PRÓLOGO Cuando una persona debe abandonar su tierra para buscar trabajo lejos de ella se debilitan muchas cosas. Se rompen los vínculos familiares y las relaciones sociales. Se dejan atrás costumbres y, también, aquellos lazos que brindan una seguridad compartida. Y se entra en un túnel de incertidumbres que deja a la persona más indefensa. Son esas situaciones de indefensión las que requieren, más que nunca, del apoyo que brindan los vínculos sindicales, aquellos que giran alrededor de la idea de que la solidaridad puede lograr hacer del trabajo donde éste se dé- un motor de desarrollo personal y social. El Estudio que aquí se presenta forma parte de un conjunto de investigaciones realizados en el marco del Proyecto Los Sindicatos y el Trabajo decente en la era de la globalización en América Latina financiado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de España. Su objetivo inmediato es aportar a las organizaciones sindicales de Perú y Chile un análisis de la situación concreta que viven las personas que migran desde el Perú al país vecino y ofrecerles una serie de propuestas que les sirvan para potenciar sus esfuerzos en favor de la elaboración de propuestas alternativas y políticas positivas para promocionar sus derechos humanos y laborales. Pero, lejos de querer ser un trabajo localista, este análisis concreto puede servir como ejemplo a nivel general. Es un caso específico, el de dos países vecinos con un diferencial de desarrollo y donde interviene, además, ciertas dosis de posibles prejuicios étnicos e históricos. La investigación desmonta ciertas ideas preconcebidas: por ejemplo, la de que el número de peruanos en Chile es bastante menor de lo que uno y otro país se imagina, o los datos sobre el origen geográfico de los migrantes o sobre su nivel de estudios. Aporta, también, criterios sociales, legales y laborales que pueden servir a las organizaciones sindicales de Perú y Chile en su trabajo de elaboración de propuestas, teniendo en el horizonte la perspectiva de facilitar el avance de un plan de acción conjunto para favorecer la mejora integral en la situación de estas personas. Se usa a menudo la palabra personas, huyendo de invisibilizar, tras el vocablo trabajadores, al gran número de mujeres que forman parte de este contingente de migrantes; son estas mujeres el punto más débil de la débil cadena, muchas de ellas jefas de hogar, trabajando aisladas en domicilios ajenos. A través de este trabajo se ha querido hacer una llamada de atención a esta singular situación. El estudio ha sido realizado por Javier Mujica desde Perú, quien ha contado con el apoyo de investigadores desde Chile, contrastando la realidad a través de entrevistas y encuestas. En su primera parte, se presenta la evolución del hecho migratorio en Perú y el origen reciente del crecimiento sostenido del número de personas que van hacia Chile. En la segunda parte, se pasa a analizar los datos concretos de la actualidad; se describe los rasgos más destacables de la situación de los derechos humanos y laborales de estos peruanos; se recuerda las normas constitucionales, laborales y humanitarias que deben proteger los derechos de todos ellos y de sus familias, y se indaga sobre la visión que tienen de su realidad los trabajadores y empresarios chilenos. La abundante información de este diagnóstico se condensa, en la tercera parte del trabajo, en una serie de Conclusiones que desembocan, ya en la cuarta parte, en tres grupos de Recomendaciones: unas para el Estado peruano, otras para el Estado chileno y otras para las organizaciones sindicales de Chile y Perú. Entre esas recomendaciones destaca la necesidad de que ambos países consideren nuevamente la ratificación de los Convenios 97 y 143 de la OIT, y 5 se hagan signatarios de la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de los Trabajadores Migrantes y de sus Familias, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1990 y que entró en vigencia el 1° de julio de 2003. Este trabajo pretende ser, por último, una aportación al esfuerzo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por mejorar la situación de los migrantes en el mundo, esfuerzo redoblado durante su 92 Conferencia. En un momento en el que la economía se globaliza cada vez más y en el que el reparto de la riqueza no es equitativo, es necesaria una mayor sensibilización social para demandar la igualdad de derechos de todas las personas que viven y trabajan en un mismo país. Jim Baker Director de ACTRAV Agustín Muñoz Director de la Oficina Regional de OIT para las Américas 6