I.E.S. Valle del Ambroz Historia del Arte 2º de Bachillerato Manuel Torres Zapata 1 PINTURA DEL RENACIMIENTO ITALIANO. Es en la Italia del siglo XV cuando se sienta de forma definitiva los principios de lo que hasta el siglo XIX se ha entendido como la correcta representación pictórica de la realidad. Se trata de que la pintura debe reflejar la realidad tal y como se ve, ser en cierta forma una copia de esa realidad. Esto supone que se abandonen rápidamente las representaciones antinaturales que nos habíamos encontramos en la Edad Media, cuando lo simbólico y lo antinatural predominaban en unas pinturas que estaban orientadas fundamentalmente a la representaciones de dogmas y de principios religiosos. En el Renacimiento no sólo cambia la demanda, que deja de ser exclusivamente eclesiástica, ahora la burguesía y la nobleza de las enriquecidas ciudades italianas solicita un tipo de arte nuevo, de acuerdo a sus gustos y al papel de ostentación que empieza a tener el arte. La búsqueda de esa realidad en la obra pictórica se centrará sobre todo en la investigación de las técnicas necesarias para representar la tercera dimensión en un espacio bidimensional como es el del cuadro. La perspectiva es el gran hallazgo del pintor renacentista; en un primer momento se hace fundamentalmente con la perspectiva lineal (propia del Quattrocento), parte de la idea de que los objetos más lejanos se nos muestran mucho más pequeños, se trazan en el cuadro una serie de línea que convergen en un punto imaginario (punto de fuga), trazándose una retícula en la que se van disponiendo las figuras, esta trama de la perspectiva generalmente aparece camuflada con elementos arquitectónicos, pavimentos. Esta teoría se basa en los profundos estudios de geometría que a lo largo del siglo XV se van realizando, especialmente los de Alberti en su libro De Pictura. La perspectiva aérea se desarrolla posteriormente, a partir de las investigaciones de Leonardo Da Vinci entre otros, según las cuales cuando los objetos están distantes aparecen desdibujados, con perfiles poco nítidos y con un tono azulado Además, a diferencia de la escultura o de la arquitectura, en la pintura no hay ejemplos clásicos en los que inspirarse de I.E.S. Valle del Ambroz Historia del Arte 2º de Bachillerato Manuel Torres Zapata 2 una forma tan directa, por lo tanto el elemento de inspiración tiene que ser la naturaleza, lo cercano. Es evidente que para representar esa realidad los avances del dibujo fueron significativos, pero estos avances son mucho más claros en el Quattrocento, en donde es el dibujo el que compone el cuadro; en cambio en el Cinquecento el dibujo empieza a ser superado y muchos pintores componen simplemente aplicando manchas de color sobre el lienzo. En cuanto a los temas representados empieza a haber un cambio sustancial, al igual que había ocurrido en la escultura. Vuelven a aparecer temas mitológicos en una gran número, aunque la pintura religiosa sigue siendo importante; uno de los géneros nuevos y que tiene una mayor difusión es el retrato ya que la burguesía y la nobleza que actúan de mecenas quieren testimonios de su actividad y dejar pruebas de su fama y de su paso por el mundo. Todas las características renacentistas hacen que los cuadros religiosos adquieran un carácter bastante laico También el cuerpo humano como en el escultura vuelve a ser uso de los elementos más importantes, los estudios anatómicos avanzan muchísimo y son reflejados en los pintores en sus cuadros, aunque se trata de temás religiosos, buscan la manera de introducir el cuerpo desnudo (como por ejemplos con la figura desuda de San Sebastián) Según avanza el Renacimiento la representación del cuerpo humano va buscando formas más complejas, y asi nos podemos encontrar una utilización muy frecuente del escorzo ya en la frontera con el Manierismo. En cuanto a la técnica se utiliza muchísimo el fresco, pero la innovación del óleo también llegó a Italia y comenzó a ser utilizada ya en el Quattrocento, y se utiliza sobre todo tipo de soporte ya sean fijos o de caballete. LA PINTURA EN EL QUATTROCENTO. Antes de la llegada de la revolución quattrocentista, en el siglo