(6¡^ CONSIDERACIONES La altura de la espina CRÍTICAS ilíaca SOBRE ANTROPOMETRÍA antero-superior 675 no nos parece medida acreedora al calificativo de esencial que se le da en la hoja antropométrica adoptada en el Congreso de Ginebra. Considerada como carácter general, tiene indudablemente menos valor antropométrico que las alturas del ombligo y de la mama, medidas calificadas de facultativas ó secundarias ( i ) , y menos también quizá que algunas otras no incluidas en dichas hojas ni como esenciales ni como accesorias. Y en cuanto á la determinación del vértice de la espina, aunque en general más fácil que la del borde superior del pubis, ofrece también sus dificultades, que naturalmente no escaparon á la perspicacia de los sabios •asistentes á aquel Congreso, puesto que aconsejan (como lo hicieron al definir el punto pubiano), «en caso de dificultad para encontrar aquel punto, seguir el ligamento de Poupart hasta su punto de.inserción, que es precisamente la espina buscada». Mas ordinariamente será cuando menos tan difícil, á nuestro parecer, seguir aquel ligamento hasta su inserción, como buscar directamente la espina, siguiendo el borde superior de la cresta ilíaca; y cuando este medio fracase, probablemente no dará el otro mejores resultados. Nuestra opinión, por consiguiente, difiere mucho respecto de la importancia antropométrica de este punto de la sustentada por la citada Comisión, pues ésta la considera como esencial, mientras á nosotros nos parece tan secundaria, que no merece conservarse en los registros de medidas generales, si bien puede figurar en los especiales destinados al estudio de la pelvis en que tiene positiva importancia, como la tienen otras muchas no incluidas en los cánones oficiales. Aunque, como en otra ocasión hemos dicho, no nos propone- »(altura del pubis y de la apófisis espinosa de la quinta vertebra lumbar, rés»pectivamente), por una construcción geométrica elemental». Mas es de creer que, ya por distracción del sabio antropólogo español, ya por error de imprenta, han debido omitirse algunos datos; pues no se comprende cómo con sólo la diferencia de altura sobre el suelo de dos puntos, de los cuales sólo el superior corresponde á uno de los planos límites del segmento pelviano, pueda construirse geométricamente una figura que represente la altura y la inclinación de la pelvis. (1) Hoyos y Sáinz (Luis), Reseña citada, pág. 478. Memorias de la E e a l Sociedad española de Historia natura], tomo vil, 1913. 43