1 La cultura y la educación de los niños pequeños. Preparando al

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La cultura y la educación de los niños pequeños. Preparando al personal
para enseñar a los niños de muchas procedencias culturales
Carol Brunson Day
National Black Child Development Institute,
Washington, DC
U. S. A.
Antecedentes
Existe un amplio consenso entre los educadores infantiles de temprana
edad americanos, que preparar a los maestros para enseñar de manera efectiva
a todos los niños, incluidos aquellos que provienen de diversas culturas, es uno
de los retos más importantes que enfrenta la educación. Solamente se necesita
observar el cambio racial, cultural, lingüístico y composición del país, y el
continuo, desproporcionado y pobre resultado educativo asociado con la raza,
etnias y clase social para comprender el porqué de esto.
Mientras los Estados Unidos han sido siempre una sociedad diversa, las
recientes olas de inmigración, especialmente de América Latina, Asia, Europa
oriental, el Medio Oriente, el Caribe y África la ha aumentado aún más.
Actualmente, casi el 41% de la población total de niños en los Estados Unidos
es latina, asiática, afroamericana/descendentes africanos. Se proyecta que para
el 2020, el porcentaje de menores perteneciente a diversas etnias, culturas e
idiomas crecerá un 47%. En las últimas dos décadas, el porcentaje de niños en
edad escolar que hablan otro idioma, además del inglés nativo, casi se ha
duplicado, y un niño de diez años, es ahora un aprendiz del idioma inglés
(California Tomorrow, 2006).
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Las brechas en el logro escolar entre estos grupos son ampliamente
evidentes. De acuerdo con “The Education Trust” en Washington, DC, continúan
quedándose atrás de sus contrapartes blancos en el logro escolar, como lo
indican las cifras en matemáticas y lectura, con brechas que crecen a medida
que avanzan en los grados escolares. Esto es una preocupación seria de las
escuelas, dado que la promesa americana de que todo individuo sin importar
raza, credo o cultura deben tener igual acceso a la vida, libertad y la búsqueda
de la felicidad. Para las escuelas, juega un papel muy importante el asegurar
que las garantías, como la educación, se vean como la llave hacia la movilidad
económica y a una mejor calidad de vida.
Las escuelas americanas continúan experimentando formas para mejorar
el acceso de varios grupos culturales hacia las oportunidades sociales,
económicas y políticas. A principios de la época de los 70, emergió una
pedagogía educativa llamada Educación Multicultural, dedicada enteramente a
los retos de respuesta a cuestiones culturales en la educación infantil. El
movimiento multicultural tiene una historia rica y variada, pero una breve
descripción de su presencia en la educación temprana infantil servirá para
establecer el escenario para nuestro análisis de la condición y retos actuales.
Brevemente, a través de los años, se pueden observar dos tipos básicos
de educación multicultural en los salones de clase de los infantes. Al primero lo
llamaremos “apreciación cultural” que es diseñado para enseñar a la gente
sobre la cultura de los demás (de esta manera entenderán mejor a los
demás). Las actividades generalmente tienen un sabor internacional y arbitrario
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sobre cuáles grupos se escogen para estudio – puede ser el favorito del maestro
o el grupo con la cultura más excitante y colorida. El acercamiento es turístico,
enfocado en los elementos exóticos de la cultura – las cosas más extrañas son
la corriente cultural de América.
Al segundo tipo lo llamamos “auto enriquecimiento cultural.” Sus
actividades están diseñadas para enseñar a la gente sobre ellos mismos
como opuestos a los otros, por lo que su enfoque está en la cultura del
grupo de niños para quienes se diseñó (con el fin de cambiar su auto
imagen, de negativa a positiva). Así, por ejemplo, la cultura portorriqueña se
enseña a los niños de Puerto Rico, la vietnamita a los de Vietnam, etc.,
generalmente, enfocándose en los logros históricos del grupo y héroes
contemporáneos, así como celebraciones de días festivos y prácticas
alimenticias. A pesar de las diferencias en las tácticas, ambos enfoques tienen
las mismas suposiciones subyacentes: si los niños obtienen información sobre
las diferencias culturales, de alguna manera tendrá un impacto en su habilidad
para llevarse bien, en su auto-imagen, en el éxito escolar y consecuentemente
en igual acceso a oportunidades.