anterior Giotto había anticipado algunas de estas características, fue generando un ambiente en el que fue posible que las novedades que iban a ir surgiendo fueran aceptadas sin gran dificultad. La figura clave de la renovación es Masaccio (1401-1428), cuya importancia es semejante a la de Ghberti en escultura o Brunelleschi en arquitectura. A pesar de su corta vida, su obra es lo suficientemente importante como para convertirse en el pilar del nuevo estilo pictórico. Combina por una parte la importancia concedida a la realidad heredada de Giotto, y por otro lado la preocupación por introducir los procedimientos de la perspectiva. Barre de la pintura florentina todo resto de bizantinismo, de simbología o de tendencia decorativa medieval. Da un tratamiento mucho más natural a los fondos de paisaje o arquitectura y doto a las figuras de volumen y monumentalidad; usa una iluminación uniforme que genera ya luces y sombras en las I.E.S. Valle del Ambroz Historia del Arte 2º de Bachillerato Manuel Torres Zapata 3 figuras y contribuye a dar esa sensación de corporeidad. Construye además el espacio siguiendo las normas de la perspectiva lineal. Una de sus obras clave más destacada es posiblemente la Trinidad de Santa Maria Novella, en donde crea un escenario arquitectónico que nos da la sensación de profundidad, crea la ilusión de combinar escultura, pintura y arquitectura; la perfección del espacio geométrico creado en profundidad hace que se visualicen los distintos planos de la perspectiva, que son ocupados por unas figuras de una tridimensionalidad patentemente escultórica; el juego entre lo real y lo pintado se potencia con la presencia de los donantes a los pies y por la inscripción colocada sobre el esqueleto de la parte inferior “ Yo fui lo que sois, y aquello que soy, también vos lo seréis “. Los frescos de la Capilla Brancacci en la iglesia del Carmine en donde pinta la serie de la vida de San Pedro, de la que destaca la escena de “El Tributo”, y donde temas como el de la expulsión del paraíso o el bautismo de Cristo le permiten introducir el tratamiento de la anatomía desnuda, con grandes logros en el modelado. En cambio Fra Angélico (1400-1455) representa un modelo completamente distinto al de Masaccio y que lleva a un camino sin salida en el futuro artístico de Italia. Tradicionalmente se considera a Fra Angélico como un representante del mantenimiento de la tradición del gótico internacional. Pero la realidad es mucho más complejo ya que la evolución de las formas fue muy lenta y en algunos dentro de la obra de un mismo pintor nos podemos encontrar varias fases. Por otra parte en este caso las innovaciones se sacrifican por conseguir una transmisión más rápida de los principios religiosos que quería mostrar. Por ejemplos en la Anunciación del Museo del Prado parece no conocer las ideas de la perspectiva y del resto de novedades, pero en obras muy poco I.E.S. Valle del Ambroz Historia del Arte 2º de Bachillerato Manuel Torres Zapata 4 posteriores como los frescos que realiza en el Vaticano aparecen ya esas novedades. Más cercano a la línea seguida por Massacio tenemos a Paolo Uccello (1397-1475), preocupado hasta la obsesión por los estudios de perspectiva llega a geometrizar por completo sus composiciones y a emplear el color en tintas casi planas como un medio para potenciar los planos, de manera que los cuadros llegan a tener una aire irreal, como en la Batalla de San Romano. Este estilo hace que sea reivindicado por los pintores contemporáneos por su modernidad De una generación ligeramente posterior Andrea Mantenga (1431-1506) va a potenciar los efectos plásticos, buscando conseguir efectos escultóricos en las figuras de sus cuadros. Comienza a experimentar con la perspectiva como recurso para unir realidad y representación y para potenciar también la expresividad del cuadro. La importancia de lo clásico le lleva a incluir como escenografía restos arqueológicos . Busca continuamente perspectivas originales lo que le lleva a introducir escorzos forzados. Posiblemente es el que emplea unos temás y un tratamiento de ellos más expresivo y dramático. Uno de los cuadros más novedosos