,3 Bruselas, 27 de noviembre de 2002 /D &RPLVLyQ VDQFLRQD VHYHUDPHQWH D FXDWUR HPSUHVDVSRUXQFDUWHOHQHOVHFWRUGHODVSODFDVGH \HVR /D&RPLVLyQ(XURSHDKDLPSXHVWRKR\XQDPXOWDSRUXQLPSRUWHWRWDOGH PLOORQHV GH ¼ D FXDWUR HPSUHVDV SRU KDEHU RUJDQL]DGR XQ FDUWHO GH ODUJD GXUDFLyQ HQ HO PHUFDGR GH ODV SODFDV GH \HVR XQ SURGXFWR DPSOLDPHQWH XWLOL]DGR HQOD FRQVWUXFFLyQ \ PX\ FRQRFLGR GH TXLHQHV KDFHQ EULFRODMH (O PHUFDGR HQ FXHVWLyQ TXH UHSUHVHQWDED PiV GH PLOORQHV GH YROXPHQ GH QHJRFLRV HQ HO ~OWLPR DxR FRPSOHWR GH OD LQIUDFFLyQ HV HQ WpUPLQRVGHYDORUHOPiVLPSRUWDQWHGHORVFRQWHPSODGRVSRUXQDGHFLVLyQ GH OD &RPLVLyQ UHIHUHQWH D FDUWHOHV HQ ORV ~OWLPRV GLH] DxRV (O DFXHUGR DIHFWDED WDPELpQ D XQ GH ORV FRQVXPLGRUHV GH OD 8QLyQ (XURSHD D VDEHUGH)UDQFLD5HLQR8QLGR$OHPDQLD\%HQHOX['RVGHODVHPSUHVDVHQ FXHVWLyQ/DIDUJH\%3% UHLQFLGHQ HQODLQIUDFFLyQ GHO GHUHFKR HXURSHR HQ PDWHULD GH DFXHUGRV SXHVWR TXH \D KDEtDQ VLGR VDQFLRQDGDV SRU YH] SULPHUD HQ /D FRQVWUXFFLyQ FRQVWLWX\H HO SXOVR GH OD HFRQRPtD (O FRQVLGHUDEOH LPSRUWH GH OD PXOWD UHIOHMD HO WDPDxR GHO PHUFDGR HO LPSDFWR GHO DFXHUGRLOHJDO VREUH HO FRQVXPLGRU \ HO FRPSRUWDPLHQWR UHLQFLGHQWH GH GRVGHODVHPSUHVDV(QVXOXFKDFRQWUDORVFDUWHOHVOD&RPLVLyQSUHVWDXQD DWHQFLyQ SULRULWDULD D ORV VHFWRUHV LPSRUWDQWHV GH OD HFRQRPtD HXURSHD HQ ORV FXDOHV VX DFFLyQ SXHGH PHMRUDU GLUHFWDPHQWH HO ELHQHVWDU GH ORV FRQVXPLGRUHVFRPRVXFHGHHQHVWHFDVRGHVWDFy0DULR0RQWL&RPLVDULR HQFDUJDGRGHODFRPSHWHQFLD Después de una investigación detallada durante cuyo transcurso la Comisión procedió a inspecciones por sorpresa en 1998, la Comisión Europea concluyó que las sociedades BPB PLC (Reino Unido), Gebrüder Knauf Westdeutsche Gipswerke KG (Alemania) y Société Lafarge S.A. (Francia), participaron, entre 1992 y 1998, en un cartel relativo a las placas de yeso en el Reino Unido, Alemania, Francia y en los países del Benelux. Gyproc Benelux S.A./NV (Bélgica) se adhirió a este acuerdo a partir de 1996. Las placas de yeso son un producto manufacturado que consta generalmente de una capa de yeso entre dos hojas de papel y que se utiliza o como material de construcción prefabricado o directamente por los particulares que hacen bricolaje. Las empresas destinatarias de la decisión producen casi todas las placas en los países afectados, en algunos de los cuales el nombre de los productos tiene valor de nombre común ('gyproc' en Bélgica, 'placoplâtre' en Francia) y en los que los consumidores identifican muy claramente el nombre de las empresas con una marca (Rigips/BPB o Knauf en Alemania, Lafarge en Francia). El acuerdo se inició a principios de 1992 con una reunión en Londres durante la cual los representantes de BPB y Knauf decidieron poner fin a lo que denominaban "guerra de precios", existente en aquél momento, y expresaron su voluntad común de reducir la competencia a un nivel que se ajustase a su interés en los mercados alemán, francés, británico y del Benelux. Durante los años anteriores, el precio de las placas de yeso había bajado mucho debido al efecto de una fuerte competencia que había beneficiado directamente a los consumidores. A raíz de la reunión de Londres, se estableció un sistema de intercambio secreto de información destinado a examinar la evolución del mercado y evitar una competencia demasiado agresiva. Lafarge y a continuación Gyproc se adhirieron a este sistema a mediados de 1992 y en junio de 1996 respectivamente. La información recopilada por la Comisión pone de manifiesto, concretamente, que, en sucesivas ocasiones, BPB, Knauf y Lafarge, se informaron recíprocamente y a alto nivel de sus volúmenes de ventas en el mercado británico con el fin de garantizar mutuamente que la guerra de los precios había finalizado. Del mismo modo, se comunicaron en sucesivas ocasiones y con antelación las