Sin embargo, en mi opinión, las diferencias culturales no son el
problema. Más que la cultura en sí, es el camino en el que la mayoría de las
instituciones de este país han respondido a la gente que son cultural, racial y
étnicamente diversa, que es la mayor fuente de inequidad social, política y
económica. Los afroamericanos no están oprimidos porque sus ancestros son
de África sino que están oprimidos porque el color de la piel está obteniendo una
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respuesta negativa. El niño que habla español tiene problemas en la escuela, no
porque haya algo en contra del español, sino por que la respuesta no se
enseñado.
Son estas respuestas negativas a los niños en la escuela el problema
central que les impide triunfar. Así que a menos de que la educación
multicultural nos ayude a responder positivamente a la cultura infantil, continuará
perdiendo su marca de igualdad. Debe enseñarnos a reconocer y usar la cultura
para crear aulas que sean más bien como hogares, donde los niños de
diferentes culturas aprendan a ser más fuertes. La autorización cultural debe
ser la meta de las aulas multiculturales con actividades diseñadas para
proporcionar un ambiente que sea culturalmente consistente para los niños…
construida sobre actitudes de valores, y expectativas de conducta relacionadas
con la cultura de casa del niño. A diferencia de las lecciones de alerta
multicultural, donde se les enseña cultura a los niños, la autorización cultural
busca enseñar a los niños en un contexto cultural consistente.
•
Significa utilizar el idioma de la familia del niño más que el
Inglés.
•
Significa luchar junto con los padres para decidir cómo educar
a sus hijos en una sociedad que los devalúa al pedirles que
abandonen su cultura con el fin de alcanzar las metas.
•
Significa descifrar cómo ayudar a los niños a ser hábiles tanto
en su cultura original como en las habilidades que son
poderosas en la cultura principal si ellos así lo deciden.
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Preparar a los maestros para que enseñen en escuelas donde la autorización
cultural es el medio meta para preparar a los maestros a que comprendan el
papel de la cultura en el desarrollo de los niños, siendo quienes entienden cómo
tomar acciones para proteger a los niños por medio de la eliminación del racismo
y preferencias, como obstáculos a su desarrollo.
Comprensión del papel cultural en el desarrollo
Los desarrolladores teóricos infantiles nos han enseñado que todos los
niños son seres culturales. Cada conducta aprendida que los niños adquieren es
expresada en un contexto cultural, y los valores y creencias culturales impactan el
mundo de los niños y afectan lo que dicen y hacen. La cultura es el lente a través
del cual los niños aprenden las reglas de las relaciones que les permiten
desarrollarse. Muchas de las conductas que pensamos que son “conductas
normales en todos los niños” son en realidad un lazo cultural. Aún las conductas
más simples como el contacto visual y gestos que significan desarrollo saludable
en una cultura, puede significar algo enteramente diferente en otra.
Tomar el estilo de comunicación. Las culturas varían en muchas
dimensiones de comunicación. Las culturas de contextos bajos, por ejemplo,
(como aquellas encontradas en Europa Occidental o en los Estados Unidos) son
aquellas en las que el significado es explícitamente comunicado principalmente
a través de palabras escritas y habladas, llevadas de manera recta y directa. Las
culturas con alto contexto (como las encontradas en Asia, América del Sur y
comunidades americanas nativas) tienden a usar un estilo de comunicación en
los que un mensaje verbal o escrito es generalmente ambiguo, indirecto
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o
abierto a la interpretación, confiando en el conocimiento compartido dentro del
grupo para ayudar a dirigir el significado. El mensaje está implícito en filas
situacionales, no verbales, como el lenguaje del cuerpo, posición, o
conocimiento de la relación involucrada (Day & Parlakian, 2004.)
