la hipersensibilidad de la pared abdominal
como el que vemos en traumatismos de la pared abdominal, heridas o cicatrices,
que pueden ser percibidas por el paciente como sensación de tensión abdominal e
interpretadas como distensión. Este sería el mismo mecanismo de sensación de
distensión que se produce en el postoperatorio de una laparotomía.
Finalmente, la sensación de distensión también puede provenir de las vísceras. De
hecho, la hiperalgesia visceral ha sido extensamente caracterizada en los pacientes
con trastornos funcionales digestivos, ya sea DF o SII
40
. En estos pacientes, los
estímulos normalmente no percibidos, pueden inducir síntomas abdominales y
específicamente distensión abdominal. En el laboratorio, la distensión intestinal
experimental, reproduce los síntomas habituales dependiendo del área del intestino
estimulada, y en una proporción de pacientes, induce sensación de distensión.
El área del intestino afectada por la disfunción sensorial esta en relación con el
subtipo de síndrome clínico
41
. Por ejemplo, el área con hipersensibilidad a la
distensión en los pacientes con SII es el intestino delgado y el colon
42
, mientras que
el área más predominantemente afecta en la dispepsia funcional es el estómago.
Recientemente se ha descrito que pacientes con dispepsia funcional y molestias de
tipo pesadez post-prandial, la distensión fúndica reproduce mejor sus síntomas
habituales que la distensión antral
26
. Por el contrario, en los pacientes dispépticos
con dolor de tipo ulceroso en ayunas, la distensión antral es la que reproduce mejor
los síntomas de estos pacientes 26.
En los pacientes con trastornos funcionales digestivos, la alteración de la
sensibilidad se combina con una alteración de la motilidad intestinal, y ambas
- 14 -
Introducción
interaccionan para producir los síntomas
40
. Este paradigma es igualmente aplicable
para los pacientes con distensión abdominal. Básicamente, el acúmulo de contenido
intestinal puede producir distensión focal en un área hipersensible e inducir los
síntomas. De hecho, alteraciones motoras mínimas, que no comprometen la normal
función del intestino, pueden ser solo clínicamente relevantes y producir síntomas,
en presencia de una alteración de la percepción intestinal.
1.3.4. Contenido intraabdominal.
La distensión abdominal puede deberse a un aumento del contenido
intraluminal o del contenido libre intraperitoneal (como la ascitis). De todos los
elementos de la cavidad abdominal, el gas intestinal parece ser el más versátil.
Dadas las rápidas fluctuaciones de la distensión, que generalmente refieren los
pacientes, el gas es el candidato más probable explicar la distensión, mientras que
otros elementos potenciales han sido menos estudiados.
- 15 -
Introducción
1.4. GAS INTESTINAL Y DISTENSION ABDOMINAL
Varios estudios en diferentes poblaciones y utilizando diferente metodología
han demostrado que, a pesar de la gran capacidad del tracto gastrointestinal, el
volumen total de gas no supera los 100-300 mililitros (ml)
43-45
. Esta cifra
relativamente constante de gas intestinal es sorprendente, teniendo en cuenta los
diversos y complicados procesos de entradas y salidas de gas intestinal.
1.4.1 Fisiología del gas intestinal.
El gas en el intestino puede provenir de diferentes fuentes: del aire ingerido,
de las reacciones químicas, de la difusión de gas desde el torrente sanguíneo o de
la fermentación bacteriana. De la misma manera, la salida de gas se puede producir
por: la emisión de eructos, la absorción intestinal, el consumo bacteriano en el colon
o la evacuación anal. (Fig.1)
La deglución introduce de forma fisiológica una pequeña cantidad de aire en el
estómago, que si es excesiva, puede ser eliminada del estómago mediante la
emisión de eructos, por absorción a la sangre o por vaciado al intestino. Las
reacciones químicas producidas por la neutralización de los ácidos y álcalis en el
intestino proximal producen una enorme cantidad de dióxido de carbono
46
que es
absorbido en el intestino delgado.
Las bacterias colónicas juegan un papel clave en el metabolismo del gas, tanto en la
producción, como en el consumo de gas intraluminal y por ello su actividad
constituye un factor determinante del gas eliminado. El efecto de la flora colónica
sobre el metabolismo del gas depende del balance existente entre los
microorganismos productores y consumidores, siendo esta relación variable entre
cada individuo 47.
- 16 -
Introducción
Deglución de aire
Eructos
ESTÓMAGO
Difusión de gas
Liberación
de CO2
desde / hacia la
INTESTINO
DELGADO
Reacciones
químicas
sangre
Consumo
Metabolismo
bacteriano
COLON
Producción
Evacuación
Figura 1. Fisiología del gas intestinal
La composición de la flora colónica se adquiere en etapas precoces de la vida,
aunque también se halla influenciada por el tipo de alimentación
48, 49
. La población
occidental, de forma mayoritaria (90%), presenta bacterias productoras de
hidrógeno, siendo éstas las responsables de la fermentación de los substratos no
digeribles, concretamente los carbohidratos, y dando lugar a la liberación de
hidrógeno y dióxido de carbono
50-53
. El hidrógeno, el dióxido de carbono y el
oxígeno (este último utilizado por las bacterias aerobias), son consumidos en
grandes cantidades por las bacterias colónicas y así se ve reducida su
concentración
a
nivel
intraluminal.
Muchos
- 17 -
pacientes
presentan
bacterias
Introducción
productoras de sulfatos distribuidas por todo el colon
53
. Estas bacterias consumen
gran cantidad de hidrógeno, liberando pequeñas cantidades de gases sulfurosos que
son los responsables del característico mal olor de los gases evacuados. Un 30% de
los individuos presentan asimismo un grupo de bacterias productoras de metano en
el colon izquierdo, que consumen una gran cantidad de hidrógeno y liberan metano
52-56
. Debido a la competencia por el consumo de hidrógeno entre ambas
poblaciones bacterianas, en este subgrupo de individuos las bacterias productoras
de sulfatos se encuentran circunscritas al colon derecho.
La tendencia de los gases intraluminales es al equilibrio con los gases venosos y
esto depende de 3 factores principales: la presión parcial de cada gas en ambos
lados de la barrera hemato-intestinal, la capacidad de difusión y el tiempo de
exposición del gas a la superficie de difusión (determinado por la velocidad del
tránsito de gas) 47, 57.
Así, los gases con alta capacidad de difusión presentes en el intestino, como el
dióxido de carbono producido por las reacciones químicas o el oxígeno proveniente
de la deglución, son absorbidos rápidamente. Parte de los gases producidos por las
bacterias del colon difunden a la sangre y se eliminan por los pulmones
58
, (este es
el principio básico utilizado en las pruebas de aliento) mientras que el resto de gases
son eliminados por el ano. De esta manera, la composición del gas intraluminal varia
enormemente a lo largo de todo el intestino y la composición de los gases
evacuados, refleja el balance de los múltiples procesos que han tenido lugar en el
interior del intestino 53. Durante condiciones normales, el nitrógeno es el componente
predominante del gas eliminado, mientras que el oxigeno, aún siendo el segundo
componente más importante, presenta una concentración pequeña (< 10%). Sin
embargo, si se realiza una ingesta de comida rica en carbohidratos altamente
- 18 -
Introducción
fermentables, las concentraciones pueden variar con predominio del hidrógeno, el
dióxido de carbono y el metano (en sujetos con flora productora de metano). La
presencia de otros componentes gaseosos es mínima 47.
Es importante tener en cuenta que la velocidad del tránsito de gas determina la
exposición de los gases intraluminales a la difusión, así como al consumo bacteriano
y por ende puede influir no solo en el volumen de gas en el intestino, sino también
en su composición
59
. El tránsito y la tolerancia de gas se han medido mediante una
prueba de tránsito de gas intestinal (Fig.2).
Infusión de gas yeyunal
Cinta métrica
Evacuación de gas rectal
Figura 2. Prueba experimental de tránsito de gas.
Esta prueba consiste en la infusión de una mezcla de gases, con la misma
proporción que en sangre venosa, en el yeyuno proximal, mientras se cuantifica la
evacuación de gas anal. En un estudio inicial, se comprobó que la mayoría de los
sujetos sanos eran capaces de propulsar y evacuar todo el gas que se les infundía
(independientemente de la velocidad de infusión) (Fig.3) sin desarrollar síntomas
- 19 -
32
.
Introducción
Se concluyó que, el tránsito de gas es un mecanismo regulado, capaz de adaptarse
a diferentes sobrecargas de volumen. Estudios con manometría intestinal
demostraron que la infusión de gas no producía alteraciones en la motilidad del
intestino delgado
60
. Recientemente se ha sugerido que la infusión de gas induce
cambios de tono intestinal; una contracción de la zona proximal a la infusión
acompañada de una relajación en el área distal
61
. Por tanto, el desplazamiento de
grandes masas de gas en el intestino se produce por cambios en el tono y
capacitancia del intestino 62.
Gas
evacuado,
ml
Período de infusión, min
Figura 3. Capacidad de evacuación de diferentes flujos de gas infundido en sujetos
sanos. ◊,1 mL/min; ∆, 4 mL/min; О, 12 mL/min; □, 30 mL/min. Reproducido con
permiso del editor.
- 20 -
Introducción
1.4.2 Producción de gas intestinal
Como se ha descrito previamente, la producción de gas se halla determinada
fundamentalmente por 2 factores: la cantidad de alimento fermentable que no se ha
absorbido en el intestino delgado y llega al colon, y por la composición de la flora
colónica. Por tanto, la distensión abdominal puede ser una característica clínica de
los procesos de malabsorción, en donde la fermentación y producción de gas se
produce por la llegada de alimento al colon. En determinadas circunstancias, como
en el caso del sobrecrecimiento bacteriano, esta fermentación tiene lugar en el
intestino delgado. Tanto en la malabsorción intestinal como en el sobrecrecimiento
bacteriano, la distensión y otros síntomas relacionados con el gas constituyen una
pequeña parte de la clínica de estos pacientes y por tanto su relevancia es menor. El
reto en la práctica clínica son aquellos pacientes que presentan síntomas
aparentemente relacionados con el gas y donde las pruebas diagnósticos son
normales, como por ejemplo los pacientes con trastornos funcionales digestivos 6.
Parece dudoso que la malabsorción de una cierta parte de nutrientes juegue un
papel en la distensión funcional. Algunos estudios sugieren que los pacientes con SII
tienen menor capacidad de absorción de ciertos alimentos
sido corroborado por otros estudios
66, 67
63-65
, aunque esto no ha
. Además se ha descrito que los pacientes
con malabsorción comprobada de lactosa, son capaces de tolerar 250 ml de leche
sin presentar síntomas. Esto es debido a la capacidad del colon de manejar cierta
concentración de substratos no absorbidos, ya sea por fermentación y absorción de
ácidos grasos de cadena corta o por absorción y consumo de los gases producidos
39
. Debido a que la definición de malabsorción es ambigua, algunos investigadores
han explorado la eficacia de las dietas de exclusión en los pacientes afectos de
distensión abdominal. Con estas dietas, los resultados obtenidos son poco
- 21 -
Introducción
convincentes 68 y el efecto beneficioso de excluir alimentos no solo puede ser debido
a una disminución de la fermentación, sino que también pueden estar implicados
otros mecanismos relacionados como las reacciones alérgicas o atópicas.
En una serie de estudios realizados en los años setenta, Levitt y colaboradores
midieron la producción de gas intestinal utilizando la técnica del lavado
44
y
demostraron que la producción de gas durante el período de ayunas fue similar en
los pacientes con SII y en los sujetos sanos
69
. Posteriormente, en un único estudio
publicado en forma de resumen, se demostró que la producción de gas post-prandial
no presentaba diferencias entre los pacientes y los sujetos sanos 70.
La evaluación de la producción de gas intestinal mediante las pruebas de aliento ha
dado lugar a resultados discordantes. En un estudio 71, se midió la producción diurna
de hidrógeno durante siete días en pacientes con SII y distensión abdominal y en un
grupo de controles sanos. La concentración de hidrógeno exhalado fue similar en
ambos grupos. A pesar de ello, los pacientes presentaron cifras de distensión más
altas que los sujetos sanos y además no se observó correlación entre la sensación
de distensión abdominal y las concentraciones de hidrógeno. Por el contrario, en
otro estudio se midió la expulsión total de gas (exhalado y evacuado por el ano)
mediante calorimetría indirecta y se observó que siguiendo una dieta estándar, los
pacientes excretaban más hidrógeno que los sujetos sanos, sugiriendo que los
pacientes presentaban una flora productora de gas hiperactiva
58
. Sin embargo,
debido a que algunos sujetos producen hidrógeno y metano, al medir el volumen
total excretado (hidrógeno y metano) no se encontraron diferencias entre ambos
grupos. Finalmente, Pimentel y colaboradores
72
, realizaron un estudio en el que
describieron que la proporción de pacientes con SII que presentaban pruebas de
aliento con lactulosa alteradas era mayor que en controles sanos y ello lo
- 22 -
Introducción
atribuyeron a la presencia de sobrecrecimiento bacteriano. En ese mismo estudio, la
administración de neomicina oral produjo una normalización de las pruebas de
aliento y una reducción de los síntomas en los pacientes con SII
72
. Esta
interpretación ha sido cuestionada en la literatura científica, ya que la
reproducibilidad de las pruebas de aliento con lactulosa para el diagnóstico del
sobrecrecimiento es dudosa
73, 74
, la respuesta sintomática al tratamiento con
antibiótico fue relativamente pobre y la respuesta en el grupo placebo fue más baja
de lo habitual en otros estudios 75.
Tanto la malabsorción, una flora colónica hiperactiva o un sobrecrecimiento
bacteriano, producirán un aumento de la evacuación de gas anal, pero no
necesariamente distensión, ya que los sujetos sanos tienen la capacidad de
propulsar y evacuar grandes cantidades de gas sin desarrollar síntomas ni
distensión
32, 39
. Por tanto deben existir otros mecanismos responsables de la
producción de la distensión.
1.4.3. Volumen de gas intraluminal.
En sus estudios iniciales Lasser y colaboradores
69, 70
, demostraron mediante
la técnica de lavado que la cantidad y tipo de gas presente en la luz del tubo
digestivo era similar en los pacientes con SII y en los sujetos sanos. Utilizando una
técnica similar en nuestro laboratorio, no hemos encontrado diferencias en el
volumen de gas intestinal entre pacientes con distensión abdominal y sujetos sanos
32, 45
.
Utilizando una metodología distinta (mediante radiografías del abdomen), pero con el
mismo propósito, dos estudios diferentes
76, 77
concluyeron que la cantidad de gas
abdominal era mayor en pacientes con SII que en sujetos sanos (un 54% y un 118%,
- 23 -
Introducción
respectivamente) pero no hallaron una correlación significativa entre el volumen de
gas y los síntomas descritos. En un estudio multicéntrico utilizando radiografías de
abdomen realizadas entre 1 y 2 horas tras el desayuno o la comida, se encontró que
el área total de gas (aprox 28%) en pacientes con SII y distensión abdominal era
mayor que en pacientes sin distensión. Sin embargo, la correlación entre el
contenido del gas abdominal y la intensidad de la distensión fue pobre
35
. Debido a
que el volumen de gas intraluminal en los pacientes con SII medido por diferentes
estudios es de solo 100 a 300 ml 33, 45, 69, 70 las variaciones porcentuales descritas en
los 3 estudios se corresponden con diferencias relativamente pequeñas en volumen
absoluto.
Utilizando una sofisticada técnica de medición volumétrica del gas intestinal
mediante tomografía axial computerizada (TAC) abdominal no se han observado
diferencias clínicamente significativas en el volumen de gas entre sujetos sanos y
pacientes con distensión
78
. En un estudio subsiguiente comparando pacientes en
condiciones basales y durante episodios de máxima distensión, se detectó un
aumento relativamente pequeño pero significativo de la cantidad de gas en las
imágenes obtenidas durante la distensión
79
. Estos datos sugieren que la distensión
abdominal puede no deberse directamente a un aumento del gas intestinal pero si a
otros factores, como la incapacidad de manejo del gas, su distribución en el intestino
o a reacciones anormales a una cantidad de gas que puede ser normal.
1.4.4. Alteración del manejo de gas intestinal.
No se han podido detectar anormalidades que expliquen la distensión
abdominal en estudios convencionales de motilidad intestinal, sin embargo estudios
de tolerancia y tránsito de gas han demostrado que los pacientes con distensión
- 24 -
Introducción
abdominal presentan una alteración en el manejo de sobrecargas de gas intestinal 33,
34, 45, 69
. Por tanto, los estudios de gas intestinal podrían revelar trastornos en la
propulsión intestinal, que juntamente con alteraciones sensitivas, probablemente
podrían ser la base para el desarrollo de la distensión abdominal.
Solo una pequeña proporción de sujetos sanos (15%) presentan una alteración del
manejo del gas intestinal, con un incremento en la percepción de síntomas
abdominales debidos al gas intestinal 32. Si a esta pequeña porción de sujetos sanos
se les somete a una sobrecarga de gas intestinal, experimentaran síntomas
abdominales
32
. Además, si se induce experimentalmente la producción de gas
mediante la infusión de almidón en el colon, una pequeña parte de los sujetos sanos
también presentan síntomas
80
. Por ello, se puede sugerir que algunas personas
tienen tendencia a la distensión, pero este síntoma solo se produce bajo
circunstancias muy concretas.
Lasser y colaboradores
69
mediante su técnica de lavado intestinal de gas,
describieron que los pacientes con distensión abdominal y síntomas relacionados,
no toleraban el procedimiento y que en algunos de ellos el gas infundido refluía al
estómago, siendo esto interpretado como un indicador de trastorno motor. En
nuestro laboratorio demostramos que los pacientes con distensión abdominal que
cumplían criterios de Roma II, tanto para SII como para distensión abdominal
funcional, presentaban una alteración del manejo del gas intestinal al someterlos a la
prueba de tránsito de gas 33, 34, 45. Estos pacientes retuvieron gas y/o experimentaron
síntomas abdominales en respuesta a una sobrecarga de gas intestinal bien tolerada
por la mayoría de los sujetos sanos. Además, la prueba de gas reprodujo sus
síntomas habituales, desarrollaron distensión abdominal objetiva y se observó una
- 25 -
Introducción
correlación significativa entre el volumen de gas retenido y la distensión objetiva.
(Fig 4 y 5)
Síntomas
abdominales,
escala
Gas retenido, ml
Figura 4. Relación entre volumen de gas retenido y síntomas abdominales en
respuesta a la sobrecarga de gas en pacientes con SII y sujetos sanos (datos
individuales). Reproducido con permiso del editor.
Perímetro
abdominal,
mm
Gas retenido, ml
Figura 5. Relación entre volumen de gas retenido y distensión abdominal en
respuesta a una sobrecarga de gas intestinal pacientes con SII y sujetos sanos
(datos individuales). Reproducido con permiso del editor.
