AMÉRICA LATINA ENFRENTA LA CRISIS BIEN PREPARADA, PERO NO INMUNE Declaraciones de Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, a la prensa internacional (15/05/2009) La actual crisis ha afectado a nuestra región mucho más en el ámbito comercial que en el financiero. Después de varios meses de seguimiento, podríamos decir que el desplome del comercio es lo más relevante de la crisis, pero también que la región está mucho mejor preparada en el ámbito financiero. Esto se da, por una parte, porque las instituciones financieras en la región están más estables que las del resto del mundo. Las excepciones son, sin duda, las economías dolarizadas que han sufrido un impacto mayor y aquellos países que dependen mucho del financiamiento externo, como Brasil o Chile. En el ámbito comercial, se espera que la caída del comercio a nivel mundial sea alrededor del 9% e inclusive hay quienes estiman que será del 11%. Es una caída fuerte que también ha impactado la región en la actividad secundaria, en la economía real, la productividad y la producción de manufacturas, ampliando la sombra del desempleo. Así, el promedio de la tasa de desempleo en la región se incrementó de un 7,6% en 2008, a entre 8,5 y 9% para este año. En Chile, por ejemplo, llegamos al 9,2%. Son cifras que preocupan, más aún si vemos que el sector informal está saturado. Al perderse estos empleos, ¿adónde se van estos trabajadores si además se están cerrando las fronteras? Todo esto está también relacionado a la caída del Producto Interno Bruto, PIB. En la CEPAL estimamos que el crecimiento de América Latina será de un -0.3%. El Fondo Monetario Internacional es más pesimista y lo calcula en un -1,5% a nivel mundial. Pero dado que la crisis sorprendió a nuestra región en un momento de auge económico, con reservas internacionales importantes y una significativa reducción de su deuda pública -que en 2003 representaba alrededor de un 60 % del PIB regional y en 2008 fue del 28,6%-, el mismo FMI coincide en que debería afectarnos menos que a otras regiones, sin por eso ser inmunes. América Latina hizo bien las cosas en términos de institucionalidad monetaria, con bancos centrales confiables, ministerios de Hacienda disciplinados y programas sociales en marcha, y por contar con instituciones y políticas más sólidas y con una mayor regulación y supervisión bancaria, el sector financiero se encontraba menos vulnerable. Sin embargo falta avanzar en los pactos fiscales para llegar a una mayor tributación, ya que nuestra tributación promedio es de un 18% de su PIB, en comparación al 30% ó 32% del PIB de los países de la OCDE. A la larga, la mayor asignatura pendiente en nuestro continente es la recaudación fiscal, cómo tributar más y mejor y disminuir la evasión fiscal. En América Latina esta crisis puede convertirse en una crisis de déficit fiscal. Tal vez el país con mayor capacidad para aplicar políticas contracíclicas es Chile, resultante de los volumosos ahorros que constituyó en la fase de auge económico. El resto de la región tiene menos capacidad para adoptarlas, aunque lo están intentando. Pero esto tiene un límite y ese límite va a ser el espacio fiscal. La gran amenaza, entonces, es cómo sostener un mayor gasto público sin que esto devenga en una crisis de déficit fiscal. A corto plazo es posible, pero es un tema a observar.