Estas diferencias no significan que una manera es correcta y la otra
equivocada. Simplemente demuestran que hay una amplia variedad de patrones
que se emiten en el proceso de desarrollo que pueden explicarse mejor al
comprender el contexto cultural en el que se desenvuelven.
La preferencia como promotor del subdesarrollo
Cuando los maestros y asistentes no comprenden o ignoran los
contextos culturales, ponemos a los niños en riesgo educativo y de desarrollo.
Permítame ilustrarlo describiendo un estudio en niños afroamericanos de primer
grado con el que se examinaron los patrones de lenguaje/discurso (Inglés de
gente de color), y su relación para leer el éxito. El estudio encontró que la
manera en que los maestros respondieron al lenguaje de sus pupilos (como
reflejo de sus estilos de enseñanza) fue relacionado al éxito de los niños en la
lectura. Los investigadores encontraron que los últimos maestros en alcanzar el
éxito fueron aquellos del grupo “interruptor”, que pidieron a los niños que
repitieran palabras pronunciadas en dialecto muchas veces, y que interpretaran
las pronunciaciones del dialecto como errores de lectura. Tenían un efecto
represivo en el desarrollo de la lectura de los estudiantes, reflejado no solamente
en los puntajes de lectura bajos, sino también en el hecho de que algunos niños
dejaron de participar en la lectura, hablando suavemente y espaciado. En
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contraste, el maestro con más éxito los llamó Gente de “color artística," usó
calidades culturales del lenguaje para realzar su instrucción – como el ritmo de
una canción – y animó a los niños a participar escuchando sus respuestas. Ellos
notaron las diferencias de vocabulario de los niños de raza negra, y parecieron
prever el conflicto estructural enseñando a los niños a escuchar las distinciones
de sonido del inglés estándar. No solo se les enseñó a los niños por medio de
este enfoque a participar con entusiasmo en las clases de lectura, sino que
también mostraron los puntajes de lectura más altos (Piestrup, 1973). Estudios
como éste muestran el poder de las diferencias culturales que se manifiesta en
las relaciones e interacciones entre los maestros y los niños. De menos
significación al desarrollo y aprendizaje de los niños fueron los libros y
materiales que reflejan sus antecedentes culturales. Lo que parece importante
es la comprensión del maestro sobre cómo situar a los niños en su propio
contexto cultural.
La llamada para la competencia cultural
Existe una evidencia creciente entre los investigadores en los E.U.
(Foster, 2003; Delpit, 2003; Garcia, 2005; Gay, 2000) que apoyan la creencia
del desarrollo de los niños y los beneficios del aprendizaje de la enseñanza
culturalmente competente, y que la eficacia real de esta competencia reside en
las actitudes, creencias, intentos motivacionales, o inversión emocional más que
en el contenido instructivo directo. Su trabajo apoya las nociones de que la
compatibilidad cultural reduce los malos entendidos entre estudiantes y
maestros; proporciona un puente entre lo que los estudiantes conocen y lo que
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esperan aprender en la escuela, y puede contribuir al desarrollo de la confianza,
factor crucial para el clima socio-emocional del aprendizaje.
Dentro de la comunidad educativa, está también creciendo un apoyo para
promover la competencia cultural de los maestros de esta manera. En una
declaración y serie de recomendaciones recientemente publicadas, EggersPiércola (2002) representando una coalición de grupos latinos, se enfocó en
reclutar y retener a personal latino que tiene una herencia reflexiva de sus
estudiantes de habla hispana. Ellos arguyen su importancia para el desarrollo
apropiado de estos niños, sirviendo como modelos culturales, facilitando el
desarrollo del lenguaje y la comunicación efectiva con las familias.
