NORMAS DE HIGIENE Y CONVIVENCIA PARA CASA Es conveniente inculcar tempranamente las siguientes actitudes en los niños hasta que una vez repetidas constantemente y automatizadas, constituyan un hábito para ellos y no tengan que serle recordadas repetidamente durante toda su vida. Cepillarse los dientes, al levantarse, después de las comidas o después de comer dulces al acostarse. No usar los dientes como herramienta. No abusar de las golosinas y sustituirlas por fruta natural y frutos secos. Cuidar personalmente la higiene de su propio cuerpo. Bañarse o ducharse solos. Buscarse la ropa limpia, ellos mismos y vestirse. Lavarse la cabeza. Lavarse las manos antes y después de las comidas, así como antes y después de ir al WC. Limpiarse las uñas con un cepillo y llevarlas cortas. Lavarse los pies y los genitales si no se han duchado. Peinarse solos. Cepillarse sus zapatos. Doblar y guardar la ropa limpia en su sitio. Sacar la ropa sucia del baño o de su cuarto y echarla al cesto. Respetar diez horas de sueño. Ser puntuales al acostarse y al levantarse y así evitar llegar tarde al colegio. Limitar el horario de T.V. y seleccionar unos pocos programas adecuados. Ir a dormir relajados. Leer antes de dormir ayuda a relajarse antes del sueño. No tomar a última hora alimentos ni bebidas excitantes. No usar la T.V. como despertador por la mañana. Levantarse con el tiempo suficiente para asearse, desayunar y hacer la cama, sin llegar tarde a clase. Responsabilizarse de las tareas cotidianas más sencillas de la casa. (ordenar juguetes, sacar la basura, las plantas, los animales, …) Cumplir las reglas de cualquier juego y atenerse a las normas de cualquiera de ellos. Realizar actividades de casa individualmente y otras en equipo, para ir aprendiendo a integrarse en la sociedad. Participar en actividades recreativas, deportivas o culturales después del horario escolar y durante los fines de semana. Exigir mucho, pero en pocas cosas cada vez. Ser constante y no desanimarse los primeros días si no se consiguen los objetivos propuestos. Fijarse unas tareas a corto plazo y otras a largo plazo, para no agobiar. Establecer en la familia una serie de normas de convivencia y revisarlas periódicamente. Empezad a trabajarlas poco a poco, para inculcar en vuestro hijo un sentimiento de responsabilidad. La excesiva dependencia de los niños, respecto a los adultos, con los cuales conviven, ayuda a formar personas inmaduras, incapaces de valerse bien por si mismas. Mantener con los hijos una relación de total dependencia a los padres y dárselo todo hecho, puede resultar muy cómodo a simple vista, pero no les sirve para crecer y madurar como persona. Trazar metas accesibles a los hijos para que tengan que luchar y esforzarse, es ir consiguiendo para ellos, paso a paso, una autonomía personal.