- 26 -
Introducción
1.4.5. Mecanismos de alteración del gas intestinal.
El mecanismo por el cual estos pacientes presentan retención de gas
intestinal no queda bien aclarado. Experimentalmente, se ha demostrado que dos
mecanismos pueden ser responsables de la retención de gas en sujetos sanos: 1)
un aumento de la resistencia al flujo de gas (obstrucción al flujo de salida) y 2) una
alteración en la propulsión intestinal (inducida farmacológicamente mediante
inhibición motora por glucagón)
81
. Utilizando la prueba de gas desarrollada en
nuestro laboratorio, observamos que la retención de gas producida por alteración en
la propulsión, induce distensión abdominal objetiva, pero que es bien tolerada. Sin
embargo, cuando la retención de gas se produce por una resistencia aumentada al
flujo, los síntomas abdominales son más intensos que en el modelo de inhibición
motora. Por tanto, mientras que la distensión abdominal depende del volumen de
gas retenido, la molestia abdominal depende de un aumento de la resistencia más
que a una alteración de la propulsión intestinal. De este modo, pequeñas cantidades
de gas impulsadas contra resistencia, pueden incrementar la tensión de la pared
intestinal e inducir síntomas. Además si varios acúmulos de gas quedan atrapados a
diferentes niveles, la percepción aumentara por un fenómeno de sumación espacial
82
.
En sujetos sanos se ha observado que la contracción voluntaria anal puede producir
retención de gas
81
. En nuestro laboratorio demostramos que los pacientes con
distensión abdominal, al someterse a una prueba de tránsito de gas, presentaron
niveles de retención similares, independientemente de si el gas era recogido por
cánula rectal interna (de forma que se anula la potencial retención anal) o por cánula
externa
45
. A pesar de ello, en la práctica clínica hay pacientes en donde el ano
- 27 -
Introducción
participa en la retención, ya sea por alteración de la relajación anal o por inhibición
voluntaria de los gases rectales.
1.4.6. Control reflejo del tránsito intestinal de gas.
Los datos existentes en la actualidad sugieren que la retención de gas en
pacientes con distensión abdominal se debe a una alteración refleja del tránsito. De
hecho, el tránsito de gas se encuentra regulado por reflejos víscero-viscerales a lo
largo de todo el intestino 61, 83.
La presencia de lípidos intraduodenales induce de forma dosis dependiente un
retraso, en el tránsito y retención de gas
34
. Sin embargo, la infusión directa de
lípidos a nivel ileal produce un mayor enlentecimiento del tránsito que los lípidos
duodenales, fenómeno denominado paro ileal
83
. Otros reflejos producen una
aceleración del tránsito intestinal. Por ejemplo, la distensión gástrica se acompaña
de una inmediata evacuación de gas colónico y acelera la evacuación de gas
exógeno, lo que constituye el reflejo gastro-cólico
84
. Sin embargo este reflejo forma
parte de un fenómeno general, ya que la distensión a diferentes niveles del intestino,
duodeno o recto, produce el mismo efecto estimulatorio
61, 84
. Es interesante recalcar
que la distensión intestinal tiene la capacidad de antagonizar el efecto inhibitorio de
los lípidos sobre el tránsito de gas 61, 84.
En sujetos sanos, el aclaramiento de gas intestinal se ha demostrado superior en
bipedestación que en supino
86
85
y durante la realización de ejercicio físico moderado
, poniendo de relieve que los reflejos somato-viscerales también participan en la
regulación del tránsito de gas.
En situaciones fisiológicas diferentes tipos de reflejos están interaccionando para
que se produzca un efecto. La prueba de tránsito de gas con infusión de lípidos
- 28 -
Introducción
intraluminales permite una distinción clara entre pacientes con SII o distensión
funcional y sujetos sanos. Los pacientes retienen volúmenes mayores de gas y/o
presentan síntomas abdominales, indicando que la propulsión del gas es ineficaz y/o
sintomática 34.
1.4.7 Área del intestino responsable de la distensión abdominal
En los sujetos sanos la tolerancia del gas depende del lugar de acumulación.
Por ejemplo, se ha demostrado que en el modelo de retención de gas por
obstrucción del flujo de salida, la retención de gas yeyunal, produce más síntomas
intestinales que la retención a nivel colónico, a pesar de producir la misma distensión
abdominal
87
. Al marcar el gas con Xenón 133, observamos que la infusión de gas
yeyunal produce retención fundamentalmente a nivel del intestino delgado y del
colon proximal, mientras que la infusión rectal produce una retención en todo el
colon pero mayoritariamente en colon distal
87
. Estos datos nos permiten concluir
que los síntomas relacionados con el gas son dependientes del área estimulada,
mientras que la distensión abdominal depende del volumen de gas retenido en el
intestino.
El marcaje del gas con Xenón 133 también se ha utilizado para investigar el tránsito
segmentario de gas intestinal. En sujetos sanos, el tránsito de gas por todo el
intestino es rápido, siendo similar en el intestino delgado que en el colon. Por tanto,
a diferencia de los líquidos o los sólidos, la velocidad de tránsito del gas es
homogénea a lo largo de todo el intestino.
Los pacientes afectos de distensión abdominal, a diferencia de los sujetos sanos,
tienen una aclaramiento de gas intestinal ineficaz, debido a una propulsión del
intestino delgado alterada, mientras que el tránsito colónico es normal. Estos datos
- 29 -
Introducción
fueron confirmados posteriormente al infundir gas mediante una sonda intestinal a
diferentes niveles del intestino y medir las respuestas generadas, comprobándose
que si la infusión es a nivel yeyunal se retiene gas, mientras que si es a nivel ileal o
colónico, el tránsito de gas es normal
88
. Por consiguiente la zona ileocecal no es la
responsable de la retención de gas y en conjunto los datos muestran al intestino
delgado y no al colon como responsable de la generación de los síntomas
intestinales en los pacientes con distensión abdominal.
A partir de la neutralización del ácido gástrico se produce una gran cantidad de
dióxido de carbono en el intestino delgado, que difunde fácilmente al torrente
sanguíneo 46, 47. A pesar de ello, el gas remanente puede ser suficiente para producir
síntomas en un intestino con un defecto para la propulsión.
Al mismo tiempo parece razonable contemplar otras posibilidades, por ejemplo, la
distensión post-prandial en los pacientes dispépticos puede provenir del estómago 26,
89
. Normalmente la comida se acomoda mayoritariamente en el estómago proximal,
en parte debido a que el llenado antral induce un reflejo relajatorio del fundus.
Además, cuando el estómago inicia el vaciado, los nutrientes intestinales inducen un
reflejo entero-fúndico relajatorio, que contribuye al proceso de acomodación del
fundus. Los pacientes dispépticos presentan una alteración de los reflejos
relajatorios entero-fúndicos y antro-fúndicos y ello puede dar lugar a un defecto de
acomodación, con un desplazamiento distal del contenido intragástrico y una
sobrecarga antral
26
. Estos pacientes se caracterizan por presentar una percepción
gástrica antral aumentada. La disfunción motora que da lugar a sobredistensión de
un antro hipersensible, puede explicar la génesis de la percepción de distensión
abdominal en pacientes dispépticos independientemente del tránsito de gas en el
intestino.
- 30 -
Introducción
1.4.8 Es el gas el elemento responsable de la distensión?
Los estudios de tránsito de gas han demostrado que los pacientes con
distensión abdominal funcional (de origen no aclarado) presentan una alteración
motora en la propulsión intestinal de gas asociada a una mayor sensibilidad, lo que
parece jugar un papel en la fisiopatología de los síntomas abdominales. Sin embargo
el desencadenante de la distensión puede ser otro elemento intestinal diferente del
gas.
La distensión abdominal se puede producir sin que exista un incremento de gas
intestinal. Levitt y colaboradores
90
estudiaron la disparidad existente entre la
distensión abdominal y la flatulencia en respuesta a una sobrecarga oral de lactulosa
o de dos tipos de fibra (psyllium o metilcelulosa) en sujetos sanos. La lactulosa, que
es un azúcar no absorbible por el intestino delgado, al llegar al colon es fermentada
por las bacterias, produciendo hidrógeno e induciendo flatulencia, una sensación de
gas rectal y distensión. Es interesante que, tanto en la fibra fermentable (psyllium)
como la no fermentable (metilcelulosa), producen un incremento de hidrógeno
medido por la prueba de aliento exhalado y sensación de distensión abdominal, pero
sin acompañarse de flatulencia o sensación de gas rectal. Los autores concluyeron
que la distensión abdominal asociada a una sobrecarga experimental de fibra
presumiblemente se debe al incremento de la masa intraluminal.
El aumento del fluido intestinal puede ser una causa importante de distensión
abdominal en algunas circunstancias, por ejemplo en el caso de diarrea aguda y en
algunos casos de distensión post-prandial. Sin embrago, los datos del tránsito de
quimo en el intestino delgado de pacientes con distensión abdominal son
inconsistentes, mostrando tanto aceleración
18
como retraso
91
del mismo. Se han
descrito hipótesis en las que se define al íleo terminal y la unión íleo-cólica como
- 31 -
Introducción
zonas del intestino que juegan un papel relevante en la regulación del tránsito de
quimo, sin embargo estudios de tránsito ileo-cecal han dado lugar a resultados
contradictorios
92, 93
, incluso cuando la llegada de quimo al ciego se encuentra
temporalmente relacionada con los síntomas
91
. La distensión abdominal podría
derivar de una expansión extraluminal de agua en la cavidad abdominal. La
ingurgitación vascular y el edema visceral, bajo influencias neurohormonales, podría
ser el origen de algunos tipos de distensión menstrual, pero esta posibilidad no ha
sido explorada y queda como una base teórica.
- 32 -
Introducción
1.5. ANATOMIA DEL DIAFRAGMA
1.5.1 Anatomía descriptiva.
El diafragma es una estructura músculo-aponeurótica (Fig. 6) caracterizada
por separar dos cavidades (la abdominal y la torácica) y formar 2 hiatos (el hiato
esofágico y el hiato aórtico). El hiato esofágico se sitúa ventralmente para dar lugar
al paso del esófago y nervio vago, y el hiato aórtico dorsalmente para el paso de la
arteria aorta y conducto torácico. En el diafragma se pueden diferenciar tres
estructuras anatómicas con características morfológicas y funcionales específicas
que se definen como: diafragma costal, diafragma crural y la cúpula diafragmática 94.
Esternón
Proceso
xifoideo
Tendón central del
diafragma
Vena cava
inferior
Esófago (hiato esofágico)
Impresión
hepática
Cartílagos
costales
Impresión gástrica
Pilar
diafragmático
Aorta abdominal
(Hiato aórtico)
Cuadratus Lumborum
12º Costilla
Músculo Psoas
Figura 6. Anatomía del diafragma (vertiente abdominal). Reproducido con permiso
del editor.
- 33 -
Introducción
La cúpula diafragmática es una estructura tendinosa en donde se insertan las
fibras musculares de la porción costal y crural y representa el 20% del total del
diafragma 95.
El diafragma crural se sitúa en la parte posterior: se origina en la cúpula
diafragmática y se dirige caudalmente para insertarse en la cara antero lateral de las
tres primeras vértebras lumbares y representa el 35% del total de la superficie
muscular diafragmática. Estudios anatómicos han demostrado la existencia de 2
patrones diferentes de organización del diafragma crural. El patrón más frecuente es
el tipo I (85% de la población), formado por 2 pilares diafragmáticos. El pilar derecho
(D) presenta dos ramas que ascienden desde los cuerpos vertebrales hasta la
cúpula diafragmática y forman el hiato esofágico, mientras que el pilar izquierdo (Izq)
consta de una única rama. El patrón tipo II
es menos frecuente (15% de la
población) y característicamente ambos pilares presentan dos ramas, siendo las
ramas internas las que forman el hiato esofágico 96 (Fig.7).
Izq
D
D
Tipo I
Izq
Tipo II
Figura 7. Patrones anatómicos del diafragma crural
- 34 -
Introducción
El diafragma costal se origina en la cúpula diafragmática y distribuye sus fibras en
sentido cráneo caudal, insertándose en el apéndice xifoides (fibras esternales) y en
la porción interna de las últimas 6 costillas inferiores (fibras costales)
97
. Las fibras
musculares que se encuentran íntimamente adheridas a la parrilla costal forman la
denominada zona de aposición, que constituye aproximadamente 45% del total de la
superficie muscular diafragmática 95, 98.
El aporte sanguíneo del diafragma proviene de las arterias intercostales, arterias
frénicas (superiores e inferiores) y de la arteria mamaria interna. Estas arterias se
anastomosan entre ellas con el fin de asegurar un buen flujo sanguíneo 99.
La inervación motora del diafragma se produce mediante el nervio frénico izquierdo y
derecho, originándose a partir de las raíces nerviosas medulares C3-C5.
1.5.2 Histología
1.5.2.1 Fibras musculares
De acuerdo con sus propiedades metabólicas y funcionales, las fibras
musculares se pueden dividir en tres tipos diferentes (tipo I, IIa y IIb) (Tabla.1). La
distribución de estas fibras en cada músculo esquelético dependerá de su función
motora y de la demanda que se ejerza sobre éste. Específicamente en el diafragma,
la proporción de cada tipo de fibras puede cambiar en función de factores como la
edad, el estado nutricional o alteraciones en la fisiología normal del sistema
respiratorio 97 (sobrecarga crónica sobre el diafragma).
Durante la respiración pausada, la mayor parte del esfuerzo respiratorio lo realiza el
diafragma sin intervención de la musculatura accesoria, activándose ésta última
- 35 -
Introducción
cuando se requiera un esfuerzo adicional. Por lo tanto, dado que el diafragma
presenta una actividad rítmica y continua durante toda la vida, dispone de una
proporción alta de fibras resistentes a la fatiga.
Tabla.1 Clasificación de las diferentes fibras del músculo esquelético humano.
Fibra Muscular
Tipo I
Tipo IIa
Tipo IIb
- Metabolismo:
Oxidativo lento
Oxidativo rápido
Glucolítico rápido
- Resistencia a la fatiga:
Lenta
Rápida
Rápida
Isoformas Miosina
I o lento
IIa
IIb
Velocidad de acortamiento
Lento
Rápido
Muy rápido
Actividad ATPasa
Baja
Alta
Muy alta
Lento
Rápido
Muy rápido
Oxidativo
Oxidativo
glucolítico
Glucolítico
- Propiedades:
Captación
Ca2++
en RS
Metabolismo
RS: retículo sarcoplasmático
Se ha estimado que la proporción de fibras del diafragma en los sujetos sanos es de
aproximadamente un 55% de tipo I, 21% de tipo IIa y 24% de tipo IIb
100
y que
característicamente no hay diferencias entre la proporción de dichas fibras entre el
diafragma costal y el crural 101.
1.5.2.2 Receptores propioceptivos
La función de la fibra muscular esta controlada de forma permanente, tanto a
nivel periférico (por receptores sensoriales del propio músculo) como a nivel central
(mediante eferencias del SNC).
- 36 -
Introducción
En la musculatura esquelética se pueden diferenciar 2 tipos de receptores
propioceptivos: los husos musculares y los receptores tendinosos de Golgi.
Los husos musculares son receptores sensoriales constituidos por fibras
musculares especializadas inmersas en el vientre muscular y dispuestas en paralelo
a las fibras musculares esqueléticas, cuya función principal es dar información sobre
la longitud (extensión) del músculo. La estimulación de dichos receptores se
transmite mediante una fibra neural aferente (tipo Ia) hacia la medula espinal en
donde se produce una sinapsis directa con una motoneurona alfa (reflejo
monosináptico) que será la que en último término estimulará al músculo para
producir la contracción.
El órgano tendinoso de Golgi es un receptor sensorial encapsulado, localizado a
nivel del tendón muscular y en serie con las fibras musculares. Debido a su
disposición anatómica, cuando el músculo se contrae, el órgano de Golgi se estira
informando de la tensión muscular ejercida. Cuando se excede de un cierto nivel de
tensión, se transmite una señal a la medula espinal mediante fibras nerviosas
aferentes (tipo Ib) que sinaptan con una interneurona inhibidora cuya función es
inhibir a la motoneurona alfa. De esta manera, este receptor proporciona un
mecanismo de defensa que evitaría los excesos de tensión muscular.
1.5.3 Anatomía Funcional
1.5.3.1 Actividad muscular
El diafragma es un músculo que se contrae rítmicamente en contra de fuerzas
elásticas y resistivas (pared torácica, pulmones y vías aéreas) 102. La contracción del
diafragma deforma la pared torácica y produce la inspiración, mientras que en la
- 37 -
Introducción
espiración, se relaja y vuelve a la posición inicial. La contracción diafragmática es
unitaria, pero cada porción del músculo tiene particularidades funcionales generadas
por sus inserciones anatómicas.
Por ejemplo, cuando se contrae la porción costal del diafragma, la zona de aposición
disminuye y ello provoca un acortamiento axial, que es el responsable del
desplazamiento caudal del diafragma. Al mismo tiempo y debido a la inserción de las
fibras musculares sobre la porción interna de las costillas, se produce una fuerza
centrípeta que tiende a desplazar las costillas hacia fuera.
El diafragma crural ejerce exclusivamente una fuerza craneo-caudal de la cúpula
diafragmática produciendo un desplazamiento caudal de las vísceras abdominales y
por tanto un aumento de la presión intraabdominal. Es por ello que la función
diafragmática no es exclusivamente respiratoria, sino que interviene en actividades
que requieran un aumento de la presión abdominal, como puede ser el vómito o la
defecación. Cualquiera de estas acciones necesita de una contracción muscular
coordinada entre el diafragma y la pared anterior del abdomen (fundamentalmente
músculos oblicuo interno y transverso del abdomen) para generar aumento de
presión intraabdominal. La contracción diafragmática se ha observado también en el
control postural del tronco, tales como levantamiento de pesos o incluso tan
pequeños como movimientos de extremidades superiores
103
. Debido a su estructura
anatómica y su actividad contráctil, el diafragma crural participa en la formación del
esfínter esofágico inferior en su porción externa 96.
1.5.3.2 Mecánica muscular
La
mecánica
muscular
del
diafragma
depende
de
dos
variables
fundamentales, la posición del tronco y la carga que se ejerce sobre el diafragma. En
la posición de bipedestación, el diafragma se encuentra en una posición inferior de la
- 38 -
Introducción
caja torácica; para compensar la fuerza que ejerce la gravedad, se produce una
activación tónica de la musculatura abdominal, específicamente del músculo oblicuo
interno y probablemente también del músculo transverso del abdomen
104
. Dicha
actividad tónica de la musculatura abdominal consigue que el diafragma adopte una
longitud de reposo óptima, que le permite realizar una contracción eficaz 105, 106. Este
fenómeno se ha verificado en pacientes tetrapléjicos, ya que en ausencia de una
contracción abdominal, no se puede compensar la caída diafragmática y por tanto, la
capacidad de contracción diafragmática y el volumen corriente respiratorio
disminuyen. En éstos pacientes, la colocación de una faja abdominal produce un
aumento de presión abdominal (efecto que realiza normalmente el tono de la
musculatura abdominal), forzando al diafragma a adoptar una relación tensiónlongitud de reposo óptima y con ello, mejorar significativamente su capacidad
contráctil.
