ECORREGIÓN CHACO SECO

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ECORREGIÓN CHACO SECO
Chaco Serrano
Los bosques de Schinopsis marginata (orco-quebracho), Anacardiaceae de hoja caduca,
característica del Chaco Serrano, se distribuyen en las laderas más secas del sistema serrano,
que bordea al valle central de Catamarca, entre los 500 y los 1.500 msnm, localizándose las
principales masas boscosas en la ladera este del cordón del Ambato desde la Quebrada de la
Cébila hasta la Quebrada del Tala, en la ladera oeste del cordón del Ancasti-El Alto por debajo de
los 1.100 msnm, en las laderas este y oeste de la Sierra de Fariñango hasta la altura de Los Tala,
en la ladera oeste de la sierra de Balcozna-Graciana y el sector sur de la ladera este del mismo
cordón. En la zona más austral del cordón del Ancasti, los bosques ingresan en la vertiente
oriental en los sectores más bajos del cordón montañoso.
En los piedemontes de los sistemas serranos mencionados, mucho más secos, los bosques de
horco quebracho son mucho más abiertos, y la vegetación típica se funde en un amplio ecotono
con la del Chaco Árido.
En los fondos de valles angostos, a orillas de los cauces de agua permanentes, el bosque de
horco quebracho es reemplazado por un bosque cerrado en galería dominado por viscote y tala,
donde es importante la presencia de otros árboles como algarrobos y el chañar.
Cuando los valles son más anchos y secos, se presentan bosques abiertos de algarrobo negro
como en El Rodeo, Los Varela, Los Castillo, al norte de Singuil, y en algunos sectores del Campo
del Pucará.
A mayor altura, en los sectores más húmedos los bosques de horco quebracho son reemplazados
por bosquecillos de coco, molle de beber, o de especies características de la ecorregión Yungas.
La vegetación del Chaco Serrano presenta profundas variaciones en relación con la altitud, el tipo
de suelo, la exposición y el uso, siendo este último aspecto uno de los que más influye en la
fisonomía actual debido a la presencia frecuente de incendios forestales y al sobrepastoreo.
La fisonomía de la vegetación es la de un bosque abierto bajo de Schinopsis marginata (orcoquebracho) y Acacia visco (visco, arca, viscote, viscote blanco); como acompañantes se destacan:
Celtis tala (tala, tala árbol), fundamentalmente en las quebradas, Lithrea molleoides (molle de
beber, molle de córdoba, chichita, molle dulce, aruera), Geoffroea decorticans var. decorticans
(chañar), Ziziphus mistol (mistol) y Fagara coco (cochucho, coco, cocucho), entre las más
importantes (Morláns, 1995).
El estrato arbustivo es abierto y alto (entre 1 y 3 m), caducifolio y micrófilo. La dominancia está
ejercida por dos leguminosas; Acacia aroma (tusca) y Mimosa farinosa (shinqui),
y como
acompañantes están, Schinus sp., Baccharis sp. y Ximenia americana. Asímismo, en este estrato
se encuentran especies aromáticas y medicinales, tales como Salvia tweediana, Lippia turbinata,
Aloysia gratissima y Baccharis sp. (Morláns, 1995).
El estrato herbáceo está formado, básicamente, por gramíneas de los géneros Stipa y Festuca
como dominantes; que no llegan a formar un pastizal continuo. Acompañando a estas especies, y
protegidas en la base de los arbustos espinosos, se encuentran otras gramíneas de los géneros
Setaria y Gouinia (Morláns, 1995).
Se observa la presencia importante de cardones columnares aislados, Trichocereus sp. y otras
cactáceas de pequeño porte como Opuntia sulfurea. Tanto en los árboles como en los arbustos,
se han instalado bromeliáceas epífitas del género Tillandsia, y Lorantáceas (Morláns, 1995).
