BREVE ANÁLISIS SOBRE CONTRATACIÓN AGRARIA. SEGUNDA PARTE. PASTOREO ATÍPICO En nuestro artículo anterior comenzamos por analizar el contrato de pastoreo, y dentro del mismo analizamos el pastoreo típico. Recordemos el término “pastoreo” como aquel contrato nominado cuyo nombre engloba dos modalidades contractuales bien distintas, el pastoreo típico y el pastoreo atípico. El contrato de pastoreo Atípico o Impropio se encuentra mencionado por el Decreto Ley 14.384 en su Art. 3, artículo a través del cual se excluye los contratos que en él se estipulan de la ley antes mencionada relativa a Arrendamientos Rurales, exclusión que intentaba flexibilizar la normativa vigente de la época, sobre todo lo relativo al régimen de plazos, entre otros aspectos que hoy no son de gran utilidad por las modificaciones introducidas al decreto ley en nuevas disposiciones legales tales como la Ley 16223 entre otras, pero cuyos efectos se mantienen y entendemos que es conveniente conocerlos. Mención Legal de Pastoreo Atípico. El Art 3 literal A) del Dec. Ley 14.384 fue modificado por el Art 1 del Decreto Ley 14.495 del mismo año, que establece “los contratos sobre pastoreo de hasta un año de plazo… el tenedor del predio lo retenga por un plazo mayor de un año”. La diferencia medular con el pastoreo típico o propio radica en la cesión de uso y goce del predio rural mediante la tenencia y ocupación efectiva del predio rural por parte del propietario de los animales para el pastaje de los mismos. La forma del contrato de pastoreo atípico es consensual por carecer de formalismo legal. No se recomienda el contrato verbal pero resultaría valido y eficaz, aunque en caso de un reclamo legal debería probarse la existencia del mismo. El régimen de fijación de precio es libre y en la práctica es común ver este tipo de contratos con un precio fijado por hectárea por mes, precio que puede pactarse por en moneda nacional o extranjera o en kilos de carne. Las partes en el pastoreo típico las habíamos definido como receptor de los animales y el propietario o dador de éstos, diferenciación que en esta modalidad contractual de nada nos sirve, ya que como vimos el propietario de los animales en el pastoreo atípico es además el cuidador de los mismos, por lo que las obligaciones emergentes de este contrato nada tienen que ver con el pastoreo típico o propio. Las obligaciones son puramente de cambio, cesión de uso y goce a cambio de un precio, por lo que corresponderá al propietario de los animales y beneficiario del uso del predio el pago del precio y a quien entrega el predio permitir el aprovechamiento del mismo libre de todo gravamen. ¿El contrato de pastoreo atípico, es un contrato de arrendamiento rural? Conceptualmente lo es, pero normativamente no. La naturaleza jurídica de este contrato es claramente arrendaticia siendo un claro contrato de cambio. La doctrina mayoritaria entiende que se trata de un arrendamiento rural de destino ganadero siendo el pastoreo o pastaje de animales la finalidad perseguida; una subespecie del arrendamiento rural ganadero. El régimen de plazo es una diferencia de una relevancia fundamental con los arrendamientos rurales. El plazo debe ser inferior a un periodo de un año. Pero, ¿qué sucede ante una renovación, prorroga u omisión y en su caso el plazo anual establecido es superado? Mucho se ha discutido sobre cuál es la modalidad contractual a partir de ese momento. Claro está que es un plazo de duración definida y la superación de los plazos no obliga a interpretar que nos mantendremos dentro de esta modalidad contractual, tesis que ya ha sido pacíficamente aceptada por la doctrina, lo que no se ha determinado unánimemente es frente a qué contrato nos encontramos en caso de prórroga o renovación del plazo. Resulta extraño concebir que por el vencimiento de los plazos modifique lo que comenzó como un contrato de pastoreo atípico y que por el vencimiento de los plazos ya no lo sea y nos encuadremos en otra modalidad contractual. Algunos entienden que nos encontraremos frente a un contrato de arrendamiento, otros entienden que nos encontraremos frente a una nueva modalidad contractual que se denomina medianería predial. En las próximas publicaciones analizaremos el arrendamiento rural, pero es necesario adelantar que éste contrato, a diferencia del pastoreo atípico, requiere de formalismos imprescindibles para su validez como lo es la necesidad de un contrato escrito, por lo que deberá escriturarse bajo nulidad absoluta. Ante ello la pregunta es obvia, ¿qué sucede si habiéndose superado el plazo establecido para el pastoreo atípico, no se cumple con este requisito de forma? La doctrina mayoritaria entiende que no nos encontraremos frente a un arrendamiento rural, tampoco frente a un contrato de aparcería, situación confusa si nada se ha hecho. Puede entenderse que nos encontraremos frente a un arrendamiento regulado por el código civil o ante una nueva modalidad que ya mencionamos como lo es la medianería predial, situaciones que acarrean distintas consecuencias. Claro está que de cumplirse con los requisitos de forma establecidos en el Dec. Ley 14384 nos encontraremos frente a un arrendamiento rural. No pretendemos en estas breves líneas definir opinión al respecto, pero es importante que el empresario rural conozca ésta realidad y sus efectos. En cuanto al régimen de responsabilidad, responderá por los daños de los animales quien detente la guarda material de los mismos, no surgiendo duda alguna al respecto. Corresponde tener presente y es de enorme importancia el régimen de desalojo, ya que en el contrato de pastoreo atípico los plazos previstos para la entrega del inmueble son muy convenientes para quien cedió el predio, en la mayoría de los casos su propietario. Se desprende del art 546.3 del CGP que “Por igual procedimiento tramitaran el desalojo en los casos de contratos de pastoreo con tenencia parcial o total del predio ajeno…, siendo el plazo de desalojo en tales casos, de treinta días”. Por tanto, será conveniente para quien detenta el inmueble ya que el receptor del predio no podrá beneficiarse del plazo por buen pagador que concede el instituto del arrendamiento rural, sumado además a esta modalidad contractual una mayor agilidad en el proceso de desalojo beneficiando y agilizando la devolución del predio en caso de no restitución del mismo. Montevideo - Tel.: (+598) 2.600.17.67 I Buenos Aires - Tel: (+5411) 59176495 I www.ba.com.uy I [email protected]