La actividad muscular que se produce con el cambio de postura es controvertida.
Existe un estudio
107
en el que se describe la actividad muscular del diafragma con
los cambios posturales. Al pasar de bipedestación a la posición de supino, todo el
contenido abdominal se desplaza en dirección craneal y este desplazamiento de las
vísceras abdominales produce un estiramiento del diafragma. Dicho estiramiento
muscular provoca la activación de los husos musculares, que a su vez, producen
una contracción muscular compensatoria del diafragma
107
. Este aumento de
actividad muscular diafragmática evitará de este modo un desplazamiento craneal y
una disminución de la capacidad residual funcional.
En contraposición, otros autores
108, 109
no abogan por esta teoría, rechazando la
presencia de husos musculares en el interior de diafragma y negando la existencia
un aumento de la actividad electromiográfica con el cambio de postura.
- 39 -
Introducción
1.6. ANATOMIA DE LA PARED MUSCULAR ANTERIOR
1.6.1 Anatomía descriptiva
La pared anterior del abdomen se encuentra compuesta por una serie de
músculos planos con simetría lateral: recto anterior, oblicuos interno y externo y
transverso.
1.6.1.1 Recto anterior
El recto anterior del abdomen es un músculo que se extiende a lo largo de
toda la porción anterior del abdomen y esta separado uno de otro por la línea media.
Este músculo esta formado por cuatro vientres musculares separados por tres
intersecciones tendinosas transversales. Las fibras musculares se originan en los
cartílagos costales de la 5ª, 6ª y 7ª costilla, así como de la apófisis xifoides del
esternón, para dirigirse caudalmente e insertarse a nivel de la cresta y sínfisis del
pubis 110.
La inervación del músculo recto anterior proviene de las ramas anteriores de los seis
últimos nervios torácicos, alcanzando al músculo a través del oblicuo interno y
transverso del abdomen 110, 111.
1.6.1.2. Oblicuo Externo (OE)
Es el músculo más superficial de la pared antero-lateral del abdomen.
Anatómicamente se pueden diferenciar en 2 porciones: anterior y lateral. Las fibras
anteriores se originan de las superficies externas de la 5ª a la 8ª costilla, formando
interdigitaciones con el músculo serrato mayor, para dirigirse caudal y medialmente
e insertarse en la aponeurosis anterior que termina en la línea media. Las fibras
- 40 -
Introducción
laterales se originan en la superficie externa de la 9ª costilla con interdigitaciones del
serrato anterior y superficie externa de la 10ª a la 12ª costilla con interdigitaciones
del dorsal ancho todas ellas dirigiéndose caudalmente para insertarse a nivel de la
espina ilíaca antero-superior y en la mitad anterior de la cresta ilíaca.(Fig. 8)
La inervación de dicho músculo se produce por las ramas anteriores de los últimos
seis nervios torácicos y de los nervios ilio-hipogástricos e ilio-inguinales
(provenientes de la unión entre la rama anterior del primer nervio lumbar, el X
intercostal y el segundo lumbar) 110.
Figura. 8. Músculo Oblicuo Externo del abdomen. Imagen reproducida de
www.abdominales.info.
- 41 -
Introducción
1.6.1.3. Oblicuo Interno (OI)
Este músculo se encuentra subyacente al oblicuo externo y forma parte, al
igual que este último, de la pared antero-lateral del abdomen. Tiene 3 tipos de fibras:
antero-inferiores, superiores y externas. Las fibras antero-inferiores se originan de
los dos tercios externos del ligamento inguinal y una porción corta de la cresta ilíaca,
para dirigirse transversalmente e insertarse en la cresta del pubis, la línea pectínea y
por medio de una aponeurosis en la línea media. Las fibras superiores se originan
del tercio anterior de la línea intermedia de la cresta ilíaca para dirigirse craneal y
medialmente e insertarse mediante una aponeurosis en la línea alba. Finalmente las
fibras externas se originan de la línea media de la cresta ilíaca y fascia toracolumbar
para dirigirse cranealmente e insertarse en los bordes inferiores de la 10ª a 12ª
costillas (Fig.9).
La inervación de dicho músculo se produce por las ramas anteriores de los últimos
seis nervios torácicos y de los nervios ilio-hipogástricos e ilio-inguinales 110.
Figura. 9. Músculo Oblicuo Interno del abdomen. Imagen reproducida de
www.abdominales.info.
- 42 -
Introducción
1.6.1.4. Transverso del Abdomen
Este es el músculo más profundo del abdomen y se origina desde las
superficies internas de las seis costillas inferiores con interdigitaciones con el
diafragma, fascia toracolumbar, tres cuartos anteriores del labio interno de la cresta
ilíaca
y tercio externo del ligamento inguinal para dirigirse transversalmente e
insertarse mediante una ancha aponeurosis en la cresta pubiana, pectínea y línea
alba (Fig.10).
La inervación del transverso abdominal proviene de las ramas anteriores de los
últimos seis nervios torácicos y de los nervios ilio-hipogástricos e ilio-inguinales 110.
Figura. 10. Músculo Transverso del abdomen. Imagen reproducida de
www.abdominales.info.
- 43 -
Introducción
1.6.2 Anatomía Funcional
1.6.2.1 Recto anterior
La función de este músculo es principalmente flexora del tronco y de la
columna vertebral. Cuando se fija la inserción pélvica y se contrae el músculo, se
produce una aproximación del tórax a la pelvis, mientras que con el tórax fijo será la
pelvis la que se aproximara a éste.
1.6.2.2. Oblicuo Externo
La acción del oblicuo externo dependerá de la activación de sus fibras
musculares anteriores o laterales, bilateral o de forma unilateral.
La activación bilateral de las fibras anteriores produce una flexión de la columna
vertebral, sostenimiento de las vísceras abdominales y contribuye a la espiración
forzada. Con la activación unilateral de las fibras anteriores del oblicuo externo y las
fibras contralaterales del oblicuo interno, se producirá la rotación hacia el lado
opuesto del tronco.
La activación bilateral las fibras laterales produce una flexión de la columna vertebral
fundamentalmente sobre la columna lumbar y la activación unilateral produce la
flexión lateral de la columna vertebral aproximando lateralmente el tórax y la cresta
iliaca 112.
1.6.2.3. Oblicuo Interno
Al igual que el oblicuo externo, la acción de este músculo dependerá de la
activación selectiva de sus fibras. Las fibras antero-inferiores, al igual que el músculo
transverso del abdomen, tienen como misión principal el sostenimiento de las
- 44 -
Introducción
vísceras abdominales. Las fibras superiores, cuando se activan bilateralmente,
flexionan la columna vertebral, sostienen y comprimen las vísceras abdominales y
actúan como musculatura respiratoria (fundamentalmente espiratoria). Finalmente,
las fibras externas del oblicuo externo junto con las fibras externas del oblicuo
interno producen una flexión ipsilateral del tronco 112.
1.6.2.4. Transverso del Abdomen
La particular disposición de este músculo es la responsable de su acción de
compresión y sostenimiento de las vísceras abdominales, la participación en
movimientos respiratorios y la estabilización de la columna dorsal 112.
1.6.3. Histología
A pesar de una actividad funcional diferenciada entre los diversos músculos
de la pared antero-lateral del abdomen, no se han encontrado diferencias en la
composición histoquímica de sus fibras musculares, ni en la distribución por sexos
113, 114
. Las fibras tipo I representan aproximadamente un 55-58%, las fibras tipo IIa
entre un 15-23% y finalmente entre un 21-28% para la fibras tipo IIb. La elevada
proporción de fibras tipo I con actividad resistente a la fatiga ponen en evidencia la
función postural de dichos músculos. Los músculos que presentan mayoritariamente
una actividad tónica en bipedestación son, el oblicuo interno y el transverso del
abdomen. Con el cambio de la posición supina a la bipedestación, el contenido
abdominal recae sobre la pared anterior y produce un estiramiento que estimula las
fibras intrafusales de los husos musculares. Esta activación desencadena un reflejo
monosináptico o reflejo miotático que activa la motoneurona alfa del asta anterior
medular que induce una contracción compensatoria de la musculatura anterior. Este
- 45 -
Introducción
tipo de actividad muscular se ha demostrado mediante electromiografía de
superficie. 104, 115.
- 46 -
Introducción
1.7.
EVALUACIÓN
DE
LA
ACTIVIDAD
MUSCULAR:
ELECTROMIOGRAFÍA
La actividad de músculos planos (como por ejemplo los músculos de la pared
antero-lateral del abdomen) es difícil de valorar por métodos mecánicos, sin
embargo se pueden estudiar de forma fiable mediante electromiografía.
1.7.1. Definición
La electromiografía (EMG) es una técnica que permite detectar la actividad
eléctrica mediante la grabación de las diferencias de potencial expresadas en la
superficie muscular como resultado de la actividad eléctrica generada por este a
partir de su contracción.
1.7.2. Electromiografía de superficie abdominal.
La musculatura antero-lateral del abdomen esta formada por varias capas en
profundidad, pero debido a su particular posición anatómica, es posible un estudio
selectivo de los 4 músculos más superficiales; oblicuos (interno y externo) y rectos
(superior e inferior). En un estudio minucioso realizado por Ng y colaboradores 116 se
determinó la posición más adecuada para la colocación de los electrodos
abdominales y de esta manera obtener una metodología estandarizada para el
estudio selectivo de la actividad contráctil de los diferentes músculos que conforman
la pared antero-lateral del abdomen.
Los electrodos de registro en la EMG abdominal de superficie, pueden estar
realizados por diferentes materiales, siendo los más comúnmente utilizados los de
plata (Ag/AgCl), ya sea por su buena transmisión de señal con bajo ruido, como por
- 47 -
Introducción
ser ampliamente disponibles y económicos. Dichos electrodos se colocan en
contacto con la piel previa utilización de geles abrasivos que reducen la impedancia
electrodo-piel. La impedancia cutánea se puede definir como la resistencia al paso
de una corriente eléctrica por la piel. Una baja impedancia proporciona registros
electromiográficos estables y bajos niveles de ruido.
La distancia interelectrodo, cuando se utiliza un registro electromiográfico bipolar, no
esta estandarizada y cada laboratorio utiliza diferentes posiciones. En el caso de los
músculos de gran tamaño se ha demostrado que no existen diferencias significativas
en la actividad muscular registrada con diferentes distancias interelectrodo
117
y
únicamente se ha recomendado que dichos electrodos estén fijos en la piel para
evitar movimientos o cambios en su disposición que puedan artefactuar la señal. En
la electromiografía de superficie abdominal, el electrocardiograma (ECG) no
presenta una gran influencia y no comporta problemas para el análisis, ya sea
porque la distancia del electrodo al corazón es grande o porque la gran amplitud de
la señal EMG enmascara la interferencia del ECG.
La fuerza de un músculo viene determinada por 2 mecanismos fundamentales, el
reclutamiento de unidades motoras y el aumento de actividad de dichas unidades.
Debido a que la amplitud de la señal electromiográfica depende de ambos
mecanismos, se acepta que la amplitud de la señal es un buen parámetro para
estimar la fuerza de contracción muscular. La amplitud de la señal obtenida
mediante electromiografía se pude estimar mediante el RMS (Root Mean Square) o
AVR (Average Rectified Value), siendo el primero el más ampliamente utilizado. Se
define RMS como la raíz cuadrada de la media del cuadrado de los valores
instantáneos alcanzados durante un período (Fig.11), y se expresa en microvoltios
(µV). Por lo tanto se puede estimar un aumento en la actividad contráctil del músculo
- 48 -
Introducción
cuando se produce un incremento de los valores de RMS respecto de sus valores
iniciales.
Figura 11. Fórmula para el cálculo del Root mean Square (RMS)
√1/n ∑ e
n
RMS=
2
i
i=n
1.7.3. Electromiografía diafragmática.
Desde hace tres décadas, diferentes investigadores han utilizado la
electromiografía transesofágica como un buen método de medición de la actividad
diafragmática
118
. Actualmente con los nuevos sistemas de registro, procesamiento y
filtraje de la señal, se pueden obtener unas mediciones con una alta calidad de la
señal.
Se han descrito 3 métodos para el estudio de la actividad eléctrica del diafragma: a)
mediante electrodos de aguja, b) mediante electrodos de superficie o c) mediante
catéter transesofágico.
Se han utilizado electrodos de aguja en estudios de fisiología diafragmática en
humanos
119, 120
, a pesar de ello, son poco prácticos para estudios clínicos,
fundamentalmente por su invasividad y por el riesgo de presentar complicaciones
(p.ej, neumotórax).
Los estudios que han utilizado electrodos de superficie en la caja torácica permiten
un análisis no invasivo de la actividad electromiográfica pero no están exentos de
desventajas. La medición en superficie se contamina fácilmente con la actividad
- 49 -
Introducción
eléctrica de músculos vecinos, fenómeno denominado ‘cross-talk’, generalmente de
los músculos intercostales y de la pared anterior del abdomen. Asimismo, se han
descrito múltiples posiciones para la configuración de los electrodos de superficie
torácica,
121-123
pero no hay ningún método estándar para dicha colocación.
Finalmente, al colocarse los electrodos en la superficie, el registro electromiográfico
puede afectarse por la capa de grasa subcutánea, reduciendo significativamente la
señal registrada en algunos pacientes.
En contraposición a todo lo anterior, el registro de la actividad eléctrica diafragmática
mediante la utilización de electrodos transesofágicos se encuentra menos afectada
por los fenómenos de ‘cross-talk’ y por el posicionamiento de los electrodos
124
y es
por ello que la mayoría de los laboratorios se han decantado por esta técnica.
El diafragma se divide en dos porciones, crural y costal, y aunque se puedan
diferenciar anatómicamente y funcionalmente, se ha demostrado que la medición de
la actividad muscular de la porción crural, se puede correlacionar con la actividad
global del músculo
125-127
. Ello permite a la EMG transesofágica, que registra la
actividad crural, inferir la actividad global diafragmática.
La EMG diafragmática transesofágica consiste en la medición de la actividad
muscular
diafragmática
circunferenciales
en
mediante
número,
una
tamaño
sonda
y
oral
distancias
provista
de
interelectrodo
electrodos
variables
dependiendo de los diferentes laboratorios. La sonda oral se sitúa a nivel de la unión
gastroesofágica, generalmente mediante control fluoroscópico, siendo en esta
posición donde se obtiene una mejor captación de la señal electromiográfica.
A pesar de ser la técnica más apropiada para el estudio del diafragma, no esta
exenta de focos de interferencia. Uno de los más problemáticos son los referentes al
peristaltismo esofágico o a los movimientos de los electrodos, aunque estos son
- 50 -
Introducción
minimizados mediante la utilización de filtros de paso alto, generalmente fijados a
20-30 Hz. Otro foco de interferencia es la actividad eléctrica del corazón (que se
visualiza como el ECG). Su rango de frecuencias se encuentra dentro del rango del
diafragma, por lo que es difícil de eliminar mediante filtros especiales. De este modo,
se han ideado diferentes metodologías para la sustracción del ECG con una mínima
alteración de la señal electromiográfica original
128, 129
. En la electromiografía
diafragmática, al igual que la abdominal, se utiliza el RMS como una medida de la
amplitud de la señal y consecuentemente, de la contracción muscular del diafragma.
- 51 -
Hipótesis
2. HIPÓTESIS
52
Hipótesis
1) Las paredes musculares de la cavidad abdominal, pared anterior y diafragma, se
adaptan activamente a su contenido, mediante un proceso coordinado de
acomodación abdominal.
2) Esta actividad de acomodación del contenido depende de la posición del cuerpo y
contrarresta fuerzas gravitatorias.
3) Los pacientes con distensión abdominal tienen una alteración del proceso de
acomodación abdominal normal.
.
- 53 -
Hipótesis
3. OBJETIVOS
54
Objetivos
1) Determinar si la actividad de la musculatura anterior del abdomen en respuesta a
los cambios posturales esta afectada en pacientes con distensión abdominal.
2) Determinar los cambios del perímetro abdominal en respuesta a un aumento del
volumen intraabdominal en pacientes con distensión abdominal en relación con
sujetos sanos.
3) Comparar la actividad de la musculatura abdominal anterior en respuesta a un
aumento del volumen intraabdominal, en sujetos sanos y en pacientes con
distensión abdominal.
4) Determinar si existe una coordinación en la respuesta de la musculatura
abdominal anterior y del diafragma a un aumento del volumen intraabdominal en
sujetos sanos.
5) Determinar si esta respuesta abdomino-frénica esta alterada en pacientes con
distensión abdominal.
- 55 -
Publicaciones
Objetivos
4. PUBLICACIONES
56
Publicaciones
Objetivos
4.1.Publicación 1
Autores: Fabrizio Tremolaterra, Albert Villoria, Fernando Azpiroz, Jordi Serra,
Santiago Aguadé y Juan-R. Malagelada.
Título: Alteración de los reflejos viscero-somáticos y distonía de la musculatura
abdominal asociada con la distensión abdominal.
Revista: Gastroenterology 2006; 130: 1062–1068.
Factor impacto: 12,46
Antecedentes y objetivos. La distensión abdominal es un síntoma muy frecuente
en los pacientes con síndrome de intestino irritable (SII), pero no se conoce su
mecanismo subyacente. Nuestro objetivo fue determinar si la pared abdominal juega
un papel en la adaptación a un incremento de volumen intra-abdominal.
Métodos. En 12 pacientes aquejados de distensión abdominal (8 con síndrome de
intestino irritable y 4 con distensión funcional) y en 12 controles sanos, se probó el
efecto de una sobrecarga de gas en el colon (infusión de gas rectal durante 1 hora a
24 ml/min) sobre la percepción (medida por una escala de 0-6), la distensión
abdominal y la actividad muscular abdominal. Se realizó una electromiografía
mediante electrodos bipolares de superficie, situados bilateralmente, en la parte
superior e inferior del recto abdominal y los oblicuos externo e interno, con los
participantes sentados en una silla ergonómica y el tronco erguido.