Posteriormente, en 2004, la Asociación de Educación Nacional publicó un
reporte que argumenta que, una sorprendente falta de diversidad cultural y racial
entre los maestros está dañando las oportunidades de éxito para los menores.
El reporte cita la investigación que muestra que las minorías tienden a hacerlo
mejor en clase, y enfrentan expectativas mayores cuando reciben instrucción de
los maestros de su grupo racial o étnico. Concluyen que los maestros de color
sirven como modelos del papel y aduanas culturales que ayudan a los
estudiantes a conectarse con la escuela a través de identidades compartidas.
Mientras que asegurar una fuerza de trabajo en la culturalmente diversa
enseñanza es una estrategia importante, sería un error interpretar la llamada
igualdad cultural/racial de los maestros y estudiantes como una panacea para la
educación multicultural, y perder la visión de la demanda fundamental de los
maestros, que es comprender la cultura de sus estudiantes e incorporarla a sus
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interacciones en clase. Preparar a los maestros que tienen buena igualdad
cultural con los niños es la meta, y ésta no puede ser asegurada solo porque un
maestro proviene del mismo grupo cultural que el de los niños.
Desafortunadamente, el fenómeno de opresiones personales es conocido entre
los grupos étnicos y culturales en EEUU como una consecuencia de opresión
social. Por lo tanto, no aprender sobre las diferencias culturales se convierte en
un componente mayor del proceso de competencia cultural de desarrollo.
Así que, ¿Qué haces cuando no puedes encontrar maestros que conocen
y comprenden cómo usar la cultura de los niños en la enseñanza? ¿Y qué pasa
si quieres maestros que puedan trabajar competitivamente en el salón de clases
en donde están representados varios grupos culturales? ¿En dónde comienza la
preparación del maestro?
La competencia cultural como un reto para la preparación del maestro
Me gustaría proponer varias recomendaciones para preparar
culturalmente a maestros competentes para que se les enseñen algunos
principios básicos y estrategias, sin que sean una receta para empezar a formar
el currículum profesional de un maestro. Estos incluyen: (a) proporcionar una
profunda comprensión de cultura; (b) proporcionar una profunda comprensión de
la diferencia de razas y culturas y cómo afecta a las escuelas; (c) proporcionar
estrategias para auténticamente aprender sobre los grupos culturales, y (d)
desarrollar una mentalidad activista.
Primero: debemos ayudar a los maestros a practicar con profunda
comprensión de la cultura, y cómo influye en el desarrollo y aprendizaje – la
cultura desde una perspectiva antropológica, no solo educativa. He aprendido a
enseñar varios principios acerca de la cultura como un proceso que disipa
algunos de los mitos estudiantiles que se tienen sobre lo que es la cultura y los
ayuda a comenzar a pensar sobre su influencia en la conducta, menos que en
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los artefactos que son producidos, ej. Los profundos elementos estructurales
más que los superficiales:
•
La cultura es incorporada en las reglas que forman la conducta. Las
reglas culturales no originan la conducta; influyen en la gente para que
se comporten de manera similar, de manera que les ayuda a
comprenderse mutuamente.
•
La cultura es aprendida. Lo que aprendemos depende de las reglas
culturales de la gente que nos cría. Además, puede ser algo bien
aprendido por algunas persona del grupo y por otras no.
•
Los individuos miembros de una cultura están incorporados en
diferentes grados dentro de su grupo cultural. Generalmente los
miembros de un grupo cultural aprenden las reglas básicas de su cultura,
pero algunas familias son más bien tradicionales, algunas lo son menos.
(Y por supuesto, a pesar de que las familias e individuos aprenden las
reglas culturales, tal vez no se comporten de acuerdo a lo que han
aprendido).