subidas de precios. Los representantes de alto nivel de las empresas se encontraron también en un hotel en Versalles en 1996, al margen de un congreso del sector, con el fin de evitar una nueva guerra de precios en Alemania a mediados de los años noventa, época en la que los cuatro estaban incrementando simultáneamente su capacidad de producción en Alemania al tiempo que crecían las importaciones desde Europa del Este y, en particular, de Polonia. Posteriormente se celebraron otras reuniones en Bruselas, en 1997, y La Haya, en 1998, con el fin de repartirse o al menos estabilizar sus cuotas de mercado en Alemania. Estos encuentros de alto nivel fueron seguidos a un nivel inferior por una concertación, en sucesivas ocasiones, entre BPB, Knauf, Lafarge y Gyproc, referente a la aplicación de subidas de precio en el mercado alemán entre 1996 y 1998. Esta concertación se concretaba en debates paralelos a las reuniones profesionales con el envío a los competidores de cartas que anunciaban a los clientes subidas de precio, o incluso con el envío al domicilio privado de los dirigentes de las filiales alemanas de las instrucciones dadas al personal comercial. Este comportamiento constituye una infracción muy grave de las normas de competencia, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 81 del Tratado de la Unión Europea. ,PSRUWHLQGLYLGXDOGHODVPXOWDV En consecuencia, la Comisión decidió imponer las multas siguientes (en millones de euros): - Lafarge: 249.60 - BPB: 138.60 - Knauf: 85.80 - Gyproc Benelux: 4.32 El importe de las multas se explica por el elevado valor del mercado de las placas de yeso, superior a 1.200 millones en 1997, último año completo de la infracción, y por la larga duración del acuerdo - más de seis años y medio. En el caso de Lafarge, la Comisión tuvo también en cuenta su dimensión global, muy superior a la de las otras empresas, con el fin de garantizar un efecto verdaderamente disuasivo. Lafarge es la primera empresa cementera del mundo y su volumen de negocios es cinco veces superior al de BPB o Knauf. Gyproc es mucho más pequeña aún. 2 Además, por lo que respecta a BPB y Lafarge, la Comisión también consideró como circunstancia agravante el hecho de que ambas empresas fueran reincidentes. Lafarge fue multada en 1994 en el asunto del cartel de los cementos, mientras que BPB, a través de su filial BPB De Eendracht, fue uno de los destinatarios de la decisión en el asunto del cartoncillo, también en 1994. Esto quiere decir que cuando se les notificaron estas decisiones, las dos empresas participaban en otro acuerdo que mantuvieron. Es necesario destacar finalmente la ausencia de factores que pudieran reducir la multa impuesta a Knauf y Lafarge. En efecto, contrariamente a lo ocurrido con BPB y Gyproc, estas dos empresas no cooperaron con la investigación de la Comisión. Según la política de clemencia introducida en 1996 (véase más adelante), la Comisión puede reducir la multa incluso en caso de comportamiento reincidente pero es necesario que las empresas cooperen a descubrir el acuerdo. 'HVDUUROORGHODLQYHVWLJDFLyQ La investigación de la Comisión comenzó en noviembre de 1998 con inspecciones en los locales de varios productores. A raíz de estas inspecciones y de las solicitudes de información dirigidas a las empresas en 1999 y 2000, BPB y Gyproc Benelux cooperaron en la investigación y proporcionaron algunas pruebas. En abril de 2001, la Comisión envió a un pliego de cargos a las cuatro empresas así como a Etex SA, empresa financiera belga que también era objeto de investigación pero respecto de la cual la Comisión archiva hoy el procedimiento. Etex tiene una participación del 54% en Gyproc Benelux, mientras que el 46% restante está en manos de BPB. Sin embargo, la