Resultados. En controles sanos, la sobrecarga de gas en el colon produjo síntomas
subjetivos (puntuación, 3,0±0,3), distensión abdominal objetiva (incremento de
perímetro abdominal, 6,0±1,0 mm) y aumento de la actividad de los músculos
abdominales (actividad oblicuo externo, 11±3 %, p<0.05 vs basal). Tras la
administración del mismo volumen de gas en colon, los pacientes desarrollaron
- 57 -
Publicaciones
Objetivos
significativamente más síntomas (puntuación 4,5±0,4) y distensión abdominal
(11,0±1,0 mm, p<0.05 vs sujetos sanos, para ambos). Las respuestas observadas se
asociaron con una falta de actividad tónica contráctil de la pared abdominal (cambio
en la actividad del oblicuo externo de -1±4 %; p no significativa vs. basal) con una
relajación paradójica del músculo oblicuo interno (reducción de la actividad de 26±7
%; p<0.01 vs basal).
Conclusión. En pacientes con distensión abdominal la percepción y distensión
desarrolladas en respuesta a incrementos de volumen intrabdominal son exageradas
y asociadas con una distonía de la pared abdominal.
- 58 -
GASTROENTEROLOGY 2006;130:1062–1068
Impaired Viscerosomatic Reflexes and Abdominal-Wall Dystony
Associated With Bloating
FABRIZIO TREMOLATERRA,* ALBERT VILLORIA,* FERNANDO AZPIROZ,* JORDI SERRA,*
SANTIAGO AGUADÉ,‡ and JUAN–R. MALAGELADA*
*Digestive System Research Unit, ‡Department of Nuclear Medicine, University Hospital Vall d’Hebron, Autonomous University of Barcelona,
Barcelona, Spain
Background & Aims: Abdominal bloating is a frequent
complaint in irritable bowel syndrome (IBS), but its underlying mechanism remains uncertain. Our aim was to
determine whether the abdominal wall, specifically its
adaptation to intra-abdominal volumes, plays a role.
Methods: In 12 patients complaining of abdominal
bloating (8 IBS and 4 functional bloating) and in 12
healthy controls, the effect of colonic gas load (24 mL/
min rectal gas infusion for 1 hour) on perception (measured by a 0 – 6 scale), abdominal girth, and muscular
activity was tested. With the participants sitting on an
ergonomic chair and the trunk erect, multichannel electromyography was measured via bipolar surface electrodes located over the upper and lower rectus abdominis, and the external and internal oblique bilaterally.
Results: In healthy controls, colonic gas loads produced
subjective symptoms (score, 3.0 ⴞ 0.3), objective abdominal distention (girth increment, 6 ⴞ 1 mm), and
increased the activity of the abdominal muscles (external oblique activity, 11% ⴞ 3% in; P < .05 vs basal). At
the same infused gas volumes, the patients developed
significantly more symptoms (score, 4.5 ⴞ 0.4) and
abdominal distention (11 ⴞ 1 mm; P < .05 vs healthy
for both). These abnormal responses were associated
with failed tonic contraction of the abdominal wall (external oblique activity change, ⴚ1% ⴞ 4%; P value not
significant vs basal) and paradoxic relaxation of the
internal oblique (activity reduction, 26% ⴞ 7%; P < .01
vs basal). Conclusions: In patients with bloating, abdominal perception and distention in response to intra-abdominal volume increments are exaggerated markedly
and associated with muscular dystony of the abdominal
wall.
atients with irritable bowel syndrome (IBS) frequently report a sensation of bloating associated
with other abdominal symptoms and believe that at
times their girth becomes abnormally enlarged. Intestinal hypersensitivity and impaired handling of gut contents have been proposed as mechanisms of their subjective symptoms, but the reason for actual abdominal
distention is more uncertain.1 Several studies have shown
that patients complaining of bloating have impaired
clearance and tolerance of intestinal gas.2– 6 Furthermore,
some studies reported increased abdominal gas in IBS:
the gas surface in plain abdominal radiographs was 28%–
118% larger in IBS patients than in controls.7–9 Considering that the normal volume of intestinal gas is about
200 mL,2,4,6,10,11 the extra volume in patients could elicit
discomfort, but hardly would account for objective abdominal distention. Other studies failed to show increased volumes of intestinal gas in these patients.2,4,6,10,12 In this context, we developed an
alternative hypothesis that would explain the mechanism
of abdominal distention in the absence of a net increment
in intra-abdominal volume. We postulated that distention represents an abnormal response of the abdominal
wall to its content with intra-abdominal redistribution
and anterior displacement.
Hence, we designed an experimental study with 2
aims: (1) to determine whether patients complaining of
bloating develop abnormal abdominal distention in response to a standard volume load, and (2) to show a
potential mechanism for this abnormal response, specifically, abnormal activity of the abdominal muscles. To
these aims, we used a previously validated experimental
model of intestinal gas retention13 to compare girth and
electromyographic responses of the abdominal muscles in
patients with bloating and healthy controls. In this article the term bloating is used for the patient’s belief that
abdominal girth has increased, and abdominal distention is
used to describe an actual change in girth.
P
Abbreviations used in this paper: EMG, electromyography; IBS, irritable bowel syndrome.
© 2006 by the American Gastroenterological Association Institute
0016-5085/06/$32.00
doi:10.1053/j.gastro.2005.12.036
April 2006
BLOATING AND ABDOMINAL–WALL DYSTONY
1063
The appropriate location of the electrodes was checked by
recording EMG responses to maximal voluntary abdominal
contractions (global activation of all muscular components;
Figure 2), responses to sit-ups (preferential activation of upper
and lower rectus abdominis), and responses to rotation of the
trunk at both sides in the erect position (activation of ipsilateral internal and contralateral external oblique).
Colonic Gas Load
Figure 1. Abdominal EMG recording. The EMG activities of various
components of the abdominal wall were measured by means of
bipolar surface electrodes at both sides of the abdomen.
Materials and Methods
Participants
Sixteen patients predominantly complaining of abdominal bloating (12 women, 4 men; age range, 18 –74 years)
and 24 healthy individuals without gastrointestinal complaints (9 women, 7 men; age range, 21– 40 years) were
studied; of these 40 participants, 12 patients and 12 healthy
controls participated in the main study, and the other 16
participated in ancillary studies (see Experimental Design section). On a scale from 0 (none) to 4 (incapacitating), the mean
score of bloating in patients was 2.7 ⫾ 0.1. By using Rome II
criteria, 10 patients were classified as IBS and 6 were classified
as functional bloating.14 The study protocol had been approved
by the Institutional Review Board of the University Hospital
Vall d’Hebron, and all participants gave written informed
consent to participate in the study.
Colonic gaseous filling was performed by a 60-minute
continuous gas infusion at 24 mL/min (1440 mL final volume)
via a balloon catheter (Foley catheter 20 F; Bard, Barcelona,
Spain) introduced into the rectum and hermetically connected
to a modified volumetric pump (Asid Bonz PP 50-300; Lubratronics, Unterschleissheim, Germany). To prevent rectal gas
leaks, the intrarectal balloon was inflated with 5 mL of water.
The gas mixture infused (88% nitrogen, 6.5% carbon dioxide,
and 5.5% oxygen, bubbled into water for saturation) mimicked the partial pressures of venous blood gases to minimize
diffusion across the intestinal-blood barrier.17,18
Measurement of Abdominal Girth Changes
At the beginning of the experiments, a nonstretch belt
was placed over the umbilicus. The overlapping ends of the
belt were adjusted carefully by means of 2 elastic bands so that
the belt constantly adapted to the abdominal wall. Girth
measurements during the study were performed directly by
means of a metric tape fixed to the belt. All measurements
were performed while participants were breathing quietly and
Abdominal Electromyography
Electromyographic (EMG) activity was recorded at 8
different sites corresponding to the upper rectus, external
oblique, lower rectus, and internal oblique at both sides of the
abdomen (Figure 1).15 At each site, EMG activity was recorded
by means of bipolar Ag-AgCl surface electrodes with a diameter of 1 cm (Kendall Arbo Kiddy H207PG/F; Tyco Healthcare, Barcelona, Spain) placed 4 cm apart. An abrasive paste
(Everi; Spes Medica, Battipaglia, Italy) was used to reduce skin
impedance. The electrodes were connected to an EMG recording system (Electromyographic System ASE 16; Prima Biomedical & Sport, Mareno di Piave, Italy). EMG activity was
recorded at 1024 Hz, amplified 20,000 times, and filtered with
a high-pass filter at 30 Hz and a low-pass filter at 500 Hz.16
Figure 2. Example of abdominal EMG activity. A voluntary abdominal
contraction induced a marked increment in the activity of all muscular
components of the abdominal wall.
1064
TREMOLATERRA ET AL
were referenced to the midpoint of respiratory displacements
and by averaging inspiratory and respiratory determinations
over 3 consecutive respiratory excursions. Measurements were
taken at 10-minute intervals without manipulation of the
belt-tape assembly. Previous studies have validated the reproducibility of the measurements19 and the sensitivity of this
method to detect consistently the small variations in girth
induced by various experimental conditions.2–5,13
Perception Measurements
Conscious perception was measured at 10-minute intervals by means of 4 graphic rating scales, each graded from
0 (no perception) to 6 (painful sensation), specifically for
scoring 4 possible abdominal sensations: (1) pressure/bloating,
(2) borborigmi/colicky sensation, (3) stingy sensation, and (4)
other type of sensation (to be specified), respectively. The
questionnaire included an additional scale to score rectal perception, and the one presented to patients also had a tick box
(yes/no) to signal the replicability of customary symptoms. The
location of the perceived sensations was marked on an abdominal diagram divided into 9 regions corresponding to the
epigastrium, periumbilical area, hypogastrium, both hypochondria, flanks, and iliac fossae. Participants were instructed
to report the sensations perceived over the preceding 10minute period in the scales.2,3,20 –22
Procedure
Participants (both patients and healthy controls) were
instructed to eat a low-flatulogenic diet for the 2 preceding
days. After an 8-hour fast the rectal catheter and the abdominal
EMG surface electrodes were positioned (Figure 1). First,
postural changes of the abdominal muscles were studied by
comparing the EMG activity recorded for 20-second periods in
duplicate at 2-minute intervals in supine rest and in the erect
position with the participants relaxed and sitting on an ergonomic chair. Thereafter, the responses to colonic gas loads were
studied with the participants sitting on the ergonomic chair
with the trunk erect, EMG activity was continuously recorded,
first, during a 30-minute basal period, and subsequently,
during 60-minute colonic gas filling.
Ancillary studies. Studies without colonic gas load. To
rule out potential time effects of prolonged erect position on
abdominal-wall activity, abdominal EMG activity was recorded continuously for 90 minutes with the participants
sitting on the ergonomic chair without colonic gas infusion.
Scintigraphic study. To map the intraluminal distribution of the colonic gas load, the gas infused was labeled with
2 mL 133Xe (74 MBq). During the 60-minute gas-infusion
period, anterior and posterior abdominal scans were obtained
simultaneously at 60-second intervals using a dual-head, large
field of view gamma camera with high-energy collimators
(Helix; General Electric-Elscint, Haifa, Israel).
Experimental Design
Twelve patients (9 women, 3 men) and 12 healthy
controls (8 women, 4 men) participated in the main studies
GASTROENTEROLOGY Vol. 130, No. 4
(postural activity and responses to gut distention). Eight additional healthy controls (4 women, 4 men) were studied
without colonic gas infusion. Another 4 patients (3 women, 1
man) and 4 healthy controls (1 woman, 3 men) participated in
the ancillary scintigraphic study.
Data Analysis
Girth changes were referred to girth measurements at
the start of the basal period. The intensity of abdominal
perception was measured by the scores rated in the scales at
each time interval during the study (using the highest score
when more than 1 sensation was rated simultaneously). In each
participant we also counted the number of times each abdominal sensation was scored to calculate the frequency of each
specific sensation.
EMG activity was measured at 10-minute intervals as the
average root mean square voltage23 recorded at each specific
muscle over 2-minute periods and was expressed as the percent
change from basal activity.
Scintigraphic images were analyzed by a region-of-interest
program.22 In each study, 5 regions of interest were defined as
the largest region excluding areas of overlap that encompassed,
respectively, the small bowel, cecum, hepatic flexure, splenic
flexure, and rectosigma. Depth corrections were performed by
calculating the geometric mean of anterior and posterior scans.
The activity measured in each region was divided by its surface
for normalization. The activity in each region was expressed as
the percent of total activity (sum in all 5 regions).
Statistical Analysis
In each group of participants we calculated the mean
values (⫾SE) of the parameters measured. The Kolmogorov–
Smirnov test was used to check the normality of data distribution. Comparisons of parametric, normally distributed data
were performed by the Student t test, paired tests for intragroup comparisons, and unpaired tests for intergroup comparisons; otherwise the Wilcoxon signed-rank test was used for
paired data and the Mann–Whitney U test was used for
unpaired data. The Bonferroni correction was applied for multiple comparisons (right vs left). Correlations of various parameters were performed by linear regression analysis. The
location of sensations over the abdomen and symptom distribution were compared by the ␹2 test. Differences in regional
radioactivity distribution in the scintigraphic images were
compared by the Wilcoxon signed-rank test.
Results
No differences in body weight or height were
found between patients and healthy controls, and abdominal circumference before the start of the study was
similar in both groups (843 ⫾ 43 mm vs 795 ⫾ 20 mm,
respectively; P value not significant). Because no lateral
predominance in abdominal EMG activity was observed,
the right and left activity recorded at each muscular site
was averaged and pooled data are reported. During vol-
April 2006
Figure 3. Postural adaptation. The erect position increased the basal
activity of the internal oblique to a similar level in patients and healthy
controls. □, Patients; ●, healthy controls; *, P ⬍ .05 vs supine.
untary abdominal contractions the EMG activity increased to a level somewhat lower in patients than in
healthy controls, but this difference was statistically significant only for the internal oblique during ipsilateral
rotation of the trunk (55 ⫾ 10 ␮v vs 97 ⫾ 17 ␮v in
healthy controls; P ⬍ .05).
Postural Activity
In the supine position, no differences in basal
activity were observed between patients and healthy
controls (Figure 3). The activity of the internal oblique
significantly increased when the participant adopted the
erect position, and this increment was similar in patients
and healthy controls (Figure 3).
Responses to Gut Distention
Abdominal distention and symptoms. Compared
with healthy controls, standard colonic loads in patients produced significantly more perception (score,
4.5 ⫾ 0.4 vs 3.0 ⫾ 0.3; P ⬍ .05) and objective
abdominal distention (11 ⫾ 1 mm vs 6 ⫾ 1 mm; P ⬍
BLOATING AND ABDOMINAL–WALL DYSTONY
1065
.05). In 53% ⫾ 6% of the occasions during colonic gas
infusion the participants reported more than 1 sensation perceived simultaneously; pressure/bloating, borborigmi/colicky sensation, and stingy sensation were
reported similarly by patients in 89% ⫾ 5%, 54% ⫾
7%, and 20% ⫾ 8% of the occasions, respectively, and
by healthy controls in 90% ⫾ 4%, 54% ⫾ 12%, and
20% ⫾ 8%, respectively. Symptoms were localized in
the abdominal midline over the hypogastrium, periumbilical region, and the epigastrium both in patients
(75% ⫾ 8%, 67% ⫾ 10%, and 41% ⫾ 8%, respectively) and controls (60% ⫾ 10%, 62% ⫾ 10%, and
28% ⫾ 11%, respectively). The extension of the referral area was larger in patients than in healthy
controls, but the differences did not reach statistical
significance (74% ⫾ 7% and 53% ⫾ 2% of symptoms
were referred over more than 2 areas, respectively). In
81% ⫾ 10% of the occasions, sensations were recognized by the patients as their customary complaints.
Muscular activity of the abdominal wall. In
healthy controls the colonic gas load was associated with
a significant increment in EMG activity of all abdominal
muscles but the internal oblique (Figure 4). These EMG
changes were not attributable to time effects of prolonged erect position because no significant increment
was observed in the studies without gas infusion (3% ⫾
4% activity change in the superior rectus, ⫺4% ⫾ 10%
in the inferior rectus, 19% ⫾ 23% in the external
oblique, and ⫺27% ⫾ 9% in the internal oblique). The
response to colonic gas load was impaired markedly in
patients who failed to develop significant increments in
the lower rectus and external oblique and who furthermore showed a significant inhibition of the internal
oblique during colonic gas infusion (Figure 4). Patients
were older than healthy controls, but age did not explain
the differences found because the muscular responses in
the younger half of the patients (ⱕ45 y) were not significantly different than in the older half (⬎45 y). In
patients, the degree of inhibition of the internal oblique
correlated with the increment of abdominal girth (Figure
5), but not with the increment in perception score (r ⫽
0.002; P ⫽ .9).
Colonic gas distribution. The intracolonic gas
distribution through the rectosigma, splenic flexure, hepatic flexure, and cecum was similar in patients (45% ⫾
11%, 18% ⫾ 3%, 24% ⫾ 8%, and 13% ⫾ 8%,
respectively) and healthy controls (50% ⫾ 8%, 17% ⫾
2%, 19% ⫾ 7%, and 14% ⫾ 7%, respectively; P value
was not significant vs patients), without detectable gas
reflux into the small bowel.
1066
TREMOLATERRA ET AL
GASTROENTEROLOGY Vol. 130, No. 4
gated the response of the abdominal muscles to intraabdominal volume increments. First, we were able to
show that healthy controls adapt to intra-abdominal
volume loads by increasing the muscular activity of the
abdominal wall. The EMG response detected probably
reflects a tone increment in the abdominal muscles that
control expansion. This adaptive response likely is mediated by viscerosomatic reflexes, which have been characterized in experimental animal models.24 Interestingly,
we found that patients complaining of bloating show
impaired abdominal contraction in response to colonic
gas loads and even a paradoxic relaxation of the internal
oblique. Our data further show that the decrease in
activity of the internal oblique correlated with increments in girth, suggesting that the faulty response
would favor an exaggerated protrusion of the anterior
abdominal wall in response to standard volume loads.
Previous studies have suggested that patients with
abdominal distention may have weak abdominal mus-
Figure 4. Responses of abdominal muscles to standard intra-abdominal volume load. In healthy controls the volume load induced significant contraction of all abdominal muscles, except the internal
oblique. Patients showed an abnormal adaptive response with impaired contraction of the lower rectus and external oblique, and
paradoxic relaxation of the internal oblique. □, Patients; , healthy
controls; *, P ⬍ .05 vs basal.
Discussion
We have shown that the activity of the abdominal
musculature adapted to intra-abdominal content, that
this modulatory mechanism fails in patients complaining
of bloating, and that the faulty muscular response is
associated with exaggerated abdominal distention in response to intra-abdominal volume loads. These data provide experimental evidence in support of the patients’
claims by showing that they are prone to abdominal
distention caused by abdominal-wall dystony.
We used an experimental model that incorporates a
standard intra-abdominal volume load to determine
whether the girth increment was similar in patients and
healthy controls. Interestingly, the same volume load
produced significantly more abdominal distention in patients with bloating. In the short term, the configuration
of the anterior abdominal wall is determined by the
balance between intra-abdominal forces and the activity
of the various muscular components of the wall.1 Hence,
further testing our working hypothesis, we also investi-
Figure 5. Relationship between relaxation of the internal oblique and
abdominal distention in response to colonic gas load.