•
La cultura es dinámica. Todo grupo cultural desarrolla cambios con el
tiempo, y aquellos cambios ocurren debido a los individuos. Así que
mientras la cultura influye en el comportamiento, los individuos también
influyen en los patrones culturales. Los cambios del grupo ocurren por
una variedad de razones específicas - incluido el contacto con las ideas y
comportamientos de externos, por lo que algunos grupos cambian más
rápido que otros. Incluso este elemento dinámico coexiste con otro – el de
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la estabilidad cultural, que en general es más predominante en cualquier
punto de tiempo. Así que mientras es útil saber que la cultura es
dinámica, es tal vez más práctico pensar acerca de la cultura como las
características de grupo que pasaron de una generación a otra, a pesar
de ser una conducta individual dentro de una generación que también
contribuye a los cambios que inevitablemente experimentan los grupos
culturales. Ningún proceso niega al otro – Son simultáneos e
interdependientes.
Las discusiones sobre la cultura deben ser a largo y profundo plazo, utilizando
ejemplos que nacen de las vidas de los estudiantes adultos, recordando que
primero se debe entender cómo la cultura influye en la vida de una persona, con
el fin de entender cómo la cultura influye en otros.
Segundo, debemos ayudar a los maestros a entrar a la práctica con una
comprensión de cómo las diferencias raciales y culturales contribuyen al
subdesarrollo de los niños. El libro de Lisa Delpit, Los otros niños de la gente:
conflicto cultural en el salón de clases (1996) presenta una discusión provocativa
en relación a la dinámica de inequidad que se juega en las desigualdades
culturales del salón de clases. Su sugerencia a los maestros es que comprendan
y se enfoquen en la intersección de raza, cultura y diferencia – una comprensión
que puede lograrse a través del estudio directo. He tenido un caso similar en
alguna otra parte (Derman-Sparks & Phillips, 1996) en que los maestros deben
explorar el racismo profundamente, y aprender a usar las herramientas para
buscar otras formas de diferencias (étnica, clase, etc.). Es lo que llamamos
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educación contra diferencias de los EEUU, y se basa en la premisa de que la
mayoría de los educadores han sido enseñados a comprender el racismo y otras
formas de diferencias a un nivel muy superficial, y tienden a pensar en sus
manifestaciones en el intolerante y perjudicial comportamiento de individuos
(contando chistes étnicos, ataques verbales, etc.). Pero con el fin de ayudar a
los maestros a desarrollar una disposición para trabajar continuamente en
mantener y comprender su papel personal como un participante de la opresión
institucional (racial y cultural); deben comprender las formas institucionales de
diferencias, ej., cómo el racismo afecta la misión, política, estructura y métodos
de educación y programas de servicio humano. Por ejemplo, las consecuencias
de formas institucionales de diferencias que se manifiestan en premisas y
representaciones mono-culturales, mono-raciales en libros y materiales, y sus
pruebas y consecuencias que causan daños repetidos y acumulados en el
crecimiento y desarrollo de los niños.
Tercero, debemos dar a los maestros herramientas para buscar
constantemente recursos auténticos de información sobre varios grupos
culturales. Esto significa buscar recursos que provengan del corazón de las
comunidades culturales (en su propia voz), y aprender cómo determinar la
validez de información para uso con niños y familias específicas. Los maestros
necesitan habilidades para conocer cómo entrar e interactuar con las
comunidades étnicas y culturales, y cómo crear un clima de discusión de tópicos
que encuentren difíciles, o en los que tengan miedo de cometer errores, o
parecer “racistas”. Deben también conocer cómo hacer la difícil pero importante
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distinción entre los estereotipos y grupos de características culturales genuinas,
y saber cómo pesar y usar apropiadamente la información. Deben aprender a
elaborar hipótesis sobre la gente - no generalizar. Finalmente, deben conocer
quienes son culturalmente diferentes, y tener un sentido sano de lo que no
saben sobre los demás y que se considera culturalmente diferente.
