RARO CASO DE OSTEOSARCOMA COSTAL y POSIBLE

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M a MILAGROS MACÍAS LOPEZ
RESUMEN
Damos a conocer un caso de osteosarcoma costal relacionado con una posible cromosomopatía en un
individuo hallado en Cádiz, en 1995 y datado en el siglo 11 a.C.. Se trata de un varón adulto joven que presenta
una proliferación ósea de apariencia coralina en el cuerpo de la 7ª costilla derecha. El estudio radiológico
muestra una lesión en forma de sol naciente y el TAC una red de canalículos en disposición radial partiendo de
la superficie de la cortical costal anómala. El tratamiento informático de la imagen radiológica de la masa ósea
costal, dió como resultado el 100% de probabilidad de osteosarcoma.
PALABRAS CLAVES: paleopatología, osteosarcoma costal, cromosomopatía, paladar plano,
osteocondritis disecante, miositis osificante, reabsorción radicular idiopática.
ABSTRACT
This report concerns a case of rib osteosarcoma and possible cromosomopathic found in a skeleton from
Cádiz in 1995, from 11 a. C. A young adult man showed a tumorous bone proliferation with a coral-Iike appearance
at the body area of the seventh right ribo A profusion of coalescing bone was extended to the surrounding space.
X-ray films revealed spotted and the «sunburst appearance» in the lesion. TAC films showed a radial channels
and sclerosis into the marrow space. Treating computer of the X-ray films revealed is a 100% a osteosarcoma. In
addition, this individual show craneal anathomic characteristics belonging to cromosomopathic. Actually it is
Know that twenty per cent of solid tumours are joined to cromosomopathic.
KEY WORDS: paleopathology, rib osteosarcoma, cromosomopathic, miositis osificante, plane palate,
disecans osteocondritis, idiopatic root absorption.
INTRODUCCIÓN
Durante los meses de junio y julio de 1995, y dirigida por D. Luis Cobas Rodríguez, se realizó una
intervención arqueológica de urgencia en el solar del antiguo Teatro Andalucía, situado en el casco
urbano antiguo de la ciudad de Cádiz. Junto a una gran factoría de salazón aparecieron 13 enterramientos
en fosa simple de los cuales, uno de ellos, revistió gran interés en cuanto a la patología identificada
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durante su excavación y la importancia de la actuación de personal especializado en la recuperación
de los restos óseos in situ.
Para comprender la afectación de los los restos óseos por las condiciones del suelo y la climatología, expondremos brevemente las mismas.
CONDICIONES DE LA EXCAVACIÓN:
El solar del antiguo Teatro Andalucía se encontraba situado en pleno casco antiguo urbano, rodeado de edificios relativamente altos y siendo el sustrato de la excavación una gran duna de arena. Los
enterramientos se hallaron a unos 4 mts bajo el nivel de la acera, en donde se alcanzaban temperaturas
cercanas a los 40 grados durante la mayor parte de jornada.
La arena en que se encontraban inmersos los restos esqueléticos poseían un alto grado de humedad
y salinidad, pues poco más abajo de la cota de enterramientos se documentó la orilla septentrional del
antiguo canal Bahía-Caleta y el nivel freático (COBaS, 1995). En el proceso de excavación de los
restos óseos, éstos aparecían bastante húmedos por 10 que al ponerlos al descubierto sufrían una
rápida y brusca desecación, sufriendo el tejido óseo una fuerte contracción, la cual se manisfestaba
por un acelerado cambio de color (de marrón a marfil), y por un fuerte agrietamiento y fragilidad,
sobre todo en la interfase de hueso húmedo-hueso seco. Esto unido a la salinidad de la arena le
convertía en un material sumamente frágil, por lo que necesitaba continuamente la aplicación de
consolidantes. En algunos casos, su aplicación debió acompañarse de elementos de soporte, fundamentalmente, en cráneo y huesos planos, como papel de celulosa o vendas.