Comisión ha concluido que carece de elementos suficientes para probar la participación de Etex en la infracción o para atribuirle responsabilidad en la conducta de Gyproc. &iOFXORGHODVPXOWDV Para calcular las multas en asuntos referentes a acuerdos, la Comisión tiene en cuenta la gravedad y duración de la infracción, así como la existencia de posibles circunstancias agravantes o atenuantes. También tiene en cuenta la cuota de mercado de las empresas en cuestión así como su dimensión global, con objeto de garantizar que la sanción refleja la participación de cada empresa en la infracción y su capacidad de causar un perjuicio a los demás operadores y especialmente a los consumidores, y que tiene un efecto disuasivo. Así pues, las multas no se calculan inicialmente con relación al volumen de negocios de una empresa, aunque nunca puedan ser superiores al 10% del volumen de negocios anual de una empresa, de acuerdo con la legislación vigente. Una vez determinado su importe, las multas pueden ser objeto de una reducción para tener en cuenta la cooperación de las empresas en la realización de la investigación, de conformidad con la política de la Comisión relativa a la dispensa del pago de las multas y la reducción de su importe en casos de cartel. Así pues, la Comisión redujo la multa de BPB un 30% y la de Gyproc un 40% porque le comunicaron, antes del envío del pliego de cargos, ciertas informaciones que completaron su conocimiento de la práctica ilegal. En cambio, Knauf y Lafarge no cooperaron con la investigación de la Comisión y por lo tanto no obtuvieron reducción alguna. 3 Es necesario recordar que en febrero de 2002 se adoptó una nueva Comunicación sobre 'clemencia', pero en el presente caso son de aplicación las antiguas disposiciones (Comunicación de 18 de julio de 1996). En efecto, la cooperación tuvo lugar antes de febrero de 2002. Para más información sobre la nueva comunicación de 2002, véase: http://europa.eu.int/comm/competition/antitrust/leniency ,QIRUPDFLyQJHQHUDO Las empresas disponen de tres meses para pagar la multa. Las multas se incluyen en el presupuesto general de la Unión Europea en cuanto adquieran un carácter definitivo. Dado que el presupuesto global de la Unión está determinado de antemano, todo ingreso imprevisto se deduce de las contribuciones de los Estados miembros al presupuesto comunitario, lo que beneficia, finalmente, al contribuyente europeo. El importe total de las multas impuestas hoy en el asunto de las placas de yeso es el segundo más elevado de los establecidos por la Comisión, después del fijado en el asunto del cartel de las vitaminas (855 millones de ¼ HQ GLFLHPEUH GH /D multa impuesta a Lafarge es también la tercera mayor infligida a una única compañía en un asunto. La presente decisión es además la sexta decisión en materia de carteles desde el principio del año. Los otros asuntos fueron los de la banca austríaca (IP/02/844), la metionina (IP/02/976), los gases industriales (IP/02/1139) y las casas de subastas Christie's y Sotheby's (IP/02/1585), así como la decisión de hoy sobre la metilglucamina (IP/02/1746). En 2001, la Comisión tomó 10 decisiones en casos de carteles por las cuales se sancionó a 56 empresas, imponiendo multas por un importe total de 1.836 millones de ¼ (VWRVVRQORVDVXQWRVGHFDUWHOHVHQORVTXHVHKDQLPSXHVWRPXOWDVPiV LPSRUWDQWHV $xR $VXQWR ,PSRUWHWRWDOSRUDVXQWRPLOORQHVGH¼ 2001 Vitaminas 855,23 2002 Placas de yeso 478,32 2001 Papel autocopiativo 313,69 1998 TACA 272,94 2001 Electrodos de grafito 218,8 2001 Ácido cítrico 135,22 2002 Metionina 127 2002 Club Lombard/Banca austríaca 124,26 1994 Cartoncillo * 119,38 2000 Lisina 109,990 * multas reducidas por decisiones del Tribunal de Primera Instancia o del Tribunal de Justicia 4