1.5.2 LA TEORÍA DEL EQUILIBRIO Estudia los mecanismos por los

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1.5.2 LA TEORÍA DEL EQUILIBRIO
Estudia los mecanismos por los que se determinan la cantidad y el precio de
equilibrio en un mercado. El análisis de las elasticidades de la oferta y la
demanda es el núcleo de esa teoría cuya elaboración y sistematización debe
mucho al trabajo de Alfred Marshall (1842-1924). La teoría del Equilibrio
General estudia las condiciones necesarias para que todos los mercados
estén simultáneamente en equilibrio. La formulación original se debe a
Walras . Todos los bienes son complementarios de otros o sustituibles por
otros en mayor o menor grado. Debido a la interdependencia general
existente, cualquier desplazamiento fortuito del punto de equilibrio en el
mercado de un bien provocará desplazamientos en los mercados de otros
bienes, éstos en los de otros y así sucesivamente. Estas variaciones de
precios pueden producir a su vez un efecto retroactivo, corrector o
realimentador (feedback), sobre el mercado original. Finalmente, si no existe
intromisión externa que lo dificulte, ese proceso —que Walras llamó
tâtonnement— conducirá al equilibrio en todos los mercados de bienes y
factores.
Como muestra la gráfica, en esta Teoría siempre la oferta y la demanda
convergen por la vía de los ajustes de precios, hacia un equilibrio
económicamente estable y socialmente aceptable. Esta convergencia
implica la idea de un equilibrio como centro de gravedad al cual la economía
tiende en forma natural. No existen distorsiones ni manipulaciones en los
precios, ni tampoco creación de burbujas.
Es interesante constatar que en el modelo walrasiano el dinero es solo un
velo: facilita el intercambio numerario pero en la práctica no requiere una
presencia efectiva. Los agentes llegan al mercado con sus productos: carne,
trigo, zapatos, que intercambian en el mercado por otros productos: tela,
papel, tinta. El dinero cumple solamente el rol de facilitar las transacciones,
se usa como unidad de cambio y medida de valor, pero no como fuente de
atesoramiento.
Uno de los elementos centrales de este modelo de Walras lo constituye el
llamado martillero walrasiano. Este martillero o subastador tiene el rol de
cantar los precios de todos los productos. Si una vez cantados todos los
precios se produce un exceso de oferta (sobran bienes) o un exceso de
demanda (faltan bienes) en alguno de los mercados, no se realiza ninguna
transacción y el martillero debe volver a cantar los precios hasta el momento
en que todas las ofertas y demandas se satisfagan, y el mercado se vacíe (es
decir cuando todos los productos cambian de mano). Ese es el momento del
equilibrio walrasiano. Se debe tener en cuenta que algebraicamente existe
una limitante fuerte en este modelo: ni precios ni cantidades pueden ser
negativas. Esto obstaculizó la difusión de este modelo en su tiempo.
Por eso es que casi cincuenta años más tarde el modelo de Walras pudo ser
tomado con más fuerza gracias a los programas de álgebra lineal que podían
resolver sistemas de ecuaciones simultáneas partiendo de la premisa de
precios y cantidades positivas. Este avance le permitió a la Teoría del
Equilibrio General Walrasiano ocupar el lugar central del análisis económico
moderno. Su importancia y su poder se manifiesta en los siguientes aspectos:
Aparece como la teoría más desarrollada en el cumplimiento del tema central
de los economistas, esto es, resolver la pregunta de Adam Smith sobre el
proceso y las condiciones de la coordinación mercantil de los individuos
descentralizados. En La Riqueza de las Naciones, Adam Smith señalaba “que
la economía política es una de las ramas de la ciencia del legislador o del
estadista” [a fin de determinar cuál es la mejor organización económica]
“para enriquecer al soberano y al pueblo”. La propuesta de Adam Smith es
que una economía liberal y mercantil (individualista, libre de los
intervencionismos estatales o colectivos) es la organización ideal para
obtener un resultado óptimo para todos, pues a pesar “de que el individuo
sólo piensa en su ganancia propia […] es conducido por una mano invisible a
promover un fin que no entraba en sus intenciones”. Los economistas
teóricos han querido aclarar científicamente las condiciones bajo las cuales
se expresa la posición de Adam Smith, y el modelo Walrasiano ha permitido
ofrecer varias ventajas en esta corriente de investigación promotora del
laissez-faire.
La Teoría del Equilibrio General Walrasiano es la base del paradigma o
enfoque central de los economistas neoclásicos. Este enfoque toma la forma
de un conjunto de modelos integrados que se construye de acuerdo con
reglas precisas. Así es como se tiene la microeconomía de mercados
perfectos e imperfectos, la macroeconomía con fundamentos
microeconómicos, la teoría del crecimiento y todos los modelos derivados de
la economía del bienestar que pretenden orientar la política económica.
Su alto grado de matematización la hace aparecer como un enfoque próximo
al de las ciencias naturales, de tal forma que la economía es para muchos
como la única ciencia social “dura”. Esto le permite presentar las otras
teorías “generales” (ricardiana y keynesiana) como casos particulares para
crear una plataforma que intenta ‘unificar el análisis económico’. De esta
manera, abre la puerta a sugerencias de otras corrientes (institucionalistas,
evolucionistas y otras heterodoxias) o de otros métodos (teoría de juegos).
A lo largo de 70 años, la Teoría del Equilibrio Walrasiano se ha convertido en
la referencia obligada de todo planteamiento general (teoría del valor o
crecimiento) ya sea para aquellos que creen que el problema ya está
resuelto, como para aquellos que creen que falta mucho por hacer. Es
preciso destacar, en todo caso, que esta teoría solo toma en cuenta a los
agentes que participan en el mercado como productores y consumidores,
dejando fuera a aquellos que no tienen la opción de acceder a él.
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