El enterramiento signado como EF-7, y datado en el siglo II a.c., fué descubierto al golpear la pala
un cráneo durante los trabajos de excavación, ya que dada la naturaleza del terreno y el tipo de enten'amiento, no existía ningún indicio de la localización de los mismos. Esta circunstancia provocó, por
una parte, pérdida de tejido óseo craneal, sobre todo del hueso frontal y hemicránea izquierdo, y por
otra, la fragmentación y mayor fragilidad del cráneo, el cual necesitó tratamiento in situ con consolidan te
y papel de celulosa antes de seguir excavando el resto del esqueleto. Se continuó el descubrimiento
del esqueleto postcraneal eliminando sucesivas capas de arena. En la zona correspondiente a la parrilla costal derecha apareció un elemento que en principio se creyó que se trataba de una piedra ostionera,
pero que llamó especialmente la atención porque a cada pasada de brocha se desprendía su superficie.
Sin identificar exactamente de qué elemento se trataba, se concluyó que correspondía a algún tipo de
estmctura orgánica, aunque su morfología no encajaba con ninguna pieza anatómica humana conocida. Tomadas todas las precauciones para que no se deteriorara la citada estmctura, se fué descubriendo hasta que se pudo comprobar que se trataba de una masa ósea torácica la cual partía de la 7" costilla
y englobaba a la 8", desplazando a la 9", 10" Y 11". Dada la fragilidad y la importancia paleopatológica
del hallazgo, se trasladó la pieza recubierta de arena húmeda, al Museo Municipal de San Fernando
(Cádiz), donde se sometió durante varios días a un proceso de consolidación. La limpieza final se
llevó a cabo mediante un largo y paciente proceso de retirada de la arena consolidada al tejido óseo
con el disolvente adecuado, aplicado con bastoncitos de algodón y retirándola con palillos de dientes.
La arena rellenaba numerosos surcos, recovecos y cavidades que una vez retirada mostró la verdadera
morfología de la masa ósea costal.
ESTUDIO ANTROPOLÓGICO Y PALEOPATOLÓGICO
1.- Estudio antropológico.
El sexo se determinó por la morfología de la pelvis y cráneo (REVERTE, 1991), correspondiendo
a un varón. La edad determinada por la fusión de las líneas metafisarias de la epífisis proximal de la
tibia (BROTHWELL, 1993) es de 23-25 años. La talla usando las tablas de Manouvrier es de 1,601,62 mts.
2.- Estudio paleopatológico.
A.- ESQUELETO CRANEAL.
La inspección craneal mostró las siguientes características morfológicas anómalas:
- Norma lateral: presenta la porción más alta de la sutura sagital levemente prominente, así como
142
la parte más superior de la escama del occipital. Ausencia de la incisura parietal del hueso temporal,
encontrándose la región mastoidea a la misma altura que la escama, dando lugar a un hueso temporal
de morfología cuadrangular en lugar de semicircular. Esta alteración va ineludiblemente acompañada
de una ausencia del ángulo posteroinferior del parietal.
- Norma occipital: no se aprecia la protuberancia occipital externa, apenas se percibe la cresta
occipital externa y la cresta occipital superior. En la cresta occipital inferior, y a ambos lados del cruce
con la creta occipital externa, aparecen sendos mamelones óseos que se extienden casi hasta el extremo más lateral de dicha cresta. La zona nucal es muy estrecha. Se contabiliza siete huesos wormianos.
- Norma superior: la morfología es ovoide y braquiecéfala. El tercio medio de la sutura sagital así
como la sutura lambdoidea, son prominentes.
- Norma basal: sólo se conserva la porción posterior del agujero occipital el cual delimita el borde
posterior de dicha norma, no observándose, desde esta norma, ningún área del plano nucal occipital.
La parte central está hendida hacia el interior del cráneo (concavidad externa) delimitada por dos
mamelones óseos situados en la cresta nucal (u occipital inferior).
