La mayoría silenciosa empieza a hablar

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EL MUNDO. DOMINGO 19 DE ENERO DE 2014
Impreso por Miguel Font Rosselló. Prohibida su reproducción.
ILLES BALEARS
La mayoría silenciosa empieza a hablar
SIN PREJUICIOS
JOAN FONT
ROSSELLÓ
DECÍA HACE poco Francesc de Carreras en
un formidable artículo (Cataluña: la espiral del
silencio, El País, 30-12-2003) que el sentimiento separatista había crecido en Cataluña porque la pedagogía del odio –lanzada desde los
medios, la escuela, las instituciones de la sociedad civil como el Barça y la mayoría de partidos– había terminado haciendo mella en el ciudadano de a pie. El intelectual catalán apuntaba además a un factor que siempre suele
olvidarse y al que se refería como «la espiral
del silencio», un término acuñado por la socióloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann.
«¿En qué consiste tal fenómeno? Consiste en
que un punto de vista llega a dominar la escena pública cuando los demás —aunque en el
punto de partida fueran mayoritarios— enmudecen. En efecto, ganan aquellos que tienen
«energía, entusiasmo, ganas de expresar y
exhibir sus convicciones» y pierden quienes callan. En la naturaleza humana hay «una inclinación a formar parte del bando vencedor, nadie quiere quedar aislado» (Cataluña: la espiral
del silencio). Dicho de otro modo, la mayoría
de individuos cambian de opinión no tanto por
la fuerza de los argumentos racionales como
por la amenaza a sentirse solos y excluidos.
John Stuart Mill se refería a ello como la «tiranía de la mayoría», un fenómeno que puede
observarse fácilmente en cualquier reunión
donde la voz discrepante suele enmudecer ante el peso de la opinión mayoritaria, y no tanto
porque le convenza lo que piensa la mayoría
como por el miedo a sentirse aislado y la comodidad de pasar desapercibido. No hay más que
recordar la amnesia colectiva que se apoderó
de los alemanes tras caer el régimen nazi. Nadie ya se sentía partidario de Hitler.
La reflexión de Francesc de Carreras no
puede ser más oportuna a la hora de analizar
algunas de las consecuencias más inesperadas que ha traído consigo el conflicto educativo en Baleares. A fin de cuentas, las batallas
de los lacitos cuatribarrados y el TIL –y lo que
te rondaré morena– no son más que las sucesivas tentativas de nuestros quintacolumnistas catalanes –instalados en su mayoría en el
búnker educativo balear– de trasladar la confrontación social que ya se está viviendo en
Cataluña a las Islas, con todas las consecuencias que se derivan para la convivencia social.
De ahí, las injerencias de todo tipo –incluso
las del parlamento catalán cuestionado al Govern balear y afirmando la existencia de los
Países Catalanes– en el conflicto educativo
balear y el apoyo entusiasta de todo el nacionalismo catalán a la marea verde.
Ahora bien, como decía antes, la marea verde ha tenido también consecuencias inesperadas para sus instigadores, unos efectos indeseados ya que ha conseguido lo nunca visto:
generar sus propios anticuerpos. El conflicto
educativo ha hecho aflorar a la luz tres plataformas contrarias a la inmersión lingüística y
«Las nuevas asociaciones
dibujan al fin un paisaje
mucho más acorde con la
pluralidad y realidad balear»
favorables a la despolitización de la enseñanza
balear: la asociación estudiantil Estudiantes Libres de Baleares (ELB), la plataforma de padres Prou y la Asamblea por una Escuela Trilingüe, esta última formada por padres, maestros y estudiantes. Al mismo tiempo, y aunque
en un ámbito estrictamente filológico y sin conexión alguna con el conflicto educativo, han
aparecido la Fundació Jaume III y la asociación
Foment Cultural Illes Balears en defensa de
unas modalidades insulares arrasadas por
treinta años de estandarización catalanista.
En una sociedad tan «menfotista» y acomodaticia como la balear, donde el catalanismo hiperactivo ha dominado la escena hasta hace
poco, uno debería preguntarse si la nueva oleada de asociaciones de sesgo anticatalanista (no
contra el catalán y menos contra el mallorquín,
cuidado, sino contra la exacerbación de todo lo
la huelga. Asimismo, algunos profesores habrán
visto la necesidad de desmarcarse de los sindicatos y de la Asamblea de
Docentes antes de que
éstos se apropiaran de su
voz de forma fraudulenta. La huelga educativa
ha puesto de manifiesto
el déficit de representatividad de los organismos
que componen la comunidad educativa y el mal
negocio que resulta, a la
larga, temer más la soledad que el error. El déficit
representativo de sindicatos, asambleas de docentes y asociaciones de padres y estudiantes ha hecho salir de la cueva a
una parte de quienes no
se sentían representados
por ellos.
Históricamente, el
gran fracaso del centroderecha balear –y no me
refiero únicamente al PP
Salom recibiendo el pasado día 10 a la Fundación Jaume III. / A. VERA
como organización sino
también a sus votantes–
catalán con tintes excluyentes) no responderá ha sido dejar todas las plataformas influyenal hecho de que sus impulsores han llegado a tes para modelar la opinión pública en manos
la misma conclusión que Francesc de Carreras. de sus adversarios, además de su incapaciEs decir, si no te haces ver ni oír, sencillamente dad para organizarse para defender sus punno existes y por tanto no cuentas para nada. O tos de vista. La mayoría silenciosa ha visto las
te organizas y movilizas, o prepárate para tra- orejas al lobo y se ha percatado de que si ella
garte la medicina ajena, tanto si es de tu agra- misma no tomaba la iniciativa y salía a defendo como si no. Fiarlo todo al voto cada cuatro derse por su cuenta, difícilmente un Govern
años y a la heroicidad de los gobernantes –por sometido al linchamiento público por parte
mucha mayoría absoluta que tengan– para re- de los medios y las turbas callejeras podría
sistir los embates de una opinión pública asfi- hacerlo en su lugar.
Las nuevas asociaciones dibujan por fin un
xiante y unidireccional, sencillamente es un
suicidio. Muchas familias se habrán percatado paisaje mucho más acorde con la pluralidad y
de ello al comprobar el grado de manipulación la realidad de nuestras islas, silenciadas hasta
de algunos medios de comunicación que no hace poco por la única voz del catalanismo
han dudado en ningunearlas mientras se ha- obligatorio al que, afortunadamente, se le ha
cían eco de la opinión de las APIMAS politiza- empezado a perder el miedo. La mayoría silendas en manos de padres-maestros, como si só- ciosa ha empezado a hablar: el catalanismo, al
lo existiera una sola voz monocorde a favor de menos el obligatorio, tiene los días contados.
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