TEMA 1 EL ANTIGUO RÉGIMEN A. EL ANTIGUO RÉGIMEN.El concepto Antiguo Régimen hace referencia al conjunto de rasgos políticos, jurídicos, sociales y económicos, que caracterizaron a Europa y sus colonias durante los siglos XVII y XVIII. Este término fue utilizado por primera vez por los revolucionarios franceses para designar de forma despectiva la estructura política y social de su país y contra la que pretendían rebelarse. Posteriormente se utilizó para designar esa realidad política e institucional en otros estados. Las características del Antiguo Régimen son: Una demografía antigua. Una economía agraria. Una estructura social estamental. Una forma de gobierno absolutista. 1. Una demografía antigua. La demografía antigua se caracteriza por un crecimiento vegetativo escaso. Con altas tasas de natalidad contrarrestadas por altos índices de mortalidad (especialmente de mortalidad infantil). La relación entre población y recursos es bastante frágil. Los escasos rendimientos agrícolas y la irregularidad de las cosechas desencadenan reiteradas crisis de subsistencias que desembocan en hambrunas y predisponen al desarrollo de enfermedades epidémicas. El resultado es una fuerte mortalidad catastrófica (Documento nº3). En la mortalidad catastrófica del Antiguo Régimen incidían especialmente las epidemias, provocadas por enfermedades de carácter infeccioso y fácil difusión, en un contexto de escasa higiene y mala alimentación. Una vez se desataba una epidemia, ésta remitía únicamente de forma espontánea, sin el concurso de una medicina escasamente desarrollada y carente de suficientes recursos científicos para atajar el mal. A veces, los brotes epidémicos alcanzaban singular virulencia y extensión, dando lugar a pandemias que trascendían las fronteras de regiones y estados, originando un brusco y generalizado descenso demográfico (Documento nº1). Sin embargo, esta situación comienza a cambiar puntualmente en algunas regiones a lo largo del siglo XVIII. En ciertas zonas de Inglaterra y Francia, el aumento de los excedentes alimentarios, y una mejor nutrición conducen a la disminución de las hambrunas y epidemias. Otro factor a tener en cuenta, aunque de menor importancia, fue el progreso de la medicina y la ocasional mejora de las medidas higiénicas. El resultado de estos leves y puntuales cambios fue un sustancial crecimiento demográfico, que no afectó por igual a todo el continente. Ese crecimiento contribuyó al aumento de la demanda de alimentos y manufacturas, así como un aumento de la disponibilidad de mano de obra para el campo y la industria, factores esenciales en el fenómeno de la revolución agrícola e industrial (Documento nº2). 2. Una economía agraria. a) La economía del Antiguo Régimen es una economía de base agraria, esto quiere decir que ¾ partes de la población activa estaba ocupada en la actividad agrícola y ganadera. La principal fuente de riqueza era la tierra. La agricultura estaba muy atrasada técnicamente, no estaba mecanizada, por lo que la productividad era baja. Era una agricultura de subsistencia, que necesitaba mucha mano de obra. Los escasos excedentes se vendían en ferias y mercados de carácter local. 1 Coexistían dos tipos de explotación de la tierra: Campos abiertos (openfields), en los que se producía mayoritariamente cereales y se practicaba el barbecho. Las tierras comunales, eran propiedades de los ayuntamientos (“de la comunidad, de todo el pueblo”) y estaban dedicadas a bosques o pastos, a los que podían acudir a recoger frutos o pastar con sus animales todos los campesinos. b) La industria es de carácter artesanal, conservando todavía rasgos gremiales. Los gremios eran asociaciones formadas por los maestros, oficiales y aprendices de un mismo oficio, regida por ordenanzas o estatutos especiales. Surgieron en Europa durante la Baja Edad Media (siglos XIV-XV) amparados en la pujanza económica de las ciudades. Sus fines tuvieron esencialmente un carácter económico y social, consistiendo en controlar la oferta y los precios de los productos que