ESPINA Llevo clavada una espina En lo profundo de mi pecho. La espina hiera hasta el alma, Pero camino derecho. Derecho, porque no sepas Lo mucho que por ti peno. Soberbia no es la palabra, Es sólo que tengo miedo. Miedo, cuando estás presente Y me caliento en tu fuego. Miedo, si lejos te encuentras Y yo sumido en el hielo. Hielo, fuego, pasión viva Anudan un lazo eterno. La espina sigue clavada, Sacarla puedo y no quiero. Felipe Santos, padrecito salesiano