28 | SOCIEDAD TENDENCIAS | LATERCERA | Sábado 28 de noviembre de 2015 Jorge Sanhueza: “La vocación no puede reducirse a una carrera” El coaching vocacional está preparando a profesores, orientadores y sicólogos para enfrentar los cambios que se avecinan en el futuro profesional de las generaciones más jóvenes , como las que este lunes van a rendir la PSU. POR: Tania Opazo S i para los baby boomers (aquellos nacidos entre 1946 y 1965) el trabajo era “el medio para un fin”, una forma para acumular riquezas y asegurar un buen pasar, para las nuevas generaciones, los millennials y los de la generación Z (nacidos después de 1980) es mucho más “un fin en sí mismo”. ¿Cuál es tu pasión?, ¿estás haciendo lo que te gusta?, ¿qué impacto quieres tener? son preguntas que aparecen. Asimismo, crece entre los jóvenes la idea de que no hay “una sola vocación”, y que en una persona pueden confluir distintos intereses y habilidades (y que eso es muy bueno). Son los llamados “multipotentialites”, “scanners”, una tendencia nueva sino muy antigua, “personas renacentistas”. Para Jorge Sanhueza, decano de la Escuela de Psicología de la Universidad Adolfo Ibáñez, estos cambios son difíciles de procesar para los adultos. Él dice que muchos jóvenes de hoy ocuparán puestos que actualmente ni siquiera existen y que por lo tanto, los adultos tienen que aprender a conversar sobre lo que viene con ellos, aun cuando no les puedan dar certezas. Por eso, en el último tiempo se ha dedicado a realizar charlas en colegios y ayudar a los profesores a “actualizar” el modo en que se realiza la orientación vocacional en este contexto. La demanda ha sido alta. En mayo, docentes y orientadores de alrededor de 40 colegios, desde el Instituto Nacional al Verbo Divino, asistieron a una charla que dio en la UAI y en octubre volvieron. Definir una vocación, ¿se trata de escoger una carrera? La vocación es el proyecto… profesional, de vida, de ser… crecientemente, no puede reducirse a una carrera, tampoco a una profesión. Éstas son las puertas de entrada, pero nunca la manera específica como querrás desarrollar tu proyecto de vida. ¿Qué aspectos deben tomar en cuenta quienes están por egresar del colegio? Los procesos de elección vocacional son complejos y desafiantes. La mayoría escoge qué hacer en base a sus habilidades o capacidades, pero también es indispensable considerar los intereses vo- cacionales o “gustos”. Una habilidad o competencia se puede entrenar, pero cuando no se siente pasión o entusiasmo por ella, es mucho más complejo. Hay que considerar, además, que la vocación hasta hace poco era una cuestión que los sicólogos u orientadores llamábamos “ajuste”. O sea, buscábamos conocer cuáles eran las preferencias de los jóvenes y, conociendo las carreras o profesiones, sugeríamos que eligieran aquello que les iba a permitir desarrollarse o sentirse mejor en ese “ambiente” ocupacional. El modelo en desarrollo reconoce que es muy difícil predecir o definir un ambiente ocupacional. Las carreras, los oficios, las profesiones es- tán cambiando rápidamente. Hoy la condición de “electividad” se da en base a lo que llamamos la capacidad de agencia. Es decir, que si logras identificar la meta que persigues, la clave es responder qué se necesita estudiar o saber para alcanzar ese objetivo. ¿Qué tan útiles son los test vocacionales? Son una ayuda, pero ni la panacea ni la única alternativa. Dan algunas indicaciones que orientan a explorar qué se podría estudiar para alcanzar los sueños propios. La conversación con personas que se realizan en lo que hacen, las actividades de conocimiento “desde dentro” de una profesión u oficio (a través de pasantías, trabajos temporales, entrevistas, etc.), son muy buenas herramientas. Como una de las dificultades que las personas tenemos es que solemos conocernos poco o mal, preguntarles a los amigos, a los padres y a otros adultos significativos en qué lo imaginan o lo ven a uno, puede ser una estrategia muy buena. ¿Están las empresas chilenas subiéndose a este nuevo “carro vocacional”? Las empresas en Chile están muy atrasadas. Sin embargo, la presencia creciente de multinacionales nos lleva y nos obliga a incorporar en nuestra cultura conservadora prácticas de otros países. Recientemente participé de una conferencia donde una gran compañía de servicios para la minería (de capitales extranjeros) está desarrollando un proceso de participación total, involucrando a los empleados (incluso a los de menor rango) en la toma de decisiones estratégicas. ¿Nos habríamos imaginado esto en Chile? Bueno, el país no es independiente ni aislado, vivimos en una economía global y esto nos llevará a cambiar tarde o temprano. ¿Las instituciones de educación superior se están preparando para este mundo de trabajadores flexibles y perfil más complejo? Claramente no están preparadas para asumir las nuevas maneras de aprender. Todas estamos preocupadas y algunas hemos ido incorporando programas de formación que abordan los desafíos más urgentes. Los cambios son muy rápidos para nuestra institucionalidad, que suele ser tradicional y rígida. Esto debe partir en la educación media. Se requieren programas que fomenten la autonomía y la innovación. La flexibilidad, el manejo de la incertidumbre, el pensamiento divergente son cuestiones claves. Quizá sea este el cambio más complejo, pero es necesario y urgente.T