April 2006
cles.25 A later study using an EMG recording of the
abdominal wall26 showed no differences in basal activity
either in the erect or supine positions between bloating
patients and healthy controls,26 and the present study
confirms these data. We have shown that the adaptation
of the abdominal wall to posture is similar in patients
and controls, and this change primarily affects the internal oblique, whose function is to counterbalance gravitational forces and provide support for abdominal contents.27 However, when a much more potent contraction
of the internal oblique is elicited by ipsilateral rotation of
the trunk, EMG activity is lower in patients than in
healthy controls. The significance of these data cannot be
ascertained because the maneuvers to activate abdominal
muscles cannot be standardized reliably.
Patients not only showed a faulty adaptation of the
abdominal wall and excessive abdominal distention in
response to the intra-abdominal volume load, but also
reported significantly more abdominal complaints. Of
note, the perceived sensations replicated their customary
symptoms, and most patients described them as abdominal fullness/bloating. The question is: where do these
sensations originate from? The distribution of the gaseous load in the colon was similar in patients and controls. Abdominal perception did not correlate with
changes in abdominal-wall activity. Hence, increased
perception probably was related to the gut hypersensitivity that is characteristic of IBS.21 However, we cannot
rule out that in cases of pronounced distention, the
abdominal wall may contribute to the bloating sensation.
The changes in girth induced by the colonic gas load
in patients (⯝1 cm) were similar to those previously
observed under other experimental conditions2–5,28 but
were relatively small, equivalent to a clinically mild or
even subclinical episode of abdominal distention. Indeed,
the severity of clinical bloating is variable, and our
patients were not at the top of the scale (they scored their
customary bloating as 2.7 on a scale of 0 – 4). The precise
circumstances that trigger the clinically severe episodes
of visible distention have not been well characterized29
and have not been reproduced experimentally in the
laboratory to date.
Several abnormalities have been detected that may
play a role in the development of abdominal distention.
Gas transit studies have shown nicely that patients complaining of bloating have impaired clearance and reduced
tolerance of intraluminal gas loads.2,3 This dysfunction
predominantly affects the small bowel,5 and is related to
abnormal reflex control of gas propulsion.3 Impaired
handling of gut contents may result in segmental pooling and focal gut distention, which may induce abnormal
viscerosomatic reflexes, leading to abdominal distention.
BLOATING AND ABDOMINAL–WALL DYSTONY
1067
On the other hand, subjective symptoms in these patients may originate from the intraluminal stimulus in a
hypersensitive gut and/or from the distended abdominal
wall itself, as discussed earlier. Conscious sensations arising from the gut also could induce abdominal distention
via abnormal behavioral responses. Gas was used in the
present and in previous studies to investigate the pathophysiology of abdominal bloating and distention, but
this does not imply that gas is the offending element;
indeed, other intraluminal components, including chyme
and endogenous secretions, also may induce abnormal
responses and symptoms.
Abdominal bloating probably represents a heterogeneous condition produced by a combination of pathophysiologic mechanisms that may differ among individual patients. The present data add a new perspective to
this puzzle by showing that abnormal viscerosomatic
responses are an important component of the disease
mechanism of distention.
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Received May 19, 2005. Accepted December 14, 2005.
Address requests for reprints to: Fernando Azpiroz, MD, Digestive
System Research Unit, Hospital General Vall d’Hebron, 08035 Barcelona, Spain. e-mail: [email protected]; fax: (34) 93-48944-56.
Present affiliation of F.T.: Gastroenterology Department, Azienda
Ospedaliera Policlinico, Universita Federico II, Naples, Italy.
Supported in part by the Spanish Ministry of Education (Dirección
General de Enseñanza Superior del Ministerio de Educación y Cultura,
BFI 2002-03413), Instituto de Salud Carlos III (grants 02/3036 and
CO3/02), Generalitat de Catalunya (Direcció General de Recerca
1998SGR-00113), and National Institutes of Health (grant DK 57064).
Also supported by a scholarship from the Spanish Ministry of Health
(ISC III 02/3036 to J.S.) and by a scholarship from the Spanish Ministry
of Health (Ayuda para contratos post Formación Sanitaria Especializada, ISC III 300051 to A.V.).
The authors thank Anna Aparici and Maite Casaus for technical
support, and Gloria Santaliestra for secretarial assistance.
Publicaciones
Objetivos
4.2 Publicación 2
Autores: Albert Villoria, Fernando Azpiroz, Alfredo Soldevilla, Frederic Perez, y
Juan-R. Malagelada.
Título: Acomodación abdominal: adaptación coordinada de las paredes abdominales
a su contenido.
Revista: Am J Gastroenterol 2008; 103: 2807–2815.
Factor Impacto: 6,44
Antecedentes y objetivos. Tal y como hemos demostrado en estudios previos, la
infusión de gas en el colon produce un incremento del perímetro abdominal y
modifica la actividad muscular de la pared anterior del abdomen. En base a esto,
nuestra hipótesis fue que la acomodación abdominal a una carga de volumen, es un
proceso activo relacionado con una actividad coordinada de la pared anterior del
abdomen y del diafragma.
Métodos. Para incrementar el volumen intraabdominal en sujetos sanos, se infundió
gas en el colon durante 1 hora (1440 ml). Durante la infusión, se midió el perímetro
abdominal (mediante una cinta métrica), la actividad electromiográfica (EMG) de la
pared anterior del abdomen a través de electrodos de superficie bipolares y la
actividad muscular del diafragma mediante una sonda esofágica que incorporaba 6
electrodos anulares. Tras la realización de estudios de viabilidad (n=12), se midió la
actividad postural (n=6) y las respuestas a la sobrecarga de gas en el colon, tanto en
sujetos en bipedestación (n=8) como en supino (n=8). Finalmente se realizó un
análisis
morfovolumétrico
mediante
tomografía
axial
computerizada
(n=8).
Resultados. Los sujetos en bipedestación presentaron un aumento de la actividad
tónica muscular de la pared anterior abdominal y una disminución de la actividad
- 59 -
Publicaciones
Objetivos
diafragmática con respecto a los sujetos en supino. La infusión de gas en los sujetos
en bipedestación indujo una relajación diafragmática (21±3 %; p<0.05) y una
contracción de la pared anterior (16±4 % incremento de EMG; p<0.05). Por el
contrario en los sujetos en supino, se indujo una contracción de la actividad del
diafragma (16±6 %; p<0.05) mientras que la pared anterior, debido a su ausencia de
actividad tónica, no mostró cambios significativos (3±2 %; p no significativa). La
infusión de gas se asoció con un aumento del perímetro abdominal (7,3±1.0 mm en
los sujetos en bipedestación y 8,6±1,4 mm en los sujetos en supino) y un ascenso
del diafragma (17,3±5,2 mm en supino; p<0,05).
Conclusión. El grado de distensión abdominal producido por el incremento de
volumen intrabadominal viene determinado por una respuesta muscular abdominofrénica dependiente de la postura corporal.
- 60 -
American Journal of Gastroenterology
C 2008 by Am. Coll. of Gastroenterology
Published by Blackwell Publishing
ISSN 0002-9270
doi: 10.1111/j.1572-0241.2008.02141.x
ORIGINAL CONTRIBUTIONS
Functional GI
Abdominal Accommodation: A Coordinated Adaptation
of the Abdominal Wall to Its Content
Albert Villoria, M.D.,1 Fernando Azpiroz, M.D.,1 Alfredo Soldevilla, E.Eng.,2 Frederic Perez, Ph.D.,1
and Juan-Ramon Malagelada, M.D.1
1
Digestive System Research Unit, University Hospital Vall d’Hebron; Centro de Investigación Biomédica en
Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (Ciberehd); Department of Medicine, Autonomous University of
Barcelona, Barcelona, Spain; and 2 Department of Physics, Polytechnic University of Catalonia,
Barcelona, Spain
BACKGROUND:
AND AIM:
We previously showed that colonic gas infusion increases the girth and modifies the muscular
activity of the anterior abdominal wall. We hypothesized that abdominal accommodation to volume
loads is an active process instrumented by the coordinated activity of the anterior wall and the
diaphragm.
METHODS:
To increase intraabdominal volume in healthy subjects, a gas was infused into the colon (1.44 L in
1 h) while measuring girth (by tape measure) and electromyography (EMG) activity of the anterior
wall (via four pairs of surface electrodes) and the diaphragm (via six ring electrodes over an
esophageal tube in the hiatus). After preliminary feasibility studies (N = 12), postural activity
(N = 6) and responses to colonic gas loads, both with the trunk erect (N = 8) and in supine
position (N = 8), were studied. A morphometric analysis was performed by computed tomography,
image analysis (N = 8).
RESULTS:
In the erect position, anterior wall tone was higher and diaphragmatic tone was lower than in the
supine position. With the trunk erect, gas infusion induced diaphragmatic relaxation (by 21 ± 3%;
P < 0.05) and anterior wall contraction (16 ± 4% EMG increment; P < 0.05). By contrast, in the
supine position, it induced diaphragmatic contraction (15 ± 6%, P < 0.05), while the anterior wall,
in the absence of postural tone, showed no change (3 ± 2%, NS). Gas infusion was associated with
girth increase (7.3 ± 1.0 mm with the trunk erect and 8.6 ± 1.4 mm in the supine position) and
diaphragmatic ascent (17.6 ± 5.2 mm; P < 0.05).
CONCLUSION:
The degree of abdominal distension produced by intraabdominal volume increments results from
posture-related abdomino-phrenic muscular responses.
(Am J Gastroenterol 2008;103:2807–2815)
INTRODUCTION
In clinical practice, many patients complain of abdominal distension; however, despite its clinical significance, the mechanisms leading to distension are poorly understood (1, 2).
The intraabdominal volume changes in physiologic conditions and in various disease states, so that the abdomen
behaves as an adaptable reservoir. However, the relationship
between the abdominal walls and its content, whether passive
viscoelastic adaptation or active neuromuscular accommodation, has not been systematically studied.
We recently showed that, in healthy subjects with the
trunk erect, an increment in intraabdominal volume, using
an experimental model of colonic gas infusion, increases
girth and induces muscular contraction of the anterior abdominal wall (3). In patients complaining of abdominal dis-
tension, this contraction is impaired, and with the same
volume load, the girth increase is significantly larger (3).
These preliminary data suggest that the muscular activity
of the anterior abdominal wall in response to intraabdominal
volume increments controls girth: wall contraction prevents
excessive distension. However, from a mechanical viewpoint,
the gas infused must occupy space somewhere; therefore, if
in healthy subjects the anterior wall expands only to a limited
extent, where is the rest of the volume load accommodated?
As opposed to the posterior and pelvic abdominal structures, the diaphragm is a muscular wall that has been primarily
related to the control of chest/lung volumes and respiration,
but that may also participate in the regulation of abdominal
capacity and the accommodation of intraabdominal volume
loads. Hence, we developed an original hypothesis that envisions abdominal accommodation to volume loads as an active
2807
2808
Villoria et al.
process instrumented by the coordinated activity of the two
major muscular components of the abdominal cavity: the anterior wall and the diaphragm. This hypothesis was tested by
a carefully designed series of studies with specific aims, as
follows.
In a first set of feasibility studies, we determined whether
the diaphragm participates actively in the accommodation
process. In a second series of studies using simultaneous
electromyography (EMG) measurements, we correlated the
responses of the anterior abdominal wall and the diaphragm
to colonic gas loads under different conditions. In a third set
of experiments, the morphometric response of the abdominal walls to colonic gas loads was measured using an original
computed tomography (CT) image analysis program recently
developed in our laboratory (4).
MATERIAL AND METHODS
Participants
Forty-two healthy subjects with the following characteristics
were studied: 17 women, 25 men; age (median [range]) 25
(20–37) yr; height 172 (155–190) cm; weight 68 (47–85) kg;
body mass index 24 (18–27) kg/m2 in men and 20 (18–23)
kg/m2 in women; and girth 82 (71–96) cm. The participants
were recruited by public advertising among university students. They had no known disease, were not taking any medication, and had normal bowel habit. Before entry into the
study, the absence of gastrointestinal symptoms was verified
using a standardized abdominal symptoms questionnaire, as
conducted previously by us (3–7). The study protocol was
approved by the institutional review board of the University
Hospital Vall d’Hebron, and all subjects gave their written
informed consent to participate in the study.
EMG of the Abdominal Walls
The muscular activity of the abdominal walls, both of the
diaphragm and of the anterior wall, was recorded by EMG
(Electromyographic System ASE 16; PRIMA Biomedical &
Sport, Mareno di Piave, Italy) at 1,024 Hz, amplified 20,000
times, and filtered with a high-pass filter at 30 Hz and a lowpass filter at 500 Hz (8).
Diaphragmatic EMG activity was measured via intraesophageal electrodes mounted over a probe. The probe consisted of a polyvinyl tube (5 mm outside diameter, 3 mm
inside diameter) with six ring electrodes, 5-mm wide, at
15-mm intervals. The electrodes were made using a pen dispenser for drawing highly conductive silver traces (Conductive Pen; Chemtronics, Leeds, United Kingdom). The electrodes were connected by insulated copper wires (200 µm
in diameter) running through the lumen of the tube to external plugs. After oral intubation, the radio-opaque electrodes
were positioned across the diaphragmatic hiatus under fluoroscopic control with the subjects in the same position as in
the subsequent study (see below). Except in the first set of feasibility studies (see Experimental Design), bipolar EMG activity was recorded from contiguous electrodes. The position
Figure 1. Example of diaphragmatic EMG activity. Inspiratory contractions and marked EMG increment during a Valsalva maneuver
are best recorded in channel 4, fluoroscopically located at the diaphragmatic hiatus.
of the electrodes was rechecked (and adjusted if necessary)
by recording the responses to a Valsalva maneuver (Fig. 1).
Cardiac activity was superimposed on the diaphragmatic
EMG signal: to prevent electrocardiographic artifacts, 0.2-s
intervals were removed from the diaphragmatic EMG signal
around each QRS peak using a specifically developed digital
filter.
The activity of the anterior abdominal wall at the right side
was recorded from bipolar electrodes (Kendall Arbo Kiddy
H207PG/F; Tyco Healthcare, Barcelona, Spain) at four different sites: the upper rectus, external oblique, lower rectus,
and internal oblique of the abdomen (3, 9). The appropriate location of the anterior wall electrodes was checked by
recording EMG responses to sit-ups (preferential activation
of upper and lower rectus) and responses to rotation of the
trunk (activation of ipsilateral internal and contralateral external oblique).
Colonic Gas Load
A gas mixture (88% nitrogen, 6.5% carbon dioxide, and 5.5%
oxygen) mimicking the partial pressures of venous blood
gases (10, 11) was infused into the colon at 24 mL/min for
60 min (final volume 1,440 mL) via a rectal catheter (Foley
catheter, 20-F; Bard, Barcelona, Spain), as described previously (3, 12)
Girth Measurement
The method was previously described in detail (3). Briefly,
a nonstretch belt (48-mm wide) was placed over the umbilicus and fixed to the skin on the back to prevent slipping.
Abdominal Accommodation
The overlapping ends of the belt were adjusted carefully by
two elastic bands so that the belt constantly adapted to the
abdominal wall. Girth measurements during the study were
taken directly with a metric tape measure fixed to the belt. The
measurements were taken at 10-min intervals without manipulation of the belt-tape assembly. Previous studies validated
the reproducibility of the measurements and the sensitivity
of this method to consistently detect the small variations in
girth induced by various experimental conditions (3, 5, 6,
12–14).
Perception Measurement
Abdominal perception was measured by graphic rating scales
graded from 0 (no perception) to 6 (painful sensation). Independent scales were used for scoring: (a) pressure/bloating,
(b) cramp/rumbling sensation, (c) puncture/stinging sensation, and (d) other type of sensation (to be specified). The
location of the sensations (epigastrium, periumbilical area,
hypogastrium, both hypochondria, flanks, and iliac fossae)
was marked on an abdominal diagram. During the study,
the participants, previously instructed, were asked to score
the sensations perceived during the preceding 10-min period
(one or more sensations simultaneously) on the scales. This
method has been extensively used and previously validated
in detail (3, 7, 12, 13, 15).
Procedure
To prevent excessive colonic fermentation and gas formation,
the participants were instructed to follow a diet excluding
legumes, vegetables, garlic, onions, nuts, cereals, whole-meal
bread, and fizzy drinks during the 2 days prior to the study.
The night before the study, they were permitted a light dinner.
Meat, fish, eggs, rice, pasta, and/or white bread were allowed,
whereas dairy products, salad, fruit, and alcoholic beverages
were prohibited (3, 7). The participants were instructed to fast
for 8 h before the study. After the preparatory procedures, a
10-min equilibration period was allowed. Perception, girth,
and EMG activity were measured during a 20-min basal period and during a 60-min colonic gas filling. The studies were
performed with the participants lying supine on a hospital bed
or sitting with the trunk erect on an ergonomic chair (3, 16,
17). The back of the chair was adjusted to the lumbar area
to fix the curvature of the spine. Valsalva maneuvers were
performed at the beginning of each experiment.
Experimental Design
FEASIBILITY STUDIES. In a first set of studies, the diaphragmatic response to colonic gas infusion was assessed
in a group of subjects (N = 8; 2 women and 6 men) sitting with
the trunk erect on the ergonomic chair. In these studies, 15
bipolar combinations were recorded from the six intraluminal
electrodes to determine the effect of interelectrode distance
and position on diaphragmatic EMG recording. Fluoroscopic
imaging of the upper abdomen (BV25; Philips, Eindhoven,
The Netherlands) was performed before and after colonic
gas infusion in the same position (trunk erect) as during the
2809
experiment, and paper prints were obtained for a later morphometric analysis (see Data Analysis). In four additional
healthy subjects (2 women and 2 men), the diaphragmatic
EMG activity was measured following the same protocol,
but without colonic gas infusion, to rule out potential time
effects of a prolonged erect position.
RESPONSES TO COLONIC GAS LOADS. In a second
set of studies, combined recordings of the anterior wall and
the diaphragm in response to colonic gas load were taken
in the supine position (N = 8; 1 woman and 7 men) and with
the trunk erect (N = 8; 4 women and 4 men); each subject
was studied in only one position.
POSTURAL ACTIVITY. The effect of posture and gravity
on the abdominal walls was evaluated in an additional group
of subjects (N = 6; 4 women and 2 men) by recording the
anterior wall and diaphragmatic EMG activity with the trunk
erect and in the supine position.
