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Una política turística que tenga en cuenta los efectos de arrastre del sector
en el conjunto de la actividad económica.
Tal como enuncia Daniel Albarracín en su artículo es necesario el diseño de una política
que movilice toda la potencialidad de la cadena de valor de la actividad turística en
nuestro país, analizando las interconexiones entre diferentes sectores industriales
(bienes de inversión y de consumo) y de servicios, ya “que el turismo es un complejo
conjunto de servicios que se complementan, y de bienes necesarios para la producción
de esos servicios” (Ventura-Dias, 2011: 25).
En primer lugar, hay que tener lugar que si bien algunas políticas pueden ser
horizontales para cualquier tipo de empresa que opere en el sector (como las de
promoción, que desarrolla ampliamente Daniel en su texto haciendo especial hincapié
en la necesaria diversificación estacional y geográfica – de origen y de destino de los
turistas- y de formatos, que desconcentre la excesiva dependencia que tiene nuestro país
del “sol y playa” low cost, ya que Internet está suponiendo una fuerte presión a la baja
de los precios de esos productos turísticos) en relación al turismo de masas hay que
tener muy en cuenta sus especificidades. Particularmente el alto grado concentración de
los principales grupos empresariales en el segmento de los Tour-operadores masivos.
Tras las fusiones sucedidas en 2007 dos grandes operadores, TUI Travel PLC (radicada
en Gran Bretaña, aunque de origen alemán, y con una importante participación española
de la familia Riu y del Grupo de Empresas del exministro Abel Matutes) y la británica
Thomas Cook han llegado a concentrar más del 60% de las ventas totales en Europa.
Aunque los recientes problemas financieros de Thomas Cook (en gran parte debidos a
su menor apuesta por el mercado español en una época de gran incertidumbre política y
social en los países del Norte de Africa) han forzado a esta empresa a una fuerte
restructuración, con importantes desinversiones.
Los grandes Tour-operadores de ámbito europeo (y también los mediados de capital
español) tienen una fuerte integración vertical. Son propietarios de agencias de viajes,
hoteles, compañías aéreas, barcos de cruceros y operadores turísticos (TUI incluso llego
a ser
la 5ª empresa a nivel mundial entre las compañías marítimas
de portacontenedores,). Y, por tanto, sus decisiones de inversión tienen influencia en
multitud de sectores industriales.
Transporte
Alojamiento
Actividad industrial
Fabricación de aviones
Fabricación de barcos
(cruceros)
Fabricación de trenes
Fabricación de automoviles
Fabricación de otro material de
transporte
Industria Materiales de
construcción
Construcción
Servicios
Agencias de viajes
Servicios de Transporte (aéreo,
acuático/cruceros)
Desarrollo sector inmobiliario
Servicios financieros
Alquiler de
vehículos/taxis/ferrocarril/buses
Seguridad y mantenimiento
Administración y apoyo de
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negocios
Telecomunicaciones
Reservas
Ingeniería y arquitectura
Alimentación
Compras
Experiencias de la visita
Productos agroindustriales
Maquinaria agrícola
Fertilizantes
Bienes de consumo
Artesanías
Artículos para viajes
Textil
Mantenimiento
Comercialización
Restauración
Comercio al por menor
Parques temáticos
Eventos
Actividades culturales
Protección medioambiental
Fuente: Elaboración propia a partir de Gollub, Hosier and Woo (2002)
La actual realidad, y las futuras potencialidades, del turismo en España no deben ignorar
los riesgos de una deficiente gestión empresarial, como la que en los últimos años ha
llevado a la quiebra a importantes empresas del sector (Viajes Marsans y Orizonia).
El importante peso que tiene nuestro país como destino turístico, el cuarto lugar a escala
mundial, la relevante presencia de capital nacional en alguno de los principales grupos
empresariales europeos, así como el papel que tienen en el mercado nacional los Touroperadores medios de capital español (Globalia, Barceló Viajes, etc.) debería ser una
acicate para que el gobierno central y Comunidades Autónomas, en sus diferentes
ámbitos, fueran más activos en el diseño, en colaboración con los agentes empresariales
(no solo los relacionados directamente con el sector) y sociales, de una política para el
sector que tenga en cuenta los efectos de arrastre que tiene esta actividad para el
conjunto de la actividad económica. Y que, como bien dice Daniel Albarracín, avance
en su sostenibilidad medioambiental y social, evitando repetir el modelo del pasado que
estaba basado en un fuerte desarrollo inmobiliario financiado en gran medida por
endeudamiento exterior y con fuertes componentes especulativos, por bajos salarios y la
temporalidad de los contratos. Aunque no creemos que, dadas las características de
fuerte integración vertical de los grandes y medianos Tour-operadores, una agencia
mayorista de intermediación estatal sea la opción más realista.
La inexistencia de una eficaz política turística, que tenga en cuenta las interrelación del
sector con otras actividades productivas, se ha puesto de manifiesto en los negativos
efectos que ha tenido para el aeropuerto de Barajas el papel crecientemente subsidiario
de Iberia frente a British Airways, y que puede agravarse si persiste la amenaza de
privatización de algún aeropuerto importante, como la T4 de Madrid
Fahd Boundi. Economista.
Bruno Estrada. Director de Estudios y Proyectos de la Fundación 1º de mayo.
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