A orillas de los principales cursos de agua se observa que entre las grandes rocas expuestas, se
desarrollan helechos y chaguares, como así también un tapiz de musgos en las áreas más
húmedas.
Integran la fauna silvestre mamíferos como el gato montés, mayuato, pecarí de collar, corzuela
parda y vizcacha.
Entre las aves no passeriformes se mencionan tataupá común, biguá, garcita blanca, garcita
azulada, jote cabeza colorada, halconcito colorado, charata, chuña patas rojas, tero común,
torcaza, calancate común, catita serrana chica, cuclillo canela, martín pescador grande, carpintero
real común (Carma, 2009).
Algunas de las aves passeriformes
presentes incluyen al trepador gigante, chinchero chico,
cachalote castaño, viudita de río, calandrita, zorzal chalchalero, tangará común, celestino común,
fueguero común, cerquero de collar, corbatita común, monterita cabeza negra (Carma, 2009).
Chaco Semiárido
El Chaco Semiárido se localiza en el noreste de la provincia de Catamarca y se ex-tiende desde el
límite interprovincial con la provincia de Tucumán, al norte, hasta el sector septentrional del
departamento La Paz, como una ancha faja entre la base de la vertiente oriental de la sierra de El
Alto Ancasti (por debajo de los 600 msnm) y el límite con la provincia de Santiago del Estero.
La vegetación característica corresponde a un bosque de quebracho colorado santiagueño
(Schinopsis
lorentzii),
como
especie
dominante,
acompañado
por
quebracho
blanco
(Aspidosperma quebracho-blanco).
En el estrato arbóreo, se presentan también, mistol (Zizyphus mistol), algarrobo blanco (Prosopis
alba), algarrobo negro (Prosopis nigra) y tala (Celtis tala). Otro árbol característico de este distrito,
presente en el sector noreste es el itín (Prosopis kunsei).
En un segundo estrato arbóreo se presentan ejemplares aislados de guayacán (Caesalpinea
paraguarienses), y en algunos sectores con mayor abundancia, están el chañar (Geoffroea
decorticans), brea, sombra de toro (Jodina rhombifolia), mistol del zorro (Castella coccinea) y la
uña de gato (Acacia praecox); especie que alcanza con frecuencia el porte arbóreo.
En el sector noroeste de este distrito, más húmedo que el resto, se observan en el estrato arbóreo
ejemplares aislados de lecherón (Sapium haematospermun), guili (Myrcianthes cisplatensis),
viraró (Ruprechtia apetala), zapallo caspi (Pisonia zapallo), y chal chal (Allophylus edulis).
Las especies más características dentro del estrato arbustivo son: garabato hembra (Mimosa
detinens), piquillín (Condalia microphylla), abriboca (Maytenus spinosa), atamisqui (Atamisquea
emarginata), garabato macho (Acacia furcatispina), shinqui (Mimosa farinosa), tala churqui (Celtis
chichape), Schinus spp, lata (Mimozyganthus carinatus), jaboncillo (Porlieria microphylla), tusca
(Acacia aroma) y lagaña de perro (Caesalpinia gilliesii), hediondilla (Cestrum parqui), ephedra
(Ephedra triandra), y ancoche (Vallesia glabra).
En el sector más húmedo del distrito es frecuente encontrar ejemplares de palo tinta
(Achatocarpus nigricans).
Una especie característica de los ambientes chaqueños, también presente, es la palma (Trithrinax
biflabellata).
En el sector sur, más seco, aumenta la abundancia de especies como la jarilla (Larrea divaricata).
Entre las cactáceas de porte arbóreo se presentan individuos aislados de quimíl (Opuntia quimilo),
cardón (Stetsonia coryne) y el ucle (Cereus forbesii). Entre las cactáceas rastreras, se observa la
cola de zorro (Cleistocactus baumani), quiscaloro (Opuntia sulfurea), y Harrisia pomanensis.