es “Llanto sobre Cristo Muerto”. Piero della Francesca es uno de los casos más excepcionales, como Masacio, pues supone un puente de unión entre pasado y futuro. Su preocupación por el conocimiento científico-técnica del cuadro le llevó a escribir tratados de perspectiva y de geometría ( De prospectiva pigendi ) La mayor parte de su obra la realiza en Urbino, en donde trabaja para el duque Federico de Montefeltro, aunque posiblemente se forma en Florencia. En sus pinturas las figuras ya aparecen perfectamente insertadas en el marco arquitectónico y escenográfico del cuadro. El uso que hace de la luz, la simplificación de las formas, el sentido hierático y solemne de las figuras y el cuidado con el trata los detalles de ambientación arqueológica nos hablan de un espíritu más atento a la recreación de las circunstancias de la realidad que a la exclusiva expresión de un momento intimo. La obra culminante I.E.S. Valle del Ambroz Historia del Arte 2º de Bachillerato Manuel Torres Zapata 5 son los frescos de la capilla de San Francisco de Arezzo, con el tema de la Leyenda de la Vera Cruz, en donde sabe sintetizar una historia sumamente compleja aislando lo esencial. Uno de estos frescos representa el Sueño de Constantino, un pasaje de la vida de este emperador en el que la noche previa a la batalla se le aparece en sueños un ángel y le muestra una cruz, diciéndole “in hoc signum vinces” (con esta señal vencerás) que le lleva después de la victoria a la conversión al cristianismo. La obra es todo un alarde en el tratamiento de la luz y del volumen de las figuras, se trata de uno de los primeras cuadros nocturnos de la historia del arte, y Della Francesca consigue darnos perfectamente esa sensación de luz nocturna, como si un gran foco iluminara la puerta de la tienda. Además hay elementos completamente modernos en el cuadro, como el escorzo y el contraluz casi cinematográfico del ángel Sandro Botticelli (1445-150) supone el último momento de esplendor antes del fin del Quattrocento. Gozó de la protección de la familia Medici, implicándose completamente en los ideales neoplatónicos de la Academia florentina, pudiéndose explicar algunos de sus cuadros como ilustraciones de la ideas de ese circulo filosófico, por ejemplo El nacimiento de Venus o La Primavera. Este último es en realidad un emblema mitológico del amor platónico; en el centro aparece Venus, flanqueada por la Céfiro, uno de los vientos que persigue a la ninfa Cloris, que en el momento de ser tocada por el se trasforma en Flora la diosa de la vegetación; por encima de Venus, Cupido dirige sus flechas hacia las tres Gracias (servidoras de Venus y por lo tanto representantes de sus mismas virtudes), una de ellas Castitas mira hacia el dios Mercurio, mensajero de los dioses y por lo tanto unión del mundo celeste y el terrestre. No es otra cosa que una alegoría del amor pasional (el de Céfiro por la ninfa ) que se convierte en amor platónico (el de Castitas hacia Mercurio). En el nacimiento de I.E.S. Valle del Ambroz Historia del Arte 2º de Bachillerato Manuel Torres Zapata 6 Venus, Botticelli, recurre también un relato mitológico, el nacimiento de la diosa en el mar y su llegada a la isla de Chipre. “...El húmedo ímpetu del soplador Zéfiro la llevó a Chipre a través del oleaje del mar muy resonante entre la blanda espuma. Las Horas la ataviaron con divinos vestidos y sobre su cabeza pusieron una corona de oro, y en sus perfumados lóbulos flores de orialco y de precioso oro. En torno de su delicado cuello y a su pecho la adornaron con collares de oro, la llevaron junto a los inmortales...” Himnos homéricos VI, a Afrodita. El mundo espiritual y neoplatónico de Botticelli huye de la perspectiva, dando un mayor protagonismo a la línea, que crea un ritmo suave y semejante a una danza elegante, en el que las figuras parecen flotar en un mundo que no es el nuestro. Atrapado entre dos épocas vivió los convulsos momentos de la historia florentina, sobre todo la crisis religioso provocada por Savonarola , que motivo que el propio Botticelli destruye en el fuego todos aquellos cuadros que eran de una temática profana. Es con Botticelli y con otros