implicados y testigos. - Policías-Cop

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INVESTIGACIÓN DE ACCIDENTES – TEMA 7
José Eugenio Medina Sarmiento
M Mar Ruiz Oliver
TEMA 7.
TOMA DE DATOS: IMPLICADOS Y TESTIGOS. MEMORIA DE TESTIGOS. LA
ALCOHOLEMIA.
1. Toma de datos: implicados y testigos.
Investigados la vía y el vehículo, queda por explorar la información que se puede extraer del
tercer y último elemento del sistema de tráfico, el hombre.
El hombre, puede participar directamente de dos modos en el accidente de tráfico. Como
implicado, ya sea víctima o responsable de alguna acción imprudente e incluso en algunas
ocasiones dolosa, o como testigo. En cualquier caso, puede proporcionar al investigador una
información valiosa, generalmente de carácter subjetivo, salvo en lo que se refiere a
condiciones psicofísicas, que le permitirá acumular datos que confirmen o refuten una
hipótesis de trabajo.
El que el carácter de la información obtenida en muchos casos sea subjetivo, no debe hacer
pensar que esos datos no sean valiosos, pensemos en el ejemplo de un accidente que se
haya producido porque una de las unidades de tráfico no ha respetado la luz de un semáforo
en fase roja, en muchos casos lo único que tendremos será la declaración de un testigo, por
lo que debemos ser capaces de valorarlo en su justa medida y ser capaces de conseguir una
información exacta y completa que refleje el accidente con la mayor fidelidad.
Los datos que puede facilitar el hombre en una investigación son de dos tipos, los objetivos,
datos básicos de filiación o los que se pueden obtener por métodos científicos, como el nivel
de alcohol, características de las lesiones, etc., y de los subjetivos, que generalmente se
obtienen a preguntas de los investigadores.
1.1. Datos objetivos.
La primera tarea será identificar correctamente a los implicados y testigos. Los datos a
obtener serán:
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
Nombre y apellidos.
Nombre de los padres.
Fecha de nacimiento.
Lugar de nacimiento.
Domicilio, mediante lugar, calle y número.
DNI o pasaporte.
Permiso de conducir, indicando el número, la fecha y lugar de expedición, fecha de
caducidad e indicaciones especiales.
Teléfono o teléfonos de contacto.
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A este, respecto hay que recordar lo indicado en el artículo 785.3 de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal (LECrim.), en el sentido de reseñar el DNI de las personas a las que se tome
declaración y especialmente “Cuando los hechos enjuiciados deriven del uso y circulación de
vehículos de motor, se reseñará también, en la primera declaración que presten los
conductores, los permisos de conducir de éstos y de circulación de aquellos, y el certificado
del seguro obligatorio, así como el documento acreditativo de su vigencia.”
Resulta igualmente necesario, recopilar información relativa al estado psicofísico de los
conductores y peatones. Para ello, se indagará, apoyándose en los informes sanitarios y
forenses si fuera necesario, sobre las circunstancias anormales del conductor,
especialmente:



Enfermedad imprevista. Es posible que haya intervenido en el accidente una
enfermedad súbita que haya impedido al conductor realizar las maniobras de
conducción de una manera eficaz. Uno de los casos que se pueden inducir a error por
parte del investigador, son los de los conductores diabéticos con episodios de
hipoglucemia, cuyos síntomas externos pueden parecer similares a la conducción
influida por bebidas alcohólicas.
Fatiga. Los síntomas más habituales son irritabilidad, necesidad de cambiar de
posición, molestias en la espalda y en los brazos, dolor de cabeza, somnolencia, etc.,
la investigación de este dato generalmente precisa de la revisión de los discos
tacógrafos, en el caso de que ello sea posible.
Conducción influenciada por alcohol, drogas o fármacos.
1.2. Datos subjetivos.
Se trata básicamente, de las declaraciones de testigos e implicados, y la información que se
obtenga de ellos, será por vía del interrogatorio, de ahí la importancia de disponer de
herramientas adecuadas que nos permitan formular las preguntas correctamente, sin
provocar respuestas forzadas o erróneas.
El interrogatorio se producen en el contexto de la comunicación, y ésta es un proceso
complejo, que incluye, en la mayoría de las ocasiones, una serie de pasos que deben de
realizar tanto el emisor-fuente (para la transmisión de su mensaje) como el receptor (para
interpretar el mensaje)1.
