TEMA: Impugnación de paternidad y filiación. Sentencia N° 159 de fecha 28 de junio de 2016; Expte. N° CXP 8014/16 , caratulado: “ASESORA DE MENORES C/S., M.P. y otro (Impugnación de la paternidad) y P., A. L. (Filiación) s/ORDINARIO” FUERO: Familia. TRIBUNAL EMISOR: Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Comercial, Contencioso Administrativo, de Familia y Menores de la Ciudad de Curuzú Cuatiá. HECHOS: Con motivo de la presentación efectuada por la Asesora de Menores, en representación de una menor de edad que requería la impugnación de paternidad y conjuntamente la determinación de su filiación biológica; el tribunal citado acogió ambas pretensiones. SUMARIOS: Se presenta la Asesora de Menores, en representación de la adolescente M. A., alegando legitimidad para la representación, en virtud del art. 103 y concordantes del Código Civil y Comercial y art. 39 inc. a), b), c), f), q) del Decreto-Ley N° 21/00 “Orgánica del Ministerio Público” . Para fundar la legitimación, manifiesta lo hace en virtud de los arts. 639 inc. b) y 677 del Código Civil, que en la nueva redacción del Código Civil y Comercial hacen referencia al principio de la capacidad o autonomía progresiva de los adolescentes para el ejercicio de los derechos de conformidad con la evolución de sus facultades, pudiendo intervenir por derecho propio en situaciones de conflicto con sus representantes legales, en consonancia también con los arts. 5 y 12 de la Convención de los Derechos del Niño. Se promueve la IMPUGNACION DE LA PATERNIDAD PRESUMIDA POR LA LEY, contra los Sres. M. P. S. y D. R. A., en carácter de progenitores de la adolescente M. A., interponiéndose conjuntamente la demanda de RECLAMACIÓN DE FILIACION PATERNA, contra el Sr. Á. L. P., en su carácter de padre biológico. Siendo las mismas acciones independientes, conforme lo requiere el art. 578 del Código Civil y Comercial, previsto también en los arts. 8 y 25 del Pacto de San José de Costa Rica, que garantiza el acceso a la justicia, complementada con los principios de concentración y celeridad. Ante la duda sobre la paternidad de M., ambos cónyuges deciden realizar la prueba biológica de ADN, que se acompaña a la demanda. Del resultado del estudio mencionado, se comprueba que el Sr. A. no es el padre biológico de M. Posteriormente los Sres. S. y A. se separan e inician el divorcio vincular, quedando desde entonces M. al cuidado de su madre y cuando tenía aproximadamente la edad de 6 años toma conocimiento de que su padre biológico es el Sr. Á. L. P., viviendo desde esa edad con su madre y con su padre biológico. Contesta demanda el Sr. Á. L. P., y se allana a la filiación contra él incoada, manifestado haberse sometido a una prueba de ADN y reconociendo ser el padre biológico de M. Se presenta la demandada M. P. S. y también se allana a la demanda, reconociendo los hechos relatados en la demanda como asimismo la documental acompañada. Finalmente se presenta el demandado D. R. A., allanándose a la demanda entablada, y reconoce que M. no es su hija biológica, conforme el resultado de los estudios de ADN. Se realiza la audiencia con M., a quien se le pregunta su opinión sobre la tramitación de la causa, manifestando la adolescente que fue ella quien decidió la promoción, porque sintió que era lo correcto. Se resolvió que en atención al grado de madurez que presenta la niña, a quien considero que se le podía atribuir la responsabilidad de decidir qué apellido desea tener, conforme la posibilidad que otorga el Código Civil y Comercial en el art. 64, la interesada afirmó desear llevar el apellido materno es decir, S., seguido del apellido P. Posteriormente la Asesora de Menores solicitó se dicte sentencia, respetando el derecho a la identidad de M. El de autos, si bien se refiere a un hecho, acto, relación, situación jurídica, que se ha prolongado en el tiempo durante la vigencia de dos o más normas, toda vez que la demandante ha nacido durante la vigencia del código ahora derogado, con la sanción del Código Civil y Comercial de la Nación, deberá analizarse teniendo a la vista las normas del Código Civil y Comercial ahora vigente. En virtud de lo dispuesto por el art. 7 del C.C.C.N. que establece que a partir de su entrada en vigencia, las leyes se aplican a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes. M., acude a la Justicia a fin de esclarecer su realidad biológica “en los papeles”, toda vez que, conforme lo han reconocido todos, desde hace varios años sus padres biológicos y ella conviven bajo un mismo techo, llevando una vida de familia, lo cual no coincide con su identificación. Simultáneamente, al contestar la demanda de filiación, el demandado A. L. P. también se allana a la demanda, y la reconoce como hija. Es una forma de reconocimiento de la filiación consagrada en el art. 570 del Código Civil y Comercial, en cuanto dispone: “La filiación extramatrimonial queda determinada por el reconocimiento, por el consentimiento previo, informado y libre al uso de las técnicas de reproducción humana asistida o por la sentencia en juicio de filiación que la declare tal. Por otra parte, la Posesión de Estado de hija de que goza M. desde hace más de 7 años, y que ha sido reconocida por todas las partes, es una prueba más que tomo en consideración a los efectos de admitir la demanda entablada, conforme lo dispone el art. 584 del Código Civil y Comercial. El principio de la verdad biológica preside el derecho argentino; la insistencia en lograr la mayor concordancia posible entre la realidad biológica y el estado de familia de una persona es, sin dudas, una de las más importantes tendencias del derecho de familia actual, y es deber de los jueces, en casos en que se debaten temas tan sensibles como la identidad de las personas, los derechos de los niños, niñas y adolescentes a ser reconocidos con su verdadera identidad, derechos éstos reconocidos por los tratados internacionales de derechos humanos de raigambre constitucional. Es así que, en atención a que como consecuencia del presente proceso M. adecuará su identidad a su realidad biológica, es decir que de ahora en más será hija de M. P. S. y Á. L. P., provocando en consecuencia una alteración en su apellido, hasta ahora A., se entendió que la adolescente tenía la madurez suficiente como para decidir qué apellido llevar. En atención a las constancias de la causa, la prueba genética agregada, el allanamiento de las partes demandadas, se declaró procedente la demanda de IMPUGNACION DE PATERNIDAD y simultáneamente hago lugar a la demanda de RECLAMACIÓN DE FILIACION PATERNA.