Entre las gramíneas presentes en el estrato herbáceo, se destacan por su mayor porte, el
camalote (Digitaria insularis), cola de zorro (Setaria macrostachya) y sorguillo (Gouinia latifolia),
también el pasto plateado (Digitaria californica), pasto crespo (Trichloris pluriflora), cola de zorro
(Setaria leucopila), y gramilla (Cynodon dactylon).
En este sector se localiza una abundante diversidad de especies latifoliadas herbáceas tales
como, Justicia escuarrosa, tinajero (Croton sarcopethalus), afata (Malvastrum coromandelianum),
Hyptis mutabilis, tramontana (Ephedra triandra).
Hacia el sudeste del Chaco Semiárido, a medida que disminuyen las precipitaciones, son menos
frecuentes los ejemplares de quebracho colorado, y se incrementa la presencia de chañar y brea,
y otros elementos en el estrato arbóreo como el retamo (Bulnesia retama) y el palo cruz (Tabebuia
nodosa). En el estrato arbustivo se presentan, jarilla negra (Bulnesia foliosa), Bulnesia
bonariensis, jarilla (Larrea divaricata), pichanilla (Senna aphilla), tintitaco (Prosopis torquata) y
garabato (Acacia furcatispina).
Se encuentran mamíferos como la comadreja overa, moloso común, yaguarundí, laucha de campo
chica, quirquincho y corzuela parda.
Se citan entre las aves a la garcita bueyera, jote cabeza negra, taguató común, carancho, paloma
picazuró, torcacita común, pirincho, picaflor común, hornero, monjita coronada, monjita blanca,
benteveo común, ratona común, zorzal chiguanco, pepitero de collar, chingolo, tordo renegrido
(Carma, 2009).
Chaco Árido
Se extiende por el Valle de Catamarca y por los piedemontes de las sierras que lo enmarcan,
abriéndose hacia el sur y sureste hasta trasponer los límites provinciales (Morláns, 1995).
La vegetación del área llana corresponde a un bosque xerófilo, abierto a semicerrado, de altura
media que, en general, no supera los 9 m, con predominio de especies de hojas coriáceas,
reducidas o ausentes, siendo abundantes las con espinas. Se presenta un estrato arbustivo con
especies resinosas y un estrato herbáceo continuo de gramíneas, y con menos abundancia de
latifoliadas (Morláns, 1995).
En el estrato arbóreo, las especies más abundantes son, quebracho blanco ( Aspi-dosperma
quebracho-blanco), algarrobo negro (Prosopis nigra), algarrobo dulce (Prosopis flexuosa) brea
(Cercidium australe), el mistol (Zizyphus mistol), retama (Bulnesia retama) y tala (Celtis tala)
(Morláns, 1995).
En el estrato arbustivo las especies dominantes son, jarilla (Larrea divaricata), jarilla norte sur
(Larrea cuneifolia) y pichanilla (Senna aphylla), seguidas de jarilla negra (Bulnesia foliosa), pata
(Ximenia americana) y atamisqui (Capparis atamisquea) (Morláns, 1995).
Menos frecuentes y abundantes son, lata (Mimozyganthus carinatus), tintitaco (Prosopis torquata),
tusca (Acacia aroma), mistol del zorro (Castella coccinea), abriboca (Maytenus spinosa), tala
churqui (Celtis chichape) y jaboncillo (Bulnesia bonariensis) (Morláns y Guichón, 1995).