Conseguir información de las personas no es un fin, sino un medio en la investigación de
accidentes. Por ello, las declaraciones no son necesariamente decisivas, como ya se ha
comentado, sino que pueden ser útiles cuando ayuden a confirmar o a formular hipótesis.
1
Borrel J., Algaba, P., Martínez, J., Investigación de accidentes de tráfico, Ministerio del Interior,
Madrid, 2002
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En un interrogatorio, deberemos tomar en consideración una serie de principios2 para
obtener la información:
a. Objetividad. En muchas ocasiones el interrogador corre el riesgo de impregnar de su
opinión particular las preguntas que formula, dando por ciertos estereotipos en
relación con una determinada profesión, grupo de edad, sexo, etc., predisponiéndole
por tanto, a interpretar los hechos de una determinada manera.
b. Ser positivos. La manera de acercarse al interrogado, puede determinar su grado de
colaboración, por ello, hay que tratar de dirigir las primeras preguntas de forma
positiva y haciéndole ver que conocemos que tiene información que puede ser
relevante para la investigación.
c. Ser específico y asegurarse del significado de las respuestas. Hay que asegurarse que
el interrogado comprende bien las preguntas e igualmente que hemos comprendido
el significado de la respuesta. Ante respuestas confusas e indefinidas, solicitaremos
aclaraciones y situaremos las respuestas en el contexto de la vía, pidiéndole incluso
indicaciones gráficas.
d. No se deben sugerir respuestas. Debemos ser muy cuidadosos con la formulación de
las preguntas, una pregunta sugerida podría ser; “usted circularía a unos 50 Km/h
¿no es así?”, si esta velocidad parece razonable al interrogado, lo más normal es que
conteste afirmativamente. Esta pregunta estaría mejor formulada del siguiente
modo; “¿a qué velocidad marchaba?”, ante ella el interrogado tendrá que
reflexionar y dar una respuesta propia.
e. Evitar los conflictos. Hay que tratar de evitar las discusiones entre conductores, entre
éstos y los testigos, y sobre todo, con el propio investigador. Para ello, lo mejor es
mantenerlos separados hasta que cada uno relate su versión de los hechos.
f. Flexibilidad. El hecho de disponer de una pequeña guía para formular las preguntas
más relevantes a priori, no implica que debamos ser inflexibles y que realicemos el
interrogatorio sin salirnos del marco que hemos establecido. Pequeñas
observaciones o respuestas inesperadas deben ser tenidas en cuenta, cambiando la
dirección de las preguntas si es necesario. El orden de las preguntas en muchas
ocasiones es importante, debemos buscar el momento adecuado para formular cada
una de ellas en función de cada persona.
g. Comprobar las declaraciones. Existen diferentes modos de comprobar las
declaraciones, uno es el de hacer repetir el relato al interrogado y compararlo con la
versión previa, otro modo es el de comparar los relatos de distintas personas para
ver si coinciden. También se puede comparar lo que ha declarado el interrogado con
datos que posea el investigador, obtenidos generalmente mediante la observación o
las pruebas materiales recogidas.
2
Baker, S., Manual de Investigación de Accidentes de Tráfico, Dirección General de la Jefatura Central
de Tráfico, Madrid, 1970
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En el interrogatorio, la información que se pretende obtener, está relacionada básicamente
con las circunstancias del accidente, es decir, sobre cómo y por qué se ha producido el
hecho. Existen una serie de preguntas que, generalmente deben ser formuladas:
1. ¿Dónde se encontraba en el momento en que vio por primera vez al otro vehículo?
Con esta pregunta debemos establecer el lugar y momento en que el interrogado
tuvo consciencia del peligro.
2. ¿Qué estaba haciendo en el momento en que vio al otro vehículo por primera vez?
Aquí deberemos dejar que el conductor se explique, para posteriormente formular
preguntas ampliatorias sobre la velocidad, dirección, maniobra de aceleración o
deceleración y sobre cuestiones como hacia dónde estaba mirando o si estaba
hablando con alguien.
3. ¿Dónde se encontraba usted cuando percibió que se encontraba en peligro? Con esta
pregunta estableceremos el punto de percepción real.
4. ¿Qué estaba haciendo cuando comprendió que se encontraba en peligro? Al igual
que con la pregunta 2, solicitaremos ampliación de los extremos ya vistos de
velocidad, dirección, etc, pero no formularemos la pregunta si la respuesta va a ser la
misma.