manufacturaban, pero también velando por la prosperidad y seguridad de los miembros que los integraban. Regulaban la actividad laboral, la formación y aprendizaje de sus asociados, estableciendo una estricta jerarquía entre ellos (aprendices, oficiales, maestros). También los amparaba en caso de desgracias como la viudez, orfandad o enfermedad, a través de pensiones, asignaciones o el mantenimiento de hospitales. Desarrollaron igualmente labores de carácter religioso expresadas en la veneración de sus santos particulares y la creación de cofradías. A lo largo del siglo XVIII, los gremios fueron desapareciendo, siendo sustituidos por la iniciativa privada, la libertad de industria y comercio propios del capitalismo. El desarrollo de la industria moderna y la consiguiente quiebra de los talleres artesanales arrojaron a oficiales y maestros artesanos al desempleo. c) El comercio más relevante es el de larga distancia. Se abrieron nuevas rutas marítimas y el comercio colonial se convirtió en un fuerte estímulo para las economías europeas, ya que proporcionaba materias primas y permitía vender objetos manufacturados, generando cuantiosos beneficios para sus promotores. Destacó el llamado “comercio triangular”: ruta comercial atlántica. El objetivo de esta ruta era capturar esclavos en África, trasladarlos a América para que trabajen en minas y plantaciones, exportar las materias primas producidas con la mano de obra esclava en América a Europa, elaborar productos manufacturados en Europa, e intercambiar esos productos en África por esclavos repitiendo el ciclo. Los intercambios internos son escasos y complicados, debido a las deficientes comunicaciones y a la inexistencia de un mercado interno unificado. d) El desarrollo urbano es escaso. La aldea es el centro de organización y producción. Son escasas las ciudades con más de 50.000 habitantes. A mediados del siglo XVIII en algunas zonas de Inglaterra comienza una importante emigración del campo a la ciudad. Ello repercutirá en un desarrollo sin precedentes del fenómeno del urbanismo. e) La estructura de la propiedad es fundamentalmente de carácter señorial. Sólo una pequeña parte de las tierras podían ser consideradas de propiedad privada, es decir, se podían comprar o vender libremente. La mayor parte de las tierras estaban vinculadas a un título nobiliario, a la Iglesia, a un municipio o a la Corona. La propiedad vinculada permitía a su titular sacar provecho económico y ejercer jurisdicción sobre ella, pero no podía venderse. 2 Esa jurisdicción permitía al titular ejercer una serie de derechos señoriales: Prestaciones personales: el campesino debía entregar al señor un porcentaje de la cosecha de las tierras que trabajaba. Monopolios señoriales: el campesino estaba obligado a utilizar los recursos del señorío (herrería, el molino, etc.), por lo que además debía pagar una tasa fijada por el señor. Atribuciones de carácter público: el señor tenía derecho a ejercer funciones de carácter público, tales como hacer la guerra y firmar la paz, acuñar monedas, dictar órdenes y reglamentos y juzgar a las personas de su señorío así como a los transeúntes. Además cobraba impuestos en concepto de derechos de paso, peajes de puentes (pontazgo) y caminos, derechos de circulación de mercancías, permisos de mercado, etc. Estas atribuciones de carácter público, que en teoría, debían ser ejercidas por el rey, habían sido cedidas por éste a los señores en determinados momentos en recompensa por los servicios prestados, es lo que se denomina regalías. Pero además de todas estas cargas que el campesino debía abonar al señor de las tierras en las que vivía y trabajaban, estaban obligados también a pagar: El diezmo a la iglesia, es decir, la décima parte de la cosecha para el mantenimiento del clero y el culto. Los impuestos o tributos al Estado: talla, capitación, gabela… 3. Una estructura social estamental. La sociedad del Antiguo Régimen estaba dividida en estamentos (órdenes o estados), grupos cerrados a los que se pertenecía por nacimiento (salvo el clero) y en los que el ascenso o promoción social era muy difícil. Era una sociedad cerrada, impermeable y basada en la desigualdad de unas leyes que reconocía a los privilegiados (gozaban de derechos y estaban exentos de pagar impuestos) y no privilegiados (no tenían derechos y soportaban todas las cargas fiscales). 