INGREDIENTES 500 ml de agua 1 cucharadita de tomillo 1 cucharadita de salvia 5 g de caolín 2 gotas de esencia de menta y anís PROCEDIMIENTO Hacemos una infusión con el tomillo y la salvia, dejamos templar y filtramos. Mezclamos 10 ml de la infusión con el colín y añadimos las esencias. Si no te gusta el color de tu pasta de dientes, puedes añadirle un colorante alimentario. PROPIEDADES Mantiene los dientes limpios y aporta frescor a nuestra boca. Salvia Salvia officinalis Descripción: Planta leñosa de hasta 70 cm de altura. Las hojas son gruesas y rugosas, cubiertas de pelos blanquecinos por el envés. Flores de forma tubular y color blanco-violáceo agrupadas al final de las ramas. La salvia ha sido considerada una de las más importantes hierbas medicinales durante miles de años. El nombre genérico deriva del latín salvus, sano, indemne, en alusión a sus propiedades medicinales, y el específico officinale indica su uso en la botica (officina). Sin embargo, tiene también otras aplicaciones en alimentación, perfumería y cosmética. Las hojas se utilizan como conservante de alimentos en industrias cárnicas, y como condimento de multitud de platos. Las flores son empleadas en la industria conservera para preparar mermeladas. El aceite esencial se usa en la elaboración de muchos perfumes de calidad, jabones y pastas dentífricas. La esencia es además un magnífico fijador de perfumes. Tomillo Thymus vulgaris Pequeño arbusto de flores rosadas y hojas lineares o estrechamente elípticas con el margen enrollado hacia el envés. Su nombre científico deriva del griego thym, que quiere decir perfumar. Es una planta muy aromática utilizada tanto en perfumería y jabonería, como en la elaboración de platos de carnes y pescados. Se usa también para preparar diversos licores. Al mismo tiempo, el aceite esencial extraído de esta planta es empleado para aromatizar pastas de dientes y cosméticos. En el antiguo Egipto se cultivaban especies de tomillo destinadas a perfumar los ungüentos para embalsamar los cadáveres, sin embargo pasó inadvertida en la civilización griega. Más tarde, los romanos la introdujeron en el mundo occidental por sus múltiples virtudes medicinales