5. ¿Qué hizo para evitar el accidente? Con ello queremos verificar si hubo acción
evasiva, ante las posibles respuestas deberemos solicitar ampliación de información,
por ejemplo, si contesta “frené”, preguntaremos “¿con qué fuerza?”.
6. ¿Qué ocurrió luego? En este momento hay que dejar que el conductor describa el
momento con sus propias palabras.
7. ¿Dónde tuvo lugar exactamente la colisión?
8. ¿Dónde fue a parar después de la colisión? Igual que en la pregunta anterior, no se
deberá formular si ya se conoce la respuesta.
9. ¿Qué es lo primero que recuerda después del accidente? Habrá que dejar que el
interrogado responsa libremente.
10. ¿Qué es lo último que recuerda claramente antes del accidente? Esta pregunta se
formulará cuando el conductor ha quedado inconsciente.
Este cuestionario no recoge todos los aspectos que pudieran aclarar totalmente lo ocurrido,
por lo que habrá que tener en consideración el mayor número de variables ampliándolo
cuanto sea necesario. Como ya se ha comentado, un cuestionario puede considerarse como
una guía para evitar olvidos, pero en ningún caso debe ser un documento cerrado que
impida obtener información adicional o cambiar la dirección del interrogatorio cuando las
circunstancias lo requieran.
Por otra parte, no debe olvidarse que todos los testigos e implicados no son iguales, el
investigador debe ser sensible a las diferentes situaciones personales para obtener la mayor
y mejor información.
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2. Memoria de testigos.
El área de conocimientos e investigaciones, basados en los estudios sobre la memoria
humana, que intenta determinar la calidad de los testimonios sobre los sucesos o
identificaciones de sospechosos por parte de testigos presenciales, se denomina Memoria de
testigos.
Ibabe3 citando a Loftus describe los procesos de la memoria de un suceso a través de tres
fases: adquisición, retención y recuperación.
Adquisición
• Interpretación del suceso basada en los
esquemas y experiencias previas
Retención
• Interpretación en base a la información
posterior y reelaboración
Recuperación
• Reconstrucción de la interpretación
Adquisición. Esta es la fase en la que el individuo percibe la información del suceso. La
cantidad de información percibida será variable, ya que sólo podemos percibir y atender a
una pequeña cantidad de información. Además esta información se interpreta en función no
sólo de lo que se observa, sino de los conocimientos previos que tenga la persona, de sus
expectativas, estereotipos, etc.
En este proceso influyen numerosos factores, entre los que destaca en la investigación de un
accidente, la violencia del suceso y la implicación del testigo en el mismo.
Retención. Aquí se incluyen los procesos que tienen lugar desde la percepción del suceso
hasta que éste se intenta recordar. En este espacio de tiempo, la persona interpreta la
información que recibe después del suceso, y a continuación, almacena fragmentos de esa
información.
Es precisamente por esto, por lo que se debe tratar de aislar al testigo, ya que si tiene
conversaciones sobre el hecho con otras personas o recibe información adicional por medios
de comunicación, puede variar su interpretación de los hechos. Tal y como indica Ibabe
citando a Loftus, “la información posterior al suceso se integra en la huella de memoria del
testigo, de manera que destruye la representación original”.
3
Ibabe, I., Psicología del testimonio, Ereim, 2004
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Recuperación. En esta fase es cuando se intenta reconstruir la porción de información sobre
el suceso, que es necesaria para responder a las preguntas que se formulen. En este proceso,
se realiza una reconstrucción de la interpretación original utilizando fragmentos del suceso
que permanecen a pesar del tiempo transcurrido.
Como hemos visto, son numerosas las variables que pueden influir en la calidad de la
información que somos capaces de almacenar y recordar, estas variables pueden agruparse
en función de la fase a la que afecten, así encontraríamos:
Durante la fase de codificación los factores del suceso y los del testigo. Los primeros se
refieren a las condiciones en las que se produce el hecho, por ejemplo, condiciones de
iluminación, duración del suceso, violencia, etc. Los segundos, están relacionados con el
estrés, las expectativas, etc.
En la fase de retención, encontraríamos la información posterior al suceso y los
pensamientos del testigo.
Por último y en lo que se refiere a la fase de recuperación, la variable más destacada es la
forma de preguntar, así como el ambiente en el que se realiza el interrogatorio, y las
características del interrogador.