3 4. Una forma de gobierno absolutista. La forma de gobierno predominante en la Europa del Antiguo Régimen era la monarquía absoluta, en la que el poder del monarca destacaba sobre todos los demás estamentos. El monarca absoluto concentraba en su persona todos los poderes del Estado (legislativo, ejecutivo y judicial), además nombraba arbitrariamente a los ministros y magistrados, administraba, también arbitrariamente, la justicia y dirigía la política exterior. Este poder absoluto del monarca estaba fundamentado ideológicamente en el derecho divino. Bossuet afirmaba que el poder le es concedido al Rey por Dios y carece de límites terrenales y el Rey es responsable solo ante Dios. Los instrumentos que utilizaban los reyes absolutos para ejercer su poder eran: El Consejo de Estado, cuyos miembros eran designados a dedo por el monarca, y estaba dividido en secciones especializadas (Consejo de Finanzas, de Guerra, de Justicia…) y las Secretarías de Estado (perecido a los actuales ministerios), también nombradas por el rey. El Ejército, del que el rey era el máximo mando supremo. La Burocracia y la Diplomacia. La monarquía absoluta encontró resistencia por parte de los privilegiados, quienes veían en esta fórmula de gobierno una manera de limitar sus derechos y prerrogativas heredadas de la Edad Media. Estos privilegiados tenían como órgano de representación los parlamentos (también llamados Estados Generales, Dieta…, según los países). Esta institución en el Antiguo Régimen no tiene nada que ver con los parlamentos actuales, no eran órganos de representación del pueblo, sino unas instituciones de carácter consultivo, que el rey convocaba a su voluntad, y en la que estaban representados los tres estamentos que constituían la sociedad del Antiguo Régimen, nobleza, clero y pueblo llano. Sus funciones eran muy limitadas (votar nuevos impuestos, ratificar al nuevo rey…). El ejemplo más claro de monarquía absoluta fue la francesa durante el reinado de Luís XIV. Pese al predominio de la monarquía absoluta en Europa durante los siglos XVI-XVIII, existieron otras formas de gobierno: Gran Bretaña y Holanda contaban con monarquías en la que los poderes del monarca estaban limitados por un parlamento. En Gran Bretaña, como consecuencia de las revoluciones desarrolladas en la segunda mitad del siglo XVII, los poderes ejecutivo y legislativo estaban separados y el parlamento electo votaba las leyes y controlaba a los miembros de gobierno. Los ciudadanos tenían garantizada la defensa de la libertad individual y el poder judicial era independiente. Se puede decir que Gran Bretaña tenía ya a estas alturas una monarquía parlamentaria, aunque muy limitada, en la que no toda la población ejercía el derecho al voto, sólo una minoría rica (sufragio censitario). B. LA ILUSTRACIÓN.Es un movimiento filosófico, literario y científico que se desarrolla en Europa y sus colonias a lo largo del siglo XVIII, llamado “el siglo de las Luces”. (Ilustración=iluminación, “encender la luz de la razón”). Las ideas fundamentales de la Ilustración fueron: Fe absoluta en la razón (=inteligencia humana) como único medio para entender y explicar el mundo, rechazando así la fe ciega en la religión, y la intolerancia religiosa que había guiado el mundo medieval. Esto no significa que fuera un movimiento ateo, muchos ilustrados aceptaron el deísmo, doctrina que reconoce un dios (una fuerza superior) como creadora de la naturaleza, pero sin libros sagrados ni credos. 