La osteometría del neurocráneo ofreció los siguientes resultados: Longitud máxima: 165; Anchura
máxima: 142;
Circunferencia horizontal máxima: 86; Anchura interorbitaria: 30 mm; índice cefálico: 86.
El índice cefálico indica una braquicefalia según la clasificación de Broca y una hiperbraquicefalia
según la clasificación de Deniker.
En cuanto a la paleoestomatología, no se conservan los alveólos ni las piezas dentarias correspondientes a los molares del maxilar superior a excepción del 17. Pérdida antemortem de ambos primeros
molares inferiores. Caries en 17,31,41 Y45. Destrucción de las coronas del 13, 15, 16,22,24 Y37.
Hipoplasia de esmalte en 13, 23, 25, 31, 32, 33, 34, 35, 41 , 43 Y 44. Opacidad en 17. Rotación del 24.
Desgaste (PERINZONIUS, 1983) grado 5 en incisivos, 3 en premolares y 5 en molares. Estos últimos
con gran biselamiento vestibular.
A nivel del 37 se observa una ausencia total de la corona y presencia de restos radiculares con
superficie irregular y muy disminuído de tamaño. Rodeándole se aprecia una osteolisis del hueso
mandibular que forma una cavidad quística abierta a la compacta externa. En la radiografía
ortopantonorámica se aprecia una reacción esclerosa alrededor de la cavidad quística. En la radiografía apical se observan las raices muy disminuídas de tamaño, con superficie irregular y sin cámara
pulpar. Estas lesiones son compatibles con una reabsorción radicular idiopática. Parece deberse,
sobre todo, a traumatismos pulpares o fuerte atrición (OMS, 1996).
El paladar duro es totalmente plano y la implantación de las piezas dentarias maxilares es anómala.
Las características estomatológicas anteriomente descritas, y dada la edad de este individuo (2325 años), muestran una «boca patológica» en la cual, bien la calidad del tejido dental, o bien, de las
secreciones salivales, han sido muy precarias.
B.- ESQUELETO POSTCRANEAL.
Esqueleto se comprobó que la masa ósea costal constituía una lesión ósea solitaria, situada en la 7"
costilla derecha, de morfología oval, yuxtacortical (SCHAJOWICZ, 1988) y cuyas dimensiones eran
11 x 7 x 8 cmts. Se sitúa en el cuerpo costal rodeándolo por todos sus lados, llegando casi al extremo
esternal de la costilla. La masa tumoral situada por fuera de la cara externa costal es tres veces mayor
que la desarrollada por su cara interna o pulmonar.(Figura 1)
Su consitencia era friable y arenosa al tacto. Su aspecto, velloso y espiculado, y entre las espículas
se observan gran cantidad de pequeñas y medianas cavidades, destacando una de gran tamaño (17
mm de diámetro y 37 mm de profundidad) en la cara interna de la masa tumoral.
Es reconocible 18 mm, aproximadamente, del extremo esternal de la costilla afecta, el cual muestra un aumento de tamaño con respecto al mismo extremo de la 7" costilla izquierda, con pérdida de la
compacta normal, siendo sustituída por un tejido óseo de aspecto finamente espiculado y friable.
El límite del tejido cortical normal y el tumoral es de forma triangular, correspondiéndose con el
levantamiento del periostio a este nivel y osificación del espacio, conocido como «Iabiamiento
143
Figura 1: Masa tumoral con ¡as características
macroscópicas propias del osteosarcoma.
perióstico» (GESCHICKTER, 1953).
El estudio radiológico convencional mostró una lesión productiva con gran neoformación ósea y
elevada densidad, de superficie espiculada dirigida hacia fuera en ángulo recto, lo cual constituye un
signo de malignidad (NOLTENIUS, ] 981).
La cortical y cavidad medular del extremo estemal costal están esclerosadas. En la zona de unión
de la masa tumoral y el resto del cuerpo costal se observa un triángulo de osificación o «triángulo de
Codman», producido por la rotura y elevación del periostio (EDEIKEN & HODES, 1982).
