La fotografía nos muestra el llamado Salón de embajadores, situado

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Salón de embajadores en el interior de la torre de Comares
La fotografía nos muestra el llamado Salón de embajadores, situado en el
interior de la torre de Comares, que precedida por el patio de los arrayanes, es uno de
los palacios del conjunto palacial de la Alhambra. Estamos por tanto ante un ejemplo de
arquitectura hispanomusulmana del período nazarí del siglo XIV d. C de autor
desconocido. Su construcción data del segundo tercio del siglo XIV, siendo sultán
nazarí de Granada, Yusuf I y su función principal era celebrar las audiencias privadas
del sultán. Aquí se celebraba el gran consejo presidido por el rey en presencia de todos
los grandes del reino. La sala que apreciamos se encuentra precedida de la estrecha sala
de la Barca, a la que se accede desde el famoso patio de los arrayanes.
En cuanto a la planta del edificio, podemos apreciar que se trata de una planta
central cuadrada, de gran altura, y en la que se abren tres pequeñas estancias con
ventanas en cada uno de los tres lados ( en el cuarto se encuentra la puerta de acceso
desde la sala de la barca). Estas ventanas se encontrarían antiguamente cerradas por
celosías de madera y vidrios de colores llamadas cumarias, de donde procede el nombre
del palacio, palacio de comares.
En cuanto al alzado, aunque no se aprecia totalmente, sabemos que la sala se
cubre con una techumbre de madera con apariencia de bóveda esquifada (el vértice de
unión de las aristas es una superficie plana o una línea, soliéndose utilizar para cubrir
espacios rectangulares) con decoraciones de mocárabes en el cubo central y estrellas de
8 y 16 puntas más 7 círculos concéntricos en los faldones. Para algunos es una
representación simbólica de los 7 cielos del paraíso islámico con el trono de Dios en el
octavo cielo ( el cubo central decorado con mocárabes).
La gran anchura de los muros de la torre hace que las ventanas verdaderamente
delimiten pequeñas estancias, siendo la que se encuentra frente a la puerta de acceso
aquella en la que se encontraba el trono del rey Yusuf. El acceso a las estancias se hace
por arco por medio de arcos de medio punto peraltados y angrelados encuadrados por
alfiz. La ventana de cada estancia es geminada, con arcos de medio punto peraltado y
angrelado, con una columna en la parte central. La columna es la propia del arte nazarí:
delgado fuste de mármol, y capitel doble, cúbico el superior y cilíndrico el inferior, con
decoración de lazo y tres delgados collarinos. Sobre cada arco se emplazan dos
pequeñas ventanas vidriadas encuadradas por arcos de medio punto dobles que se
apoyan sobre columnas adosadas al muro.
En cuanto a la decoración, destaca el habitual horror vacui de los edificios
islámicos, donde suele contrastar la austeridad del exterior de los mismos con el
hiperdecorativismo del interior, recurriendo a la abundante decoración para crear la
impresión de lujo y riqueza. Vemos que el muro se encuentra totalmente cubierto por
elementos decorativos abstractos, fundamentalmente geométricos, por la prohibición
islámica de la representación figurativa. Como es habitual en el arte nazarí se suceden
de más abajo hacia arriba un zócalo de alicatados con motivos geométricos y yeserías en
las que emplean los motivos ornamentales nazaríes de lacerías, ataurique (decoración
vegetal muy estilizada, inspirada en el acanto clásico, característica del arte islámico ) y
motivos epigráficos. En las esquinas superiores se aprecian paños sebka.
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