pintores como Domenico Ghirlandiano (1449-1469) cuando culmina la etapa del arte florentino, o con Antonio Pallaiuolo, con el “Martirio de San Sebastián”, uno de los cuadros con la composición más complicada e inestable de todo el Quattrocento. LA PINTURA EN EL CINQUECENTO Ya desde que en el siglo XVI Vasari escribiera su libro sobre las vidas de los principales artistas renacentistas se considera que el Cinquecento está dominado por las figuras de Leonardo da Vinci, Rafael Sanzio y Miguel Ángel Bounarroti. Pero el siglo XVI fue mucho más que eso y por toda Italia se difunden las escuelas, sobre todo en Venecia en donde surgirá una de las más importantes, como Giorgione, Tiziano, Corregio, Veronés, Tintoretto, Además a lo largo de sus vidas, alguno de los cuales fueron especialmente longevos, el estilo artístico evoluciona considerablemente y la propia producción de estos pintores se van también condicionada por esa evolución. Además es cada vez más difícil establecer unas características comunes ya que la importancia de la personalidad del artista es cada vez mayor y cada crea un estilo completamente propio. Leonardo da Vinci se formó en el taller del escultor y pintor Verrochio; su enorme formación y su personalidad intelectual condicionan enormemente la obra, con una complejidad que en ocasiones superan las del resto de artistas del siglo XVI. El carácter legendario de Leonardo se ve potenciado por lo azaroso de su vida, que le llevó a vivir en multitud de lugares para acabar muriendo en Francia acogido por el rey Francisco I. Una parte de su obra no se ha conservado o bien no fue ni siquiera acabada, además no sabemos muy bien como clasificarle, ya que su labor se extendía a múltiples disciplinas. La pintura es sólo una de ellas, y esto es fundamental para poder entenderla, puesto que en ella intentó plasmar muchos de los principios teóricos estéticos. Su estilo I.E.S. Valle del Ambroz Historia del Arte 2º de Bachillerato Manuel Torres Zapata 7 se va a caracterizar por el empleo de una técnica sumamente personala ,el sfumato, mediante la cual los contornos de las figuras aparecen desdibujados, los perfiles no son nítidos y parece haber una neblina que difumina los colores y las luces. El sentido de la utilización del sfumato es aumentar la sensación de realidad, el ojo no ve las cosas completamente definidas, lo natural es verlas ligeramente desenfocadas, que una especie de vapor borre los limites especialmente de los objetos que estas más lejanos. Leonardo realizó una importante obra teórica: Tratado de la Pintura, en la que desarrolla su idea de la perspectiva aérea: “ La ciencia de la pintura comprende todos los colores de la superficie y las figuras de los cuerpos que con ellos se revisten, y su proximidad y lejanía, según la proporción entre las diversas disminuciones y las diversas distancias. Esta ciencia es madre de la perspectiva, este es, de la ciencia de las líneas de visión, ciencia que se divide en tres partes: de estas la primera comprende solamente la construcción lineal de los cuerpos; la segunda la difuminación de los colores en relación con las diversas distancias. Pero a la primera que se extiende tan sólo a la configuración y límites de los cuerpos, llámase dibujo, esto es , la representación de cualesquiera cuerpos. De ella nace otra ciencia que comprende la luz y la sombra, o por decirlo de otro modo, lo claro y lo oscuro, la cual ciencia requiera un extenso discurso.” Todas sus obras han alcanzado una aureola de misterio que las ha convertidos en objetos mitificados, como en el caso de la Gioconda o Mona Lisa (1503-1506) sobre un fondo rocoso y húmedo se recorta la figura de una enigmática mujer, se trata en definitiva de una típico retrato renacentista, un busto prolongado, aunque algunos elementos de la composición lo distancian del modelo general, como el tratamiento de la luz, del sfumato del que ya hemos hablado y del recurso de la perspectiva aérea , acumulando los tonos azules y más frios al fondo, la Gioconda es especialmente famosa por la expresión conseguida por Leonardo en el rostro, lleno de misterio, fundamentalmente gracias al trabajo de claroscuro de