4 Fe absoluta en el progreso, al que se llega a través del desarrollo científico, que en combinación con la técnica, permite el avance de la humanidad de manera evolutiva e indefinida. La búsqueda de la felicidad, a la que todo hombre tiene derecho. Los ilustrados sostenían que el hombre nacía para ser feliz, y que el camino de la felicidad lo constituyen la razón y el progreso. La naturaleza como fuente de justicia, es el origen de todo lo genuino, verdadero y auténtico. Pensaban que el hombre es bueno por naturaleza, y que es la sociedad la que lo falsea y corrompe. La Ilustración fue un movimiento minoritario con vocación universalista, es decir, aunque hace referencia a todos los seres humanos, sólo unos pocos, que tenían acceso a la cultura y los libros escribieron y participaron en él. Las formas de difusión fueron: Las sociedades científicas, literarias o artísticas y las academias, apoyadas por los poderes públicos. Las sociedades de amigos del país, establecidas en las principales ciudades y capitales de provincia. Los Salones, tertulias o reuniones de ilustrados. La Enciclopedia, ambicioso proyecto promovido por Diderot y D`Alambert, quienes pretendieron reunir en una gran obra todos los conocimientos de la época fundamentados en la razón y el estudio de la naturaleza. La obra empezó a publicarse en 1751, comprende 35 volúmenes, y en ella colaboraron los principales pensadores de la época. Los antecedentes del pensamiento ilustrado hay que buscarlos en dos importantes pensadores ingleses del siglo XVII: Isaac Newton (introductor del método científico basado en la observación y posterior comprobación de los hechos) y John Locke (criticó abiertamente la monarquía absoluta y planteó por primera vez la división de poderes). Desde un enfoque político, los principales representantes de la Ilustración fueron: Montesquieu: defendió, igual que Locke, la división de poderes, poniendo especial énfasis en la independencia del poder judicial. Rousseau: defendió la necesidad de un contrato social entre gobernantes y gobernados, que garantizase los derechos de los individuos y formuló el principio de soberanía nacional, según la cual el poder emana del libre consentimiento de todos los ciudadanos expresado mediante el voto (Documento nº 4) Voltaire: se proclamó defensor de la libertad de conciencia y afirmó que las relaciones humanas debían basarse en la tolerancia entre los hombres y las ideas. En el terreno económico surgieron los fisiócratas (Quesnay). La fisiocracia (Documento nº 5) es corriente de pensamiento económico que defiende que la riqueza de un Estado proviene de la naturaleza, más exactamente, de la agricultura, por lo que es éste el sector económico que el Estado debe favorecer y potenciar. También aparecieron los primeros defensores del liberalismo (Adam Smith), quienes propugnaron que para fomentar la riqueza de un país había que dejar absoluta libertad a la actividad económica y a la iniciativa privada, el Estado no debía intervenir en nada relativo a la economía (laissez faire, laissez passer). A la luz del pensamiento ilustrado, algunos monarcas absolutos de Europa trataron de introducir reformas en sus gobiernos, pero sin renunciar a su poder absoluto, aparece así una forma de gobierno llamada Despotismo Ilustrado, que podemos describir como una monarquía absoluta “maquillada” con los principios de la ilustración, y cuyos rasgos fueron: racionalización de la administración (eliminando funcionarios innecesarios), fomento de la educación y las artes, modernización económica (programas de desarrollo agrícola, medidas de fomento del libre comercio). Entre los monarcas ilustrados más importantes de Europa destacan: Federico II de Prusia, Mª Teresa de Austria, la zarina Catalina de Rusia, Gustavo de Suecia y Carlos III de España (Documento nº 6) Los resultados de estas medidas reformistas fueron muy limitadas, por la contradicción que suponía fomentar algunas libertades, pero querer seguir manteniendo una sociedad estamental y el poder ilimitado del rey. 5 6 DOCUMENTOS Y ACTIVIDADES: Nº1 "En la época que nos ocupa reinaba en las ciudades un hedor apenas concebible para el hombre moderno. Las calles apestaban a estiércol, los patios interiores apestaban a orina, los huecos de las escaleras apestaban a madera podrida y