Cuarto, debemos ayudar a los maestros a comprender la importancia de
trabajar para el cambio. Deben comprender cómo actuar en nombre de la
opresión y saber cómo examinar; cómo usar cualquier poder que tengan como
individuos para cambiar la opresión de la sociedad en general. Por ejemplo,
debemos ayudar a los maestros a abrazar el valor de tener una fuerza de trabajo
diversa culturalmente hablando, tanto niños y familias, como la profesión, y
ayudarlos a abocarse para que esto suceda. Tener personal culturalmente
diverso ayuda a construir y mantener la competencia cultural porque
culturalmente los grupos de personal diversos tienen más oportunidades de
dialogar sobre la cultura en el lugar de trabajo. Traen diversas perspectivas a la
solución de problemas, y refuerzan la capacidad de los programas para usar
diferentes maneras de ser en el mundo para promover el crecimiento y beneficio
de todos.
Entrenar a los maestros en la comprensión de los beneficios del éxito
escolar de los niños ayudará a los maestros a no ser amenazados por el
personal representativo. Dichos miedos con frecuencia provocan que los
maestros minimicen la importancia de la cultura en el desarrollo y aprendizaje, e
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incrementan el potencial de que culturalmente los niños de grupos diversos
puedan sentirse insatisfechos.
Resumen y Conclusiones
Cuando las posiciones educativas en educación temprana ofrecen a los
niños y familiares metas, valores y estilos de interacción que son culturalmente
compatibles, hay una probabilidad mayor de que las familias desarrollen
relaciones más estrechas con los programas e interactúen de manera que
promuevan el crecimiento y desarrollo de sus hijos, así como la disposición
escolar.
Ya que aún hay mucho que leer sobre el papel de influencias culturales
en el desarrollo de los niños, los maestros del mundo actual deben prepararse
en la práctica para participar en el proceso de descubrimiento. Deben ser
culturalmente competentes—saber quiénes son culturalmente y tener un sentido
sano de lo que no saben. Deben ver las limitaciones de un sistema educativo
que fracasa al educar a todo un mundo, y aceptar la responsabilidad de
abocarse al cambio. Y deben mantenerse abiertos a observar y aprender de los
niños, los padres y la comunidad, así como comprometerse en su dedicación a
los niños, dándoles lo que se merecen- un aprendizaje de alta calidad y aplicar
su experiencia en el desarrollo.
Me parece que promover este tipo de educación multicultural no solo
creará más oportunidades para nuestros niños, sino que en el proceso también
cambiará la sociedad en la que vivimos.
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REFERENCIAS
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desarrollar y apoyar una fuerza de trabajo hábil para una niñez temprana,
lingüística y étnicamente diversa. Oakland, California: California Tomorrow.
Day, Monimalika y Rebecca Parlakian (2004) Cómo la cultura forma el desarrollo
social-emocional: implicaciones para la práctica en programas infantilesfamiliares. Washington, DC: cero a tres.
Delpit, Lisa (1996) Los niños de la otra gente: Conflicto cultural en el salón de
clases. New York: New Press.
Derman-Sparks, Louise y Carol Brunson Phillips (1996) Enseñanza/Aprendizaje
de una educación contra las diferencias: Un enfoque para el desarrollo. New
York: Teachers College Press.
Eggers-Piérola, Constanza (2002) Conexiones y compromisos: Un marco con
bases latinas para educadores de niñez temprana, Washington, DC: Centro de
desarrollo educativo.
Gay, Geneva (2000) Enseñanza culturalmente responsiva: Teoría, investigación
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Foster, Michele, Jeffrey Lewis & Laura Onafowora (2003) “Antropología, cultura
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rasgos individuales o habilidades de práctica.” Educational Researcher, Vol 32,
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Ladson-Billings, Gloria (1994) Los soñadores eternos: maestros exitosos de
niños afroamericanos. New York: Jossey-Bass
Piestrup, Ann McCormick (1973) Interferencia del dialecto negro y estructura
mental de instrucciones para la lectura en primer grado, Tratados de Laboratorio
de investigación de la conducta del lenguaje, #4, University of California at
Berkeley
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