los ojos y de la comisura de los labios, que quedan imprecisos en un aire de cierta ambigüedad. Pero esta no es la única obra maestra de Leonardo otras pueden ser La Última Cena, La Virgen de las Rocas, Santa Ana con la Virgen y el Niño... En la primera de éstas es en donde hace todo un alarde de las técnicas compositivas y de perspectiva, para conseguir prolongar el espacio cerrado del refectorio en el que esta pintada a la vez que innova tremendamente en el tratamiento iconográfico del tema, al buscar un momento mucho más dinámico, cuando Cristo anuncia a los apóstoles que uno de ellos le va a traicionar y se levantan agitados, discutiendo agrupándose de tres en tres, rompiendo de esta manera el carácter demasiado estático de las representaciones anteriores. La composición y las líneas de fuga están dispuestas de tal manera se destaca la figura de Cristo como la central, tratada además con suma delicadeza y en un alarde de belleza, dentro de los cánones renacentistas. Rafael Sanzio (1483-1520) nace en Urbino y se forma en el taller de Perugino, uno de los pintores más destacados de la zona. Cuando se independiza del taller de Perugino viaja a Florencia en donde conoce a Leonardo y Miguel Ángel. Gracias a este proceso de formación Rafael sintetiza las diversas tendencias que fueron surgiendo a lo largo del Quattrocento y comienzos del Cinquecento. Julio II le llama a I.E.S. Valle del Ambroz Historia del Arte 2º de Bachillerato Manuel Torres Zapata 8 Roma para decorar algunas de las estancias del Vaticano, y es aquí donde realiza su obra más importante y más abundante. Su estilo se define por un dibujo preciso, y aunque permanece fiel a los modelos reales, se percibe cierta tendencia idealizadora. Emplea colores claros y luminosos, con un aspecto esmaltado. Las formas de sus figuras son tremendamente claras y rotundas, con un gran clasicismo, que será may admirado posteriormente, aunque eso le hace perder la tremenda fuerza expresiva que tendrá Miguel Ángel. De los años de formación podemos destacar Los desposorios de la Virgen, muy semejante en la solución de la perspectiva y de la composición a un cuadro de su maestro Perugino (La entrega de las llaves a San Pedro). El tema más frecuente en la obra de Rafael son las Madonnas, ejemplos continuos de belleza, de armonia, los rostros de las vírgenes siempre son los de jóvenes delicadas; como por ejemplo la Madonna del Gran Duque, la Madonna Sixtina, la Bella Jardinera, en esta supera el modelo empleado por Perugio, es patente la influencia de Leonardo en la tratamiento de la figura y del fondo, y la insistencia en un esquema compositivo triangular señala el gusto por las formas equilibradas y cerradas del clasicismo, que se completa con la armonía en las tonalidades y la expresión de las figuras. De los frescos pintados por Rafael en las estancias vaticanas destacamos, La escuela de Atenas, un símbolo de toda la filosofía clásica, que junto con la teología, la poesía y el derecho son los pilares de la sabiduría. En esta obra Rafael crea el modelo de lo que durante siglos se considero el ideal clasicista. Coloca representados a los grandes sabios de la antigüedad a los principales genios del Renacimiento: Bramente como Euclides, Leonardo como Platón, Miguel Ángel como Heráclito. En el centro de la composición coincidiendo con el punto de fuga de las líneas de la perspectiva, coloca a Platón y a Aristóteles, señalando el primero al cielo y el segundo a tierra, como símbolo de sus doctrinas filosóficas. Lo grandioso de la obra no está solo en el tratamiento de las figuras de los sabios, sino también en la potente arquitectura que les alberga. No podemos olvidar que el propio Rafael también fue arquitecto, y que se encargó que continuar el proyecto de Bramante par San Pedro del Vaticano, aludiendo posiblemente la arquitectura empleado a ese proyecto. Se trata de una obra llena de contenido, aludiendo a la importancia concedida en el Renacimiento al saber heredado de la Antigüedad, siendo los libros el principal elemento de difusión y de trasmisión del conocimiento, por esos tantos personajes los llevan en sus manos, y además por que esta estancia