excrementos de rata; las cocinas, a col podrida y grasa de carnero; los aposentos sin ventilación apestaban a polvo enmohecido; los dormitorios, a sábanas grasientas, a edredones húmedos y al penetrante olor dulzón de los orinales. Las chimeneas apestaban a azufre; las curtidurías, a lejías cáusticas; los mataderos, a sangre coagulada. Hombres y mujeres apestaban a sudor y a ropa sucia; en sus bocas apestaban los dientes infectados, los alientos olían a cebolla y los cuerpos, cuando ya no eran jóvenes, a queso rancio, a leche agria y a tumores malignos. Apestaban los ríos, apestaban las plazas, apestaban las iglesias y el hedor se respiraba por igual bajo los puentes y en los palacios. El campesino apestaba como el clérigo; el oficial de artesano, como la esposa del maestro; apestaba la nobleza entera y, sí, incluso el rey apestaba como un animal carnicero y la reina como una cabra vieja, tanto en verano como en invierno, porque en el siglo XVIII aún no se había atajado la actividad corrosiva de las bacterias y por consiguiente no había ninguna acción humana, ni creadora ni destructora, ninguna manifestación de la vida incipiente o en decadencia que no fuera acompañada de algún hedor. Y, como es natural, el hedor alcanzaba sus máximas proporciones en París, porque París era la mayor ciudad de Francia. Y dentro de París habia un lugar donde el hedor se convertía en infernal, entre la Rue aux Fers y la Rue de la Ferronnerie, o sea, el Cimetière des Innocents. Durante ochocientos años se había llevado allí a los muertos del hospital Hôtel-Dieu y de las parroquias vecinas; durante ochocientos años, carretas con docenas de cadáveres habían vaciado su carga día tras día en largas fosas y durante ochocientos años se habían ido acumulando los huesos en osarios y sepulturas. Hasta que llegó un día, en vísperas de la Revolución Francesa, cuando algunas fosas rebosantes de cadáveres se hundieron y el olor pútrido del atestado cementerio incitó a los habitantes no sólo a protestar, sino a organizar verdaderos tumultos, en que fue por fin cerrado y abandonado despues de amontonar los millones de esqueletos y calaveras en las catacumbas de Montmarttre. Una vez hecho esto, en el lugar del antiguo cementerio se erigió un mercado de víveres. Fue aquí, en el lugar más maloliente de todo el reino, donde nació el 17 de julio de 1738 Jean-Batiste Grenouille. Era uno de los días más calurosos del año. El calor se abatía como plomo derretido sobre el cementerio y se extendía hacia las calles adyacentes como un vaho putrefacto que olía a una mezcla de melones podridos y cuerno quemado. Cuando se iniciaron los dolores del parto, la madre de Grenouille se encontraba en un puesto de pescado de la Rue aux Fers escamando albures que había destripado previamente. Los pescados, seguramente sacados del Sena aquella misma mañana, apestaban ya hasta el punto de superar el hedor de los cadáveres. Sin embargo, la madre de Grenouille no percibía el olor a pescado podrido o a cadáver porque su sentido del olfato estaba totalmente embotado y además le dolía todo el cuerpo y el dolor disminuía su sensibilidad a cualquier percepción sensorial y externa. Sólo quería que los dolores cesaran, acabar lo más rápidamente posible con el repugnante parto. Era el quinto. Todos los había tenido en el puesto de pescado y las cinco criaturas habían nacido muertas o medio muertas, porque su carne sanguinolenta se distinguía apenas de las tripas de pescado que cubrían el suelo y no sobrevivían mucho rato entre ellas y por la noche todo era recogido con una pala y llevado en carreta al cementerio o al río. Lo mismo ocurriría hoy y la madre de Grenouille, que aún era una mujer joven, de unos veinticinco años, muy bonita y que todavía conservaba casi todos los dientes y algo de cabello en la cabeza y, aparte de la gota y la sífilis y una tisis incipiente, no padecía ninguna enfermedad grave, que aún esperaba vivir mucho tiempo, quizá cinco o diez años más y tal vez incluso casarse y tener hijos de verdad como la esposa respetable de una