ABDOMINAL IMAGING. In a separate study set (N = 8;
4 women and 4 men), the morphometric response of the abdominal walls to colonic gas infusion was investigated. CT
scans were obtained in the supine position before and after colonic gas infusion of the same volume load as in the
main experiments. Abdominal CT scans were obtained with
a helical multislice CT scanner (Mx8000; Philips Medical
Systems, Best, The Netherlands) with the following specifications: exposure of 120 kV and 50 mAs, 2.5-mm section
thickness, reconstruction at 1.6-mm intervals, 1.5 pitch ratio,
and 512 × 512 acquisition matrix (4).
Data Analysis
LOCATION OF THE DIAPHRAGMATIC HIATUS. To detect putative displacements of the diaphragmatic hiatus over
the recording electrodes during the study, EMG recording of
tidal respiration was measured at each recording lead (root
mean square voltage averaged over a 30-s period) at the beginning and end of each experiment (3, 18).
RESPONSES TO COLONIC GAS LOAD. The changes in
the girth were referenced to girth measurements at the start of
the basal period. The intensity of abdominal perception was
measured by the scores rated on the scales at each time interval during the study (using the highest score when more than
one sensation was simultaneously rated). The EMG activity
was measured at 10-min intervals as the root mean square
voltage (3, 18) averaged over 1-min periods. The diaphragmatic activity was measured at each recording lead, and the
activity recorded by the best two channels was averaged.
POSTURAL ACTIVITY. In each position (trunk erect and
supine), the diaphragmatic and the anterior wall EMG activity
were measured as the root mean square voltage averaged over
30-s periods.
2810
Villoria et al.
MORPHOMETRIC ANALYSIS. In the fluoroscopic images taken before and after colonic gas infusion (see feasibility studies), the position of the diaphragm was determined
by measuring the distance in the vertical axis from the left diaphragmatic dome to an external radio-opaque marker fixed
on the skin over T10 . In each subject, the length measurements
were referenced to the mean value of the vertebral bodies depicted in the fluoroscopic print, as we did previously (16).
Abdominal CT image analysis was performed using a software program developed in our laboratory (4). In each scan,
the abdominal girth and the position of the diaphragmatic
domes were measured. The girth was measured by averaging
the perimeter of the abdominal surface measured in 10 axial
slices 4 mm apart, starting tangentially to the iliac crest in
the cephalic direction. At each site, the girth was measured
as the length of a polyline (series of connected segments)
following the body contour. The position of the diaphragm
was measured as the distance (in the vertical axis) between
the left diaphragmatic dome and the line connecting the ileac
crests. These measurements were expressed as an absolute
value (in cm) and were also referenced to the mean value
of the three contiguous vertebral bodies, following the same
method as for the fluoroscopic measurements. Lumbar lordosis was measured in the sagittal plane as the angle between
lines perpendicular to the cranial end-plate of L1 and the
caudal end-plate of L5 (4, 19).
Statistical Analysis
The sample size was calculated based on previous data (3),
anticipating a 20% EMG activity change, with a power of
80% and a significance level of 5% (2-sided). In each subject, the parameters measured during the last 20 min of the
colonic gas infusion were averaged, and the grand mean values in the group of subjects (± standard error [SE]) were
calculated. The Kolmogorov-Smirnov test was used to check
the normality of data distribution. Intragroup comparisons
were made by a paired analysis, for example, postural activity, and intergroup comparisons by an unpaired analysis, for
example, responses to colonic gas loads with the trunk erect
versus the supine position. Parametric normally distributed
data were compared by Student’s t-test for paired or unpaired
data; otherwise, the Wilcoxon signed-rank test was used for
paired data, and the Mann-Whitney U-test for unpaired data.
Correlations of paired parameters were performed by a linear regression analysis. A univariate linear regression analysis was used to predict gender effects on abdominal and
diaphragmatic EMG activity. The location of sensations over
the abdomen and the symptom distribution were compared
by the χ 2 test. A P value < 0.05 was considered significant
for all statistical analyses.
RESULTS
Reliability of Diaphragmatic EMG Recording
Recordings from multiple bipolar combinations indicated
that an interelectrode distance of 1 cm (contiguous electrodes)
Figure 2. Diaphragmatic EMG recording of a Valsalva maneuver.
The activity at the best recording lead (∗; N = 16 in upright position) and at the adjacent ones was averaged (± SE). Note declining
activity in cranial and caudal direction.
provided the best EMG recordings of respiratory activity and
of the responses to Valsalva maneuver and colonic gas infusion. The response to gas infusion recorded with 2.5-cm,
4-cm, 5.5-cm, and 7-cm interelectrode distances was 9%,
19%, 42%, and 74%, respectively, lower than that recorded
with 1-cm interelectrode distance.
EMG activity recorded at contiguous leads showed that
both tidal respiration and the response to a Valsalva maneuver were best detected at one channel (strongest signal); in
each subject, we determined the channel that best recorded
the diaphragmatic signal: in the leads located cranially and
caudally to this site, the recording signal became weaker
(Fig. 2).
The location of the strongest signal (best recording site)
was the same for tidal respiration and the Valsalva maneuver,
and did not change from the beginning to the end of the
experiment (Fig. 3).
With the trunk erect, colonic gas infusion was associated
with inhibition of the diaphragmatic activity. Significant inhibition was already achieved with 480 mL (20-min infusion)
and increased up to 21 ± 3% (mean during the last 20-min
infusion period; N = 16; see below). The diaphragmatic response to colonic gas infusion was best recorded at the same
site as the Valsalva maneuver and respiration (Fig. 3), and
this response was also progressively blurred both in cranial
and caudal directions (the response to gas infusion recorded
in 1 cm oral and 1 cm caudal directions was 59% and 62%,
respectively, lower than that at the best recording site).
The diaphragmatic response to colonic gas loads was
similar, regardless of whether diaphragmatic activity was
recorded alone in the feasibility studies (8.5 ± 0.8 µV vs
10.6 ± 1.0 µV basal; P < 0.01; N = 8) or concomitantly
with anterior wall recording in the studies measuring the response to colonic gas load with the trunk erect (8.4 ± 0.3
µV vs 11.1 ± 0.8 µV basal; P < 0.01; N = 8). These EMG
changes were not attributable to the time effects of a prolonged erect position as no significant increase was observed
in the studies without colonic gas infusion (9.5 ± 0.4 µV
Abdominal Accommodation
Figure 3. Best diaphragmatic EMG recording site. Individual location of the strongest diaphragmatic EMG signal (N = 16 in upright
position) in response to: Valsalva maneuver (A), respiration at the
beginning (B), and end of the experiment (C), and location of the
most pronounced inhibition induced by colonic gas infusion (D).
Note minimal displacement of the diaphragmatic hiatus.
at the beginning and 9.7 ± 0.3 µV at the end of the study;
N = 4).
Postural Activity
In the erect position, anterior wall tone was higher and
diaphragmatic tone was lower than in the supine position
(Table 1). Indeed, in the erect position, the internal oblique
of the anterior abdominal wall showed prominent antigravitational activity compared with the supine position. Similar,
but markedly smaller, differences were observed in the upper rectus, lower rectus, and external oblique. By contrast, the
diaphragm exerted antigravitational activity in the supine position, and the diaphragmatic EMG activity was significantly
higher than in the erect position.
Colonic Gas Load Tolerance
The colonic gas load was well tolerated by all subjects except
three in the feasibility studies who requested discontinuation
after 50 min of gas infusion. In the remaining experiments, all
subjects completed the procedure. Colonic gas infusion inTable 1. Postural Activity of the Anterior Abdominal Wall and the
Diaphragm
EMG Activity, µV
Upper rectus
Lower rectus
External oblique
Internal oblique
Diaphragm
Supine
10.3 ± 1.5
3.5 ± 0.6
8.6 ± 0.9
4.1 ± 0.5
12.0 ± 1.7
Upright
Difference
12.2 ± 1.8 1.8 ± 0.6
4.7 ± 1.0 1.2 ± 1.0
10.4 ± 1.1 1.8 ± 0.7
16.7 ± 3.2 12.6 ± 3.2
10.2 ± 1.1 −1.8 ± 0.7
P Value
0.035
0.293
0.058
0.010
0.045
Paired data (mean ± SE) in 6 subjects.
Note contraction (EMG increase) of the anterior abdominal wall, particularly the internal oblique, and relaxation of the diaphragm (EMG decrease) in upright versus supine
position.
2811
duced abdominal sensations that were described (pooled data;
N = 24) as pressure/bloating (60 ± 5%), cramp/rumbling
sensation (32 ± 5%), and puncture/stinging sensation (8 ±
3%). Perception was already significant with 480 mL of gas
infused (20 min), and the intensity increased during the infusion period (Figs. 4 and 5). The sensations were referred
predominantly to the abdominal midline over the hypogastrium (83 ± 6%), the periumbilical region (89 ± 5%), and
the epigastrium (64 ± 7%). The type and referral pattern
of the sensations did not differ in the two postures tested. By
the end of the infusion period (average of the last 20 min),
abdominal perception in the feasibility study involving only
diaphragmatic EMG recording (3.1 ± 0.5 score; N = 8) was
similar to the study groups involving both diaphragmatic and
anterior wall recording either with the trunk erect (2.8 ± 0.4
score; N = 8) or in the supine position (3.5 ± 0.4 score;
N = 8).
Colonic gas administration produced an increase in girth
that was already significant with 240 mL (10-min infusion).
During abdominal accommodation of the gas load, girth increased progressively (Figs. 4 and 5). The magnitude of the
increment (average of the last 20 min of infusion vs basal)
was similar in the erect position (8.5 ± 0.8 mm in the feasibility study with diaphragmatic recording alone, and 7.3 ±
1.0 mm in the experiment with combined anterior wall and
diaphragmatic EMG recording; N = 8 each) and in the supine
position (8.6 ± 1.4 mm; N = 8).
Abdomino-Phrenic Response to the Gas Load With the
Trunk Erect (N = 8)
During colonic gas infusion, the diaphragm relaxed, while
the activity of the anterior abdominal wall increased (Fig. 4).
Specifically, the gas load was associated with an EMG increment in the upper rectus (by 12 ± 4%; P < 0.01), lower rectus
(by 22 ± 6%; P < 0.01), and external oblique (by 15 ± 3%;
P < 0.01), whereas no significant change was detected in the
internal oblique (–0.4 ± 0.7% change; P = 0.26), which was
already contracted due to its postural activity. The global increase in the anterior wall in response to colonic gas infusion
(excluding the internal oblique) was already significant with
the 240 mL gas infusion (10 min) and increased up to 16 ±
4% (mean of the last 20 min infusion period). The changes in
the EMG activity occurred progressively during the infusion
period, and the diaphragmatic inhibition correlated with the
anterior wall contraction (R = 0.89; P < 0.01).
Abdomino-Phrenic Response to the Gas Load in the
Supine Position (N = 8)
In contrast to the erect position, the activity of the diaphragm
in the supine position progressively increased in response to
colonic gas infusion (by 15 ± 6%; P < 0.05) (Fig. 5). In the
supine position, the basal activity of the anterior abdominal
wall was low (no antigravitational activity), and no relaxation in response to colonic gas was detected (3 ± 2% global
change, 4 ± 3% upper rectus, 6 ± 4% lower rectus, 2 ± 3%
external oblique, and –6 ± 7% internal oblique; NS for all).
2812
Villoria et al.
Figure 4. Responses to colonic gas infusion in erect position
(N = 8). Intraabdominal volume increment induced diaphragmatic
relaxation, anterior wall contraction, abdominal distension, and perception of abdominal sensations (see text). Global activity of the
anterior abdominal wall was calculated by averaging the activity
recorded in the upper rectus, lower rectus, and external oblique.
Perception intensity was measured as the score of the predominant
sensation (see text). ∗ P < 0.05.
Figure 5. Responses to colonic gas infusion in the supine position
(N = 8). In contrast to the erect position, the diaphragm contracted
without changes in anterior wall activity. In the supine position, abdominal distension and perception of abdominal sensations were
similar to the erect position. Global activity of the anterior abdominal wall was calculated by averaging the activity recorded in the
upper rectus, lower rectus, and external oblique. Perception intensity
was measured as the score of the predominant sensation (see text).
∗
P < 0.05.
Abdominal Accommodation
2813
Effect of Gender and Size
No gender differences in the abdominal EMG activity, diaphragmatic EMG activity, or abdominal girth increase in
response to the colonic gas load were observed. The correlation between the resting abdominal girth and the girth increase produced by the colonic gas load was low (R = 0.36;
P = 0.09).
DISCUSSION
Figure 6. Abdominal CT imaging before and after colonic gas infusion. Note abdominal gas increment associated with cranial displacement of the diaphragm.
Abdominal Accommodation: Morphometric Data
The fluoroscopic paper prints showed a significant cranial
displacement of the diaphragm in response to the colonic
gas load in the erect position that corresponded to 0.5 ± 0.2
mean vertebral height (P < 0.05 vs basal; N = 8). CT imaging
analysis showed that gas infusion in the supine position produced 17.5 ± 5.2-mm cranial displacement of the diaphragm
(corresponding to 0.6 ± 0.2 mean vertebral height) associated with 11.6 ± 4.3-mm girth increase (P < 0.05 for both;
N = 8) (Fig. 6); no changes in lumbar lordosis were detected.
Hence, accommodation of the gas load involved adaptation
both of the anterior wall and the diaphragm (Fig. 7).
Figure 7. Summary of results. The colonic gas load displaced both
the anterior wall (girth increment) and the diaphragm (cranial displacement). This effect was similar in the erect and supine positions, independently of gravitational influences, owing to posturespecific abdomino-phrenic responses: in the erect position, adaptive
diaphragmatic relaxation (yellow arrow) and compensatory anterior
wall contraction (red arrow); in the supine position, compensatory
diaphragmatic contraction (red arrow) without change in anterior
wall activity due to the lack of basal tone (passive adaptation).
Our data indicate that abdominal accommodation to volume
loads involves a metered displacement of the anterior abdominal wall and diaphragm, which results from the changes in
the activity of both muscular structures. The degree of muscular responses depends on the specific antigravitational role
of the anterior wall and diaphragm, which varies according
to posture.
The muscles in the abdominal walls exhibit postural activity. In particular, in the upright position, the internal oblique
exerts antigravitational activity, that is, contracts to counteract gravitational forces and support abdominal contents. In
this position, the diaphragmatic domes are located at the top
of the abdominal cavity without gravitational load. With the
trunk erect, an extra volume load was associated with inhibition of the diaphragmatic activity and muscular activation of
the anterior wall. The changes in electromyographic activity
conceivably reflect the variations in muscle tone. Specifically,
a reduced diaphragmatic activity reflects an adaptive relaxation, which allows cranial expansion of the abdominal cavity,
as shown by the displacement of the diaphragmatic domes detected by fluoroscopy and CT imaging. This was not the only
mechanism of volume accommodation as, during colonic gas
infusion, the anterior wall displaced ventrally and the girth
increased. However, this was associated with an increased
activity of the anterior abdominal muscles, which probably
reflects a compensatory contraction to counterbalance the
extra load and control girth increment, thereby preventing
excessive abdominal distension. Conceivably, the key to abdominal accommodation is the coordination of these metered
muscular responses: in the upright position, a considerable
volume load produced a relatively small increase in girth, as
the muscles in the anterior abdominal wall contracted and the
diaphragm relaxed.
The importance of abdomino-phrenic coordination became apparent when responses to volume loads in the erect
position were compared with those when supine. We acknowledge that ideally these comparisons should have been
based on paired data from repeat studies; however, to reduce
discomfort, each subject was studied in only one position.
In the supine position, the anterior abdominal wall is at the
top without detectable basal activity, while the diaphragm
exerts antigravitational contraction to support the weight of
the viscera. Responses to volume loads in this situation are
analogous to those in the erect position: the muscle with antigravitational activity, in this case the diaphragm, contracts to
2814
Villoria et al.
limit cranial expansion, while the anterior abdominal wall has
a permissive role in accommodation and remains inactive. As
a result of this posture-dependent coordination, girth increment, and hence, intraabdominal distribution of the volume
load in the supine position are similar to the trunk erect.
Colonic gas loads elicited volume-related responses of the
abdominal walls; however, the trigger zone of this accommodation remains uncertain. We previously showed that in
healthy subjects, gas loads are better tolerated in the large
bowel than in the poorly compliant small bowel (12). Despite the greater stimulation of gut receptors in the latter,
the girth increase was similar in both conditions, suggesting
that in healthy subjects, the trigger for the adaptive response
may lie in the abdominal walls rather than in the gut (12).
The volume-related muscular responses could be mediated
by reflex mechanisms; however, colonic gas infusion also
produced volume-related conscious sensation, and hence, a
cortical link and a behavioral component may also be involved in the viscerosomatic response.
We used an experimental model, which produced relatively
large and rapid changes in intraabdominal volume, specifically designed to mimic the clinical conditions of bloating. These patients frequently report a rapid onset of visible
abdominal distension (20–22). Using CT-based volumetric
analysis, we recently showed that in some of these patients,
particularly those with intestinal dysmotility, bloating is associated with a marked increment in intraabdominal volume
(1.4 ± 0.4 L) and high amounts of intestinal gas (1.1 ± 0.5
L) located mainly in the colon (23). Gas overload was used as
a challenge test as it is better tolerated than liquids and permits a wider load range to be tested. Of note, the responses
rapidly became apparent and significant with relatively low
volume loads comparable with that of bladder or rectal
content. Hence, it seems likely that the abdominal accommodation phenomena described here are a common physiological event. Furthermore, considerable increments in intraabdominal volume may occur after ingestion of large-volume
meals, which also involve a series of postprandial phenomena
such as gas production by duodenal acid-alkaline reactions
and colonic fermentation, particularly prominent in subjects
with highly flatulogenic flora, gastrointestinal secretions, increased visceral blood supply, and urine formation, all adding
up to a total intraabdominal volume conceivably larger than
the gas load tested (24).
Reliable electromyographic recording of the diaphragmatic activity proved to be a challenging task that involved
original technical developments and a long series of preliminary studies testing different arrays of electrodes. The final
probe with multiple ring electrodes permitted serial bipolar recordings over a 7.5-cm segment located across the diaphragmatic hiatus. With this array, we observed that the
position of the crura diaphragmatica did not change with respect to the electrodes during the experiment and was not
affected either by the depth of breathing or by the abdominal volume load: the change induced by a Valsalva maneuver
(forced diaphragmatic contraction) was best detected at the
same site as tidal respiration and as the response to colonic
gas infusion. These data indicate that significant movement of
the diaphragmatic domes is associated with a relatively small
displacement of the diaphragmatic hiatus not detectable with
the interelectrode distance of our probe.
We have put forward an original concept and produced experimental evidence in support of a mechanistic model that
may help to explain the origin of distension. In fact, abdominal girth may not only depend on the intraabdominal volume,
but also depend on the muscular activity of the anterior abdominal wall and the diaphragm.