En la tomografía axial computerizada se observa una buena delimitación del cuerpo costal en el
interior de la masa tumoral, con aumento de 5-6 veces su diámetro y alteración de su morfología, así
como una gran esclerosis de la cavidad medular, lo cual es índice de estado avanzado de la enfermedad. El resto de la masa tumoral es, con diferencia, menos densa, mostrando canales y tejido óseo en
disposición radial y algunas cavidades que pueden corresponderse con áreas de destrucción ósea
secundaria.(Figura 2)
Figura 2: TAC del osteosarcoma costal.
La 8" costilla conserva su aspecto normal, no estando infiltrada por la masa tumoral sino sólo
englobada en ella.
La radiografía del tumor fué sometida a un procesamiento informático basado en el Teorema de
BaIles, y que utiliza como base de datos más de 5000 casos que se analizaron siguiendo un protocolo
que comprende hasta 52 posibles elementos de lectura (LODWICK, 1975).
En el caso que nos ocupa se barajaron 21 parámetros y el diagnóstico de probabilidad fué del
100% de osteosarcoma.
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OTRAS PATOLOGÍAS PRESENTES
- Vértebras dorsales de 7 a 11 con leve borde artrósico.
- Excrecencia ósea de unos 6 mm de ancho, 9 mm de alto y 3 mm de espesor, situada en el porción
más inferior del borde posterior del maléolo interno de la tibia izquierda. La radiología muestra un
crecimineto óseo con densidad semejante a la compacta. La lesión es compatible con una Miositis
Osificante la cual pudo producirse por esfuerzos violentos o continuados. Estos originan con relativa
frecuencia pequeñas o importantes subfusiones hemorrágicas subperiósticas e intramusculares, que
en su proceso cicatrizal se calcifican, dando lugar a exóstosis más o menos importantes (CAMPILLO,
1994).
- Lesión por defecto de forma circular en cara articular proximal de la primera falange del pie
derecho que profundiza unos pocos milímetros hacia el interior de la falange. Su localización es
central. La imagen radiológica nos muestra el citado defecto con una reacción esclerosa en forma de
banda lineal de varios milímetros que discurre paralela a la superficie articular. La lesión descrita es
compatible con una osteocondritis disecante la cual se caracteriza por la disección de un fragmento
óseo subcondral perteneciente a una epífisis. Las causa barajadas por los distintos autores son: isquemia
(ALCALDE et al, 1984), antecedente traumático o por microtraumatismos (ALCALDE, 1984;
CAÑELLAS, 1996), sobrecarga funcional (DASTUGE,1992).
- Dehiscencia o hiato de sacro. Es una variación en la altura del hiato sacro. Esta variación se
explica por la no fusión de las láminas de las vértebras sacras suprayacentes a la 5a (TESTUDLARTAJET, 1944)
- Rótula izquierda tripartita o emarginada. FINNEGAN, 1978, encuentra una frecuencia de 14
casos de 51 estudiados. La localización más frecuente es en la zona superolateral de la rótula, la más
expuesta a los traumatismos.
- Triángulo osteofítico en el tercio anterior de la cresta iliaca.
DISCUSIÓN
Según la OMS el osteosarcoma es un tumor óseo primitivo maligno, cuyas células tienen la capacidad de formar directamente hueso o tejido osteoide. Es el tumor primitivo óseo maligno más frecuente después del miel ama. Según Dahlin (1978, cito en PEDROSA, 1986) constituye el 20% de
todos los tumores óseos. Es el tumor óseo más maligno y se produce a partir de los osteoblastos de la
capa interna del periostio o del endostio, zonas particularmente activas en la formación de hueso
compacto en la región metafisaria de los adultos jóvenes y de los niños, en el periodo pre y
postadolescente. El tumor aparece relacionado con las áreas y edad de mayor crecimiento (PEDROSA,
1986). Se localiza, sobre todo, en la metáfisis del fémur, tibia (50%), húmero, peroné, iliaco, raquis y
maxilar. Incide con máxima frecuencia en varones, entre los 10 y 25 años, aunque aparece en casi
todas las edades. Por encima de los 35 años suele estar en relación con procesos preexistentes tales
como la Enfermedad de Paget o Displasia Fibrosa (PEDROSA, 1986).