En el estrato herbáceo se encuentran gramíneas como; el pasto plateado (Digitaria californica),
pasto melena (Eragrostis orthoclada), saetilla negra (Aristida mendocina), pata de gallo (Chloris
ciliata), pasto de hoja (Trichloris crinita), pasto criollo (Pappophorum caespitosum), cola de zorro
(Setaria leucopila), pasto del niño (Sporobolus pyramidatus), pasto crespo (Neobouteloua
lophostachya), avenilla (Gouinia paraguariensis), pasto criollo (Pappophorum philippianum),
saetilla
(Aristida
adscencionis), espartillo (Bouteloua aristidoides), pasto indio (Cottea
pappophoroides), pata de ñandú (Diplachne dubia), pasto hediondo (Eragrostis cilianensis), pasto
negro (Michrochloa indica), pasto negro (Tripogon spicatus), Tragus berteronianum, y latifoliadas
herbáceas entre las que predominan Gomprena martiana, Portulaca grandiflora, malvisco
(Sphaeralcea brevipes), Sida argentina y Justicia echegarayi.
La vegetación de los piedemontes fisonómicamente, corresponde a un arbustal espinoso con
predominio de leguminosas micrófilas caducifolias. Las especies dominantes son lata
(Mimozyganthus carinatus), garabato macho (Acacia furcatispina) y tintitaco (Prosopis torquata).
Entre las especies acompañantes en el estrato arbustivo se pueden citar: shinqui (Mimosa
farinosa), tusca (Acacia aroma), pata (Ximenia americana), tala churqui (Celtis chichape), mistol
del zorro (Castella coccinea), abriboca (Maytenus spinosa) y garabato hembra (Mimosa detinens)
(Morláns y Guichón, 1995).
Entre los arbustos sin espinas, también abundantes, predominan jarilla negra (Bulnesia foliosa),
jaboncillo (Bulnesia bonariensis), higuerilla (Jatropha sp.), Lycium elongatum y, en áreas
degradadas, son netamente dominantes las jarillas (Larrea divaricata y Larrea cuneifolia),
acompañadas en estos casos por suculentas de los géneros Opuntia, Harrisia, Cereus y Stetsonia
(Morláns y Guichón, 1995).
Entre los arbustos emergen las copas dispersas de Aspidosperma quebracho - blanco y, en menor
cantidad, Prosopis alba, Prosopis chilensis y Prosopis nigra y mistol (Zizyphus mistol) (Morláns,
1995).
Junto al cauce de los ríos, las especies arbóreas forman angostas galerías de mayor densidad y
cobertura, a las que se agregan tala (Celtis tala) y otras varias provenientes del Chaco Serrano
como, Schinopsis haenkeana, Ruprechtia apetala, Fagara coco, palo cruz (Tabebuia nodosa) y
uña de gato (Acacia praecox) (Morláns, 1995).
En el estrato herbáceo predominan gramíneas anuales como Aristida adscencionis, Bouteloua
aristidoides, y Chloris virgata y, entre las perennes, Neobouteloua lophostachya y Aristida
mendocina son las más frecuentes y abundantes, aunque pueden hallarse Trichloris crinita,
Gouinia paraguariensis y Setaria spp. (Morláns y Guichón, 1995).
Es común la presencia de un estrato muscinal o bioderma dado por flor de tierra (Selaginella
sellowii) (Morláns, 1995).
Este tipo de vegetación asciende hasta los 700 - 800 msnm. y por sobre estos valores se instala el
piso de bosque del Chaco Serrano (Morláns, 1995).
La Playa con Barreales ocupa la parte más baja del valle de Catamarca, en su sector austral. El
relieve se presenta con frecuencia como una sucesión de bordos de sentido N-S, con zanjones
interpuestos entre ellos, que dan como resultado una topografía levemente ondulada, originando
los barreales, superficies planas y bajas casi totalmente desprovistas de vegetación e
impermeabilizadas, que concentran las aguas de lluvia. Al evaporarse las mismas depositan sus
sales dentro del perfil del suelo (Morláns y Guichón, 1995).
La fisonomía predominante de la vegetación es la de un arbustal bajo y muy abierto, con altos
valores de suelo descubierto, alcanzando el mayor porcentaje en los fondos de playa o barreales
propiamente dichos (Morláns, 1995).
