LA ARMADA DURANTE EL PERIODO ALFARISTA... (1895-1916) El siguiente objetivo táctico de los revolucionarios para recuperar la ciudad de Esmeraldas fue la hacienda La Propicia de propiedad de la familia Concha, ubicada en el rico y fértil valle del río Tiaone, ya que ésta, constituía una fuente de aprovisionamiento de víveres para las tropas del general Plaza, por lo que el coronel Concha decidió desalojarlas de ese lugar que, obviamente, estaba bien resguardada por los batallones “Machala” y “9 de Octubre” y parte de los batallones Babahoyo, Manabí, Esmeraldas y regimiento de artillería Sucre. Luego de una feroz lucha con bajas de parte y parte, en la tarde comenzaron a decaer las acciones, seguramente por la falta de municiones. También las fuerzas atacantes intentaron abandonar la lucha, pero sus jefes no las dejaron, hasta que las fuerzas gubernamentales al no recibir los refuerzos esperados, se rindieron al fin. Campamento Bellavista, 1914: Un grupo de militares entre los que consta el general José Miguel Rivadeneira, jefe de Operaciones en la campaña contra Concha, durante una visita al Campamento Bellavista. (Archivo Histórico MCE). Luego del combate de La Propicia el 8 de mayo de 1914, las fuerzas del general Plaza quedaron cercadas en la ciudad de Esmeraldas y sin su fuente de provisiones alimenticias, por lo que la única forma de comunicarse era por la vía marítima, la que fue utilizada para transportar la logística y nuevos contingentes para remplazar a las tropas que hasta esta fecha habían sufrido grandes penalidades y perdido dos importantes combates (Camarones y La Propicia), lo que afectó negativamente su moral. Además, la insalubridad en Esmeraldas era extrema, morían entre 7 u 8 soldados diariamente, cifra que a veces era mayor debido al paludismo y disentería. El general Leonidas Plaza Gutiérrez regresó a Quito para reasumir sus funciones de presidente constitucional de la República, quedando al mando de las fuerzas del teatro de operaciones el coronel Manuel Andrade, quien había remplazado anteriormente al coronel Oliva, cuando éste fue nombrado jefe de la III Zona Militar. Los combates por el control de la ciudad continuaron el 30 de junio de 1914, día en que se realizó el desembarco y la conquista de la isla Prado y el 18 de agosto cuando las fuerzas revolucionarias al mando de Lastra, Mena y Proaño, en más de tres horas de lucha cuerpo a cuerpo intentaron tomarse las posiciones gobiernistas, sin lograrlo gracias a la participación de la artillería del buque “Libertador Bolívar”, y la fusilería del “Tarqui”. Producto de este combate los atacantes sufren la pérdida de 57 muertos y 15 heridos graves, además de 62 fusiles, 40 machetes y 7.000 proyectiles de fusil. Con estos últimos acontecimientos se avizora un cambio de la situación estratégica, iniciándose una nueva fase del conflicto, ahora a favor de las tropas del Gobierno, constituyéndose en puntos estratégicos, La Boca a cargo del Gobierno y Las Piedras en poder de los rebeldes; éstos a pesar de las pérdidas sufridas vuelven a atacar La Boca, utilizando una mayor cantidad de combatientes, pero nuevamente son derrotados por las tropas del Gobierno gracias a la 181