La duración promedio de los síntomas en este tipo de sarcoma no alcanza los 10 meses. La
tumoración y el dolor son los síntomas más manifiestos.
Metastatiza fácilmente y en el 80% de los casos las metástasis son pulmonares en el 10 ó 20 año,
siendo ésta la principal causa de muerte. Tienen peor pronóstico los más cercanos al tronco.
El caso que nos ocupa es ciertamante poco frecuente, tanto por los escasos hallazgos arqueológicos de osteosarcomas, como por la propia lesión en sí, pues la localización costal del osteosarcoma es
muy rara y cuando ocurre suele ser secundaria a otras enfermedades como la Displasia fibrosa o la
Enfermedad de Paget, lo que no sucede en nuestro caso. En la literatura paleopatológica, Suzuqui
(1987) describe un caso de osteosarcoma en la metáfisis distal del fémur de un individuo femenino
adulto joven, encontrado en Hawai y datada en la época precolonial. CAMPILLO (1993), cita un caso
probable de meningosarcoma u osteosarcoma en un cráneo de Chavina (Perú).
Las alteraciones de la morfología del paladar, la implantación anómala de los dientes maxilares y
la elevada incidencia de caries, son signos frecuentes en algunas cromosomopatías. Asímismo, las
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alteraciones morfológicas del cráneo, como prominencia de las suturas, puente de la nariz grande,
occipital plano, mamelones en la curva occipital inferior, alteración morfológica del hueso parietal y
temporal, se relacionan con las cromosomopatías (De GROUCHY et al, 1978; BEHRNAN et al,
1997). Las cromosomopatías son muy numerosas y cada una de ellas se manifiesta parcial o totalmente 'con todos sus síntomas y malformaciones, tanto del esqueleto como de los tejidos blandos. En
paleopatología es difícil diagnosticar el tipo de cromosomopatía a no ser que las malformaciones
esqueléticas sean muy elocuentes y patognómicas, ya que las mismas malformaciones esqueléticas
son, a su vez, compatibles con varias de ellas, o bien, no se manifiestan en su totalidad. En el caso que
nos ocupa, se constata una serie de anomalías morfológicas en el neuro y esplacnocráneo que son
compatibles con una cromosomopatía.
Uno de los mecanismos de producción de las cromosomopatías son las roturas cromosómicas con
pérdida de material genético. Estas no sólo provocan un déficit inmunitario por pérdida de genes que
codifican proteínas del sistema inmunitario (siendo la más frecuente la inmunodeficiencia de Ig A),
sino que además, constituyen una etapa de un mecanismo de cancerización (FICHER, 1992).
