SUMARIO mg LA OTRA CARA DEL DEPORTE La tendinitis del corredor de fondo En la mitología clásica, y en la Eneida de Virgilio, Aquiles es el héroe principal de los griegos en la guerra de Troya. Con la intención de hacerle invulnerable, su madre, Tetis, le sumerge en la laguna Estigia. Pero para sumergirle, Tetis coge a Aquiles por su talón izquierdo, única parte de su cuerpo que no alcanza la invulnerabilidad y, por tanto, punto flaco del héroe. El mito de Aquiles, ha persistido hasta nuestros días convertido en figura retórica. Así se entiende por 'talón de Aquiles' el punto débil de una persona. Además, una parte de nuestro cuerpo también conserva este nombre: el tendón de Aquiles o el tendón que une pantorrilla y talón, uno de los más castigados por los atletas. Las dolencias relacionadas con el tendón de Aquiles, según datos estadounidenses, significan la tercera causa de molestia entre los corredores y su incidencia es de aproximadamente el 11% anual de todas las lesiones del corredor (Techniques in Foot & Ankle Surgery 2003; 2(3): 208-219). Tampoco es infrecuente escuchar que tal o cual atleta sufre molestias en su tendón de Aquiles. Sin ir más lejos, este tipo de molestias impidieron a Fermín Cacho su participación en los Juegos Olímpicos del 2000 en Sydney (Australia). Y es que corredores de fondo y maratonianos son diana principal de inflamaciones del tendón de Aquiles. El síntoma principal es el dolor intenso y sus causas son diversas. Generalmente se produce por una sobre- 5 6 Nº 6 0 - ENERO 2004 - PÁG 5 6 carga del tendón, cuyo origen puede encontrarse en el sobreentrenamiento. Asimismo iniciar la práctica con demasiada intensidad o realizar cambios bruscos de intensidad mientras se corre, también puede dar lugar a la inflamación del tendón de Aquiles. Según los expertos, hay que tener en cuenta, además, algunos factores externos como el suelo que se pisa –un cambio en el terreno puede influir en la sobrecarga del tendón–, la climatología o el deterioro de las zapatillas de deporte. Tratar la tendinitis del Aquiles pasa principalmente por el reposo y la administración de antiinflamatorios no esteroideos. Los casos que revisten cierta gravedad, sin embargo, pueden ser candidatos a intervención quirúrgica. EL MATIZ Las tendinitis del Aquiles suelen tener un diagnóstico tardío, ya que generalmente es una dolencia que mejora sus síntomas con la actividad física. Sin embargo, y aunque durante el ejercicio el dolor disminuya, en ningún caso debe prolongarse la ejercitación ante la presencia de dolor en el tendón de Aquiles. Prevenir este tipo de lesiones puede conseguirse tomando sencillas precauciones como la utilización del equipamiento adecuado -zapatillas de fondo, no gastadas- realizar estiramientos tanto antes, para calentar el músculo, como después, para relajarlo, o empezar a correr por terreno blando, sin pisar demasiado el asfalto. En casos especiales como personas con trastornos ortopédicos conviene la utilización de un equipo con la corrección adecuada. Las personas que hayan sufrido tendinitis con anterioridad deberán prestar especial atención a las medidas preventivas. De no curarse, una tendinitis aguda puede dar lugar a cronificación. REVISTA D E L A SEMG