A lo anteriormente visto, hay que añadir que diversas investigaciones4 han mostrado que la
pérdida de memoria obedece a un gradiente temporal en el que las memorias más recientes
son más frágiles y pueden perderse más fácilmente que las memorias más antiguas.
¿Cómo mejorar la memoria de los testigos?
Existen dos técnicas que pueden ayudar a los testigos a recordar, la primera es la de
reinstauración del contexto, con ella se intenta recrear el contexto en el que se produjeron
los hechos, solicitando al implicado que imagine nuevamente la situación, a continuación
debe recordar dónde se encontraba, con quién y qué vio.
La segunda técnica es la denominada entrevista cognitiva, ésta a su vez consta de cuatro
estrategias. Primera, reinstauración cognitiva del contexto, consiste en solicitar al testigo
que recuerde tanto el contexto externo como interno, qué pensó y qué sintió. Segunda,
recuperación de todo tipo de detalles, incluso los que parezcan irrelevantes. Tercera, cambio
de perspectiva, es la reconstrucción mental del hecho, pero desde una perspectiva diferente,
pudiendo ser las otras personas que también presenciaron el incidente. Cuarto, recuerdo de
hechos en diferente orden, por ejemplo, desde el final, hasta el principio
4
López, J.C., El telar de la memoria, Algar, 2000
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3. La alcoholemia.
Tal y como ya se vio en el tema 3, las investigaciones han mostrado una sólida relación entre
la conducción bajo la influencia de alcohol y los accidentes de tráfico, por ello, desde el
punto de vista preventivo y de política criminal se han establecido mecanismos mediante los
cuales proteger la seguridad vial.
Consecuencia de esta relación fatal, los investigadores de accidentes de tráfico tienen que
contemplar la posibilidad de que alguno de los implicados hubiese circulado influido por el
alcohol o las drogas, para ello, llevan a cabo la investigación de la alcoholemia.
La tasa de alcoholemia, es la medida más habitual para evaluar la intensidad de la
concentración alcohólica en el organismo en un momento determinado. La medición del
alcohol en el organismo, puede llevarse a cabo por medio de dos tipos de procedimientos,
los cruentos y los incruentos. Los primeros, son los que utilizan la sangre como muestra para
determinar la alcoholemia, los segundos, por exclusión son los que no utilizan este fluido.
Nuestra legislación prevé la realización de pruebas de medición de la alcoholemia por parte
de los Cuerpos de Policía (Guardia Civil, Cuerpos de Policía Local y Policías Autonómicas con
competencias de tráfico transferidas), desde una doble vertiente, la penal y la
administrativa.
El Reglamento General de Circulación en su artículo 20 indica que “No podrán circular por las
vías objeto de la legislación sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial
los conductores de vehículos ni los conductores de bicicletas con una tasa de alcohol en
sangre superior a 0,5 gramos por litro, o de alcohol en aire espirado superior a 0,25
miligramos por litro.”, por su parte, el Código Penal en su artículo 379.2 establece que “Con
las mismas penas (pena de prisión de tres a seis meses o a la de multa de seis a doce meses y
trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y, en cualquier caso, a
la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior
a uno y hasta cuatro años) será castigado el que condujere un vehículo de motor o ciclomotor
bajo la influencia de drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas o de bebidas
alcohólicas. En todo caso será condenado con dichas penas el que condujere con una tasa de
alcohol en aire espirado superior a 0,60 miligramos por litro o con una tasa de alcohol en
sangre superior a 1,2 gramos por litro.”
Tal y como indica el artículo 22 del Reglamento General de Circulación “Las pruebas para
detectar la posible intoxicación por alcohol se practicarán por los agentes encargados de la
vigilancia de tráfico y consistirán, normalmente, en la verificación del aire espirado mediante
etilómetros que, oficialmente autorizados, determinarán de forma cuantitativa el grado de
impregnación alcohólica de los interesados.”
El etilómetro, como se ha visto, es el instrumento que puede medir la concentración de
alcohol en aire espirado. Existen dos tipos de etilómetros, los evidenciales y los digitales. Los
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modelos más usados en nuestro país son los Dräger 7110, Dräger 7110 MK III y Alcoquant
6020, en cuanto a los digitales, podemos encontrar lso Dräger 7410, 7410 plus, 6810 y 6510.
3.1. Tecnología del Alcoholímetro Dräger 7110.
El equipo utiliza dos principios de funcionamiento5, medición por absorción de energía
infrarroja y reacción electroquímica. La muestra es analizada por los dos métodos.