El término inmunodeficiencia primaria agrupa una serie de síndromes y enfermedades cuyo origen es un fallo cuantitativo o cualitativo en la respuesta inmune y la mayor parte de ellas están determinadas genéticamente (ROn, 1993). Por lo general, cursan con un síndrome infeccioso de repeti~ión, diferente"según la rama de la inmunidad afectada. Una respuesta inmune anómala no sólo lleva
consigo una mayor susceptibilidad para la infección, sino también una mayor incidencia de fenómenos y enfermedades autoinmunes, de tumores y de procesos atópicos (FONTAN et al, 1991). Los
tumores están aumentado de 100 a 10.000 veces con respecto a grupos de edades similares. Su
morbilidad no se limita a las deficiencias celulares o combinadas, ya que las deficiencias predominantes de Ac, especialmente el Síndrome Variable Común, presentan una mayor incidencia de tumores de lo esperado (FONTAN et al, 1991). En las cromosomopatías, la inmunodeficiencia más común
es la de Ig A. Esta suele ser asintomática, pero en un 10-30 % de los casos va ligada a deficiencias de
subclase de Ig G, especialmente de la Ig G2; en otra escasa proporción, se asocia a alteración de la
inmunidad mediadas por células T. En ambos casos la aparición de Síndrome Variable Común de la
Inmunodeficiencia (SVCID) es frecuente. Por otra parte, es probable que el aumento de infecciones
con la sobreestimulación antigénica que incide sobre un organismo con una respuesta inmune anómala, dé lugar a la aparición de mutaciones o derrepresión de oncogenes. Asímismo, una mayor susceptibilidad a virus oncogénicos así como una respuesta débil o anómala frente a antígenos tumorales,
pueden ser factores determinantes en la aparición de neoplasias (FONTAN et al, 1991).
Yunis (1989) llega a la conclusión de que los tumores sólidos malignos tienen múltiples defectos
genómicos recurrentes (más de 20 de tales lesiones), entre ellas delecciones parciales.
Es muy probable que este individuo padeciese infecciones de repetición, al menos a nivel bucal,
como ha quedado descrita anteriormente.
CONCLUSIÓN
Se ha estudiado un individuo varón, de 23-25 años de edad, datado en el siglo II a.e. que padeció
algunas anomalías congénitas como dehiscencia del sacro y rótula tripartita, lesiones probablemente
macro o microtraumáticas, como miositis osificante y osteocondritis disecante, y cuya causa de muerte fué el padecimiento de un osteosarcoma costal. Su evolución debió ser rápida dada la vecindad
pulmonar, la cual debió ocasionar metástasis pulmonares tempranas. Es bastante probable que la
presencia de esta tumoración se relacione con una inmunodeficiencia primitiva relacionada con un
defecto cromosómico primario, posiblemente del tipo de delección, atendiendo a las anomalías
morfológicas craneales que presenta.
La intervención de personal especializado durante la excavación del individuo de la tumba TA-95EF-7 ha permitido, sin duda, recuperar intacta la masa ósea que constituía el osteosarcoma, así como
su ubicación exacta, pues como se vió anteriormente, la propia estructura del tejido óseo anómalo, así
como las condiciones del terreno y las propias de la excavación (elevadas temperaturas, etc ..) hacían
muy difícil la conservación del mismo, en particular de las costillas, las cuales en dichas condiciones
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son altamente friables. No hubiese sido posible tampoco, sin una adecuada intervención, determinar
su verdadera morfología tanto externa como interna, pues lo más probable es que cuando se estudiaran los restos esqueletales de este individuo, el investigador hubiese hallado una gran cantidad de
fragmentos de costillas revueltas, así como numerosos fragmentos de un tejido osteoide amorfo de
difícil interpretación, sobre todo por 10 inusual de la localización de este tumor en costilla. Gracias a
la actuación in situ, las pruebas complementarias han mostrado al tumor con su estructura sin apenas
alteración, imprescindible para un diagnóstico correcto. La consolidación del cráneo in situ permitió,
también, la conservación de gran parte del mismo, a pesar de la pérdida de sustancia y fragmentación
que sufrió por el golpe de pala que lo descubrió, permitiendo observar la morfología patológica en su
totalidad.
AGRADECIMIENTOS
Deseo expresar mi más sincera gratitud al Dr. Lorente Dinnbier, jefe del Servicio de
Radiodiagnóstico del Hospital Militar de San Carlos y a su equipo, por las facilidades prestadas
para hacer las radiografías y tomografías. También deseo agradecer al Dr. Aparisi Rodriguez, radiólogo del Hospital de La Fé de Valencia, su colaboración para el tratamiento informático de las
imágenes radiológicas. Por último, mi agradecimiento a D. Antonio Sáez Espligares por la realiza··
ción de las fotografías.
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