ACKNOWLEDGMENTS
Supported in part by the Spanish Ministry of Education (Dirección General de Investigación, SAF 2006–03907) and
European Community (project OASIS, QLRT-2001–00218).
Ciberehd is funded by the Instituto de Salud Carlos III. Dr.
Villoria was supported by a scholarship from the Spanish
Ministry of Health (Ayuda para contratos post Formación
Sanitaria Especializada, ISC III 03/00051). The authors thank
Prof. R. Merletti and Dr. A. Bottin for help in setting up the
electromyography system; Maite Casaus and Anna Aparici
for technical support; Christine O’Hara for the English editing of the manuscript; and Gloria Santaliestra for secretarial
assistance.
STUDY HIGHLIGHTS
What Is Current Knowledge
r
r
The anterior abdominal wall adapts to intraabdominal
volume increments.
Abnormal adaptation results in excessive abdominal
distension.
What Is New Here
r
r
r
The diaphragm also participates in abdominal accommodation to volume loads.
The accommodation involves a metered displacement
and changes in muscular activity of both the anterior
wall and the diaphragm.
The degree of abdomino-phrenic muscular responses
varies according to posture and their specific antigravitational role.
Reprint requests and correspondence: Fernando Azpiroz, M.D.,
Digestive System Research Unit, Hospital General Vall d’Hebron,
Autonomous University of Barcelona, 08035 Barcelona, Spain.
Received April 25, 2008; accepted July 8, 2008.
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CONFLICT OF INTEREST
Guarantor of the article: Fernando Azpiroz, M.D.
Specific author contributions: Albert Villoria: study management, conduction of experiments, and data analysis;
Fernando Azpiroz: study design, data interpretation, and
manuscript preparation; Alfredo Soldevilla: adaptation of the
EMG system; Frederic Perez: CT-based morphovolumetric
analysis; and Juan-Ramon Malagelada: study design, data
interpretation, and manuscript revision.
Financial support: Supported in part by the Spanish Ministry of Education (Dirección General de Investigación, SAF
2006–03907) and European Community (project OASIS,
QLRT-2001–00218). Ciberehd is funded by the Instituto de
Salud Carlos III. Dr. Villoria was supported by a scholarship
from the Spanish Ministry of Health (Ayuda para contratos
post-Formación Sanitaria Especializada, ISC III 03/00051).
Potential competing interests: None.
Publicaciones
Objetivos
4.3 Publicación 3
Autores: Albert Villoria, Fernando Azpiroz, Emanuel Burri, Daniel Cisternas,
Alfredo Soldevilla y Juan-R. Malagelada.
Título: Disinergia abdomino-frénica en pacientes con distensión abdominal.
Revista: Am J Gastroenterol 2010, en prensa.
Antecedentes y objetivos. Se ha demostrado que el abdomen tiene capacidad
para acomodar incrementos de volumen intraabdominal. Los pacientes que refieren
distensión abdominal tienen una acomodación anormal de la pared anterior del
abdomen (contracción deficiente y protusión excesiva) al someterles a una
sobrecarga de gas en colon. Sin embargo, estudios mediante técnicas de imagen
han demostrado en pacientes con trastornos funcionales intestinales un descenso
significativo del diafragma durante los episodios de distensión espontánea. El
objetivo del presente estudio fue establecer el papel del diafragma en la distensión
abdominal.
Métodos. En 20 pacientes afectos de distensión abdominal (15 con síndrome
intestino irritable tipo estreñimiento y 5 con distensión funcional) y 15 sujetos sanos,
se aumentó el volumen de la cavidad abdominal mediante una sobrecarga de gas
en el colon (24 ml / minuto de infusión de gas rectal durante 1 h) y se midió el
perímetro abdominal (con una cinta métrica) y la actividad electromiográfica de los
músculos anteriores del abdomen (mediante 4 pares de electrodos de superficie) y
del diafragma (mediante 6 electrodos anulares montados sobre una sonda localizada
en el hiato esofágico).
- 61 -
Publicaciones
Objetivos
Resultados. En sujetos sanos la sobrecarga de gas en el colon produjo un aumento
en el perímetro abdominal (un 7,8±0,8 mm), una relajación del diafragma
(disminución de la actividad muscular en un 16±3 %) y un aumento del tono de la
pared anterior del abdomen (11±3 %). Con el mismo volumen de gas, los pacientes
desarrollaron una distensión abdominal significativamente mayor (incremento del
perímetro de 10,6±0,7 mm, p<0,05 vs sanos), y esto se asoció con una contracción
paradójica del diafragma (aumento de la actividad del 35±11 %, p <0,05 vs sanos) y
una relajación del músculo oblicuo interno (un 29±7 %, p<0,05 vs sanos).
Conclusión. En este modelo experimental de provocación, la distensión abdominal
en pacientes esta relacionada con una contracción paradójica del diafragma
asociada a la relajación de la pared anterior.
- 62 -
ABDOMINO-PHRENIC DYSSYNERGIA IN PATIENTS
WITH ABDOMINAL BLOATING AND DISTENSION
Short title: Abdomino-phrenic dyssynergia
Albert Villoria, M.D. 1, Fernando Azpiroz, M.D. 1, Emanuel Burri 1,3, M.D., Daniel
Cisternas, M.D. 1,4, Alfredo Soldevilla, E.Eng. 2, and Juan-R. Malagelada, M.D. 1
1. Digestive System Research Unit, University Hospital Vall d'Hebron; Centro
de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y
Digestivas (Ciberehd); Department of Medicine, Autonomous University of
Barcelona, Barcelona, Spain.
2. Department of Physics, Polytechnic University of Catalonia, Barcelona,
Spain.
3. Division of Gastroenterology and Hepatology, University Hospital, Basel,
Switzerland.
4. Departamento de Gastroenterología. Facultad de Medicina. Pontificia
Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile.
Acknowledgments
Supported in part by the Spanish Ministry of Education (Dirección General de
Investigación,
SAF
2009-07416),
and
Fundació
La
Marató
TV3
(MARATV3_072010. Ciberehd is funded by the Instituto de Salud Carlos III. Dr.
Villoria was supported by a scholarship from the Spanish Ministry of Health (Ayuda
para contratos post Formación Sanitaria Especializada, ISC III 03/00051). Dr.
Burri was supported by grants from the Freiwillige Akademische Gesellschaft
(Basel, Switzerland) and the Gottfried und Julia Bangerter-Rhyner-Stiftung
(Bern,.Switzerland). Dr Cisternas was supported by grants from Comisión
Nacional de Investigación Científica y Tecnológica-Gobierno de Chile and from
Pontificia Universidad Católica de Chile. The authors thank Prof. R Merletti and Dr.
A Bottin for help in setting up the electromyography system; Maite Casaus and
Anna Aparici for technical support; Christine O’Hara for English editing of the
manuscript; and Gloria Santaliestra for secretarial assistance.
Abbreviations: EMG, electromyography; IBS, irritable bowel syndrome
Word count: 2299
Corresponding author:
Fernando Azpiroz, M.D.
Digestive System Research Unit
Hospital General Vall d'Hebron
08035-Barcelona, Spain
Phone: (34) 93 274 62 22
Fax: (34) 93 489 44 56
E-mail: azpiroz.fernando@gmail,com
Villoria
2
ABSTRACT
BACKGROUND & AIM. It has been shown that he abdomen normally
accommodates intraabdominal volume increments, modelled by colonic gas
infusion. Patients complaining of abdominal distension have an abnormal
accommodation of the anterior abdominal wall to colonic gas loads (defective
contraction and excessive protrusion). However, abdominal imaging demonstrated
significant diaphragmatic descent during spontaneous episodes of bloating in
patients with functional gut disorders. Our aim was to establish the role of the
diaphragm in abdominal distension. METHODS. In 20 patients complaining of
abdominal bloating (15 IBS-C and 5 functional bloating) and 15 healthy subjects,
the volume of the abdominal cavity was increased by a colonic gas load (24
ml/min rectal gas infusion for 1 h), while abdominal girth (by a tape measure), and
electromyographic activity of the anterior abdominal muscles (via 4 pairs of
surface electrodes) and of the diaphragm (via 6 ring electrodes over a probe
positioned at the esophageal hiatus) were measured. RESULTS. In healthy
subjects, the colonic gas load increased girth (by 7.8±0.8 mm), relaxed the
diaphragm (activity decreased by 16±3 %) and increased anterior wall tone (by
11±3 %). With the same gas load, patients developed significantly more abdominal
distension (10.6±0.7 mm girth increment), and this was associated with
paradoxical contraction of the diaphragm (activity increased by 35±11 %) and
relaxation of the internal oblique (by 29±7 %; p<0.05 vs health for all).
CONCLUSION. In this experimental provocation model, abnormal accommodation
of the diaphragm is involved in abdominal distension, although a causal
relationship in clinical bloating cannot be demonstrated.
Villoria
3
Key words: abdominal distension, abdominal bloating, intestinal gas, abdominal
volume, viscero-somatic reflexes, intestinal distension, visceral perception,
diaphragm, abdominal muscles, electromyography, irritable bowel syndrome,
functional bloating.
Villoria
4
Abdominal bloating: definition
Abdominal bloating has been reported as one of the most cumbersome
complaints in various functional gut disorders, but despite its clinical relevance, its
pathophysiology and management are still poorly defined (1;2). To complicate
matters, the term bloating is unprecise. When defined as subjective sensation of
abdominal distension, bloating is associated with a real girth increment (3).
However, the term bloating has been also defined as “sensation of increased
abdominal pressure” (1), and using this definition the relation of bloating to
distension is weaker, particularly in patients with diarrhea-predominant IBS or in
those with visceral hypersensitivity (4;5). In this report the term bloating is used as
the sensation of abdominal distension.
Abdominal accommodation: a new physiological concept
The volume of the abdominal cavity exhibits physiological variations, and a
recent study demonstrated that the abdominal wall actively adapt to its content (6):
an increase in intra-abdominal volume, modelled by colonic gas infusion, modified
the muscular activity the anterior abdominal wall and the diaphragm resulting in a
metered girth increment, regardless of body posture. The volume-response
relation is not influenced by the gas infusion rate.
In the upright position, the internal oblique exerts anti-gravitational activity,
i.e. it contracts to counteract gravitational forces and support abdominal contents
(6;7). In this position, colonic gas infusion is associated with a contraction of
anterior wall muscles that are not already contracted due to postural activity, i.e. all
but the internal oblique. This muscular response of the anterior abdominal wall to
Villoria
5
the extra load probably reflects a compensatory contraction to control girth
increment and prevent excessive abdominal distension.
In the upright position, the diaphragmatic domes are located at the top of
the abdominal cavity without gravitational load, and in healthy subjects an intraabdominal volume increment is associated with diaphragmatic activity inhibition
(6). Abdominal CT imaging showed that diaphragmatic activity inhibition reflects an
adaptive relaxation, which allows cranial expansion of the abdominal cavity to
accommodate the extra volume load (6). While the domes move, the
diaphragmatic pillars and the hiatus, where the electromyographic activity is
measured, are fixed without detectable displacement over a series of contiguous
electrodes at 15 mm intervals (see Figure 1) (6).
These
data
on
abdomino-phrenic
coordination
during
abdominal
accommodation suggested the possibility that abdominal distension might be
related to abnormal activity of the abdominal wall.
Abnormal accommodation in patients with bloating
Using the same experimental model, it was shown that patients complaining
of abdominal distension develop a paradoxical relaxation of the anterior wall in
response to colonic gas infusion, and with the same volume loads, their girth
increase was significantly larger than in healthy subjects (7). These data
suggested that abdominal distension is related to abnormal control of the anterior
abdominal wall.
Patients with functional bloating characteristically report that the bloating
sensation fluctuates. Using an original technique for morpho-volumetric analysis of
the abdomen (8) a recent study compared abdominal CT scans taken during basal
Villoria
6
conditions with absent or mild bloating sensation and during an episode of
spontaneous bloating (3). As compared to basal, anterior wall protrusion during
bloating was associated with significant diaphragmatic descent (3), but it remains
uncertain whether the diaphragmatic descent is just an epiphenomenon following
anterior wall relaxation and caudoventral displacement of contents or whether the
diaphragm actively contracts, pushing intraabdominal contents against the anterior
wall. This issue is highly relevant, because if diaphragmatic contraction were
implicated, it would establish a role for chest activity in the pathogenesis of
distension in patients with functional bloating.
Does the diaphragm play a role in abdominal distension ?
To determine the functional role of the diaphragm in abdominal distension
we designed a study comparing the responses to a provocation model of
abdominal distension in a group of healthy subjects and a group of patients with
functional gut disorders complaining of abdominal distension.
Study methods and design
Participants. The study was conducted in a new set of 15 healthy subjects and 20
consecutive patients primarily complaining of abdominal bloating, defined as the
subjective sensation of abdominal distension [2.4±0.2 score (mean±SE) on a 0-4
scale], that were classified as IBS with constipation (n=15) or functional bloating
(n=5), according to the Rome III criteria (Table 1). Sample size was calculated
based on previous data on the diaphragmatic response to colonic gas infusion (6),
anticipating a 15% difference between groups (patients versus healthy subjects)
with 80 % power and a significance level of 5 % (two-sided). The study protocol
Villoria
7
was approved by the Institutional Review Board of the University Hospital Vall
d’Hebron, and all subjects gave their written informed consent to participate in the
study.
Provocation stimulus and measurements. Abdominal distension was induced by
the same provocative stimulus-response test used in previous studies and that has
been described in detail (6). In brief, the volume of the abdominal cavity was
increased by a colonic gas load (24 ml/min rectal gas infusion for 1 h), while
abdominal sensations (by 0-6 perception scales), abdominal girth (by a tape
measure), and electromyographic activity of the anterior abdominal muscles (via 4
pairs of surface electrodes) and of the diaphragm (via 6 ring electrodes over a
probe positioned at the esophageal hiatus) were measured (Figure 1).
Experimental procedure and design. As previously described, participants were
instructed to follow a low flatulogenic diet during the 2 days prior to the study and
fasted for 8 hours before the study (6;7;9). To note, the subjects were studied
sitting on an ergonomic chair with the trunk erect. The back of the chair was
adjusted to the lumbar area to fix the curvature of the spine. After 10 min
equilibration, the measurements were performed during a 20-min basal period
and, subsequently, during 60 min of colonic gas filling (Figure 1). Valsalva
maneuvers were performed at the beginning of each experiment.
Data analysis. Results were analyzed as previously described (6). Previous data
showed that colonic gas infusion induces different responses in anterior abdominal
muscle activity in healthy subjects and in patients with bloating: in the former, the
upper rectus, lower rectus and external oblique contract without changes in the
internal oblique which is already contracted in the erect position due to its anti-
Villoria
8
gravitational activity; by contrast the patients exhibit no significant contraction, but
paradoxical relaxation of the internal oblique muscle (6;7). Hence, in the present
study the response of the anterior wall to the gas load was evaluated by two
parameters: activity of the internal oblique and average response of the upper
rectus, lower rectus and external oblique muscles. Owing to technical problems,
the recordings of the diaphragm in two patients and one healthy subject were not
valid for analysis; the anterior wall recordings were not valid in six patients and in
one healthy subject. Results are presented as mean (or grand mean) values
(±SE). The relation between paired parameters during colonic gas infusion was
evaluated by linear regression measuring the slope in each subject, and then
comparing the slopes between patients and healthy subjects.
Results
Basal measurements
No differences were detected between patients and healthy subjects in
basal girth (Table 1) or in diaphragmatic and anterior wall responses to the
Valsalva maneuver.
Perception and abdominal distension in response to gas load
Twenty-seven subjects tolerated the 60-min gas infusion test and
completed the procedure; 1 healthy subject and 5 patients
requested
discontinuation of the study after 50 min of gas infusion and 2 patients after 40
min.
In healthy subjects, colonic gas infusion induced conscious perception and
the intensity of the sensation increased during the infusion period (Figure 2).
Villoria
9
Colonic gas infusion also produced a progressive increase in abdominal girth
(Figure 2).
In patients colonic loads produced significantly more perception and greater
abdominal distension than healthy subjects: the differences from the basal level
(average in the last 20 min of infusion minus basal) were 4.4±0.2 vs 3.2±0.3
perception score (p=0.003) and 10.6±0.7 mm vs 7.8±0.8 mm girth increment
(p=0.02) (Figure 2). The relation between gas volume load and perception
(measured by the slope of linear regression) was different in patients than in
healthy subjects (2.6±0.2 vs 1.8±0.2 slope respectively; p=0.016). A similar
differences was observed for the relation between gas load and girth increment
(7.7±0.5 vs 5.4±0.7 slope respectively; p=0.008). On 92±6 % of occasions,
sensations were recognized by the patients as their ussual complaints.
Abdomino-phrenic response to the gas load
Overall response can be summarized as follows: in healthy subjects, the
diaphragm relaxed during colonic gas infusion, while activity of the anterior
abdominal wall increased; by contrast, patients exhibited a paradoxical abdominophrenic response with diaphragmatic contraction and anterior wall relaxation
(Figure 3). The precise responses of the diaphragm and anterior wall are
described below.
Responses of the diaphragm. In healthy subjects, colonic gas infusion with
the trunk erect was associated with inhibition of diaphragmatic activity (Figures 3
and 4). In contrast, colonic gas infusion in patients was associated with
progressive contraction of the diaphragm (Figures 3 and 4). The diaphragmatic
Villoria
10
response (change in EMG activity) was related to the change in girth; however, the
relation (measured by the slope of linear regression) was different in patients than
in healthy subjects (4.4±1.8 vs -2.4±0.8 slope respectively; p=0.003).
Responses of the anterior abdominal wall. In healthy subjects, the colonic
gas load was associated with a global EMG increment in the upper rectus, lower
rectus and external oblique, whereas no significant change was detected in the
internal oblique (Figures 3 and 4), which was already contracted due to its postural
activity. Changes in abdominal EMG activity occurred progressively during the
infusion period. The anterior wall contraction correlated with the diaphragmatic
inhibition (r=0.55; p=0.03). In patients, the anterior wall response was markedly
impaired, and developed significant inhibition of the internal oblique, without a
significant contractile response in the rest of the anterior wall muscles (Figures 3
and 4). The degree of inhibition of the internal oblique muscle in patients
correlated with the diaphragmatic contraction (r=0.51; p=0.07) and with the
increment in abdominal girth (r=0.52; p=0.05).
Effect of size, gender and age
No significant correlation between the resting abdominal girth and the girth
increase produced by the colonic gas load was found either in patients (r=0.35;
p=0.17) or in healthy subjects (r=0.37; p=0.23). Size, gender or age could not
explain the differences found between patients and healthy subjects.
Comment
These results suggest that abnormal diaphragmatic activity has a key role in
the genesis of abdominal distension in patients with functional gut disorders.