artesano viudo, por ejemplo... la madre de Grenouille deseaba que todo pasara cuanto antes. Y cuando empezaron los dolores del parto, se acurrucó bajo el mostrador y parió allí, como hiciera ya cinco veces, y cortó con el cuchillo el cordón umbilical del recién nacido. En aquel momento, sin embargo, a causa del calor y el hedor, que ella no percibía como tales, sino como algo insoportable y enervante -como un campo de lirios o un reducido aposento demasiado lleno de narcisos-, cayó desvanecida debajo de la mesa y fue rodando hasta el centro del arroyo, donde quedó inmóvil, con el cuchillo en la mano. Patrick Süskind. El Perfume. 1985 7 Nº 2. Explica la evolución demográfica que muestra el gráfico. Nº 3. “Al estar paralizados todos los ramos de actividad, los empleos cesaron, desapareciendo el trabajo y, con él, el pan de los pobres; y los lamentos de los pobres eran, ciertamente, muy desgarradores al principio, si bien el reparto de limosnas alivió su miseria en ese sentido. Cierto es que muchos escaparon al campo, mas hubo miles de ellos que permanecieron en Londres hasta que la pura desesperación les impulsó a salir de la ciudad, al solo fin de morir en los caminos y servir de mensajeros de la muerte, pues hubo quienes llevaron consigo la infección y la diseminaron hasta los confines más remotos del reino. Muchos de ellos eran los miserables seres de objeto de la desesperación a que he aludido antes; y fueron aniquilados por la desgracia que sobrevino después, pudiendo decirse que perecieron, no por la peste misma, sino por sus consecuencias; señaladamente, de hambre y de escasez de todas las cosas elementales, sin alojamiento, sin dinero, sin amigos, sin medios para conseguir su pan de cada día ni nadie que se lo proporcionase, ya que muchos de ellos carecían de lo que llamamos residencia legal y por ello no podían pedir nada a las parroquias. (...). Todo ello, si bien no deja de ser muy triste, representó una liberación, ya que la peste, que arreció de una manera horrorosa desde mediados de agosto hasta mediados de octubre, se llevó durante ese tiempo a unas treinta o cuarenta mil personas de estas, las cuales, de haber sobrevivido, hubieran sido una carga demasiado pesada debido a su pobreza.” Daniel Defoe. Diario del año de la peste (referido a la epidemia de 1722). 8 Nº 4. 1. 2. 3. 4. 5. 6. Clasifica el documento según su origen y según su contenido. Señala quién es el autor y a qué época pertenece. ¿A qué movimiento filosófico pertenece? ¿Cuáles son las características generales de este movimiento? Según el autor ¿cuáles son los principios fundamentales que ha de regular toda legislación? Explica el concepto de igualdad que defiende. ¿Estás de acuerdo con él? ¿Por qué? Nº 5. 1. 2. 3. 4. 5. Clasifica el documento según su origen y según su contenido. Señala quién es el autor y a qué época pertenece. ¿A qué movimiento filosófico pertenece? Según el autor, ¿cuál es la fundamental de riqueza para la economía? ¿Qué consecuencias tiene la aplicación de esta forma de pensamiento? 9 Nº 6. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. Clasifica el documento según su naturaleza u origen y según su contenido. Señala quién es el autor del texto y la fecha en la que fue escrito. ¿A qué época histórica se refiere? Señala cuáles son las ideas principales del documento. ¿Qué personajes históricos aparecen en el texto? ¿Cuál es el origen del Despotismo Ilustrado? ¿Cuándo y dónde llega al poder? ¿Qué consecuencias tuvo? ¿Cuál es el planteamiento del autor acerca del Despotismo Ilustrado? Resume las consecuencias a las que has llegado haciendo este comentario de texto. ACTIVIDADES: 1. Define con tus palabras todos los conceptos marcados en negritas en el tema. 2. A partir del esquema de la página 3, explica las características y composición de la sociedad del Antiguo Régimen. 3. Explica qué diferencia existe entre una monarquía absoluta y una monarquía parlamentaria. 4. A partir del esquema incluido al final del tema, explica la crisis del Antiguo Régimen a finales del siglo XVIII. 10