Absorción de energía infrarroja.
El principio de absorción de energía infrarroja puede ser usado para la identificación de la
presencia de muchas sustancias entre las que se encuentra el alcohol. La energía infrarroja
es invisible y se transmite por ondas.
La energía infrarroja es absorbida por diferentes sustancias, es como su huella digital. El
alcohol y más concretamente el etanol, absorbe energía infrarroja a dos longitudes de onda
diferentes 3,4 micras y 9,5 micras, el segundo nivel no se comparte con otras sustancias lo
que lo hace suficientemente específico para determinar la presencia de alcohol en el aliento.
El equipo que se utiliza para la medición se denomina célula de infrarrojos. La energía es
producida por una célula que produce ondas de diferentes longitudes. Esta energía se
concentra en un espejo cóncavo y se refleja a lo largo de toda la longitud de la célula. La
energía pasa por dos filtros ópticos que eliminan todas las longitudes de onda inferiores a
9,5 micras. La energía es recogida luego por un espejo cóncavo y pasada a través de un filtro
que elimina todas las longitudes de onda superiores a 9,5 micras. El detector de infrarrojos
5
Dräger, Manual de análisis de alcohol en el aire espirado, Dräger Safety Hispania, S.A.
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recibe tan sólo la energía radiada a la longitud de onda adecuada. Esta energía recibida se
convierte en eléctrica.
Reacción electroquímica.
Al igual que en el caso anterior, el principio de reacción electroquímica tiene muchos
propósitos, sin embargo nos referimos aquí a su aplicación en la medición de alcohol.
La célula electroquímica consta de dos sensores separados en contacto con un electrolito de
modo similar a una batería. Una célula electroquímica se usa para asistir, o catalizar, una
reacción química entre dos sustancias (oxígeno y alcohol).
En la célula electroquímica se produce un flujo de corriente eléctrica entre electrodos.
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La célula puede estar construida de modo que sólo opere con sustancias específicas; esto se
consigue usando materiales específicos tanto en los electrodos como en el electrolito ácido y
no reacciona con sustancias diferentes al alcohol.
Estas dos tecnologías se combinan para dar lugar a un procedimiento muy exacto y
específico de medición del alcohol.
Después de un autochequeo y un ensayo de cero automáticos en el instrumento, la muestra
se introduce en el quipo por un tubo hasta la célula electroquímica y es analizada en ella. El
resultado de un análisis se confirma con el otro. De nuevo se realiza un autochequeo y un
cero y sólo entonces aparece en pantalla e impreso el resultado final.
El Alcotest 7410 mide la concentración de alcohol en el aliento, mediante un sensor
electroquímico. El sensor se calienta previamente hasta que alcanza la temperatura óptima
de funcionamiento. En ese momento indica mediante el encendido de la lámpara “ready” la
disposición para medir.
Si la muestra obtenida contiene alcohol, en el sensor se genera una corriente eléctrica, ya
que el etanol se transforma en acetaldehído, y en el proceso se liberan electrones. El sistema
electrónico de medición y el microprocesador valoran la corriente a través del sensor, y
después de 10 a 25 segundos aparece el resultado de la medida.
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En cuanto al modelo 6510 de Dräger, lo que se ha conseguido es una reducción del tamaño
con respecto al 7410. Este aparato utiliza procesos automatizados para la toma de muestras
y calibrado, lo que facilita su uso.
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7.2. Exploración básica de síntomas.
El fundamento de la prohibición de la conducción tras la ingesta de alcohol, es que produce
un deterioro en determinadas áreas de nuestro cerebro, lo que nos impide tomar decisiones
con seguridad. Por este motivo, y especialmente desde el punto de vista penal – tras la
última modificación del Código Penal en esta materia menos – es necesario, además de
someter a la persona a una prueba objetiva, como la que ya hemos visto, mediante
etilómetros, a lo que se conoce como “Test de deterioro alcohólico”, éste se basa en el
análisis de determinados signos externos que suelen presentar las personas que han bebido.
Los principales elementos que deben comprobarse son:





Equilibrio y coordinación motora.
Aliento a bebidas alcohólicas.
Lenguaje.
Comportamiento.
Exploración del nistagmo.
Generalmente, estas exploraciones se trasladan, en los atestados por delitos contra la
seguridad vial, a las denominadas diligencias de reacciones y signos externos.
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