Villoria
11
Indeed, in contrast to healthy subjects, patients who complain of abdominal
bloating exhibited distorted accommodation to volume loads: the diaphragm
showed a paradoxical contraction, while the anterior wall muscles failed to
contract, and even the internal oblique, which was already contracted, relaxed. In
contrast to the normal synergy of the anterior wall and the diaphragm in healthy
subjects (6), the response in patients can be described as abdomino-phrenic
dyssynergia, However, these data on its own do not clarify whether the
paradoxical contraction of the diaphragm or the faulty contraction of the anterior
wall were the primers to distension.
Overall interpretation
The morpho-volumetric changes previously demonstrated by CT imaging
during bloating versus basal conditions (diaphragmatic descent and anterior wall
protrusion) (3) are in accordance with the functional data of the present study in a
different set of patients (diaphragmatic contraction and anterior wall relaxation),
and moreover, help to interpret the role of the diaphragm in abdominal distension.
Abdominal imaging was performed in supine position, in which abdominal wall
mechanics and postural activity differ from when the trunk is erect as in the
present study (6). Indeed, in the supine position, the anterior abdominal wall is at
the top without detectable basal activity, while the diaphragm exerts antigravitational contraction to support the weight of the viscera (6). In healthy
subjects, an increase in intra-abdominal contents in this position induces a
compensatory contraction of the diaphragm that controls cranial expansion, while
the anterior abdominal wall plays a permissive role and remains inactive (6). Since
the anterior abdominal wall exerts no basal activity in supine position, it could not
Villoria
12
possibly relax, leaving the contraction of the diaphragm as the driving force for the
caudoventral abdominal displacement and excessive anterior wall protrusion
detected in patients during bloating (3). Hence, a possible interpretation of these
data considered altogether is that the anterior wall protrusion during bloating is
produced by an abnormal contraction of the diaphragm.
Previous validation studies in healthy subjects have shown that the
diaphragmatic
inhibition
during
colonic
gas
infusion
is
associated
with
diaphragmatic ascent measured by CT imaging (6), but we do not have direct
proof that the paradoxical contraction of the diaphragm in patients results in
reduced cranial expansion. Interestingly, the increment in girth experimentally
provoked in the present study was similar to that measured by CT during episodes
of spontaneous bloating (14±2 mm increment from basal conditions) (3). Abnormal
abdomino-phrenic adaptation to intraabdominal content in patients with bloating
may be a behavioural response, analogous to aerophagia or rumination. The faulty
response may be triggered by uncomfortable abdominal sensations. Indeed, it has
been consistently shown that patients with bloating have impaired transit of
intestinal gas (9-11). Given the characteristic intestinal hypersensitivity in these
patients (12-14), even modest retention may induce symptoms and distension.
Indeed, the amount of intestinal gas measured during spontaneous bloating was
relatively small (3). Conceivably, other factors such as meals, fatigue or stress,
either independently or in conjunction, may also contribute to trigger the abnormal
response in real-life distension (1;2).
Villoria
13
Conclusion and potential implication
The data presented above, considered altogether, indicate that abdominal
distension in patients complaining of bloating is associated with abnormal activity
of the diaphragm. This concept opens a new treatment strategy for this difficult
condition. In analogy to abdomino-perineal dyssynergia in patients with functional
outlet obstruction (15), correction of the inappropriate diaphragmatic contraction by
bio-feedback treatment (16) may prevent the unpleasant anterior abdominal
protrusion that most bloaters focus on, as their central clinical symptom.
Villoria
14
CONFLICT OF INTEREST
A. Guarantor of the paper: Fernando Azpiroz
B. Authors’ contribution to the paper:
•
Albert Villoria: study management, conduction of experiments, and
data analysis
•
Fernando Azpiroz: study design, data interpretation, and manuscript
preparation
•
Emanuel Burri: conduction of experiments
•
Daniel Cisternas: conduction of experiments
•
Alfredo Soldevilla: development of recording system
•
Juan-R
Malagelada:
study
design,
data
interpretation,
and
manuscript revision
C. Financial Support: supported in part by the Spanish Ministry of Education
(Dirección General de Investigación, SAF 2009-07416), and Fundació La
Marató TV3 (MARATV3_072010. Ciberehd is funded by the Instituto de
Salud Carlos III. Dr. Villoria was supported by a scholarship from the
Spanish Ministry of Health (Ayuda para contratos post Formación Sanitaria
Especializada, ISC III 03/00051). Dr. Burri was supported by grants from
the Freiwillige Akademische Gesellschaft (Basel, Switzerland) and the
Gottfried und Julia Bangerter-Rhyner-Stiftung (Bern,.Switzerland). Dr
Cisternas
was
supported
by
grants
from
Comisión
Nacional
de
Investigación Científica y Tecnológica-Gobierno de Chile and from
Pontificia Universidad Católica de Chile.
D. Competing Interest: none
Villoria
15
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Villoria
TABLE 1. Demographic data
patients
healthy subjects
19/1
7/8
age, years *
45 (25-64)
24 (22-35)
height, cm *
160 (151-172)
173 (157-190)
weight, Kg *
57 (50-90)
66 (53-85)
23 (18.5-33.0)
22 (18.3-29.3)
87 (73-122)
85 (75-100)
sex, M/F
body mass index, Kgm2 *
girth, cm *
* Data are median (range)
17
Villoria
18
FIGURE LEGENDS
Figure 1.
Experimental procedure. The volume of the abdominal cavity was
increased by a colonic gas load, while measuring the responses of
the anterior wall and the diaphragm by electromyography.
Figure 2.
Abdominal perception and distension in response to the intracolonic
gas load. Both responses were significantly larger in patients than in
healthy subjects. Data are mean±SE of values averaged over 20 min
periods; * p<0.05 vs health comparing data averaged over the last 20
min in each study. Arrows signal when changes became significant
versus basal (p<0.05 vs basal).
Figure 3.
Electromyographic activity of the abdominal walls during colonic gas
infusion. In healthy subjects, the activity of the diaphragm decreased,
and the activity of the anterior muscles (upper rectus, lower rectus
and external oblique) increased, without changes in the internal
oblique. By contrast, patients exhibited a progressive activation of the
diaphragm and inhibition of the internal oblique. Data are mean±SE
of values averaged over 20 min periods; * p<0.05 vs health
comparing data averaged over the last 20 min in each study. Arrows
signal when changes became significant versus basal (p<0.05 vs
basal).
Villoria
Figure 4.
19
Distorted abdominal accommodation in patients with bloating. Note
paradoxical contraction of the diaphragm, relaxation of the internal
oblique and impaired contraction of the other anterior muscles (upper
rectus, lower rectus and external oblique). Data are mean±SE of
delta values (average of last 20 min minus basal in each study).
Figure 1
EMG
Basal Gas infusion (24 ml/h)
60 min
Figure 2
6
perception, score
*
0
girth increment, mm
14
*
0
basal
20
40
infusion period, min
patients
health
60
Figure 3
20
*
Diaphragm
µV
8
12
Anterior
muscles
(UR, LR, EO)
µV
*
6
14
Internal
oblique
µV
*
5
basal
20
40
60
gas infusion, min
patients
health
Figure 4
Diaphragm
Anterior muscles
(UR, LR, EO)
*
EMG change, %
50
Internal oblique
*
*
*
- 50
p < 0.001
patients
p = 0.04
health
p = 0.09
*
p <0.05 vs. basal
Discusión
5. DISCUSIÓN
63
Discusión
La distensión abdominal es una alteración clínica frecuente en la población general y
en especial en los pacientes afectos de trastornos funcionales digestivos donde se
manifiesta de una manera más intensa
uno de los síntomas más molestos
significativa de la calidad de vida
5, 16
12
9, 11
. En estos pacientes, se ha descrito como
y es por ello que condiciona una alteración
y una gran demanda asistencial. A pesar de su
importancia clínica, no se conocen los mecanismos fisiopatológicos responsables de
la distensión abdominal.
El problema se complica porque la propia definición de distensión abdominal es
confusa, ya que engloba a dos grupos de pacientes, aquellos con sensación de
distensión acompañada de un incremento real del perímetro abdominal y aquellos
con sensación de distensión pero sin un aumento objetivo del perímetro abdominal.
Los pacientes que refieren exclusivamente sensación de presión o hinchazón sin
objetivarse distensión abdominal, presentan con más frecuencia intestino irritable
tipo diarrea o hipersensibilidad visceral. Por el contrario, aquellos pacientes en los
que se demuestra una distensión real, presentan una tendencia a referir síntomas
compatibles con intestino irritable con predominio de estreñimiento19. Los pacientes
estudiados en esta tesis pertenecen a este último grupo, en el que su distensión
abdominal se acompaña de un incremento evidente y de forma progresiva del
perímetro abdominal.
Acomodación abdominal: un nuevo concepto fisiológico.
El volumen de la cavidad abdominal presenta variaciones fisiológicas en repuesta a
la ingesta de alimentos, el llenado vesical o la evacuación rectal. Nuestros datos
indican que cuando se realiza un incremento del volumen abdominal de forma
experimental en sujetos sanos mediante la infusión de gas en el intestino, las
- 64 -
Discusión
paredes abdominales responden de forma coordinada con cambios en la actividad
muscular que modulan el grado de aumento del perímetro abdominal, de forma que
el aumento de cintura es independiente de la posición del sujeto y no esta
influenciada por la tasa de infusión de gas.
Inicialmente estudiamos los cambios que se producen en las paredes musculares
con el cambio de postura. El paso de supino a bipedestación en todos los sujetos
estudiados (sanos y pacientes), provocó una gran activación del músculo oblicuo
interno, mientras que el resto de músculos de la pared abdominal anterior
permanecieron sin variaciones significativas. Esta activación del músculo oblicuo
interno con el cambio de postura demuestra su importancia en contrarrestar la fuerza
de la gravedad y sostener las vísceras abdominales.
Una vez conocida la actividad postural de la musculatura abdominal, valoramos la
respuesta de los diferentes músculos de la pared anterior del abdomen, mediante
una prueba provocativa, en la que infundimos un volumen de gas en el colon. El
incremento del volumen abdominal en sujetos sanos con el tronco en posición
erecta, se acompañó de un incremento significativo de la actividad muscular en
todos los músculos de la pared anterior del abdomen excepto el oblicuo interno, que
en esta posición ya esta normalmente contraído debido a su actividad postural. Esta
respuesta muscular de la pared anterior del abdomen al incremento de volumen
intrabdominal, refleja una contracción muscular compensatoria que controla el
incremento del perímetro abdominal y previene una distensión excesiva.
El diafragma tiene una gran importancia en la conformación de la cavidad
abdominal, ya que junto con la pared anterior del abdomen son las dos estructuras
móviles de la cavidad abdominal. En bipedestación, el diafragma se encuentra en la
parte superior de la cavidad abdominal y no recibe influencias gravitacionales. En
- 65 -
Discusión
sujetos sanos la infusión de gas en cólon indujo una disminución progresiva de la
actividad muscular diafragmática. Esta inhibición de la actividad muscular, se asoció
con un desplazamiento craneal del diafragma que objetivamos tanto mediante
estudio fluoroscópico como por tomografía abdominal computerizada. De esta
manera, la inhibición diafragmática, refleja una relajación adaptativa que permite una
expansión craneal de la cavidad abdominal para acomodar el volumen extra de gas.
Es importante destacar que, a pesar de observar un desplazamiento craneal de la
cúpula del diafragma, esta no se acompaña de un movimiento en el hiato esofágico
ni en los pilares del diafragma crural. Esto es importante para poder valorar con
fiabilidad los cambios observados en la actividad eléctrica diafragmática.
Cuando se realizó el mismo estudio con los sujetos en supino, la pared anterior del
abdomen se encontraba en la parte superior de la cavidad abdominal sin presentar
actividad basal, mientras que el diafragma presentó un aumento de actividad, para
contrarrestar las fuerzas gravitatorias y contener el paquete abdominal. La respuesta
a la infusión de gas intestinal fue análoga a la que se produjo con el tronco erecto, el
músculo con actividad antigravitatoria, en este caso el diafragma, se contrajo para
limitar la expansión craneal del abdomen, mientras que la pared anterior del
abdomen ejerció un papel permisivo en la acomodación abdominal sin aumentar su
actividad eléctrica.
Estos datos sobre coordinación abdomino-frénica en la acomodación abdominal
abren la posibilidad que la distensión abdominal esté relacionada con una alteración
en la actividad de la musculatura de las paredes abdominales.
- 66 -
Discusión
Acomodación anormal en pacientes con distensión abdominal
Utilizando el mismo modelo experimental que en sujetos sanos, observamos como
los pacientes con distensión abdominal presentaron una relajación paradójica del
músculo oblicuo interno durante la infusión de gas en el intestino, acompañada de
un incremento del perímetro abdominal significativamente mayor que en sujetos
sanos. Estos datos sugieren que la distensión abdominal se relaciona con una
alteración muscular de la pared anterior del abdomen.
Recientemente se ha publicado un estudio
79
en el que se realizó una medición del
volumen de gas intestinal utilizando una técnica original de análisis morfovolumétrico de la cavidad abdominal mediante tomografía axial computerizada. Se
estudió a pacientes afectos de distensión abdominal en dos situaciones distintas: en
condiciones basales sin distensión o con distensión mínima, y durante un episodio
de distensión severa. En comparación con la situación basal, cuando el paciente
presentó sensación de distensión, ésta se acompañó de una protusión de la pared
anterior del abdomen asociada a un descenso del diafragma. Sin embargo, en este
estudio no quedó claro si el descenso del diafragma es un epifenómeno producido
por la relajación de la pared anterior del abdomen y por el desplazamiento caudoventral del contenido abdominal o si, por el contrario, el descenso del diafragma es
consecuencia de una contracción activa que desplaza el contenido abdominal y
favorece la distensión abdominal. Este hecho es de gran importancia, ya que una
activación del diafragma implicaría la participación del tórax en el mecanismo que
genera la distensión abdominal.
- 67 -
Discusión
Papel del diafragma en la distensión abdominal
Para determinar el papel del diafragma en la distensión abdominal, se compararon
las respuestas en un modelo provocativo en sujetos sanos y en pacientes con
distensión. A diferencia de los sujetos sanos, los pacientes presentaron una
alteración de la acomodación: el diafragma presentó una contracción paradójica,
mientras que la musculatura anterior del abdomen no se contrajo, e incluso el
músculo oblicuo interno, que estaba previamente contraído, presentó una relajación
progresiva. Por lo tanto, contrariamente a la acomodación normal de los sujetos
sanos, los pacientes presentaron una disinergia abdomino-frénica. Sin embargo,
estos datos por si solos no son suficientes para determinar si la contracción del
diafragma o la relajación de la musculatura abdominal, son los causantes primarios
de la distensión.
Es
interesante
observar
como
los
datos
de
nuestro
estudio
mediante
electromiografía abdominal y diafragmática, son concordantes con los reflejados en
el estudio del análisis morfo-volumétrico mediante tomografía axial computarizada
en pacientes con distensión abdominal
79
. Además este estudio ayuda a interpretar
mejor el papel que ejercen las paredes abdominales en la distensión abdominal.
Por los condicionantes técnicos, las imágenes abdominales tomadas mediante la
tomografía axial computarizada en los sujetos sanos y en los pacientes, se
realizaron en supino. En esta posición, la pared anterior del abdomen se encuentra
en la parte superior de la cavidad abdominal sin mostrar actividad eléctrica, mientras
que el diafragma, por su posición, se contrae para contrarrestar las fuerzas
gravitatorias y sostener las vísceras abdominales. En sujetos sanos estudiados en
supino, el aumento del volumen intrabdominal mediante la infusión de gas, se
acompañó de un incremento progresivo de la actividad eléctrica del diafragma
- 68 -
Discusión
(contracción) mientras que la pared anterior del abdomen tuvo un papel permisivo y
permaneció inactiva. Como la pared anterior del abdomen en supino no presenta
actividad, no puede relajarse y por lo tanto la contracción del diafragma sería la
fuerza que produce el desplazamiento caudo-ventral y la excesiva protusión
abdominal que presentan los pacientes con distensión abdominal.
La disinergia abdomino-frénica que observamos tras el aumento del volumen
intrabdominal en los pacientes con distensión abdominal puede ser producida por
una respuesta conductual, equiparable a la rumiación o a la aerofagia. Esta
respuesta alterada puede ser desencadenada por una sensación de molestia
abdominal. Estudios independientes han demostrado que este tipo de pacientes con
distensión abdominal presentan una alteración del transito intestinal de gas
45
, que
puede condicionar un cierto grado de retención de gas. También se ha demostrado
que estos pacientes presentan una hipersensibilidad visceral, de forma que una
distensión focal, incluso leve, producida por pequeñas acumulaciones de contenido
intestinal, puede inducir una sensación de molestia abdominal y desencadenar la
distensión.
En nuestros trabajos hemos estudiado el gas como elemento desencadenante, pero
posiblemente otros factores como la alimentación, la fatiga o el estrés, ya sea
independientemente o en conjunto, también puede contribuir a desencadenar la
respuesta anormal y distensión abdominal en la vida real.
Considerados en conjunto, los trabajos de esta tesis indican que el incremento del
perímetro abdominal en los pacientes afectos de distensión abdominal se asocia con
una actividad anormal del diafragma y la pared anterior del abdomen. En analogía
con la disinergia abdomino-perineal observada en pacientes con estreñimiento por
- 69 -
Discusión
obstrucción funcional durante la maniobra defecatoria, la corrección de la
contracción del diafragma mediante bio-feedback, podría ser una posibilidad
terapéutica para corregir la distensión abdominal.
- 70 -
Conclusiones
Objetivos
6. CONCLUSIONES
71
Conclusiones
1) La actividad de la musculatura anterior del abdomen en respuesta a los cambios
posturales, es similar en sujetos sanos y en pacientes con distensión abdominal.
2) Los pacientes que manifiestan distensión abdominal presentan un aumento
excesivo del perímetro abdominal tras una sobrecarga de volumen intestinal.
3) El aumento del perímetro abdominal en pacientes con síndrome de intestino
irritable que manifiestan distensión abdominal, se debe a una respuesta anormal de
la musculatura de la pared anterior del abdomen, en concreto una relajación
paradójica del músculo oblicuo interno.
4) El aumento del volumen intraabdominal induce una respuesta coordinada de las
paredes abdominales (diafragma y pared abdominal anterior).
5) Esta respuesta tiene una función antigravitatoria y depende de la posición del
cuerpo: en bipedestación se produce una contracción de la pared anterior y
relajación diafragmática; mientras que en supino se produce una relajación de la
pared anterior y contracción diafragmática.
6) El aumento del perímetro abdominal en pacientes con síndrome de intestino
irritable que manifiestan distensión abdominal, se debe a una respuesta anormal de
la musculatura de las paredes abdominales, contracción del diafragma y relajación
del músculo oblicuo interno, que describimos como disinergia abdomino-frénica.
- 72 -
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