En la zona de barreales se destaca un grupo de especies características, siempre presentes,
vidriera (Suaeda divaricata), cachiyuyo (Atriplex argentina), rodajillo (Plectrocarpa tetracantha),
pela suri (Lycium tenuispinosum), vinagrillo (Grahamia bracteata), mastuerzo (Prosopis reptans),
quiscaloro (Opuntia quiscaloro), de las cuales las dos primeras son las que más contribuyen, por
su mayor porte y coloración característica, a dar la particular fisonomía a este sector (Morláns y
Guichón, 1995).
Entre las especies presentes, con menos frecuencia que las anteriores, se encuentran: alpataco
(Prosopis pugionata), albardón (Prosopis sericantha) y atamisqui (Capparis atamisquea), todas de
escasa significación en la determinación fisonómica de la vegetación (Morláns y Guichón, 1995).
Con menor frecuencia aún, se exhiben el quebracho blanco (Aspidosperma quebracho blanco),
brea (Cercidium praecox), pichanilla (Senna aphylla), chapleán (Maytenus vitis-idea), igualmente
insignificantes (Morláns y Guichón, 1995).
A veces se presentan; chañar (Geoffroea decorticans), pata (Ximena americana), zampa (Atriplex
lampa), puscana (Trichomaria usillo), tintitaco (Prosopis torquata), retama (Bulnesia retama) y
cactáceas postradas, de las cuales sólo las dos primeras especies se presentan como
acompañantes secundarias, siendo las demás insignificantes en la determinación de la fisonomía
(Morlans y Guichón, 1995).
Las demás especies son, en general, acompañantes de importancia variable o aún insignificante,
aunque algunas se muestran muy abundantes en los fondos de playa como rodajillo ( Plectrocarpa
tetracantha) o en los lugares de acumulación de agua durante las épocas de lluvias; éste es el
caso de mastuerzo (Prosopis reptans), que tiende a formar densas colonias en las banquinas
(Morláns y Guichón, 1995).
Las Salinas Grandes corresponden a una vasta depresión que, tras las lluvias y/o crecidas de ríos,
resulta temporariamente anegada y al evaporarse las aguas, la superficie queda cubierta por una
capa de sal, con marcado predominio de cloruros y sulfatos y cationes de sodio y calcio. Desde el
centro de la depresión y hacia los bordes de la misma, el terreno, al irse elevando paulatinamente
va perdiendo el exceso de humedad a la vez que disminuye la concentración de sales, lo que
hace posible la vida vegetal (Morláns, 1995).
La especie más tolerante a la alta concentración de sales es el jumecillo (Heterostachys ritteriana),
que forma pequeñas agrupaciones muy distanciadas unas de otras; luego se le agrega otra
Quenopodiácea, el jume colorado (Allenrolfea patagonica) que, a medida que se eleva el terreno,
va haciéndose dominante (Morláns, 1995).
Entre esta comunidad y el quebrachal, suele presentarse una franja o cinturón de cactáceas con
predominio de ucle (Cereus forbesii), cardón (Stetsonia coryne), quimil (Opuntia quimilo) y otras.
La continuidad del cardonal es interrumpida, a veces, por bosquecillos de chañar (Geoffroea
decorticans) (Morláns, 1995).
Entre los mamíferos se mencionan a la marmosa o comadrejilla, tatú bola o mataco, pichiciego
menor, gato del pajonal.
Una importante diversidad de aves se puede observar en el Chaco Árido resaltándose la
presencia del ñandú, inambú montaraz, pato gargantilla, esparvero común, cotorra, lechucita
vizcachera, lechuza bataraz, atajacaminos ñañarca, durmilí, carpintero bataraz chico, carpintero
común, chinchero grande, remolinera común, crestudo, cortarramas, monjita salinera, picabuey,
burlisto cola castaña, cachirla pálida, calandria real, reinamora grande, soldadito común, pepitero
chico, verdón, boyerito y varillero congo (Carma, 2009).
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