fue utilizada por el papa Julio II como biblioteca. Crea un programa iconográfico en el que los saberes del humanismo cristiano constituían los muros que sustentaban un universos en armonía. La reflexión sobre el sincretismo entre Antigüedad y Renacimiento llega a su punto álgido en la figura de Miguel Ángel, meditabundo y pensativo, como si nos mostrara durante siglos la melancolía de las artes I.E.S. Valle del Ambroz Historia del Arte 2º de Bachillerato Manuel Torres Zapata 9 plásticas. Además pintó la Disputa del Santo Sacramento, colocado enfrente de la Escuela de Atenás, simboliza el triunfo de la religión, concretamente de la Eucaristía, punto central de toda la construcción de la perspectiva; también aquí vuelve a utilizar personajes históricos de su época para encarnar a los santos y profetas que aparecen en el fresco. El Parnaso, es el tercer fresco de la estancia, representado aquí el Parnaso , el monte mitológico en donde vivían las musas de las siete artes, empleado como un símbolo de las artes, especialmente de la literatura; alrededor de Apolo y las Musas coloca a Homero,. Horacio, Virgilio pero también a Petrarca y a Bocaccio. Miguel Ángel es quien cierra el ciclo de la pintura clasicista, y al mismo tiempo anuncia los caminos que seguir el arte en el manierismo e incluso en el Barroco. Para comprender el estilo pictórico de éste, hay que recordar que fue un artista completo que trabajó en cualquier disciplina y que para él la más importante de todas era la escultura. Por eso muchas de sus pinturas nos dan un aire demasiado escultórico, recordándonos los mármoles que esculpió. Pertenece ya a otra generación posterior a la de Leonardo, la de la crisis de Florencia y del humanismo tal y como lo hemos venido entendiendo y vivió el comienzo de una nueva realidad histórico mucho más inestable y conflictiva. Toda su obra acusa la tensión entre el clasicismo y el propio genio de Miguel Ángel, pleno de energía y de ansiedad. Desde el punto de vista pictórico, hay una diferencia muy marcada entre los primeros cuadros y los de madurez. La primera la realiza aun en Florencia, en donde trabaja en el taller de Ghirlandaio, aunque con mayor sentido plástico y monumentalidad en las figuras y más refinamiento en la expresión de la energía y del movimiento, que podemos observar en obras como el Tondo Doni ( los tondo son pinturas o relieves sobre un soporte circular) Pero cuando su obra alcanza toda su personalidad es ya en su madurez, sobre todo en los frescos de la Capilla Sixtina, que al igual que otras obras encargadas por los papas le supusieron continuos problemas y una dedicación extenuante. Para las pinturas de la bóveda emprendió un programa basado en los grandes relatos del Antiguo Testamento, con unos resultados no solo excelentes sino también completamente revolucionarios. Pintó una estructura arquitectónica, que le sirviera de marco para colocar las distintas escenas y que además creara la ilusión de unos entablamentos, cornisas y ménsulas que en realidad no había y que además le sirvieron para colocar figuras de personajes secundarios, algunos de ellos ni siquiera pertenecientes a la Biblia, pero I.E.S. Valle del Ambroz Historia del Arte 2º de Bachillerato Manuel Torres Zapata 10 que son posiblemente la mejor expresión de la capacidad pictórica de Miguel Ángel. Unos años más tarde recibió un nuevo encargo para la Capilla, la pintura de un Juicio Final, que es la obra que le sirvió de testamento pictórico y que escandalizó a la curia vaticana. Durante muchos años la idea que le tenía de estas obras en la Capilla Sixtina no era del todo la correcta, se creía que Miguel Ángel había empleado unas tonalidad discretas, grisáceas, marrones, ocres, para la restauración emprendida a finales de los años ochenta y comienzos de los noventa demostró que esos colores no eran los que utilizó Miguel Ángel, sino que éste había empleado una paleta mucho más brillante, rica en amarillos, naranjas, verdes brillantes, azules, y que habían sido siglo de suciedad provocada por el humo de las velas, del incienso, de la humedad proveniente de la respiración de los visitantes la que los había ocultado.